Creo que para poder contestar a esta pregunta es necesario un análisis sosegado y tranquilo con todos los datos encima de la mesa. Este análisis ya ha sido iniciado en el CAUSA, y espero que nos permita extraer unas conclusiones que nos ayuden a definir las áreas de mejora donde podamos actuar en el caso de que surja un rebrote. La crisis provocada por la COVID-19 ha puesto de manifiesto la capacidad de nuestros centros hospitalarios para adaptarse, de forma muy rápida, a incrementos de demanda exponenciales motivados por un agente infeccioso nuevo y muy agresivo. Y también hemos aprendido que hay mucha actividad y tareas que podemos evitar, o realizar de manera más eficiente y a distancia, sin menoscabo de la eficacia y la calidad del servicio. La experiencia de desabastecimiento de materiales, equipos y profesionales no deberían volver a producirse si, como es obligado, se dispone a partir de ahora de planes de contingencia y respuesta ante pandemias u otros tipos de emergencias. Ahora tenemos el tiempo necesario y mucho más conocimiento para prepararnos mejor. Pero, además, existen transformaciones pendientes en nuestro sistema asistencial aceleradas durante la pandemia que ahora deberían incorporarse de manera más ordenada, como son el rediseño físico y funcional de nuestros hospitales, los circuitos rápidos de alta resolución, una Atención Primaria reforzada y más resolutiva, la normalización en el uso de las tecnologías digitales y disruptivas o la renovación tecnológica. Todo esto espero que nos lo permita la puesta en marcha del proyecto del nuevo hospital.
Las medidas de prevención y protección frente a la COVID-19 van a permanecer durante unos meses, en tanto no desaparezca por completo la transmisión del virus o se encuentre una vacuna eficaz. Ello obligará a mantener dobles circuitos, sistemas de precribado de los pacientes, disposición de pruebas diagnósticas de SARS-CoV2, reservas estratégicas de materiales de protección y suministros, refuerzo de plantillas, evitar toda la atención presencial que no sea precisa y extremar las medidas de limpieza, higiene y uso de protección personal. Debe retomarse la actividad asistencial demorada mediante una priorización de las listas de espera. Es necesario evaluar con detalle el gasto que se ha generado como consecuencia del coronavirus en todos sus componentes (personal, materiales, infraestructuras y equipos), que ha sido muy elevado. También debe analizarse el coste adicional de las nuevas medidas necesarias para afrontar la nueva normalidad y los posibles rebrotes. La Atención Primaria ha sido fundamental en la contención de la transmisión y gestión de la demanda. En el futuro se debe reforzar su capacidad de resolución de procesos asistenciales, con una mayor capacidad de asistencia a domicilio y en centros residenciales, disponibilidad diagnóstica y dotándola de los recursos y entrenamiento suficientes para la vigilancia epidemiológica de casos y contactos. La experiencia de flexibilizar los espacios dentro de los hospitales (especializando centros, aumentando el nivel de cuidados y reasignando profesionales para adaptarse a una demanda diferente en muy poco espacio de tiempo) es una gran lección que debe aprovecharse para futuros planes de preparación y respuesta; pero también en el diseño de nuevos hospitales y modernización de los actuales. Las consultas telefónicas, telemedicina, portal del paciente, interconsultas virtuales Primaria-Especializada, así como la entrega de medicamentos en el domicilio de determinados pacientes, se han generalizado. Ahora resulta necesario evaluar las condiciones en las que se han implantado, con el fin de mejorar la seguridad y su capacidad de respuesta en situaciones normalizadas, y reforzar todas las plataformas y aplicaciones de asistencia virtual.
Creo que ha habido varias razones y, de momento, solo son hipó-tesis; será necesario un estudio más pormenorizado para sacar conclusiones. Una de las teorías apunta a las concentraciones y a la movilidad de personas en una época en la que ya circulaba el virus. Salamanca siempre ha sido una ciudad muy turística, con visitas de todos los lugares del país. La celebración de la Copa de la Reina de baloncesto y el Carnaval de Ciudad Rodrigo fueron dos acontecimientos multitudinarios cercanos a la fecha de declaración de alarma. Por otro lado, el cierre de los centros educativos en Madrid, al estar permitida en aquel momento la circulación, provocó que muchos estudiantes y profesionales de la educación se trasladaron a las provincias limítrofes, como Soria, Segovia, Ávila y Salamanca. Pero insisto, sólo son teorías. Espero que pronto conozcamos las causas reales que nos permitan adoptar las medidas necesarias para evitar hechos similares en un futuro.
El Plan de Desescalada del CAUSA contempla el inicio de la actividad de forma progresiva, tanto de la actividad quirúrgica como de consultas externas y pruebas diagnósticas, siempre salvaguardando la debida protección para los pacientes y los profesionales. A lo largo del mes de junio ya se ha iniciado la actividad en el bloque quirúrgico. Con respecto a las consultas, se están llevando a cabo interconsultas no presenciales para repriorizar la lista de espera e iniciar las consultas presenciales; lo mismo estamos haciendo con las pruebas diagnósticas. ¿Cuándo volveremos a la normalidad asistencial? Puede que todavía necesitemos un poco de tiempo. Acabamos de salir de una crisis sanitaria que ha provocado un gran desgaste físico y emocional en nuestros profesionales, nos encontramos en pleno periodo vacacional y tenemos que iniciar un proceso de reintegración con Atención Primaria. La atención presencial volverá a los centros sanitarios, pero creo que tendremos que abordar cambios que no admiten más demora, como la restricción de la circulación de personas ajenas a la organización por el hospital, la racionalización de nuestras salas de espera, el desarrollo de la telemedicina, ambulatorización de los procesos asistenciales y los circuitos de alta resolución, entre otros.
“No hubiésemos sido capaces de controlar esta crisis sin un excelente equipo de profesionales”
La lista de espera era y es una de nuestras prioridades, por lo que tendremos que trabajar a fondo en ella. Partíamos de una lista de espera quirúrgica y de consultas considerable, aunque no se han dejado de intervenir los pacientes más prioritarios en este tiempo en el Hospital Virgen de la Vega o en la Fundación Hospital General Santísima Trinidad. Pero la lista de espera está ahí, y hay que abordarla a partir de ahora repriorizando a los pacientes junto con los servicios implicados. Cabe mencionar que durante la pandemia no se ha incrementado la cantidad de pacientes, pero lo que sí ha aumentado mucho es la demora media asistencial. Puede decirse que en el momento actual estamos teniendo la actividad quirúrgica habitual. En cuanto a las consultas, si algo ha enseñado esta pandemia es que las telefónicas y telemáticas tienen un gran futuro, y ya se está trabajando con la dirección de Atención Primaria para ampliar las interconsultas no presenciales. El desarrollo de un Plan Estratégico de Coordinación Asistencial con Primaria será básico.
Sólo con la experiencia ganada por los profesionales ante la situación que hemos vivido, el conocimiento que ya tenemos sobre el comportamiento de la COVID y las reservas establecidas, tanto de equipamiento como de espacios que se podrían dedicar a este tipo de pacientes, podríamos decir que el hospital y todos sus profesionales están más preparados ante un posible rebrote. No obstante, cada situación es distinta y debemos estar capacitados para cualquier contingencia que se pueda presentar, tanto desde el punto de vista de la gravedad de los procesos asistenciales como del número de pacientes a asistir.
“Desde el mes de enero se constituyó en el CAUSA la Comisión de Seguimiento del SARS-COV-2. A través de ella, se inició la elaboración del protocolo de actuación frente a casos de infección del nuevo coronavirus y el seguimiento de toda aquella información generada por el Ministerio de Sanidad y la Gerencia Regional de Salud. Posteriormente, se creó la Comisión de Área del coronavirus, con el objetivo de coordinar las actuaciones desde los distintos niveles asistenciales. Las noticias que llegaban de Italia y Madrid no auguraban nada bueno, y la preocupación de que tuviésemos un crecimiento alarmante de pacientes COVID estuvo en todo momento presente, especialmente en las unidades de críticos. Esto nos permitió que, antes de la declaración del estado de alarma, constituyésemos el Comité de Crisis, que procedió de forma inmediata a la elaboración del Plan de Contingencia Asistencial del CAUSA frente a la COVID. A partir de ese momento, la verdad es que, gracias a la planificación realizada por el comité y al trabajo en equipo de profesionales de todas las especialidades y categorías, se desarrollaron en las principales áreas estratégicas (Críticos, Urgencias y hospitalización de Medicina Interna) las actuaciones necesarias para ir afrontando con garantías los acontecimientos que se iban a suceder. Para dar asistencia a los pacientes críticos se crearon las UCI Extendidas, con el objetivo de dotar al hospital de 94 camas que pudiesen hacer frente a un desbordamiento de este tipo de pacientes. Al final, en los momentos de mayor presión (entre el 2 y el 4 de abril), el número máximo de ingresos fue de 57. Se ocuparon: la UCI del Hospital Clínico, la UCI Cardiaca, la UCI Coronaria, la Reanimación, la UCI Pediátrica y parte de la UCI Extendida creada en la Unidad de Endoscopias. En cuanto al área de hospitalización, se llegó en las mismas fechas a 519 pacientes, con ocupación de 18 plantas (12 en el Hospital Clínico y 6 en Los Montalvos). Pero se logró un objetivo prioritario, que era no ocupar con pacientes COVID-19 el Hospital Virgen de la Vega. Para ello fue clave la expansión hacia el Hospital de Los Montalvos y el traslado de pacientes oncológicos a la Fundación Hospital General Santísima Trinidad, así como el recurso sociosanitario del Colegio Arzobispo Fonseca”.
La dirección de un centro como el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca siempre ha sido un reto, sobre todo estando tan cerca la apertura y puesta en funcionamiento del nuevo hospital. Siempre piensas que estás preparado para cualquier contingencia que se pueda presentar, pero en el caso de la pandemia por COVID-19, creo que todos hemos llegado a una situación límite. El aumento progresivo de casos, la letalidad del virus, la situación en el área de Críticos, la escasez de recursos materiales y humanos, la coordinación de prácticamente todos los centros sanitarios públicos y privados de la ciudad… Esta crisis no hubiésemos sido capaces de controlarla si no hubiera existido un excelente equipo de profesionales. El compromiso, la energía, el espíritu de trabajo de toda la dirección, junto con el apoyo de todos los trabajadores del centro, ha permitido sacar la crisis adelante con una enorme responsabilidad, pero sin miedo.
Mostrar nuestro agradecimiento a toda la ciudadanía, que ha demostrado su compromiso con la emergencia sanitaria, cumpliendo con las medidas de confinamiento y facilitando nuestra labor, gracias al uso responsable de los recursos sanitarios. Pero relajarnos ahora podría propiciar un gran rebrote que sería dramático para todos. En cualquier caso, la mejor respuesta es la prevención mediante el distanciamiento social, las mascarillas, el lavado de las manos y no tocarse cara, boca y ojos. Tenemos que ser conscientes de que la batalla ante el virus todavía no ha terminado.
Creo que ha sido importante también la experiencia de coordinación con el sector social. Reconociendo las dificultades que ha habido en la atención sanitaria a personas mayores que viven en residencias, se ha demostrado que en tiempos de crisis no existen fronteras entre sectores con el objetivo de salvar vidas. Se han habilitado nuevos procedimientos, como los equipos COVID Residencias, para prestar la atención sanitaria necesaria en los propios centros y evitar traslados que, si bien no son la solución óptima para situaciones normalizadas, permiten entender mejor el problema existente y las carencias del sistema. Esa experiencia debe permanecer y adaptarse. Además, se han generado redes y relaciones personales entre sectores que pueden favorecer la coordinación futura.
Me gustaría responder a esta pregunta final con una frase de Jacinto Benavente: “La vida es como un viaje por mar: hay días de calma y días de borrasca. Lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco”.
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