El arte y la cultura divierten y hacen felices a los jubilados

Por Miguel FERRER BLANCO,
de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga

Colegiado de Honor con Medalla de Oro del COM de Salamanca.

Con motivo del tercer aniversario de nuestra revista Salamanca Médica esta página de arte, que cree para ella, se va a convertir en este número en una crónica de sucesos, acerca de cómo se divierten los jubilados, médicos, profesores y artistas, hablando de Medicina, Arte, Música y Literatura.

El motivo de ello ha sido la asistencia a una exposición, su primera personal, a la que me invitó, de mi querido amigo Pepe Almeida, que dio sus primeros pasos quirúrgicas-traumatológicos conmigo y en el que, aunque genéticamente ya estaba dotado para ello, creo que influí también, envenenándole un poco con mi constante hablarle de cosas de arte. Una vez jubilado de su actuación como traumatólogo, ha iniciado estudios en la Facultad de Bellas Artes, donde acabará la licenciatura este curso.

Pues bien, ha tenido el buen gusto de obsequiar a sus compañeros, al cumplirlos 50 años del comienzo de sus estudios de Medicina, con una magnífica exposición en la Sala de Tortugas del Edificio Histórico de la Universidad, con los dibujos y óleos realizados durante sus estudios. Como buen anatómico, sus dibujos rápidos de desnudos muy expresivos y sus óleos muy ricos de color.

Dibujo de José Almeida

En este simpático acto encontré también a otros médicos como el anatomopatólogo Santos Briz, que también hace sus pinitos pintando, y al escultor Hipólito Pérez Calvo, catedrático emérito de escultura. Al preguntar a éste a qué seiba a dedicar ahora, me contestaba que a lo de siempre: “pintar, dibujar y modelar piezas pequeñas, porque ya físicamente no puedo con las grandes”.

Como dije, voy a convertir este artículo en una crónica social para lo cual me voy a permitir copiar el formato de las que hace mi entrañable amigo Santiago Juanes, aunque supongo que esta mía saldrá sosa y mala como lo son todas las imitaciones, ya que no sabré salpimentarla con la gracia pantagruélicamente gastronómica que él imprime a las suyas, pero, eso sí, yo también voy a poner el nombre de todas las personas que cite con negritas.

Todo lo señalado anteriormente me hace pensar en el admirable trabajo que siguen haciendo los compañeros médicos ya jubilados (otros aún no lo están),así como la labor de ayuda para nuestra revista y para elevar el humanismo profesional de nuestra querida Medicina, profesión que aumenta nuestra sensibilidad y capacidad de aprehensión artística, imprimiendo además un carácter, que dura hasta el final de nuestra vida .Al repasar los contenidos publicados hasta este número 20 de Salamanca Médica y hacer balance de lo conseguido, es loable lo que han hecho, por ejemplo, nuestros compañeros poetas como Julio de Manueles, José Manuel Santalla, Rafael Mateos, Luis Calama, Jesús Cedeño, Luis de la Peña o Sergio Aparicio, que ayudados por el que es nuestro juglar oficial, José María Sánchez Terrones, nos han hecho pasar buenos ratos en las veladas culturales que con gran éxito ha venido organizando el Colegio.

Dibujo de José Almeida

Escritores importantes como son Saturnino García Lorenzo, con sus tesis médico-filosóficas; Luis Santos Gutiérrez, profesor emérito, gran anatómico y tan polifacético que es difícil de definir, ya que escribe magnificas columnas en periódicos locales, artículos artísticos de gran consistencia y por si fuera poco, se revela como artista, organizando obras que le hacen dudar a uno si son auténticas y sinceras creaciones o quizás vías de escape para reírse un poco de esto que hoy llamamos arte contemporáneo.

No podemos olvidar la labor de Jesús Málaga que desde el primer número viene dedicándose a los aspectos históricos de la ciudad relacionados con la Medicina. Así como, la faceta humorística de Kenneth Thomson con sus jeroglíficos, primero anatómicos y después sobre aspectos varios.

La música está siempre presente en el Colegio con la afición jazzista del gran pianista que es Fernando Viñals. Y en fotografía, entre jubilados y no jubilados, tenemos un amplio elenco de figuras que hasta ahora nos deleitaban año tras año en la exposición del Colegio y que últimamente lo vienen haciendo también en las páginas centrales de la revista. No son todos, pero entre ellos podemos citar a Jorge Muñoz Lucas, Ricardo Bravo, Ángel Bajo, Kenneth Thomson, Santiago Pérez, Antonio García y Julián Velasco.

El futuro creador entre los médicos salmantinos se presenta prometedor, porque la pasión artística no es exclusiva de jubilados. En pintura tenemos ejemplos como los de Román Payo y José María Toledo, que compaginan la Medicina con las Bellas Artes. En la misma línea, ya hablamos en el pasado número de Amparo Núñez-Solé. Rafael Sastre, también médico y pintor, fue galardonado este año con el primer premio de pintura en la exposición del Colegio.

En mi vecindad convivo con varios profesores eméritos admirables, como son: el profesor Ángel Cabo, ilustre geógrafo que sigue estudiando y manejando cartografías; el profesor Pérez Varas, autor de magníficas columnas periodísticas sobre filología; el profesor Álvarez Villar al que me lo imagino todos los días sentado ante el ordenador y que no para de publicar preciosos libros sobre arte salmantino; y el profesor Fernández Álvarez, best seller contrastado con diez magníficos libros sobre biografías históricas de gran éxito y que también últimamente ha tocado el género novelístico. También es notable que el profesor Amat no deje de ir casi diariamente a su Facultad para ayudar en sus tesis y trabajosa sus colaboradores y seguir “microscopeando” y gozando con su dedicación anatómica.

Óleo de José Almeida

Otra cosa muy agradable en este octubre ha sido leer la tesina de Licenciatura en la Facultad de Historia del Arte que ha hecho don Francisco Morales, coronel jubilado de Aviación, trabajo muy importante y minucioso que más que una tesina es una magnífica tesis doctoral sobre la bella Iglesia de la Veracruz, esa joya del pequeño barroco salmantino. De ello me ocuparé en otra ocasión, porque se trata de una importante publicación en la que ha conseguido hallar la autoría de muchas obras que allí existen.

Ah, se me olvidaba. Si se encuentran en la calle y conocen a un simpático radiólogo que responde al nombre de Willy, párense con él y charlen, porque es seguro que aprenderán un detalle curioso de algún rincón salmantino.

Esta crónica ha surgido este mes de octubre en el que Afortunadamente se empieza a trabajar culturalmente, después de esas llamadas vacaciones en las que el trabajo, paradójicamente sin descanso, es de otro tipo y constante.

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