Seriedad, sencillez y trabajo, mucho trabajo. Son las claves de Vicente Moreno de Vega, sin duda uno de los médicos en ejercicio con más experiencia en Salamanca. Miles de enfermos, salmantinos y de fuera, entre ellos la madre de quien suscribe, procedente como otros muchos de ese norte extremeño que tanta huella ha dejado en él por el carácter de sus gentes. En el transcurso de esta entrevista se palpa esa pasión por la auténtica medicina, la que se fragua al calor de una sincera conversación entre médico y enfermo.
De lo humano y lo divino nos habla en este número alguien con suficiente autoridad para hacerlo. El cura Ríos, como popularmente se le conoce en Salamanca, reflexiona en esta entrevista sobre su carrera, una vida en torno a la Medicina y al sacerdocio, de la que se pueden extraer conclusiones, lecciones y humor, algo innato en este hematólogo que también tiene a gala ser el capellán de la Universidad.
De tú a tú, como le gusta ir por la vida, se nos presenta en estas páginas un hombre ante todo interesante. Su atractivo intelectual, su ingenio, su fructífera experiencia nos revelan a un auténtico genio y figura en muchos campos. Su categoría de rara avis nos alerta sobre la inconveniencia de llevar esta introducción más allá, para que sea él mismo quien se descubra en una entrevista que rebosa sinceridad y humanismo.
Alteramos en este número el dulce anonimato que concede una jubilación aderezada con sanas y gratificantes aficiones como la pintura. Nos ocupa la figura de Rafael Sastre Martín, que tras una larga conversación nos demuestra que ese ‘san Benito’ de mal genio, no es para tanto. Al contrario, colaborador, cercano, sincero, preciso y con una cabeza muy bien amueblada, nos va desgranando una trayectoria a la que no quiere darle más importancia de la que tiene. Salamanca Médica, considera, no obstante, que es de justicia recuperar la voz de figuras de este tipo, que en su área, marcaron una etapa importante de la medicina salmantina. Lean con atención, hay mensajes para todos.
En este número nos enfrentamos a un referente de la medicina rural salmantina, que rezuma humildad por los cuatro costados. El Julián Bernal más entrañable se destapa ante Salamanca Médica para dar cuenta de su experiencia como médico. A punto de cumplir los noventa, reflexiona sobre los entresijos de una carrera, forjada a base de esfuerzo. Por más que él se empeñe en definirla como una vida “vulgar y corriente”, su franqueza, la seguridad de sus respuestas, su sinceridad y su claridad de ideas nos ponen ante la pista de un buen hombre, que encarna como pocos la figura de aquellos cientos de médicos de pueblo que tras entregar su vida a la profesión apenas si han visto reconocida su espléndida labor.
Salamanca Médica inicia el nuevo curso con un invitado especial. La posibilidad de entrevistar al prestigioso internista y hematólogo Ciril Rozman nos rondaba desde hace tiempo y su amabilidad lo ha hecho posible nada más proponérselo. A lo largo de estas páginas nos acercamos a unas de las personalidades médicas españolas más importantes del último medio siglo. Su sabiduría lejos de restringirse a las especialidades en las que ha brillado con maestría, se extiende a cuestiones profundamente humanas, que ningún médico debe pasar por alto.
En este número nos atrevemos a alborotar la pacífica jubilación de Ángel López-Berges, uno de los grandes protagonistas de la pediatría salmantina de los últimos cincuenta años. Su sentido del anonimato se desmorona a medida que encarrilamos una larga y amena conversación, en la que sale a flote su profunda vocación por la Pediatría y el niño. Con su elegancia habitual, virtud que conserva intacta a los 85 años, y con verbo tajante, irónico y crítico, nos da cuenta de la satisfacción del deber cumplido. Sin alardes, pero con las ideas muy claras, López-Berges ofrece algunas claves de vida que no entienden de especialidades médicas. Son reflexiones de hombre a hombre.
Le damos descanso en su sección de “Arte siempre arte” y lo invitamos a la entrevista de este número para que nos hable de Medicina y de Arte, las dos disciplinas que han centrado su vida, una vida intensa. Y es que Miguel Ferrer es una persona intensa por naturaleza, intensidad que no se ha apagado con la edad. Créanme, es un viejo bohemio y soñador que sigue llorando de emoción ante unas buenas pinceladas, unos trazos bien plasmados, unas líneas bien escritas, una bella instantánea o una pieza bien interpretada. ¿Anarquía? ¿Chaladura? No lo sé, pero ojalá todas las aficiones fueran tan patológicas y sanas, a la vez.
Irrumpimos en este número en la tranquilidad de Joaquín Montero Gómez, un cirujano sobradamente conocido en Salamanca por su dilatada trayectoria profesional y docente. Tras un año prácticamente de total retiro, a causa de la enfermedad, don Joaquín ha accedido amablemente a una vuelta a la vida pública a través de estas páginas. En ellas no sólo da cuenta de algunas de las claves de su brillante carrera: familia, trabajo y amistad. También pone el dedo en la llaga al hablar de preocupaciones muy actuales del ámbito político, social y médico. La elegancia de su verbo sigue mereciendo mucho la pena.
Nos acercamos a Don Pedro Amat con el profundo respeto que nos merece una persona que lo ha sido, si no todo, sí muchas cosas en Salamanca, decano, rector y ante todo catedrático. Por nada del mundo quiere que se obvie su condición de profesor y el contacto con los alumnos y compañeros en torno a su gran pasión, la anatomía. La aparente seriedad que nos infunde inicialmente la diferencia de edad, se viene rápidamente abajo por la gracia y el salero que denotan sus respuestas. Responde con la claridad y la contundencia que proporcionan la lucidez mental y la felicidad de una carrera bien llevada, paso a paso, y apoyada siempre en la familia.