Filiberto Villalobos (II): Su muerte, sentida en toda la provincia

Su hijo Enrique narra los últimos años de la vida del ilustre médico

De nuevo diputado con la República

El 14 de abril de 1931 con la entrada del nuevo régimen político, la República, se celebran nuevas elecciones a diputado a Cortes. Filiberto Villalobos es elegido en primer lugar, por delante de los diputados de la Conjunción Republicano-Socialista (Santa Cecilia y Unamuno) y de los de la CEDA (Gil Robles, Casanueva y Lamamié de Clairac).

En esta etapa fue Villalobos el principal promotor del pantano de La Maya, que riega numerosas vegas de la provincia de Salamanca, así como el del río Águeda en Ciudad Rodrigo, del Sanatorio Antituberculosos, construido en Los Montalvos, y del Preventorio-Escuela.

La obra realizada por Villalobos en relación a la construcción de escuelas fue resaltada en la Cámara de los diputados por el entonces ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos, en el mes de marzo de 1932.

Ministro, cuarto escalón político

Imagen de F. Villalobos en 1954

Fue reelegido diputado a Cortes por Salamanca en las elecciones de 1933 y1936. En abril de 1934 es nombrado ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. A él se debe la política de construcciones escolares y de institutos de Segunda Enseñanza que sembró por toda España. Creó el Museo del Pueblo Español, la Junta de Protección de las Bibliotecas y Archivos Eclesiásticos, e impulsó la restauración de innumerables monumentos religiosos.

Hay que destacar también la reforma que hizo del Bachillerato, llamada “Plan Villalobos”, que ha sido considerada por “tirios y troyanos” como la más idónea e inteligente de toda Enseñanza Media de España.

Torrente Ballester, catedrático de instituto, en un artículo que publicó “Cambio 16” el 28 de diciembre de 1983, bajo el título “Viejas historias olvidadas”, decía: … “De lo que en realidad se trataba era de que los alumnos de los colegios privados no pasaran ante un tribunal de catedráticos para recibir sus calificaciones y sus títulos, como era costumbre. Fue una escaramuza que ganó la enseñanza privada. Se había planteado porque los profesores privados, en general, no alcanzaban la altura de conocimientos requerida por el “Plan Villalobos”, el único racional y razonable que hubo en España, desde un principio denostado, progresivamente destruido a fuerza de reformas…”

Firmó su labor con numerosas obras en Salamanca

En Salamanca y su provincia llevó a cabo obras de gran importancia. Aparte de distintos grupos escolares en distintos pueblos de la provincia, crea en la Facultad de Ciencias la Sección de Físico-química. Construye el Pabellón de Anatomía y Embriología de la Facultad de Medicina, construye en la Facultad de Ciencias un nuevo pabellón con aulas y laboratorios, reforma el Plan de Estudios de la carrera de Filosofía y Letras y crea la Escuela de Comercio y el Conservatorio de Música. Asimismo, otorga numerosas subvenciones para la reparación de los monumentos capitalinos.

“Ha sido un caso único en nuestra ciudad en todo el siglo XX y lo que va del XXI, como demuestra la admiración por su persona entre partidarios y oposición”.

En cuanto a la Enseñanza Primaria, quiso dejar huella de su paso por el Ministerio, construyendo el magnífico Grupo Escolar “Padre Francisco de Vitoria”.

Veneración por Miguel de Unamuno

Además de la gran amistad que tuvo siempre con don Miguel de Unamuno, sintió por él una gran veneración, hasta el punto de que fue el organizador del homenaje que le hizo la República con motivo de su jubilación, como quedó recogido en los periódicos de la época. Pasaron los años y don Filiberto siguió teniendo la misma veneración por don Miguel. Otra muestra de ello es que cuando tuvo lugar la celebración del VII Centenario de la Universidad de Salamanca en el año1954 –hacía 18 años que había fallecido don Miguel- apareció en los escaparates de las librerías salmantinas un opúsculo del obispo de Las Palmas, Monseñor Pildain, titulado “Unamuno, hereje máximo y maestro de herejías”.

El libro desapareció de las librerías, porque don Filiberto encargó a su hijo Enrique que fuera por cada una de ellas y comprase todos los ejemplares que tuvieran. De esta forma hizo desaparecer el trabajo, o lo que fuera, escrito por Pildain.

En julio de ese mismo año 1934, inaugura el Preventorio Escuela, primera Obra Social que realizó la Caja de Ahorros. Este Preventorio se construyó por la Caja de Ahorros a iniciativa de don Filiberto. Su finalidad era la de acoger en él y educar a niños pobres, hijos de padres tuberculosos, evitando de esta manera el contagio de la enfermedad.

Crisis de Gobierno y dimisión

En octubre se produce la crisis del Gobierno Samper. Sale éste de la Presidencia del Gobierno y es encargado de organizar otro don Alejandro Lerroux. A Villalobos le mantiene como ministro de Instrucción Pública, aunque el 28 de diciembre presenta la dimisión por no estar de acuerdo con la política del Gobierno y por su enfrentamiento en la Cámara con la minoría de la CEDA por su reforma del Plan de Bachillerato.

Con motivo de la resolución del partido melquiadista de votar a favor de la pena de muerte para los implicados en la Revolución de Octubre, Filiberto Villalobos, que era contrario a la pena de muerte, se aleja políticamente de Melquíades Álvarez.

Agradecimiento popular

El 15 de mayo tiene lugar en el Ayuntamiento la entrega, por el presidente de la Diputación, Luis García Romo, en representación de la provincia, y por el alcalde Miguel Íscar, en representación de la ciudad, a don Filiberto de una magnífica placa, digna de figurar en un museo, que fue adquirida por suscripción popular en agradecimiento a la labor que estaba realizando a favor de Salamanca y su provincia. Esto demuestra que ha sido un caso único en nuestra ciudad durante todo el siglo XX y lo que va del XXI, y demuestra la admiración por su persona entre partidarios y oposición, ya que tanto García Romo como Íscar eran personalidades muy significativas de la CEDA, muy distanciados políticamente del doctor Villalobos.

Ministro de nuevo con Portela

El 29 de diciembre entra el nuevo Gobierno presidido por Portela Valladares. En él figura como ministro de Instrucción Pública Filiberto Villalobos. Entre las felicitaciones que recibe por ello, se encuentra una tarjeta de Azorín que decía: “Mi cordial enhorabuena. Ya era hora de que en el huerto deshecho entrara un jardinero”.

El 16 de febrero de 1936 se celebran nuevas elecciones generales. Triunfa el Frente Popular. Cesa el Gobierno Portela Valladares y con él Filiberto Villalobos, que había salido elegido diputado a Cortes.

Durante estos meses del año 1936 continuó con la construcción de escuelas, siguiendo el plan trazado por él desde 1923 y atendiendo a la numerosa clientela que acudía diariamente a su consulta.

Siendo ministro presidió, junto al rector Unamuno, la Junta de
Gobierno de la Universidad en 1934.

Detenido y encarcelado

El 18 de julio se produce el Alzamiento Militar. Comienza la Guerra Civil. El 10 de agosto Villalobos fue detenido y recluido en la cárcel de Salamanca, llamada entonces “El Parador de los Caballeros”, donde permaneció hasta el 20 de julio de 1938, fecha en la que fue puesto en libertad, previa fuerte multa e incautación de sus bienes.

Acaba su carrera política y se dedica íntegramente a la clínica

Una vez en libertad, el doctor Villalobos puso fin a su brillante carrera política. Se dedicó intensamente a su labor humanitaria en la clínica y a su familia, en abandono durante tantos años para entregarse a la felicidad de los demás. Fueron quizás estos años los más pródigos de su evangélica conducta de hacer el bien a todos los que a él llegaban.

De los frutos obtenidos por esta labor habla Francisco García González en su libro “La Armuña”, donde dice de Villalobos que… “Hasta su muerte no se vería libre de otra hermosa y no buscada actividad, la de recoger algo que durante tantos años sembró y mereció: el reconocimiento constante, sincero, cariñoso, humano y casi fraternal de tantísimos a los que, con su gran sensibilidad social, atendió desinteresadamente, ayudó y prestó colaboración en su humana labor sanitaria y educativa”. … “En don Filiberto, el médico y el político fueron incomparables, pero el hombre lo fue mucho más”.

Murió revisando historias clínicas

Multitudinaria expresión de duelo del pueblo salmantino el día de su entierro.

A finales de 1954 le fue diagnosticada una gravísima lesión de corazón, por lo que los compañeros que le vieron le aconsejaron que dejara toda actividad profesional. Pero esta decisión era superior a sus fuerzas y fue incapaz de abandonar a los enfermos. Le sobrevino un infarto a la una de la madrugada del día 11 de febrero de 1955, cuando precisamente estaba escribiendo diagnósticos y regímenes de los enfermos que había visto durante el día. Falleció el día 13 con pleno conocimiento, despidiéndose de todos los que le rodeaban y bromeando con los monjes dominicos –de los que era médico-, que no se separaron de su lado desde que cayó enfermo. Dejó dispuesto que en su esquela no figurara más que el título de médico y que su entierro fuera lo más sencillo posible.

La noticia del fallecimiento fue un impacto en toda la ciudad y la provincia de Salamanca, y su entierro, la más grande manifestación de duelo que ha tenido lugar en nuestra ciudad.

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