Tras el artículo de la revista de Navidad, y para continuar el viaje por tierras africanas, nos situamos hoy en agosto de2005, cuando visité por primera vez Togo. Tenía 24 años. A principios de año había dejado mi trabajo en una multinacional americana y en junio recién terminado un postgrado en cooperación internacional. Nunca había viajado a un país en desarrollo, aparte del típico fin de curso a Cuba, totalmente acotado en playas artificiales acomplejadas por el hotel y su “pulserita”.
Este insigne doctor, estuvo siempre entregado al estudio con afán de superación; fue prototipo de caballero y persona de conciencia muy recta. Su vida se caracterizó por la sencillez y supo rodearse de profundo respeto y del más exaltado cariño. Se llamaba Serafín Pierna Catalán. Las siguientes líneas tratan de recordarlo.
El autor repasa la historia de estos centros y su importancia en los siglos XV y XVI
Enrique de Sena fue sin duda un gran periodista para la historia de Salamanca. Nos conocimos cursando segundo de Medicina, allá en el 43, en la clase de aquella bondadosa persona y buen anatómico que fue don Pablo Beltrán de Heredia. Mucha gente ignora esa vocación de Enrique hacia la Medicina y que después cambió, sin duda acertadamente, por la del periodismo.
Con la satisfacción que supone haber salido elegido con amplio respaldo el máximo representante de los médicos españoles y la ilusión intacta por seguir defendiendo y planteando mejoras para este colectivo, nos recibe Juan José Rodríguez Sendín. Lo hace en su tierra, Salamanca, donde nació y se formó como médico. Aprovechamos su primera visita como presidente a un Colegio provincial para que nos hable de sus objetivos al frente de la Organización Médica Colegial. El escenario profesional a corto y medio plazo no se presenta nada fácil, reconoce, pero cierto es que sus ganas de trabajar hacen intuir una etapa en la que la profesión médica puede alcanzar tiempos mejores.
¿Quién que es no es romántico? Dice un poema de Rubén Darío. Pues eso. ¿Quién que es no es ya un enfermo? Al fin y al cabo, la salud no pasa de ser una noción abstracta. ¿Hay alguien, hubo nunca alguien que, en un momento determinado, pudo afirmarse sano, rotundamente sano?
La temperatura es la que es. ¿Da lo mismo 0º, +0º o -0º? Posiblemente, con el airecito del que gozamos estos días sí. Pero el signo da un matiz.
La insoportable levedad del ser, de Philip Kaufman La reciente polémica sobre la actitud adoptada por el escritor checo Milan Kundera en 1968, cuando, según algunos testimonios de dudosa credibilidad, habría delatado a un amigo ante las fuerzas represivas de obediencia soviética, pone de actualidad el argumento de su novela más conocida, La insoportable levedad
Pellicer, citado también por Villar y Macías, cuenta otros sucesos estudiantiles de triste recuerdo. En marzo de 1644 se produjo en Salamanca una revolución estudiantil contra un juez de la Chancillería al que quisieron ahorcar y al que le quemaron los archivos donde se almacenaban los expedientes de los procesos habidos. El corregidor, García de Cortés, salió en defensa de la justicia y la refriega se saldó con multitud de heridos entre los que se encontraba Diego Ordoñez, de la Orden Militar de Calatrava.