Vidas paralelas: D. Julio Pérez Martín y D. Vicente López Jiménez

Por Ramón Martín Rodrigo

Licenciado en Geografía e Historia y en Historia del Arte
y doctor en Geografía e Historia

Un acercamiento a dos ginecólogos coetáneos, compañeros y con otras concomitancias entre sí

Dedico este trabajo a los médicos ginecólogos de Salamanca, aunque con más precisión tendría que decir a especialistas en matriz y partos, tocólogos, profesores de Obstetricia y de Ginecología. Especialmente quiero recordar a D . Joaquín Vicente, con quien compartí ratos de amigable y entretenida tertulia. Él me dijo que en su vida profesional había atendido unos cinco mil partos.

También cada uno de los restantes ginecólogos alcanzaría altas cifras de alumbramientos atendidos a lo largo de una dilatada experiencia en épocas de alta tasa de natalidad en España, como la de 1920 a 1970. De algunos de estos especialistas ya he presentado en revistas anteriores su biografía, como las de D. Antonio Ferreira y D. Ángel García Hernández.

Hoy elijo a dos coetáneos, compañeros y con otras concomitancias entre sí en su profesión: D. JULIO PÉREZ MARTÍN y D. VICENTE LÓPEZ JIMÉNEZ. Primeramente presento a cada uno de ellos y luego, como hacía Plutarco, realizo un resumen de semejanzas y diferencias de sus vidas paralelas.

D. Julio Pérez Martín

Nacimiento, familia y estudios de Bachillerato

Julio Pérez Martín nació el 14 de febrero de 1895. Fue hijo de Santiago Pérez Hernández, natural de Ledesma y de profesión peluquero, y de Amparo Martín Rodríguez, natural de Salamanca, domiciliados en la calle del Palomo. Se le puso por nombre Julio Valentín, pero su segunda denominación fue olvidada desde pequeño.

En septiembre de 1907, Julio Pérez realizó el ingreso en Bachillerato en el Instituto Fray Luis de León de Salamanca. Sus notas, siendo un niño de clase humilde, fueron muy buenas: Efectivamente, lleva, hasta el 5 de julio de 1910, 5 sobresalientes, 7 notables y 4 aprobados. Seguidamente, solicitó a la Junta de Colegios Universitarios de Salamanca una beca para residir en el Colegio de Santa María de los Ángeles y le fue concedida.

Carrera de Medicina

Acabado el Bachillerato, pasó un tiempo que no se explica bien, pues Julio Pérez Martín inició la carrera de Medicina en 1913, cuando iba a cumplir los 18 años.

Cursó la referida carrera desde el curso 1913 al de 1919-1920. Así pues, no se matriculaba en la totalidad de materias cada curso, sino que lo haría de las asignaturas que podía preparar a fondo. Durante esos siete cursos siguió siendo becario del Colegio Mayor de Santa María de los Ángeles, luego del de Santiago Zebedeo. Consiguió 24 sobresalientes y 4 notables, sin ningún aprobado ni suspenso. Detrás de veinte asignaturas de sobresaliente aparece escrito “Premio”, que significa poder optar a una matrícula gratuita en un asignatura para el curso siguiente.

Extraña que en su expediente académico no conste si llegó a ser “alumno interno” de Medicina. Quizás no se presentase a los ejercicios requeridos para no perder la beca de internado en el mencionado Colegio de Santa María.

Hay, no obstante, un detalle que demuestra la confianza puesta en él por el catedrático don Agustín del Cañizo, pues le encargó provisionalmente de Clínica de Patología Médica, primer curso, desde fines de noviembre hasta el 15 de enero de 1920. Por lo cual el profesor Cañizo pidió al Rector que justificase la inasistencia a la cátedra de Medicina Legal en ese tiempo. Vemos, pues, que, sin acabar la carrera, fue nada menos que ¡sustituto de Cañizo!

Foto publicada en El Adelanto el 31 de mayo de 1970. En ella aparecen los médicos de la promoción de 1920. D. Julio Pérez Martín es el cuarto, contando de izquierda a derecha, en la fila de detrás de las mujeres; su mujer es también la cuarta, de izquierda a derecha.

Promoción de médicos de 1920

La foto anterior la envió D. Teodoro Sánchez Álvarez desde Aldenueva del Camino con ocasión de las bodas de oro de esa promoción de médicos. Se advierte que la foto fue realizada unos años después de 1920, porque en ella nuestro personaje, como otros, ya aparece casado. Fue precisamente D. Julio Pérez Martín quien recordó los nombres de cada persona de la imagen, pero no dijo el nombre de su mujer.

También D. Teodoro, junto a la foto, envió al periódico unas líneas en las que evocaba al fotógrafo Ansede y a don Julio Pérez. El recuerdo de don Julio deja entender que, al término de la carrera, nuestro biografiado era precisamente una de las figuras más señeras de su promoción.

Cursos de doctorado

Julio Pérez Martín terminó su carrera de Medicina en junio de 1920. Da fe de su terminación que el 23 de junio solicitó que la Junta de Colegios Universitarios le abonase el coste del título y le reservara los derechos para hacer los correspondientes estudios de Doctorados. La doble solicitud, efectivamente atendida, pues reunía las condiciones para ambas cosas. Evidentemente, don Julio marchó a Madrid, donde firma una solicitud en noviembre de 1920, y allí realizó los cursos de doctorado; sin embargo, no consta de qué materias fueron, como tampoco que hiciera una tesis ni sobre qué, si es que la realizó.

Desempeñó una serie de cargos: forense, médico de guardia, médico de la beneficencia y auxiliar temporal

Había que ganar para vivir y, además, para ayudar a los padres. Esa necesidad pudo ser causa de que inmediatamente aceptase los primeros destinos que se fueron produciendo: en primer lugar, en 1921, aparece como médico forense en Sequeros , y hay que entender que estaría allí como sustituto o interino.

Dos años después, en junio de 1923, a propuesta de la Facultad de Medicina de Salamanca, don Julio es nombrado médico de guardia interino del Hospital Clínico Provincial, con el sueldo de 1.500 pts. anuales y por cuatro años de duración. De esta categoría pasó a la de médico de guardia en propiedad el 1 de julio de 1925. Por entonces sería cuando contrajo matrimonio, pues su hijo, don Julio Pérez Rodríguez, nació en noviembre de 1926.

Luego (cerca de 1929) realizó oposiciones a médico de la Beneficencia Municipal de Salamanca y obtuvo plaza. Finalmente, a partir de julio de 1930, por concurso de méritos y a propuesta de la Facultad de Medicina de Salamanca, pasó a ser auxiliar temporal con el sueldo anual de 3.000 pts. En 1933, la Facultad de Medicina lo propuso para el desempeño “por acumulación” de una de las cátedras de Obstetricia y Ginecología, con la correspondiente indemnización de 3.000 pts. Al año siguiente, según correspondía por haber cumplido los cuatro años, renovó el contrato de profesor auxiliar. En todos estos años siguió anunciándose como especialista en matriz y partos, añadiendo en los anuncios, para darle más importancia, que era médico de la Beneficencia y profesor auxiliar temporal de la facultad de Medicina.

Un final inesperado

Iniciada la guerra civil, los profesores, llamados por el Rector, se presentaron en la Universidad de Salamanca, y ésta inició sus clases. Poco podía sospechar lo que le sucedería a los pocos meses, pues, por una Orden de la Junta Técnica del Estado, quedó “suspenso de empleo y sueldo como auxiliar temporal”.

Por si era poco, el Ayuntamiento de Salamanca preguntaba, el 31 de marzo siguiente, sobre la resolución de la Junta Depu￾radora respecto de D. Julio Pérez Martín como médico de la Benecencia. Ya no consta la respuesta de la Junta Técnica del Estado, pero dado que don Julio nunca más volvió a anunciar￾se como tal médico, parece obvio que también fue cesado. La represalia había sido doble.

D. Julio siguió ejerciendo su profesión de ginecólogo, y como tal aparece en la Guía Fag de médicos realizada en 1938. Luego siguieron tiempos muy duros para la economía nacional. Algunos profesores fueron rehabilitados, de él no se ha dicho nada. Quizás cayó en la cuenta de que le era mejor seguir por la vía particular que la estatal.

Al paso del tiempo, se anuncia en la prensa local en varios domicilios, hasta que por fin lo hace en el definitivo, en la Gran Vía 12, principal. Allí continuará su labor su hijo, D. Julio Pérez Rodríguez.

Homenajes en 1969 y 2006

En 10 de junio de 1969, la Asociación de la Prensa de Salamanca trae la foto de la imposición a D. Julio y a otros tres personajes de la medalla de oro de esa Asociación. No venía mal este reconocimiento al decano del Cuadro Médico de la ciudad, como forma de dar a conocer que había sido un eminente médico.

El segundo homenaje, ya póstumo, fue el 11 de diciembre de 2006. Fue realizado para los miembros de la comunidad universitaria de Salamanca represaliados durante la guerra civil. El acto se celebró en el Paraninfo de la Universidad, presidido por el Rector de la misma, D. Enrique Battaner, y bajo la dirección de D. Ricardo Robledo. Los nombres de D. Julio y de D. Vicente López se refirieron junto a otros médicos, como Moraza, Prieto Carrasco y Godeardo Peralta.

D. Vicente López Jiménez

Una carrera brillantísima

No consta en su expediente en qué Facultad cursó la carrera de Medicina. Hay que suponer que no fue en Salamanca, porque revisando sobresalientes obtenidos curso por curso por los alumnos de Medicina en ‘El Adelanto’, que solía citarlos a comienzos de junio, no aparece nunca el nombre de don Teodoro Vicente López Jiménez. Como tampoco aparece en los expedientes de Bachillerato del Instituto Fray Luis de León.

Sin embargo, en ‘El Adelanto’, que escribe brevemente un resumen de su biografía el 28 de junio de 1935, se recogen tres valiosos detalles: a) obtuvo en su carrera calificaciones brillantísimas; b) fue alumno interno de Obstetricia y c) obtuvo en 1928 su titulo de licenciado en Medicina y Cirugía con nota de sobresaliente.

Una serie de puestos profesionales distinguidos

Tres años después de terminar su licenciatura, consigue un puesto en la docencia. ‘El Adelanto’ señala que ganó por oposición la plaza de auxiliar temporal, pero en su expediente, que es más creíble, consta lo siguiente: que, “a propuesta de la Junta de Profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, D. Teodoro Vicente López Jiménez fue nombrado auxiliar temporal adscrito a la Cátedra de Obstetricia y Ginecología, primero y segundo curso, con la gratificación de 3.000 pts. anuales”.

El título administrativo se extiende en Salamanca el 1 de julio de 1930. De suerte que, hecho el cómputo de sus cursos académicos previos, no van tres, sino dos, 1928-1929 y 1929-1930; pero posiblemente contaron por años naturales, no por cursos académicos.

De la propuesta de la Facultad se deduce que ya era conocido y bien valorado en la Facultad de Salamanca. Es lógico suponer que antes de llegar a auxiliar habría estado en la Facultad de Medicina desarrollando algunas tareas. Para que esto no quedase en suposición, efectivamente lo confirma la reseña biográfica mencionada cuando precisa: “Este joven doctor es una figura destacada de Obstetricia y Ginecología. Apenas terminó su carrera fue ayudante de la Cátedra de Obstetricia y Ginecología en la Facultad de Salamanca y, al mismo tiempo, fue ayudante del eminente doctor don Casimiro Población”.

Un ascenso en la docencia

Dos cursos después del inicio de su labor docente como auxiliar, en octubre de 1933, le llega una nueva propuesta de la Facultad de Medicina: “Don Teodoro Vicente López se encargue del desempeño de la Cátedra de Ginecología, por traslado del Dr. Población. Se le acredite el percibo de dos tercios del sueldo de esta Cátedra”. Por eso mismo, en la orla de Medicina de mayo de 1935, aparece su fotografía en el grupo de profesores, y precisamente al lado de Población. En 1934 le tocó renovar el contrato de profesor auxiliar, lo que lógicamente realizó, pues vemos que en los siguientes años sigue siéndolo. En agosto de 1935, tomó posesión de la Cátedra de Obstetricia y Ginecología el doctor Usandizaga, pero es presumible que las cosas cambia￾ran poco aquel curso. No así el curso siguiente, como vamos a ver dos epígrafes más abajo.

Médico de la Beneficencia de Salamanca. Homenaje

En junio de 1935 se realizan oposiciones para una plaza de ginecólogo de la beneficencia municipal de Salamanca. El tribunal acordó por unanimidad otorgar la plaza a don Vicente. Era presidente del tribunal D . Pedro Sandoval, y vocales, D . Juan Sánchez Cózar, D. Adolfo Núñez, D. Francisco Méndez y D . Julio Pérez Martín. Para celebrar el triunfo obtenido, un grupo de amigos y compañeros le ofrecieron una cena en el Novelty, de la que quedó el recuerdo en la foto que, tomada de ‘El Adelanto’, aquí se inserta. Entre los doctores asistentes se hallaban don Antonio Ferrerira, don Agustín Bullón, don Adolfo Núñez y don Emilio Salcedo, además de otros de gran reputación.

Final inesperado en la docencia: cese como profesor

En septiembre de 1936, cumpliendo la llamada Rector de la Universidad, se presenta el día 15 del mes. No consta más en su expediente. Es presumible que siguió dando clases en ese curso, al menos hasta que le llegase la orden de cese dada de la Junta Técnica del Estado, que no especificó los motivos. En su expediente solo se dice escuetamente: “Habiendo transcurrido ocho años de su toma de posesión de la Auxiliaría Temporal, ha cesado según la Orden correspondiente”. Resulta obvio que se le aplicó alguna depuración. Sin embargo, él continuó siendo médico de la Beneficencia Municipal, y como tal siguió consignándolo en sus anuncios y, además, cuando se pidió ayuda para atender a los enfermos de los hospitales militares, él facilitó material.

Defunción y homenaje póstumo

D. Vicente López Jiménez murió en Salamanca el 12 de octubre de 1966. La esquela descubre que estaba casado con doña Elvira Olivera García, que eran sus hermanos Carmen, Donato y Micaela, y era su tía Teresa Patino; además, precisa que forma parte del sentimiento de su muerte su fiel Andrea Barbero Vicente. El apellido Olivera sugiere algún entronque con Ledesma o su zona; el apellido Patino nos lleva al recuerdo del director de cine don Basilio Martín Patino, de Lumbrales.

Paralelismo profesional entre los doctores D. Julio Pérez Martín y D. Vicente López Jiménez

No se trata de hacer un parangón entre don Julio Pérez Martín y don Vicente López Jiménez ni de valorar a uno más que otro, sino de ver cómo en su trayectoria vital se dieron una serie de semejanzas entre ambos. Estas similitudes no fueron meras coincidencias por casualidad, sino que procedieron de las salidas que se les presentaban a los que tenían una formación parecida.

Los tiempos de la dictadura de Primo de Rivera y de la II República eran difíciles. Los médicos que buscaban promoción tenían que esforzarse en el estudio. Si esos aspirantes procedían de una familia de pocos medios, pero eran inteligentes y trabajadores, para un puesto social elevado tenían que recorrer un camino parecido.

— Los dos tuvieron dos nombres, dejaron aparte uno de ellos y su ascendencia tiene alguna relación con Ledesma o su comarca.

— Ambos fueron coetáneos y coincidieron en destinos: en la Beneficencia Municipal, como profesores auxiliares, y hasta en el desempeño provisional de una cátedra.

— Ambos fueron represaliados durante la guerra civil y conjuntamente recordados en el homenaje que la Universidad realizó en 2006.

— D. Vicente López Jiménez continuó ejerciendo en la Beneficencia Municipal de Salamanca, pero murió muchos años antes que don Julio Pérez Martín. Este último gozó la suerte de tener un hijo sucesor en su misma profesión y compartir con el padre un mismo espacio para el estudio y consulta médica.

En resumen, en ambos médicos se aprecia un prestigio profesional bien ganado y, además, en medio de bastante competencia, pues los médicos ginecólogos no fueron pocos en Salamanca, donde, además de dos hospitales, funcionaban otras dos clínicas, la de Santa Isabel y la del doctor Ferreira, más el sanatorio del doctor Casimiro Población.

Recorte de la información publicada en ‘La Gaceta de Salamanca’ en diciembre de 2016, durante el homenaje que rindió la Universidad de Salamanca a los represaliados de la institución académica durante la guerra civil (imagen tomada del blog Justicia y Memoria, de Inés García Holgado)

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