“¡Cómo lo pasábamos antes! Todo el día en la calle (…) ¿Éramos más felices? Pasábamos más frío, teníamos menos comodidades, había más pobreza. Antes, como ahora, había gente solidaria, generosa, cariñosa… Sigue habiendo héroes”
“En su momento, este galardón sirvió de estímulo al estudiante merecedor del mismo, pero también a sus compañeros; el premiado, que ya era un alumno aplicado, sentía una mayor responsabilidad, a la vez que se incrementaba su vocación por la Medicina”
“Las ofertas para abrir y subvencionar hospitales de convalecientes fueron muy variadas y procedentes de distintos pueblos de las comarcas salmantinas. Se trataba de inmuebles con escasas dotaciones y con pocos medios sanitarios, más que la buena voluntad de los vecinos, que los acogían, alimentaban y curaban sus heridas bajo la dirección del médico del municipio”
Textos seleccionados por el autor a partir de su Laboratorio del lenguaje; reproducidos con autorización de ‘Diario Médico’
La medicina actual parece consistir en ofrecer una asistencia sanitaria precisa, rápida y, en ocasiones, concisa. Comete el error con frecuencia de no abordar al paciente con la integridad y la complejidad que en sí mismo conforma. Diagnosticamos y tratamos la enfermedad, pero olvidamos el trasfondo: “la persona” que la padece. Esto, que parece poco pragmático, supone un verdadero reto en la práctica clínica de cualquier profesional y lo que nunca debería limitar el sistema.