En general, cuando se visitaba, se respetaba la actividad de los trabajadores, de los sanitarios, o las horas de asistencia. Pero no ha sido, salvo excepciones, un estorbo para los enfermos o residentes, sino todo lo contrario: un gran refuerzo, una ayuda; en muchas ocasiones, una necesidad, un sustituto (a veces) de la falta de personal…
Textos seleccionados por el autor a partir de su Laboratorio del lenguaje; reproducidos con autorización de ‘Diario Médico’