Hospital de San José de Ledesma

Por Jesús Málaga

El edificio, que se encuentra en perfecto estado de conservación, fue construido en 1721 en esta localidad salmantina, y es una de las mejores obras arquitectónicas de Joaquín Churriguera

Visitar Ledesma supone rememorar la historia de un pasado glorioso y vislumbrar, debido a la despoblación de la villa y su comarca, un presente y un futuro sombríos. La mayoría de su caserío ha sido recuperado con intervenciones subvencionadas por el Gobierno de España y la Unión Europea que han dejado en perfecto estado decenas de iglesias, ermitas, palacios, viviendas blasonadas, casas modernistas y racionalistas y algunos hogares significativos de la arquitectura popular de siglos pasados.

Entre tantos monumentos, destaca la iglesia de Santa María la Mayor, verdadera catedral que está considerada obra maestra del gótico hispano-flamenco. Una de las antiguas parroquias, la originariamente románica de San Miguel, ha sido trasformada en museo y centro de interpretación de la historia de Bletisa, antiguo nombre de Ledesma. Otra bella iglesia románica ledesmina es la de Santa Elena, situada extramuros y que sigue abierta al culto.

Ledesma conserva la trama antigua de sus calles y plazas, las murallas, parte de su castillo, algunas ermitas y, ya en el campo, los restos de un puente romano, el Puente Mocho, en la rivera de Cañedo. Sus paseos siguiendo el recorrido del río Tormes son una verdadera delicia para los que buscan la paz y el sosiego. La tradición oral nos informa de un acontecimiento religioso de gran trascendencia: los pastores de Belén que fueron llamados por el ángel para adorar al Salvador están enterrados en la iglesia del arrabal de la margen derecha del Tormes, y en los pies de su altar mayor se veneran.

La villa romana, conocida como Bletisa, pasó a llamarse Ledesma en el año 700. Conquistada por los árabes, fue reconquistada por Alfonso I de Asturias y León, que en su reinado la vuelve a perder. Ramiro II la reconquista nuevamente, y Alfonso VII la repuebla y le concede fueros. En el siglo XII, Fernando de León le otorga más privilegios y la vuelve a repoblar, y Alfonso X la despoja de los fueros concedidos por sus antepasados, dejándola bajo la jurisdicción del reino de Castilla y León, uniendo sus destinos jurídicos a los de Salamanca.

En 1462, Enrique IV el Impotente donó la villa de Ledesma a Beltrán de la Cueva y Mercado, primer duque de Alburquerque y conde de Huelma, que la mantuvo en su poder hasta 1474. Beltrán de la Cueva pasó a la historia de España como el verdadero padre de Juana, la hija del rey Enrique IV, conocida con el apodo de “la Beltraneja”. Isabel la Católica disputó el reino a Juana por considerarla ilegítima, consiguiendo el reino con el apoyo de gran parte de la nobleza castellana y leonesa. Algunos estudios realizados con posterioridad parecen confirmar la paternidad real de la Beltraneja. En esta población del oeste de Salamanca, que fue partido judicial de la provincia hasta mediados del siglo XX, se encuentra un establecimiento conocido como Hospital de San José. Se trata de una institución benéfica fundada por Gonzalo de Ledesma a principios del siglo XV. En los primeros años de su constitución, estuvo ubicado junto al arco de la torre de la iglesia de Santa María la Mayor. El edificio actual es una magnífica obra del arquitecto Joaquín Churriguera cuya fachada está presidida por una escultura de la Sagrada Familia con escudos a ambos lados de las familias fundadoras, Rodríguez de Ledesma y Nieto.

El edificio es de planta regular, con un patio central con columnas. Fue construido en 1721, en un solar ocupado por varias casas y paneras que fueron adquiridas por el sacerdote ledesmino Andrés Nieto de Porres, impulsor de dicha institución a comienzos del siglo XVIII.

En 1925, el Hospital de San José contaba con ocho camas, atendiendo a una media de 15 enfermos diarios, lo que significa que no todos eran ingresados, la mayoría solamente consultaban su dolencia y eran tratados ambulatoriamente en sus domicilios. Era, pues, un hospital que funcionaba a la vez como receptor de pacientes que recibían su tratamiento en la institución y como consultorio médico de la villa. A través del Archivo Histórico Provincial de Salamanca (AHPS), sabemos el coste por paciente y día en las fechas referidas, una media de 1,25 pesetas, llegando sus gastos totales anuales a las 800 pesetas. Una década después, en 1935, en plena República, se pensó construir en Ledesma un sanatorio antituberculoso destinado a acoger funcionarios públicos aquejados de esta enfermedad. Del proyecto no se volvió a hablar, quedó solamente en idea. Tampoco conocemos si se iba a instalar en el Hospital de San José. Ya en plena Guerra Civil, en 1937, se convirtió en hospital de sangre. Acogía a soldados convalecientes procedentes del frente. En ese mismo año, se abrió en Ledesma un comedor infantil de la Sección Femenina.

La iglesia románica de San Miguel alberga actualmente el Centro de Interpretación de la historia de Bletisa / FOTO: Turismo Ledesma.

Cuando se abandonó la función hospitalaria, el edificio se transformó en instituto de enseñanza media y, posteriormente, en centro parroquial; en él se reunían las distintas comisiones y cofradías que funcionaban en las iglesias y ermitas de Ledesma.

En la actualidad, en el inmueble está ubicada la casa principal de la Asociación Católica Fraternidad María Estrella de la Mañana. Dos de sus estancias se han convertido en salas de exposiciones permanentes de la Galería de Arte San José. En ellas se exponen obras del hermano Abraham de la Cruz, óleos, sanguinas y murales. La exposición lleva por título La luz de Dios. Su edificio se encuentra en perfecto estado de conservación, siendo una de las mejores obras arquitectónicas de Joaquín Churriguera.

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