Sí. No cabe la menor duda, a Salamanca le van muy bien los aires de libertad. En los primeros años de la última república ya lo hizo notar el escritor soviético al hablar de ella como una ciudad alegre, señorial y bulliciosa. Luego Carmen Laforet diría: “La alegría de Salamanca es algo más profundo, es una alegría parecida a la que a algunas personas les labra una sonrisa en las comisuras de la boca y les vuelve los ojos resplandecientes, como si ardiera en ellos, siempre, una oculta lámpara”.
Sólo una artista como ella, pintura por los cuatro costados, con raíces genealógicas bien hundidas en el corazón de la charrería, podría ofrecernos esta espléndida antología de los trajes y las galas de los hombres y mujeres de los campos salamanquinos.
Después de habernos referido a los personajes de médicos recogidos en dos películas ya clásicas, como El hombre elefante y El niño salvaje, nos fijamos ahora en un título bastante más reciente, aunque también más alejado desde el punto de vista geográfico y cultural: Doctor Akagi, dirigido por el japonés Shohei Imamura en 1998 y que pasó fugazmente por las pantallas españolas.
No he elegido el título –cardiológico-, por escribir para una revista médica. Ni siquiera por haber hecho las primeras ilustraciones del Manual de electrocardiografía del Dr. Estella (por lo que presumo no sólo de hermano, sino pedantemente de “coautor”). La elección obedece a una imagen acuñada por Unamuno, allá en septiembre de 1932, en un artículo dedicado al ágora salmantina. Escribió don Miguel: “Este es el corazón, henchido de sol y de aire, de la ciudad”. Setenta y cuatro septiembres más tarde, el autor del más importante libro sobre este Monumento Nacional, Alfonso Rodríguez Gutiérrez de Ceballos, escribiría: “lo que ha sido y por ventura sigue siendo (la Plaza), corazón vivo y palpitante de la ciudad, ágora ciudadana, foro comercial y anfiteatro festivo en una pieza”.
¿Sabríamos los límites
de los universos de Holbein,
Durero, Rembrandt, Goya
y Picasso si no hubieran grabado?
Pablo Picasso nació en Málaga
y halló un palito en el Perchel
que se le convirtió en pincel.
R. Alberti
Rosellini me ha enseñado que las actitudes pesimistas son snobs. Se habla de la incomunicación, de la decadencia…Son maneras de no tener en cuenta los asombrosos progresos que se hacen en la medicina, en la ciencia, en la sociedad. Antes de adoptar actitudes morales hay que informarse de lo que existe, de lo que está bien, e informar de ello a los demás». Esta frase, pronunciada por François Truffaut poco después de terminar el rodaje de El niño salvaje (1969), compendia el pensamiento de un autor que con esa película empezó a distanciarse de la llamada «Nouvelle Vague» francesa, surgida de la revista «Cahiers du Cinéma» y cuyos principios había compartido hasta entonces con Jean-Luc Godard, por ejemplo, para quien «un travelling es una cuestión moral».
La melomanía, ese vicio sublime, obliga al aficionado a rastrear y transitar constantemente la cada vez más interesante y perfecta discografía musical, y así poder analizar en toda su pureza sonora geniales versiones históricas gracias a la moderna y perfecta remasterización. Este análisis nos lleva a la conclusión de que nuestro siglo XX pasará a la historia musical como el gran siglo de la interpretación, tanto instrumental como orquestal, y a valorar la gran influencia que España ha tenido en el terreno musical, desmintiendo así a algún crítico que, con ligereza, egolatría e iconoclastia, se ha permitido alguna vez clasificar a España de país casi amusical
La hospitalidad ofrecida por el Colegio de Médicos de Salamanca en las páginas de su nueva revista nos permitirá ir componiendo, número a número, una galería de retratos de profesionales de la Medicina, tal como aparecen en películas, clásicas o contemporáneas, pero siempre destacadas por su interés cinematográfico.
Poder colaborar con una revista patrocinada y editada por el Colegio Oficial de Médicos de Salamanca supone para mí un honor y una gran satisfacción. En mi doble condición de médico y profesor universitario, creo firmemente que las actividades de ambas entidades, Universidades y Colegios han de coordinarse de una forma mucho más intensa que hasta ahora.