Por Ramón Martín Rodrigo
Licenciado en Geografía e Historia y en Historia del Arte
y doctor en Geografía e Historia
Siempre se han realizado homenajes por variados motivos y a diferentes escalas: a nivel nacional, provincial, local, de compañeros de profesión, etc. Han sido hechos a personas vivas o a título póstumo, a ideas y a hechos inmateriales, por ejemplo, los tributados a la vejez, a la patria, etc. Aquí quiero fijarme en los reconocimientos hechos a médicos concretos en su partido o en su pueblo.
Por lo general, estos homenajes nacieron de la comprensión del celo, la competencia y el trabajo que demostraron determinados doctores durante su vida. Ya recogí en Salamanca Médica Número 57 (septiembre de 2017) una serie de homenajes hechos a diversos médicos de la provincia de Salamanca. También en las biografías publicadas de otros varios doctores he ido dando cuenta de los honores y distinciones que se les han tributado en Salamanca. Sirvan de ejemplo los realizados a don Agustín del Cañizo, Filiberto Villalobos, Andrés García Tejado, Serafín Pierna, Luis Sánchez Rangel, Peláez Brihuega, etc. Los médicos homenajeados en nuestra provincia han sido muchos y conviene sacarlos del olvido, especialmente si han ejercido a cierta distancia de la capital y en épocas difíciles.
He elegido para este artículo una decena de médicos y, desde luego, podrían ser muchos más. En esta elección no ha habido preferencia por ninguno; se debe, sencillamente, a haber sido señalados en los titulares de prensa y que, accidentalmente, he leído: Don Ramiro Arroyo (Béjar, 1924); don Casto Sánchez Tapia (Vitigudino, 1928); don Ángel Mirat (Ciudad Rodrigo, 1930), don Andrés Barahona López (Sobradillo, 1934); don Lino Rodríguez (Fuenteguinaldo, 1947); don Antonio Calama Agero (Miranda del Castañar, 1952), don Evaristo Toimil (Candelario, 1954 ); don Antonio García Peñalvo (Tamames; 1971); don Ignacio Álvarez Inestal (Sancti Spíritus, 1971) y don Pedro Lorenzo Brusi (Ciudad Rodrigo, 1971).
Médico de Béjar. Homenaje: 19 de octubre de 1924. Servicios: 24 años hasta ese momento.
Béjar había celebrado un acto en honor del médico natural de esta ciudad con ejercicio en Madrid don Francisco López Prieto en 1921, a quien se le había concedido la Gran Cruz de la Beneficencia de primera clase. Por eso estaba en deuda con don Ramiro Arroyo, a quien por n le tocó recibir el afecto popular en 1924.
Refiere los actos de este homenaje el semanario de Béjar La Victoria. El día 18 de octubre publica la biografía de este señor, sus publicaciones y sus méritos, que le hacen acreedor de un homenaje especial e incluye la presente foto. El día 25 del mismo mes hace la crónica del homenaje, que tuvo lugar el día 19. Era entonces don Ramiro médico decano de los titulares la ciudad.
Los actos fueron presididos por el delegado gubernativo, con asistencia de las autoridades locales, el obispo de la diócesis (de Plasencia), el alcalde de su pueblo natal, Valdehúncar (Cáceres), representaciones de las sociedades industriales y entidades de Béjar y numeroso público de todas las clases. Consistió en nombrarle hijo adoptivo de Béjar, imposición de la Cruz de Beneficencia (por R. O. del Ministerio de la Gobernación) de primera clase, con distintivo morado y negro y una comida. Hablaron, entre otros, el teniente de alcalde de Béjar, que lo propuso para director del hospital, los médicos Pablo Luengo, Francisco González Clemente y Saturnino Faure, don Juan Muñoz, don Emilio Muñoz y el párroco de San Juan. Además, se leyeron las adhesiones. Todos destacaron los méritos de don Ramiro, especialmente su sacrificado trabajo durante la gripe de 1918 y la atención, con peligro de su vida, a un enfermo de difteria. De este homenaje di breve referencia en 2017, ahora la reseña resulta bastante más completa.
Médico de Vitigudino. Homenaje: 16 de mayo de 1928. Servicios: 57 años.
Este homenaje fue solicitado por su compañero don Perfecto Montero (médico de Yecla de Yeltes), y apoyado por el prestigioso doctor don Alfredo Medina Corbalán, médico y concejal de Vitigudino, que previamente había sido vocal de la junta directiva del Colegio Médico de Salamanca. Lógicamente, el Ayuntamiento en pleno se adhirió gustosamente a la realización de un justo y merecido reconocimiento público.
Con tal motivo llegaron a Vitigudino el gobernador civil de Salamanca, el doctor don José Bustos (en representación de la Diputación Provincial), don Joaquín de Prada, inspector de Sanidad, don Félix Arcocha y don Tomás Martín, también de Sanidad, don Nicasio Cimas y don Miguel González Lugo. Y los médicos de Ledesma don Gaspar López y don Víctor Villoria y el médico forense. Asistieron a los actos las autoridades locales, el comité de la Unión Patriótica, funcionarios del pueblo y el público, que hizo entusiastas demostraciones de cariño y gratitud. Se colocó una placa en la fachada de su domicilio y hubo una velada en el teatro, en donde los compañeros le entregaron otra placa, pues don Casto había sido presidente de la Asociación del Partido. Pronunciaron unas palabras el gobernador civil y el hijo de don Casto, don Abelardo Sánchez. Y todos lo propusieron como modelo a imitar.
Médico de Ciudad Rodrigo. Homenaje: 19 de junio de 1930. Servicios: 53 años.
La publicación Miróbriga refiere la realización de un homenaje a dos médicos, don Eduardo Yepes y don Ángel Mirat, que cumplían el día 17 de junio sus bodas de oro con la Medicina. Sin embargo, don Eduardo, a causa de la dolencia que le retenía en cama, pidió que no le hicieran homenaje alguno, por cuanto no podía asistir. La Comisión del Ayuntamiento tomó el acuerdo de felicitar a ambos médicos por medio de un oficio laudatorio de sus actividades.
Así pues, recordaré, solamente el homenaje tributado a don Ángel Mirat. Se justificaba en una vida de apostolado y actividades, a través de su profesión, en la que alcanzó prestigio y fama de sólidos conocimientos. Fue un acto grandioso y entusiasta de adhesión y cariño en el que las autoridades locales y multitud de personas le aclamaron el 19 de junio. Ese día se manifestó en la ciudad el respeto y la gratitud de todas las clases sociales a las que don Ángel Mirat prodigó unas veces consuelo y apoyo y otras, la eficacia de su ciencia.
Le felicitaron cariñosamente el alcalde, el obispo, el deán, cuatro canónigos del cabildo, profesores, entidades y corporaciones. Y, entre las palabras pronunciadas, se dijo que pocos homenajes se tributarán con más justificación y mérito. Porque don Ángel Mirat ejerció durante 53 años, y durante 50 fue subdelegado de Medicina. También fue acalde de Ciudad Rodrigo y diputado provincial. Correcto, inteligente, afable y trabajador infatigable, destacó como el médico de todos y siempre con buen ojo clínico.
4. DON ANDRÉS BARAHONA LÓPEZ
Médico de Sobradillo. Homenaje: 22 de septiembre de 1934. Servicios: 48 años.
En esta ocasión, el homenaje fue póstumo, pues don Andrés Barahona ya había fallecido. No obstante, estuvieron presentes y recibieron el afecto de sus paisanos su esposa, doña Ángela Holgado, y sus dos hijos, don Inicial, profesor de San Carlos, y don Casto, director general de Registros. El pueblo entero en masa acudió y, además, los niños de las escuelas lo hicieron muy disciplinadamente y con sus banderitas preparadas. Primero se realizó una solemne misa funeral y, seguidamente, se descubrió un lápida en la fachada de la casa de don Andrés.
Allí mismo se pronunciaron diversos discursos, resaltando que don Andrés, con su vida ejemplar, trato de cariño, fraternidad y ayuda al necesitado, trazó un código moral para su pueblo. Luego los asistentes se trasladaron a las escuelas, en las que los dos hijos de don Andrés dejaron un aguinaldo para dar una merienda a los escolares. Posteriormente, la comisión organizadora también repartió a los más humildes algunas cantidades del sobrante de la suscripción popular hecha para costear la lápida. El homenaje resultó esplendoroso y brillante.
5. DON LINO RODRÍGUEZ DE DIOS
Médico de Fuenteguinaldo. Homenaje: 21 de junio de 1947. Servicios: 40 años
Fuenteguinaldo protagonizó en esta fecha uno de los actos más brillantes en honor de uno de sus hijos más preclaros, el prestigioso médico don Lino Rodríguez de Dios. Y fue con motivo de su jubilación.
Asistieron a los actos de su homenaje las autoridades sanitarias de la provincia. El subjefe provincial del Movimiento representaba al gobernador civil, el jefe de Sanidad, el presidente del Colegio Médico, don Antonio G. Bernalt, y cuatro doctores de la junta directiva de esta entidad. Hablaron varios médicos exaltando la personalidad de don Lino.
Igualmente, acudieron varios médicos de la demarcación que quisieron estar presentes en este cariñoso homenaje, concebido como testimonio de su brillante labor, realizada en defensa y prestigio de la clase médica durante los años que fue presidente de la Asociación de Médicos del Partido. Se solicitó para el homenajeado la medalla del trabajo. Se le hizo entrega de un artístico pergamino y fue nombrado socio de honor de la citada asociación. El acto terminó con un banquete en honor del homenajeado.
Médico de Miranda del Castañar. Homenaje: 20 de marzo de 1952. Servicios: 40 años.
El homenaje a este doctor partió del Ayuntamiento de la villa, y lo realizó conjuntamente con el que también le hizo al secretario municipal. Según corresponsal de El Adelanto, fue un cálido homenaje en que se puso de manifiesto el cariño y la admiración que se tenía en el pueblo por dos funcionarios recientemente jubilados. Precisó también el corresponsal que ambos señores habían venido cumpliendo dignamente, día tras día y año tras año, con su trabajo hasta llegar al límite de una actuación ejemplar. Por lo que toca a este médico (no confundir con don Antonio Calama Sanz), llegó al pueblo en 1912, poco después de terminar su carrera, y continuó en su plaza de titular hasta su jubilación.
Por entonces, algunas de las plazas vacantes distantes de la ciudad no atraían sino a los más decididos. Sin embargo, don Antonio parece ser que cayó bien en el pueblo, y hasta se podría decir que él se vino arriba y estuvo contento allí. A él le tocó atender a los afectados por la gripe de 1918, así como a los enfermos en los años difíciles de postguerra. Y se ve que acudió a algunos de actos sociales de la villa.
Volviendo al homenaje, consistió en una comida para un amplio grupo de personas. Cabe destacar que asistieron el alcalde, los concejales, el comandante del puesto de la Guardia Civil, el farmacéutico, el veterinario, el nuevo médico y otras personas distinguidas. No faltaron los telegramas de adhesión, el alcalde le agradeció su valiosa cooperación, y don Antonio contestó emocionado con frases de agradecimiento, argumentando que no había hecho otra cosa que cumplir con su deber profesional.
Médico de Candelario. Homenaje: 17 de septiembre de 1954. Servicios: 40 años.
Candelario, pueblo trabajador e industrial, parece que buscó con frecuencia dotarse de buenos médicos (en él ejerció don Pedro Espina Martínez). El homenaje de 1954 fue una lección de gratitud y ejemplo de cómo el pueblo de Candelario puso su corazón junto al hombre bueno, sencillo y abnegado al jubilarse como médico de esta villa después de 40 años de ejercicio profesional.
Dice el cronista que don Evaristo fue dejando en esta población los mejores años de su vida. Por eso se ha hecho acreedor de los testimonios de cariño y respeto de sus convecinos. Los actos en su honor fueron una misa solemne oficiada por el párroco don Luis Harguindey (se le hizo un homenaje en 1956), seguida de un Te Deum; una recepción en el Ayuntamiento local, totalmente lleno; unas emotivas palabras del secretario del Colegio de Médicos de Salamanca, don Antonio Calama; de don Manuel Neila, médico presidente de la Junta Comarcal, titular de Ledrada; de otros señores médicos; del alcalde del municipio, que interpretó el sentir de la población, y de don Rafael Laínez Alcalá, catedrático de la Universidad de Salamanca. Luego hubo un desfile popular ante el doctor Toimil, un banquete en la Pista y lectura de muchas adhesiones. Y no faltó una poesía por don Andrés Rubio Polo (cuñado de don Evaristo), que ensalzó, no sólo su labor profesional, sino también sus crónicas como corresponsal de El Adelanto.
Médico de Sancti Spíritus. Homenaje: 28 de marzo de 1971. Servicios: 42 años.
El día 28 de marzo Sancti Spíritus tributó un caluroso y sentido homenaje al que había sido su médico de 1925 a 1967, don Ignacio Álvarez Inestal. Se celebró una misa oficiada por el párroco. Éste, en su homilía, agradeció al médico que se jubilaba la labor realizada en favor del pueblo, hizo una semblanza del homenajeado y resumió su vida profesional en dos palabras, las de “entrega y sacrificio”.
Luego, en el salón de Juan José Blanco, fue servida una comida para 150 personas, muchas de las cuales eran médicos de los pueblos de la comarca y muchos amigos. También estuvieron sus hijos, nietos y hermanos. Don Alfredo, médico de El Bodón, representando a los médicos de la zona, leyó una carta del gobernador civil y numerosos telegramas de adhesión. Otro tanto hizo el médico de La Encina. Todos tuvieron palabras de amistad y simpatía para don Ignacio. El alcalde le hizo entrega de una plaza tallada en oro y plata, costeada por suscripción popular. Finalmente, don Ignacio, emocionado, agradeció al pueblo entero, y especialmente a los presentes, el homenaje que se le tributaba.
Médico de Tamames. Homenaje: 24 de enero de 1971.
Tamames ha rendido un emotivo homenaje a dos de sus hijos ilustres: el médico titular, don Juan Antonio García Peñalvo, y el maestro don Hermenegildo Sánchez Hernández. Ambos consagraron su vida al servicio de los demás. Son dos funcionarios públicos abnegados que hicieron de su vida una entrega vocacional, y de su trabajo, un auténtico apostolado. Nunca supieron del cansancio y, pese a ser su trabajo con frecuencia copioso y con dificultades, nunca dieron muestra de fatiga.
En el pueblo se abrió una suscripción para poder ofrecerle algún obsequio en su jubilación. Y fruto de ello, se costearon por suscripción popular dos bustos, uno de cada uno de los homenajeados, para perpetuar su memoria. Tras los discursos correspondientes, los bustos se entregaron a la biblioteca municipal. El pueblo respondió generosamente a la llamada de la comisión encargada de este doble homenaje, y ambos pensaron que, francamente, había sido excesivo.
Médico de Ciudad Rodrigo. Homenaje: 5 de junio de 1971. Servicios: 40 años.
El sábado por la mañana, en los salones de El Porvenir, un gran número de amigos tributaron un homenaje de gratitud y afecto al médico titular del Seguro de enfermedad, don Pedro Lorenzo Brusi, con motivo de su jubilación. Había desempeñado este cargo más de 40 años en Ciudad Rodrigo, su ciudad natal.
El homenaje consistió en una cena especial. Presidieron el acto el señor alcalde, el juez de Instrucción, el presidente de la Asociación de Médicos del Partido, don Alfredo Encinas, médico de El Bodón, y los hijos del doctor Brusi. Habló el alcalde de Ciudad Rodrigo resaltando la personalidad de don Pedro Lorenzo. Y se le entregó una placa, costeada por el Ayuntamiento, como reconocimiento por sus servicios; don Alfredo Encinas dio cuenta de las muchas adhesiones de las autoridades provinciales de Sanidad, de la Cruz Roja y de don Ernesto Sánchez Villares, que por sus dolencias no pudo acudir.
Contestó don Pedro Lorenzo señalando la satisfacción que le producía verse acompañado de tantos compañeros, entre otros, los médicos don Francisco Luis y don Francisco Ledesma.
A) En general, todos los homenajes fueron acogidos con calor popular, con olvido general de algunos casos menos gratos que probablemente hubieran tenido que soportar los médicos o sus igualados. Los ayuntamientos contribuyeron a ello con decisión unánime de sus integrantes.
B) Los doctores homenajeados fueron arropados por las autoridades médicas y sanitarias de Salamanca, especialmente por algún representante del Colegio Médico y por sus compañeros y amigos más cercanos.
C) Cada uno de los homenajes tenía como motivo una larga vida de trabajo, más su jubilación, a excepción de don Ramiro Arroyo, cuyo homenaje se debía a sus atenciones a enfermos con peligro de su vida. Los pueblos y el vecindario aprovechaban la ocasión para darles una despedida honrosa, pero eso no quita que unos homenajes alcanzasen notoriedad y magnificencia y otros fueran más humildes.
Homenajes a los médicos ha habido muchos más. Si los reflejáramos en un mapa provincial, quedaría muy nutrido. Entre otros, faltan reseñar algunos más de Fuenteguinaldo, El Bodón, Sequeros, Alba de Tormes, Ciudad Rodrigo, etc. En este trabajo he citado treinta y tantos médicos, y otros treinta y pico mencioné en la revista Salamanca Médica Nº 57. Así pues, considerando de 1900 hasta 1975 se obtiene una media de un homenaje al año, como mínimo. Sean para honra de la profesión y estímulo para los llamados a ejercerla.
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1. Don Marciano de No. Foto enviada a El Adelanto por don Hipólito Rodríguez el 31 de diciembre de 1933. Don Marciano fue un eminente catedrático en la segunda mitad del siglo XIX. En la fachada de su casa, en la calle de Zamora de la capital salmantina, hay una placa en que se puede leer que recibió al poeta José Manuel Quintana.
2. Don Agustín Bullón, hijo de don Francisco Bullón, secretario de Ayuntamiento de Santibáñez de la Sierra. Foto publicada en El Adelanto el 1 de mayo de 1934, con motivo de haber ganado la oposición a la Auxiliaría de Histología de la Facultad de Medicina de Salamanca.
3. Don Vicente López Jiménez, auxiliar de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de Salamanca, el 28 de junio de 1935, con motivo de haber aprobado la oposición a tocólogo de la Beneficencia Municipal de Salamanca.
4. Don Tomás Martín, bacteriólogo. En 1928 trabajaba en el Instituto de Higiene de Salamanca. Luego fue nombrado gobernador civil de Soria, y en junio de 1936 se encontraba al frente del Centro Secundario de Medina del Campo, cuando fue nombrado gobernador civil de Zamora.
(Fotografías tomadas de ‘El Adelanto’ por R. M. Rodrigo)
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