La casa de socorro

Texto: Jesús Málaga

Fotografías: Andrés Santiago Mariño

El autor destaca la labor de los médicos que trabajaron en esta desaparecida institución

Los lectores que tengan una cierta edad recordarán las Casas de Socorro. Estos centros sanitarios urbanos fueron muy populares en nuestras ciudades y a ellas se recurría tanto para suturar una brecha, vigilar un chichón o pitera resultante de una pedrada, en caso de mordedura de un perro o para hacerse poner inyecciones por el practicante de turno. En sus instalaciones se realizaban intervenciones quirúrgicas que no necesitaban de hospitalización. También, en ocasiones, se las utilizaba para despertar de una melopea a un compañero de juerga nocturna y, en más de una riña, en las que las diferencias se habían saldado con algún herido leve, para curar a los malparados contendientes.

Recuerdo que en mis años mozos, desde este centro se derivaban al Hospital Provincial o al de la Santísima Trinidad los casos más graves que no podían ser atendidos con los escasos medios de que disponía la Casa de Socorro. La gravedad de un herido era valorada por la prensa según se hubiera podido atender en la Casa de Socorro o el paso del lesionado a un centro hospitalario.

En Salamanca, la Casa de Socorro estaba situada en un precioso edificio, realizado para tal fin, y que hoy se conserva, fuera de contexto, rodeado de grandes edificaciones que lo empequeñecen. Este coqueto palacete está dedicado en la actualidad a la noble función de albergar anaqueles llenos de libros, dando sede a la biblioteca infantil municipal, en la plaza que desde mediados de los setenta del pasado siglo recibe el nombre del poeta salmantino Gabriel y Galán1.

Muchos fueron los destinos de esta construcción cuando dejó de ser Casa de Socorro antes de acoger, entre paredes, la primera biblioteca que tuvo el municipio de la culta Salamanca. La Policía Municipal tuvo entre sus muros su cuartelillo antes de trasladarse a su actual residencia en el edificio de La Salle, hace ya 25 años2.

En los jardines que dan a su entrada principal se colocaron en 1976 las esculturas de Gabriel y Galán, la Montaraza y el Ama que fueron trasladadas desde la Biblioteca de la Caja de Ahorros del Campo de San Francisco. Parece que el destino del popular y querido poeta salmantino es la de vigilar la entrada de las bibliotecas públicas de su querida Salamanca3.

En 1887 las ordenanzas Municipales de la ciudad de Salamanca hablan ya de la Casa de Socorro como forma de asistencia facultativa a los enfermos pobres. En esos años, en la capital charra, las familias sin recursos eran una mayoría abrumadora. Para atender a este numeroso grupo de población, los ayuntamientos contaban con el Cuerpo Facultativo de Hospitalidad Domiciliaria que fue creado por Real Orden de 8 de enero de 1886, aunque ya existían en virtud de reglamento desde octubre de 18734.

Desde su puesta en marcha quedaron claras las competencias de la Casa de Socorro. En ella se trataban los accidentes que ocurrían en la vía pública y en el domicilio particular, cuando las calles no eran transitaban por tantos vehículos como ahora y los accidentes no eran tan graves.

La plantilla de este cuerpo facultativo de hospitalidad domiciliaria y de la Casade Socorro en Salamanca lo formaban un nutrido número de profesionales: Seis médicos titulares, dos supernumerarios, los practicantes de plantilla y los farmauticos, estos últimos estaban concertados por el Ayuntamiento para el suministro de medicinas a los inscritos en las listas de la beneficencia. Desde su creación, la Casa de Socorro tenía abierta una partida presupuestaria para sufragar, entre otras cosas, los gastos de baños y aguas medicinales que los enfermos pobres necesitaban por prescripción facultativa.

Desde 1943 los municipios que contaban con más de 8.000 habitantes y no excedían los 20.000 estaban obligados a contar con una Casa de Socorro. Los ayuntamientos con más de 100.000 habitantes tenían obligación de tener abierta una Casa de Socorro por cada cien mil almas o fracción. Salamanca estaba clasificada entre las ciudades de cuarta categoría que eran las que se encontraban entre 25.000 y 75.000 habitantes.

Estos centros sanitarios debían tener guardia interior permanente y servicio exterior nocturno, consultas de Medicina, Cirugía y Especialidades, a ser posible desempeñadas por los mismos médicos del turno de guardia, y, si el movimiento del centro lo permitía, durante las mismas horas en que se realizaba el servicio de guardia5.

Los pacientes que solicitaban los servicios de la Casa de Socorro y que no estaban incluidos en las listas de beneficencia municipal, abonaban, conforme a unas tarifas establecidas por la Jefatura Provincial de Sanidad, el acto médico al que se había sometido el paciente. Además de los pobres, también quedaban excluidos de pagar la tasa por servicios prestados los sujetos considerados dentro de la asistencia médica de urgencia, los accidentes casuales con carácter de urgencia y las visitas a domicilio de noche a personas sin seguridad social o aquellos que no estaban acogidos a empresas de Seguro Libre y que carecían de médico de cabecera o de cualquiera otro beneficio médico de urgencia.

Los honorarios que se cobraban hace treinta años, en 1976, comparados con los actuales nos producirán cierta perplejidad. Las curas y vendajes simples valían 250 pesetas, las inyecciones diurnas100 y las nocturnas o las realizadas en días festivos se encarecían hasta las 125. Las pequeñas intervenciones médicas, con puntos de sutura, se cobraban a 1.500 pesetas. Las radioscopias valían 250, las visitas sin intervención a domicilio, en cualquier hora del día, se valoraban en 1.000 pesetas y si se hacía de noche se le sumaban 500 pesetas a las mil anteriores. El apartado de reyertas y otros accidentes, voluntarios o provocados, con posible responsabilidad civil tenían tarifa aparte. Si no había intervención quirúrgica se pagaban 500 pesetas, si había intervención quirúrgica menor subía a 1.000 pesetas y si la intervención era mayor se les cobraba 1.500.

En 1967 se declararon a extinguir los cuerpos de médicos de Casas de Socorro y Hospitales Municipales. En los años 70 la Casa de Socorro de Salamanca se instaló en el Hospital de la Santísima Trinidad. Disponía entonces de quirófano de primeras curas, sala de Rayos X, dos consultorios, una sala de espera, dos despachos, dos salas para poner inyecciones, dos dormitorios y una sala para los conserjes. Desde este último lugar ocupado por la Casa de Socorro se realizaban, al igual que en sus orígenes, servicios médicos exteriores e interiores para aquellos que lo solicitaban6.

De las memorias de secretaría del Ayuntamiento de Salamanca correspondientes a los años 1971 a 1976 podemos extraer algunos datos estadísticos interesantes. En ellos se nos muestra la actividad de la Casa de Socorro cuando se encaminaba a las últimas décadas de existencia. En 1976 se trataron 944 accidentes casuales, 247 accidentes por agresión, 23 accidentes de trabajo, 48 accidentes de tráfico, 29 mordeduras de perro, 1 mordedura de gato, 37 enfermos asistidos en su domicilio y 30 enfermos asistidos en el centro.

El total de servicios realizados fue aumentando según pasaba el tiempo. Si recogemos los datos estadísticos de los últimos años de vida de la Casa de Socorro de Salamanca, en 1980 se realizaron 864; 1.109 en 1981 y el año 1982 termina con un aumento espectacular de asistidos, subiendo hasta 1.5607.

Los trámites para la supresión de la Casa de Socorro de Salamanca se realizaron lentamente a lo largo de los años noventa. Se amortizaron las plazas de médicos y ATS, se modificó la Relación de Puestos de Trabajo y se crearon nuevas plazas en las Zonas Básicas de Salud y en los Servicios Territoriales. Las últimas gestiones realizadas entre el Ayuntamiento de Salamanca y la Junta de Castilla y León para la desaparición de la Casa de Socorro tiene como fecha el año 1992. Para finiquitar la Casa de Socorro se tuvieron que salvar los conflictos existentes entre la Federación Española de Municipios y Provincias y el Ministerio de Sanidad8.

Con este escrito quiero rendir un pequeño homenaje a los sanitarios que trabajaron en las Casas de Socorro y más concretamente a los médicos, practicantes, ATS y ordenanzas de la de Salamanca. Sin apenas medios, con mucho trabajo y grandes dosis de voluntariedad, lograron altas cotas de asistencia sanitaria. Su trabajo era atender pequeñas incidencias, pero así lograban eliminar de los hospitales muchas de las urgencias que hubieran saturado las viejas clínicas de entonces. Su desaparición era previsible ante las nuevas formas de atención sanitaria, pero el trabajo durante algo más de un siglo del Cuerpo Facultativo de Hospitalidad Domiciliaria y del funcionamiento de las Casas de Socorro, merece nuestro reconocimiento y recuerdo.


Notas:

  1. En 1979, cuando llegó la primera corporación democrática al Ayuntamiento de Salamanca, la ciudad, a pesar de ser la sede de la Universidad más antigua de la Península, no tenía ni una sola biblioteca municipal. El ayuntamiento compró una biblioteca con gran número de ejemplares de fondo antiguo y de gran valor bibliográfico, al que fuera director del diario El País en su edición histórica. Los fondos fueron trasladados a Salamanca por el primer teniente de alcalde, Juan José Melero Marcos, y el actual director de la Filmoteca de Castilla y León, Juan Antonio Pérez Millán, entonces director de la Casa de Cultura del Ayuntamiento, la noche del 23 de febrero de 1981, en pleno golpe de Estado del Teniente Coronel Tejero. ↩︎
  2. Agradecemos a Jacinto Casas, secretario del Ayuntamiento de Salamanca durante muchos años, la aportación de documentación para la elaboración de este artículo. ↩︎
  3. Blanco García, T. Monumentos Conmemorativos en Salamanca, 2002,67-74.. ↩︎
  4. Ordenanzas Municipales de la Ciudad de Salamanca aprobadas definitivamente por el Ayuntamiento de Salamanca en sesión de 2 de agosto de 1897. ↩︎
  5. Carmelo Abellán. Tratado práctico de la Administración Local; sobre Casas de Socorro y Hospitales Provinciales. Epígrafe 2,9 del tomo 1º, y sobre Personal Sanitario. Madrid 1971 y 1972. ↩︎
  6. Memoria de la Secretaría General del Ayuntamiento de Salamanca correspondiente a los años 1971-76. ↩︎
  7. Memoria de la Secretaría General del Ayuntamiento de Salamanca correspondiente a los años 1979-82. ↩︎
  8. Contestación de la Consejería de Sanidad y Bienestar Social. Dirección General de Salud Pública y Asistencia al Ayuntamiento de Salamanca el 11 de septiembre de 1991 y el 20 de febrero de 1992. ↩︎

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