Una gran figura salmantina. Prestigioso médico, se ganó la confianza y el respeto de toda una generación de Salamanca, en la que se destacó por sus muchos y relevantes méritos. Adquirió generales simpatías por su carácter abierto, su bondadoso trato y su capacidad para granjearse amigos.
Catedrático de ‘Cosmografía y Física del Globo’, lideró una institución con cuatro frentes abiertos: la gripe de 1918, la colegiación obligatoria, la inexistencia de sede colegial y la falta de clínicas en la Facultad de Medicina
Una biografía breve, reuniendo unas hermosas semblanzas de don Darío Carrasco, ha sido publicada por don Luis Carlos TEJERIZO LÓPEZ en el libro La Real Academia de Medicina de Salamanca, Una crónica muy personal (Salamanca, 2006).
Ahora que estamos en el bicentenario de la Guerra de la Independencia parece oportuno y adecuado poner las miras en un descendiente directo de unas personas, — los Díaz— (como Miguel Díaz de Collantes) que tuvieron cierto protagonismo en aquella época en la villa de Salvatierra de Tormes. De aquella actuación pudiera haber nacido el gusto por la política a Eusebio Día y Díaz de Collantes, que fue diputado en las Cortes de la Primera Republica, en las de Amadeo I y en las de la Restauración, y que como diputado era conocido por el Charro de Salamanca. Si las semblanzas del anterior médico legan en momento adecuado, también las del que sigue llegan en buena hora, porque siendo don Emilio Firmat, muy amigo de don Miguel de Unamuno, este año que dedicado al tan insigne personaje, bien está exponer algo de sus amigos, aunque sea someramente.
Vulgarizar la ciencia, hacerla asequible a todas las inteligencias, y muy especialmente a todo aquello que a la vida y salud se refiere, es el mayor bien que puede hacerse a la humanidad…porque prevenir las enfermedades es de mayor mérito y utilidad que curarlas. Velar por la salud del pueblo es nuestro primer deber Evidenciarles las causas de las enfermedades, saber cómo éstas se adquieren y el sitio en que aquellas se encuentran vale tanto como aportar elementos de riqueza a los pueblos y evitar desgracias sin cuento a las familias
El grato recuerdo de la Beneficiencia Municipal de Salamanca
Fue uno de los más prestigiosos médicos salmantinos, cuya nombradía en la rama de Tocoginecología, era no solamente local, sino que alcanzaba a todo el ámbito nacional. Estudioso, dotado de gran inteligencia, en él coincidían una sólida y extensa formación científica, una dilatada experiencia y unas cualidades humanas poco comunes, destacando, por su grandeza de corazón, como hombre esencialmente bueno, cordial, sincero y de vida abnegada, que siguió en todo momento los principios de la más recta ejecutoria.
“Gran caballero, hombre bueno, todo sencillez y cordialidad. De vida austera y digna. Fue limpia su ejecutoria profesional y particular, forjada en el trabajo y en la rectitud de conciencia”
Destacó por inteligencia, su prestigio profesional, sus magníficas cualidades humanas, su simpatía y el considerable número de amigos y afectos con que contaba en Salamanca y en la provincia.