Era don Vicente uno de los hombres más ricos de Salamanca, sino el más rico. Banquero, de los muchos que ha dado esta tierra. Baste recordar entre ellos a las familias Coca y Cobaleda que los entrados en años recordarán, sobre todo, por la quiebra de la última, que afectó a muchos salmantinos que tenían en aquella banca local depositados sus ahorros. Algunos de los lectores retendrán en la retina el precioso edificio de la Plaza de los Bandos, con aquel jardincillo de entrada que daba a la banca familiar más empaque del que realmente tenía.
De las muchas ermitas que tenía Salamanca, ni una sola ha sobrevivido a la ciudad actual. La mayoría de los pequeños templos de culto popular han desaparecido sin dejar rastro. Sin embargo, muchas de las publicaciones de los estudiosos de nuestro pasado han logrado ubicarlas y recrearlas. Así, hoy día, podemos conocerlas a través de sus descripciones
La sección “Maestros con historia” nace para recordar a figuras insignes de la medicina salmantina. En ella queremos rescatar la memoria de personas del pasado, cuyas vidas encierran muchas lecciones para el presente. Estrena estas páginas Filiberto Villalobos, con quien Salamanca mantiene una enorme deuda. Desde el Colegio de Médicos queremos que sirvan de homenaje y reconocimiento a su labor y esperamos que sean acicate para que la ciudad aproveche el 2005, cuando se cumplen los 50 años de su muerte, para elevar su figura al lugar que le corresponde.
La salida a la calle de una nueva revista editada por el Colegio de Médicos de Salamanca me brinda la oportunidad de escribir sobre el pasado de nuestra ciudad. Salamanca tuvo y sigue teniendo un gran protagonismo en la Medicina española. Uno de mis principales empeños será desentrañar algunas de las múltiples contribuciones de la ciudad del Tormes a los saberes galénicos.