Por Ramón Martín Rodrigo
Licenciado en Geografía e Historia y en Historia del Arte
y doctor en Geografía e Historia
Escritas en Salamanca Médica varias biografías de eminentes médicos ginecólogos, he caído en la cuenta de que aún sería bueno recordar a otros profesionales de esta especialidad, tales son los doctores J. Puga y J. A. Usandizaga. Como no hay lugar para hablar de cada uno de ellos largamente, lo haré con la mayor brevedad posible.
Primero recordaré algunos doctores anteriores a 1945, luego pasaré a los que tuvieron actividad en el período 1945-1968, que corresponde al tiempo en que estuvo en funcionamiento en Salamanca la Casa de la Madre, de la cual ya he dado alguna referencia, y ahora quiero añadir otras cosas.
Anteriores a la etapa que señalo fueron D. Casimiro Población (1885-1940), de quien ya se ha escrito ampliamente. Se marchó a la Universidad de Madrid en 1933; y D. Manuel Usandizaga Soraluce, que formó parte de la Casa de la Salud de Valdecilla, que vino de catedrático a Salamanca en 1935, pero paró aquí pocos cursos. Su biografía puede consultarse en el Diccionario Biográfico de Medicina.
En esta revista he expuesto las biografías de varios médicos ginecólogos, como D. Ángel García Hernández (Salamanca Médica Nº 59, 19/02/2017), D. Julio Pérez Martín y D. Vicente Jiménez López (Salamanca Médica Nº 66, septiembre-noviembre 2019), y D. Antonio Ferreira Gómez (Salamanca Médica Nº 41, 3/03/2011). A esta biografía me remito especialmente, porque entonces ya mencioné la Casa de la Madre e incluí en ella una foto del citado edificio, dado que este doctor fue el director de la referida institución. Pero hoy ofrezco referencias documentales del edificio que albergaba esta institución y, a la vez, recuerdo a dos ginecólogos auxiliares de la misma.
En el presente repaso de médicos, me he fijado en los tres doctores cuyas fotos van sobre estas líneas, y además en José Antonio Usandizaga, Juan Luis Lanchares Pérez, Víctor López Chaves, José Población, Julio Pérez Rodríguez, Joaquín Vicente y Miguel Ángel García Martín.
Otros médicos ginecólogos, que ahora no estudio, fueron D. Vicente González (que se anunciaba en La Voz de Peñaranda), D. Juan Íñigo Cascón, Dª Sofía Coca Pastor, D. Agustín Rodríguez y D. Eleuterio R. Hernández de Miguel, con destino en la Residencia de Obstetricia y Ginecología del Hospital Virgen de la Vega.
D. JOSÉ PUGA HUETE. Nació en Málaga en 1893, licenciado en Medicina. En la Universidad de Málaga inició su labor académica en esta disciplina como profesor auxiliar. Probablemente ejerció unos años en Córdoba. En 1935 se presentó a oposiciones a la cátedra de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Santiago, a la que también acudieron D. Miguel Becerro y D. Manuel Usandizaga. Vacante la cátedra de la Facultad de Medicina de Salamanca, aprobó la correspondiente oposición y, por Orden de 8 de julio de 1943, fue nombrado catedrático de Obstetricia y Ginecología de esta Facultad.
En los años cuarenta del pasado siglo se realizaron algunos cursos de perfeccionamiento y conferencias en los que él intervino. La foto incluida corresponde a la orla de los licenciados en 1949. Por Orden de 21 de julio de 1948 fue nombrado catedrático de la Universidad de Zaragoza. Allí ejerció hasta 1963, y murió en esa ciudad en 1970.
D. JOSÉ POBLACIÓN DEL CASTILLO. Fue hijo del eminente D. Casimiro Población, y se licenció en Medicina entre 1931 y 1936. Sin llegar al prestigio ni fama de su padre, le sucedió en la dirección del sanatorio que mandó hacer don Casimiro poco tiempo después de la muerte de este en 1940. En 1967, don José ya era presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Castilla y León. En 1968, fue uno de los encargados de convocar las III Jornadas de Obstetricia y Ginecología, que tuvieron lugar en Salamanca del 29 de abril al 2 de mayo de 1968. Él dirigió unas palabras de bienvenida a los congresistas y también, finalizadas las intervenciones, los despidió y les dio las gracias.
D. JOSÉ ANTONIO USANDIZAGA BEGUIRISTÁIN. Nació en 1932. Muy pronto adquirió su formación en la especialidad y, además, ganó por oposición la cátedra de la Facultad de Medicina de Salamanca. En las referidas III Jornadas se extiende su nombre como catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Salamanca. En ellas pronunció una conferencia sobre Hemorragias juveniles. Fue muy aplaudido, y el rector de la Universidad de Salamanca, D. Alfonso Balcells Gorina, lo felicitó por la lección expuesta, que era exponente de su madurez de magisterio, por lo que la Facultad de Medicina debía considerar un honor contar en su claustro con una voz tan joven y autorizada. En 1964 fue nombrado director de la Escuela de Matronas en el Hospital Provincial de esta ciudad. En el curso 1965-66 causó baja en Salamanca, pues pidió pasar a supernumerario. D. José Antonio, en nueva promoción, aprobó la cátedra vacante de la Universidad Autónoma de Madrid, y allí continuó con su trabajo docente y de investigación; una vez jubilado, fue declarado catedrático emérito. Murió en 2023. Sus importantes publicaciones pueden verse en Dialnet y en la BNE.
D. MIGUEL BECERRO. Este doctor ya se anunciaba en la prensa local en 1925 como especialista en “matriz y partos”, con domicilio en Espoz y Mina nº 2. Sus anuncios en la prensa local, especialmente en El Adelanto, son constantes y bien destacados. En los años cuarenta aparece como profesor en la Facultad de Medicina de Salamanca. Su foto corresponde a la orla de 1950.
D. JOSÉ LUIS LANCHARES PÉREZ. Este médico, recién licenciado en 1968, queda fuera del período elegido para este trabajo. No obstante, se puede mencionar que fue alumno interno de la cátedra de Obstetricia y Ginecología y que ya se incluyen en las actividades del departamento algunas publicaciones suyas desde el curso 1968-1969.
D. GRACILIANO POLO. Nació el 23 de abril de 1907 en Segovia de Sacedón, que es una alquería del municipio de Monterrubio de la Sierra (Salamanca). En 1917 hizo su ingreso en el Instituto de Salamanca, y seguidamente cursó la licenciatura desde 1924 a 1929. En la prensa local se anunciaba como especialista en “enfermedades de la mujer”, con domicilio en la calle de Crespo Rascón. Descontado su expediente académico, otras referencias de él vienen en la documentación de la Casa de la Madre, porque estuvo en ella como profesor auxiliar desde su entrada en funcionamiento en 1945 hasta su cierre en 1968. Algunas facturas de mobiliario y aparatos para esta entidad vienen dirigidas a él, lo que significa que le tenían asignado este cometido.
D. VÍCTOR LÓPEZ-CHAVES LAMANIÉ DE CLAIRAC. Nació en Ledesma el 28 de julio de 1906. De la segunda parte de su apellido se deduce que era miembro de una familia acomodada y de carácter ganadero. El 29 de marzo de 1938 era el camarada delegado provincial de Sanidad. Así se nombra en aquel momento cuando las autoridades de Salamanca reciben con honor una misión llegada a esta ciudad del “fascio italiano”. Eran tiempos de guerra y de reorganización de multitud de puestos de responsabilidad política y social. Luego, en la prensa local, es poco o nada lo que se dice de él. Sin embargo, queda claro que siguió adscrito a la Casa de la Madre, porque cuando esta se va a cerrar en 1968 se consigna lo que se le adeuda, como igualmente se anotó de G. Polo y de A. Ferreira.
D. JULIO PÉREZ RODRÍGUEZ. Este médico fue hijo de D. Julio Pérez Martín. Tuvo su domicilio en la Gran Vía. Él me dijo un día que siguió la carrera de Medicina porque le obligó su padre, lo que no quiere decir que, una vez metido en estudios y luego en la profesión, no viviera entregado tanto a su formación como a la práctica. Como otros médicos, llevaba contrato con varias entidades aseguradoras estatales y privadas, operando en consecuencia en el Hospital de la Santísima Trinidad cuando la paciente podía elegirlo.
D. JOAQUÍN VICENTE MARTÍN. Terminó su carrera de licenciatura en 1953. Estaba relacionado por lazos familiares con el pueblo de Morille y con el de Guijuelo. Tuvo consulta abierta en su domicilio pero, del mismo modo que el médico anterior y otros varios, también parte de su clientela procedía de aseguradoras. De ahí que él me asegurase en más de una ocasión que había atendido a lo largo de su vida profesional alumbramientos en cantidad superior a cinco mil.
D. MIGUEL ÁNGEL GARCÍA. Era afable, abierto. Realizó las milicias universitarias en Monte la Reina, al finalizar el curso 1965-1966. En las memorias de la Universidad de Salamanca figura como uno de los profesores que formaban el equipo de D. Ángel García Hernández, con el que publicó algunos trabajos, como El tratamiento de la tuberculosis genital femenina en Toco-ginecología práctica. También publicó juntamente con sus compañeros e incluso con profesores ajenos a la cátedra, como fue con D. Antonio Álvarez Morujo. Pero su relevancia en Salamanca se debe a la fama de buen médico en su práctica clínica.
El Archivo Provincial de Salamanca guarda dos expedientes de la Casa de la Madre en Salamanca, que corresponden a la apertura y cierre de la misma. Se piden para su consulta señalando en el impreso de petición la sección de Sanidad y, dentro de ella, llevan los números 280, que trata de la apertura de la aludida institución, y 126, que recoge todo lo relativo a su clausura. El interés de estos documentos para el caso que nos ocupa se debe a descubrir cuestiones de Ginecología, aunque también se contienen informaciones de gastos de mantenimiento, de personal y de otro tipo. La documentación se basa fundamentalmente en tres cosas: alquiler de la Casa de la Madre, renta del inmueble y gestiones diversas para su cierre, el valor en venta, etc. De todo ello solamente he tomado nota de algunas cosas que parecen más significativas respecto al tema de médicos y de medicina. En los escritos se contienen el reglamento de la institución, la plantilla, los sueldos de los empleados y un inventario de enseres al tiempo de su finalización. Unidos a estos expedientes hay otros papeles relativos a la creación de un jardín de infancia y la implantación de un laboratorio hematológico.
El EXPEDIENTE Nº 280 recoge la apertura de la Casa de la Madre. Hay diversas carpetas y se va tratando lo siguiente:
El necesario y previo concurso de méritos para ser elegido médico director y médicos auxiliares. La convocatoria salió anunciada en la prensa local el 29 de marzo de 1945. Entre los requisitos exigidos se pedía estar afiliado a la Falange. Se ofertaban las plazas de un médico jefe de la institución, dos médicos auxiliares, un anestesista, tres matronas, dos enfermeras y una enfermera administrativa. Los sueldos mensuales de los médicos eran de 500 y 400 pesetas, respectivamente, y seguían los otros con proporcional descenso de la cantidad según se entendía que era su responsabilidad. El tribunal del concurso estaba formado por un representante de la Facultad de Medicina, otro del Colegio Médico, un tercero de la Delegación de Sanidad y un cuarto del Auxilio Social. Se les pedía que declarasen la antigüedad de afiliación a la Falange y la fecha de nacimiento.
Los médicos adjudicados ofrecieron estos datos: Dr. Ferreira, nacido en 1909, se afilió el 1 de mayo de 1945; Dr. Polo, nacido en 1907, se afilió el 3 de abril de 1945; y el Dr. López Chaves, nacido en 1906, se afilió en febrero de 1938. Como se ve, eran los tres médicos jóvenes y coetáneos, pero ya contaban con unos años de ejercicio.
Previamente la referida Casa de la Madre había sido utilizada por la Institución Teresiana como colegio de niñas. Por consiguiente, antes de comenzar su utilización para el fin proyectado, era necesaria una adecuación, la cual ocasionó un trabajo importante y un coste considerable.
Los presupuestos de reforma y de acondicionamiento fueron realizados por el arquitecto don Francisco Gil González. Las obras se van expresando por apartados: planos para señalar las salas y sus destinos en cada una de las tres plantas: sótano, planta baja y primera planta. Hecha la distribución, le siguieron la pintura, cerrajería, calefacción y mobiliario. De todo esto se hacía una memoria señalando los costes por capítulos y las obras realizadas en el edificio y en el jardín.
Pero la estructura se advierte mejor observando los planos. Se incluyen los tres, uno por planta (aquí no pongo el del sótano). Se aprecia una distribución muy racional, con salas relativamente pequeñas, accesibles y con luz, con casi una veintena de vanos por planta y, además, en la primera planta, una galería en dos laterales. Se ha pensado, por ejemplo, en la separación del paritorio de las oficinas y de la sala de operaciones de la estancia de las operadas. En resumen, todo aplicado con racionalidad para lograr un funcionamiento práctico, cómodo y útil.
La Casa de la Madre fue inaugurada el 19 de abril de 1945, acto que tuvo gran relevancia, porque al mismo acudieron el director general de Beneficencia, el Delegado Nacional de Auxilio Social y las principales autoridades de Salamanca y de la Universidad. Evidentemente, durante los primeros años, esta institución prestó unos servicios excepcionales; algunos datos estadísticos quedaron reflejados en la biografía de D. Antonio Ferreira. Pero, conforme pasaban los años cincuenta y sesenta, la cuestión fue a menos. Llegó un momento en que fue preciso su cierre.
El EXPEDIENTE con signatura 126, contiene la documentación pertinente al cierre de la Casa de la Madre. En los escritos que llegaron desde Madrid y en los cursados en Salamanca se reiteran dos razones. La primera es que la Casa de la Madre había dejado de ser necesaria. En la propuesta de 10 de junio de 1968 se dice textualmente:
“A raíz de la apertura del Ambulatorio Ntra. Sra. Virgen de la Vega en Salamanca y una sala de maternidad en el Hospital de la Santísima Trinidad, la Casa de la Madre no tiene apenas pacientes”.
Esto mismo se especificaba un año antes, en marzo de 1967, y en otros momentos se añade que la Casa de la Madre, con capacidad para 40 camas, en ocasiones no tiene ocupadas diez. La segunda razón era el deseo de la propietaria del inmueble, doña Josefa Torres Villar, que quería enajenarlo y había encomendado esta gestión a sus hijos. Ella anunciaba que estaba dispuesta a dar un millón y pico de pesetas a la institución Auxilio Social si se le compraba la finca. Esa cantidad se rebajaría del precio total en que se vendiese, y la finca había de quedar desalojada en el plazo de dos meses. Por si acaso interesaba la compra, se hizo un estudio del precio del solar y del edificio. Ambos ocupaban conjuntamente una extensión superficial de 1.800 metros cuadrados, y la valoración del metro cuadrado en 1968 era de 2.680 pesetas. Así se llegó a estimar que el valor en venta de la citada finca era superior a los 16.000.000 de pesetas.
La institución Auxilio Social señaló luego otros solares y sitios que podían ser adquiridos para hacer una guardería. Ninguna de las opciones señaladas para la nueva adquisición se llevó a cabo. Finalmente, la Casa de la Madre, que se utilizaba pagando una renta que con el tiempo iba subiendo de precio, fue devuelta a su propietaria y fue enajenada prontamente. Auxilio Social se ahorró una enorme cantidad de sueldos a los empleados, porque su presupuesto anual era de 1.890.000 pesetas. No sabría decir qué se hizo con el mobiliario, pero parece entenderse que una parte se vendería de segunda mano y otra parte, como los quirófanos, pasaría al Hospital Clínico de Salamanca.
Hemos visto, por tanto, lo que fue un pequeño hospital para una determinada función, perfectamente equipado, pero que el tiempo y las nuevas construcciones hospitalarias hicieron pequeño e innecesario.
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