Médicos de Béjar

Por Ramón Martín Rodrigo

Licenciado en Geografía e Historia y en Historia del Arte
y doctor en Geografía e Historia

El autor hace un somero repaso por algunos de los profesionales destinados a la localidad, deteniéndose en las figuras de José González Castro, Eloy Bejarano, Ramiro Arroyo y Félix Antigüedad

Béjar ha tenido a lo largo de su historia importantes médicos. Baste recordar que cuando, en 1899, don Ramiro Arroyo fue contratado como titular de la beneficencia de Béjar, esta plaza la solicitaron hasta sesenta facultativos. Eso deja entender una remuneración substanciosa y de prestigio1. Como el Ayuntamiento tenía posibilidades económicas, se permitía elegir a los médicos de mejor expediente. En 1887, el Ayuntamiento contrató a don Francisco González Clemente y a don Enrique López Cenizo; otro médico de esta fecha fue don Urbano González Torre.

Aquí no es adecuado ni hay espacio para mencionar a todos los facultativos relacionados con esta ciudad2. Ni tan siquiera se puede recoger la biografía completa de unos pocos. Por eso, este trabajo se limita a abrir el tema para que se pueda intuir someramente algo de historia médica de Béjar. Me van a quedar involuntariamente omisiones importantes. No obstante, cabe la posibilidad de escribir nuevos trabajos sobre los médicos de Béjar.

Puesto que es preciso hacer una breve selección de médicos, me he fijado solamente en los cuatro que más adelante especifico. En la redacción incluiré también los nombres de varios médicos sin detenerme en sus biografías. Inicio esta somera retrospectiva a comienzos del siglo XIX, y pongo su límite en 1950.

Por los años iniciales del siglo XIX destacó en Béjar el médico don Anselmo Merino, que debió comenzar a ejercer en Béjar hacia 1803, y le tocó atender a los heridos de la guerra de la Independencia3. En 1833, se menciona al médico don Nicolás Molina Morales, vecino de Béjar4. Don Santiago Sánchez era el subdelegado de Medicina del Partido de Béjar en 1861 y, en 1869, uno de los médicos de Béjar era don Ángel Renau, mayor de 30 años, casado con doña Zoa del Peso Álvarez5.

Béjar sufrió en 1885-1886 la epidemia de cólera morbo, mucho más grave que la de treinta años antes. Como uno de los facultativos de los años ochenta es citado don Ángel Renau, cuyo nombre seguirá saliendo años más adelante. En 1889, también se relacionan los señores médicos García Benito, José Mena, Magdalena y Sánchez. Mientras tanto, don José Méndez era entonces subdelegado de Medicina del Partido de Béjar, y siguió siéndolo durante bastantes años más. Él fue uno de los promotores de una interesante Exposición Regional que se realizó en Béjar en 19036.

En 1916 se reunieron los médicos del Partido de Béjar para nombrar una junta que representase este distrito. La elección dio el siguiente resultado: presidente, don José Méndez; vicepresidente, don José González Castro; secretario, don Ramiro Arroyo; tesorero, don Félix Antigüedad, y vocal, don Tomás Martín Hernández (médico de Cantagallo).

En 1918, se produjo la tristemente famosa epidemia gripal, con resultados catastróficos en diversas poblaciones, y que en Béjar ocasionó numerosas víctimas y bastante preocupación por la necesidad de tomar medidas y remedios para controlar la enfermedad y su contagio. Esta epidemia ha sido objeto de estudio por Carlos Javier Salgado Fuentes, que ha publicado un libro titulado La epidemia de gripe de 1918 en el Partido de Béjar (CEB, Béjar, año 2022). El 4 de diciembre de 1918, los médicos titulares de Béjar redactaron una memoria en la que relatan la epidemia últimamente sufrida, cuyo apéndice va firmado por los médicos don Ramiro Arroyo, don Ramón López y don Dionisio Sánchez Rogado7.

La guerra civil (1936-1939) dio lugar a un Hospital de Sangre para atender a los heridos

En 1926, según el Anuario Industrial y Mercantil de Salamanca, había en Béjar los siguientes médicos: don Ramón López, don Saturnino Faure, don Nicolás Antigüedad y don Antonio Arteaga. Continuaba de subdelegado de Medicina don José Méndez. Don Félix Antigüedad tuvo la desgracia de ver morir a dos de sus hijos, ambos, médicos de Béjar, el citado don Nicolás Antigüedad, que falleció en 1926, y don Juan Francisco Antigüedad, que murió en 1934.

En mayo de 1934, hubo en Béjar una muy singular y culta Fiesta de la Salud. Se impartieron cuatro conferencias, una por cada escuela, para que los niños fueran conociendo cuestiones de higiene y de salud. En la escuela de la Corredera, don Félix Antigüedad les explicó su autobiografía; en la escuela de la calle de Mansilla, don Ramón López Domínguez (entonces el decano de los médicos) les habló sobre nociones generales de higiene; en las escuelas de la Plaza, don Eugenio Azpeitia expuso los principales consejos de higiene; y en la escuela de la Antigua, don Francisco Brusi disertó cobre la salud y la vida.

La guerra civil (1936-1939) dio lugar a un Hospital de Sangre para atender a los heridos. En él ejercía el médico don José Méndez Calvo, (hijo de don José Méndez, arriba referido), y allí murió en 1937. Antes de acabar la guerra, en mayo de 1938, se inauguró el sanatorio de Llano Alto, cuyo director era don Luis Palomo Martín. Después lo fue don Enrique Salas, que en 1946 dio varias conferencias sobre la tuberculosis. En la postguerra, también funcionaba la Clínica 18 de julio. También de la década de cuarenta del siglo XX cabe destacar a don Manuel Santonja Alonso y a su mujer, doña Mercedes Gómez, ambos pediatras, que ejercieron en Béjar más de veinte años8.

Hecho este elemental recorrido histórico, paso a presentar, también resumidamente, a Don José González Castro, don Eloy Bejarano, don Ramiro Arroyo y don Félix Antigüedad, de los cuales ninguno fue salmantino de nacimiento, pero lo fueron de corazón, y siempre demostraron un gran afecto a Béjar. Los cuatro fueron coetáneos, se relacionaron entre sí y con otros prestigiosos médicos que también fueron. Una característica común a todos fue su laboriosidad.

DON JOSÉ GONZÁLEZ CASTRO

Nació en 1862 en Fermoselle (Zamora). Seguramente por la profesión de su padre, destinado en Cuba, José González Castro estudió la segunda enseñanza en Santiago de Cuba hasta 1883. Ya en España, estudió Medicina en la Universidad de Salamanca desde el curso 1883-84 hasta el de 1889-1890, cambiando la matrícula de alguna asignatura a la Universidad de Valladolid. Sus calificaciones son bastantes buenas, aunque no excepcionales. Licenciado Medicina, primeramente ejerció en Aldeadávila de la Rivera, luego en Pitiegua. Después aparece en pueblos del norte de la provincia de Cáceres, ejerciendo sucesivamente en Abadía, Guijo de Santa Bárbara y Mirabel.

Tempranamente estuvo vinculado a Béjar (1908), y llegó a ser uno de los médicos de esta ciudad. Fue inspector de Trabajo del Partido de Béjar. Publicista, sus crónicas tuvieron pronto fama de jugosas y de grata lectura. Fue un gran estudioso que escribió bastantes artículos sobre enfermedades y tratamientos adecuados, especialmente sobre el cólera morbo, la tuberculosis y el cáncer. Solía firmar sus trabajos con el seudónimo de Crotontilo, y también con la C, de corresponsal de El Adelanto.

Su vida está referida en el discurso de ingreso en el Centro de Estudios Bejaranos de don Manuel Carlos Palomeque López, titulado Briznas: Veintiún relatos de José González Castro, Crotontilo. Fue contestado por don Antonio Avilés Amat (CEB, Béjar, marzo de 2018). También del citado don Manuel Carlos Palomeque se ha publicado otro libro sobre este médico con el título de Suyo adictísimo. Cartas de José González Castro, Crotontilo, a Miguel de Unamuno (CEB, Ayto. de Béjar, Casa Museo Unamuno. USAL. Año 2020). Últimamente se expone también lo esencial de la vida de este médico en el libro sobre la epidemia gripal de 1918 arriba citado.

Crotontilo fue premio Medalla de Plata (26 de abril de 1915). Escribió en varias revistas médicas, en El Adelanto y en otros periódicos. Hay que destacar su franca relación con Unamuno y con Gabriel y Galán. Murió en 19239.

DON RAMIRO ARROYO SAMANIEGO

Su biografía, sus trabajos científicos y servicios en la Beneficencia de Béjar se refieren en el semanario La Victoria el 24 de octubre de 1924, así como también en su necrológica, publicada en el mencionado semanario el 28 de noviembre de 1925, pues murió el 22 de ese mes, a los 66 años de edad.

Había nacido en 1875, en Valdehúncar (Cáceres), hijo del médico aquel pueblo. El bachillerato lo realizó en el Colegio de San Isidro de Madrid desde 1886 a 1892, y la carrera de Medicina la cursó en la Universidad Central de Madrid, habiendo conseguido ser alumno interno. Obtuvo el título de licenciado en 1899, y el de doctor en 1890, y ese mismo año fue nombrado por el Ayuntamiento de Béjar medico titular.

Se resaltó de él la vocación médica atendiendo a todos los enfermos, sin distinción de clase —incluso con un valeroso comportamiento ante algún enfermo contagioso—, su continuo trabajo para escribir sobre temas médicos, como Carta de un radiólogo sobre la tuberculosis en Béjar, para dar conferencias (en el Casino Obrero, en el Centro Social) y para mejorar de aparatos el hospital, en el que, gracias a su tesón, se instaló un equipo de Rayos X y se hicieron otras mejoras. El 24 de octubre de 1924 se le impuso la Cruz de la Beneficencia de primera clase con distintivo morado y negro y, además, se le nombró hijo adoptivo de Béjar. Su funeral y entierro fueron una manifestación de gran sentimiento de toda la ciudad, encabezada por el Ayuntamiento en pleno.

DON TIBURCIO ELOY BEJARANO Y SÁNCHEZ

Nació en Zarza de Granadilla el 11 de agosto de 1855. Fue hijo de don Alejandro Bejarano, natural de Candelario, y doña Ricarda Sánchez, natural de Sorihuela.

Obtuvo el grado de bachiller en el Instituto Libre de Béjar en junio de 1871. Estudio luego carrera de Medicina en la Universidad de Salamanca, desde el curso 1871-72 al 73-74, cursando algunas asignaturas por enseñanza libre. Las notas no son excesivamente buenas, pero hay que tener en cuenta que en tres cursos realizó la carrera. Así, obtuvo la licenciatura en Medicina y Cirugía en junio de 1874. Y, a la vez, también en la USAL, estudio la carrera de Ciencias, que acabó en septiembre de 1876.

En 1883, era secretario del Comité del Partido Constitucional y concejal del Ayuntamiento de Béjar. En 1883, don Juan García Nieto y don Eloy Bejarano establecieron en Madrid un colegio de primera y segunda enseñanza. En 1884, publicó El escepticismo en Medicina10, y se añade que era profesor del acreditado colegio de Isabel II, en Madrid.

En 1885, se dice: “El doctor don Eloy Bejarano ha sido elegido presidente de la Sección de Ciencias Naturales de la Academia Médico-Quirúrgica de Madrid”. En 1887, se hizo cargo de la dirección de las Aguas Azoadas de Madrid11. Al año siguiente, los médicos salmantinos lo nombraron comisionado para que los representase en Madrid.

Entre las publicaciones de don Eloy Bejarano, es reseñable la de ‘Consejos médicos para las madres’

De una forma casi meteórica, fue acumulando cargos y títulos: consejero de Instrucción Pública, comisario regio del Colegio de Sordo-Mudos y Ciegos, inspector general de Sanidad Interior y médico, en fin, de la Asociación de la Prensa. Y el 17 de junio de 1906 ingresó en la Real Academia de Medicina. Versó su discurso sobre El ejercicio profesional de la Medicina en nuestros días. El discurso fue contestado por el doctor Cortezo, que puso de relieve los méritos del nuevo académico12. En la crónica de esta recepción, se dijo que don Eloy Bejarano venía distinguiéndose por su activa labor científica. En 1908, cuando en Madrid se constituye una Junta de Gobierno y Patronato Médico, se nombró presidentes honoríficos a cuatro señores con tratamiento de excelentísimo: D. Antonio Maura, D. José Canalejas, D. Manuel Alonso Castrillo… ¡y don Eloy Bejarano!

Entre las publicaciones de este doctor, es reseñable la de Consejos médicos para las madres (1905), publicada en francés y traducida al español.

El doctor Bejarano pasó unos meses de dura enfermedad en el Sanatorio Villa Luz de Madrid, donde murió en 1917. Contaba 61 años. Y en una breve necrológica, se añade que era inspector general de Sanidad Interior y realizó importantes campañas sanitarias, como la del Vendrell y la Riera en 1911.

DON FÉLIX ANTIGÜEDAD DÍEZ

La revista La Ciencia moderna de Medicina, Cirugía e Higiene incluyó su biografía y su retrato en el penúltimo número de noviembre de 1897. El semanario La Victoria también recoge su trayectoria profesional con motivo del 50 aniversario de la profesión, en 1927. También en alguna parte se cita su autobiografía. Finalmente, don Amable García, cronista de El Adelanto, también hace un resumen de su vida y, sobre todo, de su obra, en la necrológica de diciembre de 1942. A pesar de todo esto, es difícil dar con datos precisos sobre su vida familiar13, aunque salen reiterados con harta frecuencia14.

Don Félix Antigüedad empezó a ejercer a los 22 años, tras su licenciatura, en 1877. Desde entonces, las actividades de don Félix al servicio de su profesión y de las letras fueron copiosísimas. En 1879 vino a la provincia de Salamanca. Desempeñó sucesivamente la plaza titular de Carrascal del Obispo, Babilafuente, Fuentes de Béjar, Guijuelo, Vallejera, Medinilla y La Horcajada (Ávila), Gargantilla (Cáceres), Cespedosa… y, finalmente, Béjar. De esta suerte estuvo unos 35 años de médico rural. Desde 1918 residió en Béjar, y asumió la corresponsalía de El Adelanto con una actividad e inteligencia verdaderamente ejemplares.

Donde trabajó con más intensidad fue en el campo de la medicina, obteniendo los siguientes títulos: corresponsal del Instituto Médico Valenciano, redactor corresponsal de La Tribuna de Madrid, corresponsal de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, vocal de la Junta delegada del Partido de Béjar, tesorero de la Junta del Partido de Béjar en la Asociación Provincial de Médicos de Salamanca.

Publicó infinidad de trabajos en revistas médicas sobre diferentes patologías y sus tratamientos. A título de ejemplo, citaré Enfermedades de corazón, de la tisis y de la locura; Acerca de algunos casos de escarlatina y Tratamiento de la hemorragia uterina. Asistió a encuentros como el Congreso Internacional de Higiene y Demografía, en Madrid15, en 1898, y una vez terminado, don Félix publicó en El Lábaro varios capítulos de sus Impresiones y recuerdos del mencionado congreso. En 1927, sus publicaciones alcanzaban los 837 trabajos, y en su necrológica se señala que pasaban de mil.

En Béjar, donde residió desde 1918, fue fiscal municipal y también juez municipal, introductor de la fundación la Gota de Leche y presidente de la Cruz Roja.

Señaló don Amable García en la necrológica de don Félix Antigüedad que fue atento, afable y buen católico, hombre bueno y profundamente cariñoso, y siempre, durante su dilatada vida de 87 años, un cristiano entero y completo.

Como complemento, pongo una imagen de tres médicos que tuvieron relación y amistad con los cuatro arriba reseñados y escribieron en las mismas revistas o de iguales temas16.


Notas:

  1. Según El Progreso el 01/1887, en Béjar se van a sumar dos plazas a las existentes, subiéndose la dotación de estos funcionarios a 8.000 reales anuales. ↩︎
  2. Si a los médicos propiamente titulares de Béjar uniéramos los nacidos en esta ciudad, aunque no ejerciesen en ella, y también añadiéramos algunos médicos de los cercanos pueblos, saldría una lista muy larga, y el estudio resultaría sumamente extenso, sobre todo si se incluyese a don Filiberto Villalobos. Y más exhaustivo resultaría el trabajo si nos detuviéramos a especificar quiénes atendían la Beneficencia municipal, el Hospicio, la Casa Cuna, el Sanatorio de Llano Alto, etc. ↩︎
  3. Como es conocido, hay un paraje en Béjar denominado Prados Merinos. El médico D. Anselmo compró una o varias parcelas de estos prados en 1828. ↩︎
  4. P. N. 817, f. 270 del Archivo Histórico Provincial de Salamanca = AHPSA. P. N. = Protocolo Notarial. ↩︎
  5. P. N. 8120, f. 3, AHPSA. ↩︎
  6. El Provenir le hizo una entrevista. ↩︎
  7. Los datos y la evolución de la epidemia y los que informaron sobre la misma, especialmente don Ramiro Arroyo y don José González Castro. Véase la citada obra sobre la epidemia, especialmente las páginas 110 y 111, y los apéndices documentales incluidos al final de libro. ↩︎
  8. Véase Pinceladas biográficas de don Manuel Santonja Alonso, por Manuel, Gonzalo y Rafael Santonja Gómez, en Boletín de la Asociación de Amigos de la Arqueología, Nº 46. Años 2010-2011. ↩︎
  9. También se recuerda esto a los cincuenta años del hecho en El Adelanto el 24 de octubre de 1974. ↩︎
  10. El Correo Médico. ↩︎
  11. La Liga del Contribuyente. Dos años después, El Adelanto señala que es el propietario de las citadas Aguas. ↩︎
  12. La Defensa, el 20 de junio de 1906, trae un grabado de Eloy Bejarano y otro del doctor Cortezo. ↩︎
  13. No queda claro el lugar de su nacimiento, aunque Amable García dice que nació en la provincia de Valladolid, un periódico de Palencia lo llama paisano. Su segundo apellido, Díez, coincide con el don Ricardo Díez, catedrático de la Universidad de Salamanca. A don Félix y don Ricardo se les ve unidos en varias ocasiones, especialmente cuando se trata de defender a los médicos libres. De lo que se puede sospechar que la madre de don Félix Antigüedad fuera hermana de don Ricardo. ↩︎
  14. D. Félix se casó con Sabina García de Castro. El matrimonio tuvo dos hijos. Pero tuvo la desgracia de ver morir en pocos años a dos de ellos, ya colocados en buenos destinos. Don Nicolás Antigüedad, médico que fue de Béjar, que falleció en 1926, y don Juan Francisco Antigüedad, que murió en 1934. ↩︎
  15. Estuvieron, por parte de Salamanca, Hipólito Rodríguez Pinilla, Eloy Bejarano, Dionisio García (Villavieja de Yeltes) y Joaquín Coll (Peñaranda), en donde Coll y Antigüedad rayaron a gran altura. ↩︎
  16. Don Ricardo Díez, catedrático de Terapéutica (1); don José Pérez Alonso (2), Vid. Salamanca Medica, Nº 23, año 2007; y don Dionisio García Alonso (3), médico de Villavieja de Yeltes, que escribió, en la Revista Médica Salmantina, Descripción Geografía de Villavieja de Yeltes, por la que fue nombrado Académico de la Real Academia de Medicina de Barcelona. Vid. El Adelanto, 27 de marzo de 1930. ↩︎

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