Los estudios los inicia en la escuela aneja a la Normal de Magisterio, pasando en 1897, al colegio Jesuita de San Carlos Borromeo, con la intención de seguir la carrera eclesiástica, intención que abandona en 1901, pasando a estudiar bachiller con una beca en el colegio menor universitario de Santa Ana y San Andrés. Esta beca de dos pesetas la conservará hasta el final de los estudios de Medicina, siendo esta la clave económica que le permitió completar su formación universitaria.
La sección “Maestros con historia” nace para recordar a figuras insignes de la medicina salmantina. En ella queremos rescatar la memoria de personas del pasado, cuyas vidas encierran muchas lecciones para el presente. Estrena estas páginas Filiberto Villalobos, con quien Salamanca mantiene una enorme deuda. Desde el Colegio de Médicos queremos que sirvan de homenaje y reconocimiento a su labor y esperamos que sean acicate para que la ciudad aproveche el 2005, cuando se cumplen los 50 años de su muerte, para elevar su figura al lugar que le corresponde.