Dr. D. Antonio Ferreira Gómez

Por Ramón Martín Rodrigo

Licenciado en Geografía e Historia y en Historia del Arte
y doctor en Geografía e Historia

Un ginecólogo con prestigio nacional, muy querido

Fue uno de los más prestigiosos médicos salmantinos, cuya nombradía en la rama de Tocoginecología, era no solamente local, sino que alcanzaba a todo el ámbito nacional. Estudioso, dotado de gran inteligencia, en él coincidían una sólida y extensa formación científica, una dilatada experiencia y unas cualidades humanas poco comunes, destacando, por su grandeza de corazón, como hombre esencialmente bueno, cordial, sincero y de vida abnegada, que siguió en todo momento los principios de la más recta ejecutoria1.

¡Nos falta aún recodar personajes eminentes de Salamanca! Pues sí, ciertamente. Gloria grande es de esta Universidad que sus hijos ilustres sean tantos, es una riqueza cultural de esta ciudad y de sus familias, y, tratándose de médicos, ¡es un honor inconmensurable para el Colegio de Médicos de Salamanca! Muchos han sido los salmantinos beneméritos. Han dado cuenta de ellos González Dávila, Bernardo Dorado, Madoz, Esperabé, De Santiago Cividanes, etc. Sin embargo, con posterioridad a estos autores, vivieron en la ciudad del Tormes otras destacadísimas personalidades. Por tanto, también en nuestro tiempo es preciso dejar constancia escrita de ellas, para que así sean merecidamente valoradas en el futuro. Además, las biografías de personajes destacados pueden servir de ejemplo y de estímulo. En esos objetivos anda Salamanca Médica, aunque aquí las referencias sean forzosamente breves y algunas de las mismas salidas de mi humilde portátil. Hoy nos agrada presentar una de estas grandes personalidades salmantinas, de vida ejemplar: el Doctor Ferreira, cuya biografía, resumida, es como sigue.

Nacimiento y ascendencia

Don Antonio Ferreira Gómez en su juventud

D. Antonio Ferreira Gómez nació en  Salamanca el 19 de mayo de en 1909, hijo primogénito de una familia constituida por sus padres Antonio, relojero y óptico, y Priscila, dedicada a sus labores, más dos hermanos varones y una hermana. D. Antonio se casó en Cantalapiedra el 17 de mayo de 1938, con Juliana Villar de Partearroyo. Este matrimonio tuvo 6 hijos, de ellos 4 varones y 2 hembras. Falleció en Salamanca el 29 de junio de 1971.

Brillantísima carrera universitaria

Tras cursar los estudios de Ciencias en el Instituto General y Técnico de nuestra ciudad, D. Antonio Ferreira realizó su carrera de Medicina en la Facultad de la Universidad de Salamanca de 1925 a1932. Su expediente académico registró nada menos que 27 sobresalientes, de los que 21 fueron “Con Premio, Matrícula de Honor”, 1 Notable y 4 aprobados. Realizó el examen de Reválida2 (actualmente de Licenciatura) obteniendo otro importante sobresaliente, que fue coronado en septiembre de 1933, ganando al Premio Extraordinario de carrera. Además, mientras estudiaba Medicina, en 1929 obtuvo plaza de Alumno Interno en la Cátedra del profesor D. Casimiro Población Sánchez. También obtuvo el Premio del Dr. Cañizo, distinción honorífica y económica en la que la votación de los compañeros es básica para su concesión.

Y siguieron más estudios, pero Guerra Civil acarreó un paréntesis de tres años y alteró los planes

Al terminar los estudios universitarios continuó bajo la tutela de su maestro, el Dr. Población, en la cátedra de Obstetricia y Ginecología, compaginando el estudio para la preparación del título de especialista, con la preparación de la tesis doctoral. El doctor Población se marchó a Madrid en 1934, lo que lógicamente supuso cierta rémora para los estudios de D. Antonio, como la terminación de su tesis doctoral.

De todas las circunstancias vitales, incluidas las adversas, hay algunas personas que saben sacar utilidad. Como D. Antonio era médico y cirujano, y no sólo ginecólogo, durante la Guerra Civil tuvo que incorporarse en la Jefatura del Ejército del Aire, primero en Salamanca y luego en Zaragoza, como médico de la Sanidad de Aviación con el rango de teniente. De esta suerte logró un importante bagaje de práctica médica, para unir a sus meritorios estudios teóricos precedentes.

Al término de la contienda D. Antonio se incorporó en Salamanca para reiniciar su ejercicio médico en la especialidad de Obstetricia y Ginecología, y sobre todo preparando concienzudamente los temas de alguna de las oposiciones que se convocaran de su especialidad3, compaginando la consulta médica, el estudio, la vida familiar (ya había nacido su primer hijo)   actividad como médico en el aeródromo de Matacán4.

En los años cuarenta vive una década de gran actividad, trabajo y estudio: profesos auxiliar en la Universidad, director de la Casade la Madre, cursillos, tesis doctoral, maternólogo de Sanidad y varias publicaciones

Los años cuarenta son para D. Antonio una época de gran actividad profesional, trabajo y estudio. En enero de 1940abrió su consulta y clínica privada en Salamanca en la calle Pozo Amarillo, nº13, piso principal, de lo que dieron cuenta los periódicos locales. Días más tarde, en febrero, falleció el Madrid su maestro, el profesor Dr. D. Casimiro Población, muerte que, lógicamente causó un impacto importante, puesto que con él se había iniciado, él le había adoctrinado en la especialidad que fue su pasión, así como, a nivel personal, en la importancia de los valores humanos imprescindibles para el ejercicio de la Medicina.

D. Antonio ganó, en 1943, por oposición la plaza de médico interno de la Facultad de Medicina de Salamanca, adscrito a Obstetricia y Ginecología, con toma de posesión en mayo. Meses después, a comienzo del curso 1943- 44, fue nombrado profesor auxiliar temporal, con carácter provisional, de la Universidad. Este cargo le fue prorrogado durante dos cursos más, y en enero de 1947 se transformó en profesor adjunto, pero ese mismo año dejó la docencia.

Don Antonio Ferreira Gómez en su madurez

En abril de 1945 se inauguró en Salamanca la Casa de la Madre, institución de beneficencia de la obra de Auxilio Social, la que fue nombrado director médico. Este establecimiento, ubicado entre el Paseo de la Estación y la Avenida de los Comuneros, dedicado al tratamiento de Obstetricia y Ginecología de mujeres con escasos recursos, fue de gran importancia en su quehacer médico. Como es sabido, España se caracterizaba por tasa de natalidad, siendo también elevada la tasa de mortalidad infantil. Por eso tres años después de la apertura de la Casa de la Madre se escribió que aquella acogía “un desfile continuo de mujeres necesitadas5,” tanto que “en tres años y medio se había dado asistencia al parto a1.952 mujeres, de cuyos alumbramientos1.853 nacieron vivos y 119 muertos; y se habían practicado 283 intervenciones, entre ellas 51 cesáreas y 150 operaciones de Ginecología”. La plantilla inicial de la referida entidad estaba formada por D. Antonio Ferreira, director médico, según va dicho, y el resto del equipo, constituido por los especialistas6 doctores López Chaves y Polo, como ginecólogos, Ledesma y Prieto, puericultores, Crego, anestesista transfusor, y Sánchez Cuadrado, analista. Luego, hasta su clausura, en junio de 1968, se fueron incorporando otros facultativos, como los doctores Galache, Joaquín Vicente, Peña y Ferreira Villar. Y era directora administrativa la enfermera D. ª Antonia Palomo.

La actividad en la Casa de la Madre fue múltiple. Aparte de la acogida dada a mujeres con escasos recursos, prestándoles servicio de asistencia al embarazo, parto e incluso a patología ginecológica, se organizaron cursillos dirigidos a médicos rurales enfocados a prestar consejos y ayuda a estos profesionales que se enfrentaban a ejercer con escasos medios.

Pese a tantas ocupaciones, D. Antonio aún tuvo tiempo de concluir la tesis doctoral, que defendió en Madrid en1946, y versaba sobre Hormonoterapia intrauterina con estrógenos7, obteniendo la máxima calificación de entonces “Sobresaliente”. En estos años también consiguió por oposición la plaza de maternólogo del Estado, que ejerció como tal en la Jefatura Provincial de Sanidad hasta su fallecimiento.

Anuncio de la Clínica Ntra. Sra. del Pilar en la Gaceta Regional en 1959.

Clínica Maternal “Nuestra Señora del Pilar”

En octubre de 1955 se inauguró la Clínica Maternal Nuestra Señora del Pilar, solemnemente bendecida por el párroco de San Juan de Sahagún, D. Santos Jiménez. Ubicada en la calle Monroy, y conocida como la Clínica Ferreira, supuso una gran aportación a los servicios médicos salmantinos, siendo la primera y única clínica privada, exclusivamente dirigida a la asistencia obstétrica y ginecológica. Estuvo en funcionamiento bajo la dirección de D. Antonio hasta su muerte en 1971, y continuó luego bajo la de su hijo el Dr. Ferreira Villar, hasta su clausura en 1988.

Publicaciones y actividades científicas. Apasionada entrega

En este edificio de la calle Corrales de
Monroy estuvo instalada la Clínica Nuestra
Señora del Pilar

Como miembro de la SEGO y de la Ginecología de Castilla y León asistió asiduamente a cursos y congresos. Inició sus publicaciones, muchas y diversas, en 1940 en la revista Medicina y Cirugía, a la que le siguieron otros trabajos en Medicina, Toko-ginecología Práctica, Medicamenta8, Actas de Obstetricia y Ginecología, Revista Española de Obstetricia y Ginecología, Revista Médica Salmantina, Actualidad de Obstetricia Ginecológica, etc. Pero sin duda, lo principal a destacar fue el libro Obstetricia de urgencia para el médico práctico (Salamanca, 1949, 95 páginas, 80 figuras), manual dedicado al médico rural9, con una orientación científica, pero eminentemente práctico10. Finalmente no se ha de olvidar que la Colección Española de monografías médicas, editó en Barcelona en 1951, su obra Las amenorreas y su tratamiento, monografía en la que colaboraron las personalidades más destacadas de la ciencia médica española11.

En 1957, D. Antonio Ferreira acudió a un congreso en Suecia, donde, entre otros temas, se estudió el de la vacuoextracción y el modelo de ventosa de Malmström. Allí, D. Antonio compró la referida ventosa que, seguidamente incorporó al instrumental de su clínica. De esta suerte, D. Antonio formó parte de los pioneros de esta técnica en España, presentando además comunicaciones y trabajos sobre el aludido instrumento, aportando, incluso, modificaciones al original para aplicaciones en casos concretos. Siendo D. Antonio muy habilidoso en la utilización del fórceps, supo también serlo en los casos indicados de aplicación de la ventosa Malmström, siendo así reconocido   tratados de la especialidad12.

Sus aficiones: pintura, filatelia y fútbol. Entusiasta salmantino

Desde la juventud, dada su para la pintura se incorporó a las clases como uno más de los alumnos de un gran pintor local, D. Vidal González Arenal, al que admiraba grandemente, y por el que sentía gran cariño, y al que dedicó en 1967 un artículo en una exposición retrospectiva organizada por el Centro de Estudios Salamantinos13. Del buen hacer de su arte pictórico son algunos cuadros y dibujos en poder de sus hijos.

Casa de la Madre, situada en la confluencia del Paseo de la Estación y la Avenida de los Comuneros. Fotografía de Guzmán Gombau, publicada en La ciudad que vi (II), Salamanca 2009.

Otras marcadas inclinaciones14 de este doctor la constituían la música clásica y la filatelia. Gran aficionado al fútbol, y fiel socio de la UDS, asistía con frecuencia a los partidos aquí celebrados. Finalmente hay que señalar que, cuando el poco tiempo libre se lo permitía, él acudía la tertulia del Casino de Salamanca, habida a la hora del café, en el rincón derecho al fondo del salón de la planta baja de la referida entidad. Compartía, pues, aquella famosa tertulia con fieles amigos, compañeros médicos y distinguidos personajes salmantinos, como D. Manuel Estella, D. Federico Hoyos, D. César Real, D. Enrique Moro, D. Manuel Bondía, y un largo etc., de lo cual quedaron más testimonios escritos que fotográficos, aunque no falta alguno de estos.

Antonio Ferreira fue también un salmantino que amó mucho a su ciudad, que vivía intensamente cuanto sucedía en el ámbito de su tradición cultural y esa otra peripecia tan variada de la evolución y transformación de la urbe.

Extraordinarias cualidades profesionales y humanas

No quedaría perfectamente recordado el doctor Ferreira si, como resumen, no recogiéramos nuevamente cuánto con reiteración y unanimidad se dijo en vida del mismo, así como en las necrológicas, y en el aniversario de su muerte. No son propias, pues, las frases que siguen, que casi me limito a copiar15, para ser más objetivo:

Ventosa obstétrica, modelo Malmström, con mango curvo según la modificación del doctor Ferreira Gómez.

De todos es conocido el insaciable amoral estudio del doctor Ferreira, su infatigable capacidad para el trabajo, su indiscutible habilidad operatoria y su exquisita afabilidad. Vivió entregado a su especialidad en la que alcanzó gran prestigio. En cuanto a deberes morales, el doctor Ferreira se impulsó a sí mismo los de sembrar y difundir, de enseñar y capacitar. Esta dedicación le valió la consideración y admiración de cuantos le trataron. Destacó como un hombre francamente bueno, animado siempre de esa cordialidad, esa sinceridad y dignidad que sólo se da en los espíritus auténticamente nobles. Su sencillez ocultaba un espíritu cultivado, afanoso de saberes, sensible y sereno siempre. Por la grandeza de corazón, desprendimiento y sentimientos cristianos más arraigados llegó a ser un caballero ejemplar al que en todos los estamentos sociales se consideraba, quería y admiraba. Es, por consiguiente, necesario que conservemos, indeleble su recuerdo16.


Notas:

  1. Reelaborado de tres necrológicas, escritas en El Adelanto y La Gaceta Regional, dos al día siguiente de la muerte de D. Antonio, y la tercera un día después por D. Luciano Barcala, médico de La Alberca. ↩︎
  2. Es decir, terminó su licenciatura en 1932, pero su título de licenciado fue expedido en
    Madrid con fecha 5 de abril de 1934, por eso de la tardanza administrativa. ↩︎
  3. D. Antonio dejó consignado en un Diario manuscrito que en 1939 y 1940 estudiaba
    mucho cotidianamente; y que se presentó a oposiciones de Maternidad en León, donde hizo unos ejercicios brillantes, aunque la plaza fue para otro por las circunstancias que fuesen. ↩︎
  4. Él mismo anotó en su Diario cómo disfrutó en algunos vuelos que se realizaron por entonces. ↩︎
  5. Se habían realizado 7.180 consultas, se habían reconocido 3.560 mujeres enfermas o gestantes. ↩︎
  6. Reportaje de La Gaceta Regional, el 6 de febrero de 1949, resumido en la última página, del día 13 de febrero de 2010. Reportaje del 19 de mayo de 1946, página 7 en El Adelanto: La Casa tiene una capacidad de 42 camas, aunque generalmente hay habilitadas otras varias. Tres comadronas y tres enfermeras y un coche ambulancia para acudir a los puntos de urgencia, especialmente a los barrios extremos de la ciudad. Otro reportaje en El Adelanto por Francisco Tetilla, que hace un resumen del año 1950. ↩︎
  7. Expone los fundamentos fisiológicos de la inyección de estrógenos y la administración de otras hormonas, así como las perspectivas clínicas. Es modelo de estudio y preparación, con una exposición de los fundamentos y teorías sobre el tema, y se justifica acudiendo a bibliografía y sobre todo en la investigación. Fue publicada en Valencia en 1947. Constaba de 65 páginas con 60 grabados y fotografías. Fue reseñada en varias revistas de Medicina como Notas de Lefa y en la prensa local. ↩︎
  8. Por ejemplo, en esta revista Medicamenta, “El abdomen agudo de origen ginecológico”, y “Orientaciones del tratamiento medicamentoso en la debilidad contráctil del parto”. ↩︎
  9. Recibió opiniones muy favorables en la prensa médica, entre otros medios en Notas de Lefa,
    Clínica y Laboratorio, Revista Española de Obstetricia y Ginecología y Acta Ginecológica. ↩︎
  10. Expone lo que el médico general debe saber acerca del diagnóstico obstétrico y el correspondiente tratamiento durante la gestación. Señala los principales problemas que pueden presentarse con la anestesia, por las enfermedades extragrávidas, las manifestaciones gestáticas, las hemorragias, la lentitud o detención del parto, las complicaciones por infección, la atención al hijo, etc., y da orientaciones precisas y estrictamente clínicas para resolver las dificultades con que puede encontrarse el médico no especialista. ↩︎
  11. Hizo reseña de esta obra, en El Adelanto, D. Luciano Barcala. Y en ella expone que “la publicación de este trabajo por una editorial tan exigente como la Colección Española de Monografías Médicas, que dirige desde Barcelona el doctor Puig Sureda, demuestra el indudable prestigio de que el Dr. Ferreira goza en toda España como especialista”. ↩︎
  12. Tratado de Obstetricia Dexeus: Volumen III Operatoria Obstétrica, coordinador: Dr. J. M. Carrera. Ed. Salvat, Barcelona, 1978. Capítulo 7: Ventosa obstétrica, páginas 135-162. Textualmente en página 138 dice: “En España han efectuado modificaciones técnicas al modelo de Malmström los siguientes tocólogos: Ferreira Gómez (1961) quien añadió a la campana un tallo tractor rígido, que facilita su aplicación tracción…” ↩︎
  13. También escribió el prólogo del catálogo de esa exposición. En él recoge estas palabras de la necrológica de González Arenal, que escribió, en 1925, José María Arribas: “Vidal González Arenal, modeló el espíritu artístico de un grupo de jóvenes animosos”. Con lo cual, indirectamente D. Antonio está diciendo que también él fue conducido al conocimiento y amor del arte como uno más de esos alumnos. ↩︎
  14. De lo consignado en su Diario de los años 1939 y 1940 se deduce que también le gustaban el ajedrez y los toros. ↩︎
  15. Especialmente de las necrológicas referidas en la nota nº 1, aunque también se
    dijeron palabras semejantes durante su vida. ↩︎
  16. Agradezco sinceramente a su familia que me haya facilitado la información precisa, fotografías y otros materiales para confeccionar esta biografía. ↩︎

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