Cuando las salas de cine atraviesan una situación preagónica, las cinematografías nacionales se hunden casi sin remedio, todo parece estar en la red pero todo el mundo mira lo mismo, y los grandes del negocio fabrican una bagatela tras otra intentado llenar los locales públicos de incautos o aspirantes a descerebrados en3D, la televisión –alguna televisión, para ser justos– se erige en baluarte de la cultura audiovisual, creando series sólidas, bien escritas, mejor realizadas e interpretadas y, sobre todo, capaces de hablar con inteligencia, mediante la ficción, de la realidad en la que estamos inmersos.
El torero conoce el riesgo, sabe lo vecina suya que le es la muerte porque pocos como él, pacíficamente eso sí, han experimentado lo que dice más bien antitaurinamente María Zambrano: “Y la quietud deja libre al movimiento, y es desesperada acción: esa violencia, esa necesidad de matar y de matarse. Pues no cabe detener la vida, sino tan sólo degradarla, derrocharla o, simplemente, perderla
En esta ocasión vamos a referirnos a los restos que quedan de antiguas iglesias románicas que han perdurado hasta nuestros días y que dan testimonio de un legado medieval, como son: cinco arcos del único claustro románico que existió en Salamanca, descontextualizado y actualmente en el Asilo de la Vega, la portada norte de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa y las ruinas que perduran de San Polo;
Cuando se vuelve a hablar con insistencia de la eterna crisis del cine español –y se teme que esta vez sea verdad, dadas las dificultades con que tropieza la aplicación de la nueva Ley elaborada para protegerlo–, no estará de más echar la vista cuarenta años atrás para revisar una película como No desearás al vecino del quinto, protagonizada por un ginecólogo que se hace pasar por homosexual para evitar las reticencias de los hombres de su pueblo y que fue uno de los títulos más taquilleros de nuestra cinematografía. Porque de aquellos polvos vienen muchos de los lodos actuales.
Continuando con nuestro periplo por la Salamanca medieval, hoy vamos a centrarnos en las dos parroquias que restan de las cinco que han llegado hasta nosotros, mejor o peor conservadas, pero completas: las dedicadas a San Martín y a San Cristóbal.
Acabo de ver los últimos cuadros pintados por Jacinto Orejudo, quien me pide unas líneas para el catálogo de una exposición que proyecta hacer.
Son duras, muy serias estas cornadas pero Aleixandre, en fuerte paradoja, las llama beso: “El beso / con su testuz de sueño / y seda, insiste, / oscuro, negro”.
Inmediatamente después de su gran éxito con Eva al desnudo, el director de origen polaco Jo seph Leo Mankiewicz abordó la adaptación de una obra de Curt Goetz, Dr. Prätorius, que ya había sido llevada al cine en Alemania y volvería a serlo más adelante, sin demasiada repercusión. Murmullos en la ciudad –deficiente traducción del título original: People Will Talk (La gente hablará)– narra los conflictos de un médico poco convencional, utilizando algunas claves del melodrama para enmascarar una potente aunque no diáfana parábola política.
Santo Tomás Cantuariense En esta ocasión voy a tratar de reflejar algunas impresiones plásticas y literarias de esta iglesia románica consagrada a santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, que fue asesinado en su catedral por súbditos del rey Enrique II de Inglaterra en 1170. Defensor de la Iglesia de Roma frente a los intereses del