Miguel Ángel Delgado Vicente

Vocal de Médicos Tutores y Docentes del Colegio de Médicos de Salamanca

“Pasados los primeros días, olvidamos el miedo y nos lanzamos al incendio”

Ha vivido desde el servicio de Urgencias del CAUSA una pandemia que les ha llevado a ejercer “una medicina de guerra con el mayor esfuerzo”. Quiso creer que la crisis nos daría, al menos, la oportunidad para construir una “sociedad mejor”, pero teme que hayamos “desaprovechado” la ocasión, porque “enseguida olvidamos”

1. Desde su experiencia, ¿qué debilidades y qué fortalezas ha sacado a la luz la pandemia de COVID-19 en el sistema sanitario de Salamanca?

Como debilidades, destacaría:

  • Sistema anclado en el pasado, con una gestión inadecuada y no actualizada a la demanda de la población actual, la edad y patologías más prevalentes.
  • Falta de comunicación entre la Administración y profesionales sanitarios. No es solo cuestión de herramientas para transmitir la información, sino de escucha activa.
  • Falta, ya crónica, de trabajo común y consenso entre Atención Primaria y Especializada.
  • Inadecuación de recursos materiales y espacios en tamaño, dignidad y calidad.
  • Falta de corresponsabilidad. La política no ha sabido –ni ha querido– transmitir que el sistema “puede ser universal”, pero no es infinito y nunca será gratuito.
  • Necesidad de transmitir la corresponsabilidad de la Salud Pública a los ciudadanos. Por el bien de cada uno y el de todos.

En cuanto a las fortalezas, para mí las principales son:

  • Un sistema de salud universal, abierto a todo usuario que se dirige a él, sin tener en cuenta raza, edad, sexo ni etnia.
  • El coraje y el esfuerzo desinteresado de todos los profesionales sanitarios.
  • La colaboración y la paciencia de la población salmantina durante el estado de alarma.

2. Con ese análisis previo respecto a las deficiencias encontradas, pero también poniendo en valor los puntos positivos, ¿qué retos deben asumirse a corto, medio y largo plazo?

Menos palabras, menos propósitos, menos planes y más hechos. Es necesario abrir ya el nuevo hospital y dotarlo de los recursos precisos, teniendo en cuenta y escuchando a los diferentes profesionales que trabajarán en él. Además, es preciso tener en cuenta al paciente frágil, crónico y anciano, mayoritario en nuestra provincia, que se encuentra con una atención inadecuada en numerosas residencias o domicilios. Y no solo ahora, en el estado de pandemia por la COVID, periodo que tan solo ha puesto de manifiesto este problema ya crónico. Es necesario encontrar un sistema adecuado, y no llenar un hospital para agudos de pacientes crónicos (hospitalización a domicilio, residencias medicalizadas…), y también menos reproches y más esfuerzos. Se debe hacer un trabajo serio y eficaz, por el bien común del sistema, entre la Administración, Atención Primaria y Atención Especializada.

3. Con los datos y la evolución que se han observado en Salamanca, ¿se podría explicar por qué es una de las provincias más afectadas de España?

No es fácil, pero, probablemente, por su cercanía y comunicación con Madrid, así como por la numerosa población universitaria, juvenil y su gran movilidad.

4. ¿Cuándo cree que seremos capaces de recuperar la normalidad asistencial? ¿O considera que la atención que se presta en los centros sanitarios ya nunca volverá a ser como antes?

No sé si alguien tiene la respuesta a ello, pero probablemente nunca vuelva a ser igual. Y además, nunca debería ser igual. Los centros sanitarios deben ser centros para la salud, controlados, ordenados, y no abiertos al público en general, como centros comerciales. Es importante educar y educarnos: esto es de todos y para todos, y muy caro, cada vez más caro. Es fundamental concienciarse de que el mayor responsable de mi salud soy yo, no un sistema que cuida de mí, cuando yo no me he cuidado o lo he hecho mal. Una fecha para retomar cierta ‘normalidad’ podría ser el próximo verano… según se comporte la pandemia y la población este otoño-invierno. Dependerá mucho de nosotros y de guardar las normas.

5. ¿Qué medidas son más urgentes para dar respuesta a las necesidades asistenciales que han sido aparcadas por la COVID-19? ¿Es necesario un plan nuevo para paliar las listas de espera?

Sí, ajustar las listas de espera a las necesidades reales. Solicitar y hacer lo que realmente hay que solicitar y hacer. Para ello, consenso, diálogo, participación y acuerdo.

6. Desde su perspectiva y posición, ¿está Salamanca preparada ahora para afrontar una pandemia como la vivida estos meses? ¿Y para un rebrote de la COVID-19?

Ni lo estábamos ni lo estaremos. Ha sido una medicina de guerra que se ha hecho con el mayor esfuerzo e interés por parte de todos. Pero aun agotados… se volvería hacer.

7. ¿En algún momento han sentido miedo o la sensación de que la situación no podría ser controlada? ¿Debe la población tener miedo?

Sí, sentimos miedo en un comienzo. Creo que todos. Pensábamos que íbamos a enfermar la mayoría, incluso poner en riesgo nuestras vidas. Pero pasados los primeros días, creo que esto lo olvidamos y nos lanzamos al incendio. El agradecimiento de los pacientes y sus caras de miedo y dolor nos hicieron olvidar problemas. En cuanto a la población, creo que hoy no debe tener miedo. Tenemos que vivir, pero con RESPONSABILIDAD. Esto no es una enfermedad de ancianos, como se dice, es de todos. También los jóvenes enferman, y muchos graves.

8. ¿Qué mensaje hay que trasladar en estos momentos a los ciudadanos? ¿Qué consejos o recomendaciones?

Es absolutamente necesario el uso de mascarilla y una distancia adecuada. En todo momento. Si la retiro para comer con mis amigos y familiares, me la vuelvo a poner para la tertulia. Preocúpate de los demás y estarás preocupándote de ti.

9. La pandemia ha puesto en evidencia graves deficiencias en las residencias de ancianos, ¿necesitamos un nuevo modelo de asistencia sociosanitaria? Si es así, ¿cómo debe ser?

Sin duda. Ya lo comenté antes. Muchas residencias son un lugar de sufrimiento donde solo se espera la muerte. Desde hace años miramos para otro lado. Es preciso encontrar un sistema adecuado, y no llenar los hospitales de pacientes agudos con enfermos crónicos y frágiles.

10. Resuma en unas líneas cómo ha vivido esta crisis sanitaria en su ámbito, qué ha supuesto en su vida profesional, qué ha aprendido, qué valora más de la experiencia y qué pediría una vez superados los momentos más aciagos.

Comenté al comienzo de la crisis que si con esta pandemia no aprendíamos a ser mejor sociedad, la COVID, además de hacernos perder la salud, nos haría perder la oportunidad de ser mejores. Creo que la hemos desaprovechado. Sé que es ridículo, en alguna ocasión me he preguntado: “Si la COVID pudiera hablar, ¿qué pensaría de nosotros?”. Sinceramente, creo que le daríamos pena. He aprendido que, en el momento más duro, el ser humano es capaz de dar el todo por todos, pero enseguida olvidamos.

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