La Universidad de Salamanca fue fundada en 1218 por el rey Alfonso IX al dotar a la antigua Escuela catedralicia, que ya gozaba de cierto prestigio, del rango de ‘Estudio General’ y, en contra de lo que algunos pudieran pensar, no es la heredera de la Escuela palentina, ya que hay testimonios documentales de la coexistencia de ambas instituciones a partir de 1220.
A la hora de elegir a tres doctores eminentes para presentar unas breves semblanzas de los mismos, he procurado que los elegidos tuvieran algo en común. Pronto he hallado algunos hechos en los que hay analogía: época de estudios, docencia, ejercicio profesional y cargos. Para que mejor se vean sus coincidencias en la sociedad salmantina, además de ser coetáneos y compañeros, escribo en color otros hechos destacados de esa semejanza
Un mendigo francés que había sido pintor fue el primer asilado de las Hermanitas de los Pobres, que atiende ahora a 100 mayores
La Plaza Mayor de Salamanca es, sin duda, la más bella y radiante de todas las plazas españolas, y una de las más hermosas del mundo. Tiene como precedente a las de Madrid, Valladolid y, sobre todo a la de La Corredera de Córdoba, y es verdadero corazón de la ciudad que expresa el latir de la vida cotidiana.
Desde que, en 1905, se le ocurrió a Mariano de Cavia sugerir que en España se celebrase el centenario del nacimiento de Cervantes han sido infinidad los trabajos con ocasión de los centenarios del nacimiento y de la muerte del referido escritor. En este año, IV Centenario de la muerte del insigne literato de España, han sido y son infinidad las exposiciones, conferencias y publicaciones que se han realizado y seguirán realizándose, especialmente en Salamanca. El Colegio de Médicos de Salamanca no dejó pasar la oportunidad, y ya hace tiempo que organizó una conferencia. También, por mi parte, me parece adecuado que la revista ‘Salamanca Médica’ refleje de algún modo la efeméride. Esto explica el tema elegido.
Aunque se produjeron algunos desacuerdos entre el hospital y la Universidad que casi dan al traste con el proyecto, la realidad es que Salamanca cuenta con uno de los mejores Anfiteatros de Anatomía de España.
Situada en la Plaza de San Julián, fue fundada en 1623 por don Bartolomé Caballero Torquemada, abad de la Real Clerecía de San Marcos, como casa de acogida de viudas pobres y honradas que se financiaba con el legado de su fundador y la modestísima dote de las internas más acomodadas. Puede decirse que fue “medio convento, medio hospicio”.
La preeminencia de determinados doctores ha hecho que varios médicos, siendo también excelentes profesionales, hayan sido pospuestos en la presentación de sus biografías. Sin acudir a medianías, de vez en cuando será conveniente recordar a aquellos médicos algo olvidados que por alguna circunstancia tuvieron gran reconocimiento social. Igualmente, algunos de los más prestigiosos doctores en Salamanca tampoco han sido objeto de atención, porque cuando se encontraban en un buen momento se marcharon de esta ciudad. Seguidamente recojo brevemente las semblanzas de cuatro doctores, dos de la primera clasificación y otros dos de la segunda, pero limitándome a su estancia en nuestra capital.
Salamanca contaba con tres hospitales, suficientes para la atención de los enfermos de una pequeña población, no superior a los 18.000 habitantes
En 1605 llegan los trinitarios a Salamanca y se instalan en la iglesia de San Miguel de los Huertos, extramuros. Veinte años más tarde, ante el temor de las reiteradas crecidas del Tormes, se trasladan a la antigua plaza de San Adrián, hoy plaza de Colón. De ese antiguo monasterio de los Trinitarios Descalzos de la Orden de la Merced solo se conservan la iglesia y la fachada del convento, así como algunas edificaciones interiores que se han incorporado al recién inaugurado edificio que alberga los Nuevos Juzgados y que, con anterioridad, acogía las dependencias de la casa-cuartel de la Guardia Civil.