Los divertículos del colon

Por Iluminado Oliva

Cirujano

Es posible evitarlos con una alimentación que incluya abundante fibra vegetal para que el colon se contraiga, se distienda y no se atrofie su musculatura

“Órgano que no se utiliza se atrofia y si se utiliza se hipertrofía”1.

‘Diverticulum’ (del lat.): “Posada desviada al borde del camino con aposentos de mala reputación”2.

Las capas de la pared de las vísceras huecas del cuerpo humano son: la mucosa, que es la más interna; la muscular, que es la que le sigue, y la serosa, que es la más externa.

¿Qué son los divertículos? Herniaciones, desviaciones hacia fuera en forma de saco de la pared de una víscera hueca (ver la definición de HERNIA3). Suelen tener entre 3 milímetros y 3 centímetros de diámetro y salen por las zonas más debilitadas, que es por donde discurren los vasos.

Lo que ocurre casi siempre es que la capa intermedia, la muscular, degenera, se rompe, y por esos pequeños orificios que se forman, se desliza solo la mucosa. A esas formaciones, aunque en sentido estricto de la expresión deberían llamársele falsos divertículos, se les denomina también divertículos.

Hay divertículos que se nace ya con ellos, pero la mayoría son adquiridos. Se localizan en cualquier víscera hueca: en la faringe, el esófago, el intestino delgado, la vejiga…, pero son más frecuentes en el colon, donde suelen ser múltiples.

El intestino grueso consta de tres partes: el ciego, el colon y el recto. El colon, a su vez, consta de otras tres zonas: el ascendente, el transverso y el descendente; este último, al unirse con el recto, forma una estructura retorcida, similar a la letra griega ‘sigma’; por eso, a esa zona del intestino se le llama colon sigmoide o, simplemente, sigma. Y ahí es donde hay más divertículos de todo el organismo.

¿Por qué se forman? La razón es por un juego de presiones del tubo digestivo: para que pueda funcionar bien el intestino tiene que distenderse y contraerse regularmente. Si por alguna circunstancia –como la debida a la disminución del tamaño del bolo fecal, por déficit de la fibra vegetal, o la retención de las heces (estreñimiento)– no se distiende lo suficiente, su musculatura se atrofia, y termina debilitándose. Por los pequeños orificios que se crean, se cuela la mucosa, y eso son los divertículos. Esta es la razón por la cual son más frecuentes en los países ‘desarrollados’, donde se toma menos fibra vegetal. Al ser el sigma una zona retorcida, que le cuesta más contraerse y distenderse que al resto del colon, es la causa por la que asientan con mayor frecuencia ahí.

Por encima de ciertas edades adultas, en nuestros ambientes, la mayoría de las personas tienen divertículos, lo que demuestra que la edad también es un factor determinante; pero se dan también en jóvenes, y esto apoya la opinión de la disminución del tamaño del bolo fecal.

¿Qué síntomas producen? Cuando no se complican, ninguno. Mucha gente vive con los divertículos sin saber que los tiene.

¿Cuándo se complican? Si se cierra el orificio que comunica con la luz del colon, debido, por ejemplo, a la penetración de heces dentro del divertículo, y que no puedan salir. Esta obstrucción favorece la microperforación o la perforación y, a partir de ella, la filtración, la inflamación y la infección.¿Qué evolución tienen? A la diverticulitis (inflamación de los divertículos), a formar abscesos y/o peritonitis, a obstruir la luz del colon, a fsitulizarse y producir comunicación con otros órganos, a romperse y vaciarse las heces a la cavidad peritoneal… Estos procesos pueden ser progresivos.

Cada uno tiene sus características:

— Las diverticulitis: producen dolor, sobre todo en el lado izquierdo, fiebre, a veces vómitos, taquicardia, cambios en el ritmo intestinal (estreñimiento o diarreas)… A la exploración, el abdomen suele estar más distendido, a veces se toca un bulto doloroso, puede haber mayor timpanismo al percutir (como un tambor), a la auscultación los ruidos intestinales suelen estar aumentados. Para diagnosticarlos, aparte de la sospecha clínica, lo más útil son las radiografías; la que más se emplea es la TAC. En los análisis se aprecian signos de agresión al organismo: aumento de las células de defensa, como los leucocitos, de algunas proteínas, enzimas… Las formas leves se solucionan con tratamiento a domicilio, las graves requieren hospitalización para aplicar reposo digestivo, sueros, analgésicos, antibióticos, a veces nutrición por la vena… De esta manera se resuelven mu￾chos de los cuadros agudos, pero a veces se producen diverticulitis de repetición.

— Los abscesos (acúmulos de pus) producen una peritonitis localizada. Los signos son los reseñados, pero más pronunciados que la diverticulitis y con mayor gravedad. En la exploración se aprecia, además de lo dicho, la irritación peritoneal (dolor mayor al soltar la mano tras comprimir la pared del abdomen). En el tacto rectal, que es obligado, el médico puede apreciar otros signos. Para diagnosticarlos, aparte de lo referido, es útil la ecografía y/o la TAC, que ayudan a guiar la punción para drenarlos.

— Cuando se rompen los abscesos se produce una peritonitis generalizada y no hay más remedio que operar. Cada vez más se hace la intervención con tubos colocados dentro del abdomen, por pequeñas incisiones hechas en la pared, y uno de ellos lleva una cámara fotográfica que pasa la imagen a una pantalla (laparosocopia).

— Todavía más grave: pueden difundirse las heces a través de la cavidad abdominal al romperse los divertículos y producir peritonitis fecaloidea, que puede ser mortal en horas si no se interviene. El abdomen se pone duro (como una tabla). En las radiografías se aprecia el aire fuera de las vísceras. Necesita intervención de urgencia, además del tratamiento médico.

— Otras veces producen una obstrucción total o parcial del colon. En estos casos, los ruidos del abdomen pueden desaparecer y la distensión ser mayor. Si no se resuelven con medicamentos (las irrigaciones pueden ayudar) o por otros medios, hay que intervenir.— También se pueden perforar hacia otros órganos, como a la vejiga, hacia el propio colon, al intestino delgado, hacia el útero o la vagina, etc., formando fístulas. Estos son procesos crónicos. Tienen sus propias características; por ejemplo, las fístulas a la vejiga producen infecciones urinarias de repetición, y, cuando ya se establecen, sale el gas o las heces con la orina. Las fístulas al útero o a la vagina también favorecen las infecciones urinarias y permiten el paso del gas o las heces por los genitales. Para diagnosticarlos hay varios medios, entre otros, las radiografías con contraste. El tratamiento definitivo es la cirugía.

— Los divertículos en el colon pueden sangrar (sobre todo si el paciente está tomando antiinflamatorios), y estas hemorragias, cuando no paran solas, necesitan tratamiento urgente (además del imprescindible de sostén: hidratación, trasfusiones…); para ello se procuran emplear técnicas sin operación, pero no siempre se consigue parar la sangría así, y a veces hay que intervenir.

¿Qué tipo de operaciones hay que hacer? Depende de cada caso.

Cuándo se opera, ¿hay que colocar siempre una bolsa para recoger las heces? No, los cirujanos intentan no realizar estomas digestivos (bocas en el intestino). Pero en ciertas ocasiones no hay más remedio, y esta solución puede ser salvadora. Además, las colostomías o ileostomías (bocas en el colon o en el íleon –parte final del intestino delgado–) suelen ser temporales, y al cabo de unos meses se restaura la continuidad digestiva.

¿Por qué enferman unas personas y a otras no? Depende de varios factores: el más importante es la dieta que se siga; también del número de divertículos que se tengan, de la obesidad, de la ingesta reiterada de calmantes, del escaso ejercicio físico…

¿Se pueden confundir con otras enfermedades? Sí, con la que más, con el cáncer de colon. Por eso, en el momento adecuado, se debe hacer una colonoscopia y/o biopsias, además de otras exploraciones.

¿Los divertículos que no se complican necesitan algún tratamiento? No, pero el que los tenga debe tomar fruta y verdura (fibra vegetal) en abundancia.

Y esos divertículos que no se complican, ¿cómo se sabe que se tienen? Las dos formas que más se usan son el enema opaco (radiografías introduciendo un medio de contraste por el ano) y la colonoscopia.

¿Se puede evitar padecer divertículos en el colon? Sí, alimentándose con abundante fibra vegetal y, así, consiguiendo que el colon se contraiga, se distienda, no se atrofie su musculatura, y haciendo eso desde tempranas edades.

Incluir fibra vegetal en la dieta es fundamental para prevenir los divertículos o que éstos causen problemas.

Bibliografía:

  1. Darwin Ch. ‘El origen de las especies’ (1859). Madrid: Akal, 1985. ↩︎
  2. Goligher JC, Dulthie HL, Nixon HH. ‘Cirugía del ano, recto y co￾lon’. Barcelona: Salvat, 1979. ↩︎
  3. Oliva I. ‘Cuidar la salud es amar la vida’ / ‘Caring for Health Means Love for Life’. Salamanca: Amarú, 2016. ↩︎

Nota:

El artículo va dirigido al público; por eso, el lenguaje intenta ser llano y sencillo, para facilitar la comprensión. Los médicos, que somos privilegiados en este sentido, podemos entender y aceptar esta ‘molestia’ al leer.

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