Dos hospitales, una ermita y un convento dedicados a Santa Ana

Por Jesús Málaga

“Con este artículo pretendo aclarar que, al hablar de Santa Ana en Salamanca, no podemos reducir su presencia a una sola institución religiosa, más bien estamos hablando de cuatro”

Santa Ana ha llevado a los historiadores de Salamanca a la confusión. Su nombre sale a colación en múltiples avatares, en distintos periodos del devenir de la ciudad. El primero de los conventos que llevó el nombre de Santa Ana estuvo a las orillas del Tormes, en su margen izquierda, en el prado que se llamó de Santa Ana, en las inmediaciones del pueblo de Santa Marta. Tuve la ocasión de conocer en un corral de una vieja casa del pueblo unas columnas que rodeaban un patio que bien pudieron ser el claustro de aquel humilde cenobio. La construcción de viviendas y la falta de interés por rescatar el patrimonio hicieron que aquellos vestigios del pasado de Santa Marta desaparecieran. Las monjas benedictinas que lo ocupaban salieron despavoridas de él tras las muchas avenidas que arruinaron el edificio. Se las conocía en tonces como las “dueñas de Santa Marta”. Desde Santa Marta, las benedictinas marcharon más cerca de Salamanca, ocupando la iglesia de San Esteban allende el puente, para distinguirlo de la otra iglesia de San Esteban que les fue entregada, dentro de la muralla medieval a los dominicos.

Popularmente a esta nueva ubicación de las benedictinas se la llamó “Dueñas de Santa María de Castajar y de San Esteban”. Pero en este lugar no estaban a salvo de las riadas y tras algunas inundaciones se trasladaron a la calle Génova, donde ocuparon el espacio que rodeaba la ermita de Santa Ana. A partir de entonces se las conocería por “Dueñas de Santa Ana”.

Las riadas obligaron a las monjas benedictinas a dejar su convento junto al río Tormes

Junto al convento de San Vicente estuvieron desde el siglo XV hasta el XIX. Con motivo de la Guerra de la Independencia, el 20 de enero 1810, fueron exclaustradas y se derribó el convento para dejar despejado el fuerte que los franceses habían fortificado en el convento de San Vicente. Las monjas dominicas del convento de la Penitencia siguieron el mismo trágico destino.

Las monjas benedictinas se refugiaron primero en la Úrsulas, para pasar después, las pocas monjas que quedaban, a engrosar la comunidad de benedictinas de Alba de Tormes. Las que los salmantinos conocemos por sus famosas almendras garrapiñadas. Desde entonces desaparecieron las benedictinas de Salamanca.

Una ermita estuvo dedicada a la veneración de Santa Ana. Estaba situada en la calle Pizarral, hoy ronda de Sancti Spíritus o de los Milagros. Era la que acogía la famosa imagen del Cristo que hoy se venera en la iglesia de las freiras de Santiago, Sancti-Spíritus. Esa capilla, renovada en el siglo XX, desapareció a mediados del siglo pasado a la vez que el cercano convento de franciscas remodelándose los entornos de la calle Azafranal.

Dos hospitales llevaron el nombre de Santa Ana: Santa Ana del Albergue y el Antiguo de Santa Ana. El del Albergue funcionó en la calle Toro. Fue fundado en 1350 y suprimido en 1581. Según hace constar Joaquín de Vargas en su libro Dibujos Salmantinos, publicado por el Centro de Estudios Salmantinos en 1981, se le llamaba “Moderno de Santa Ana” y sobre su puerta se podía leer “Hospital de Santa Ana para recoger mujeres pobres”. Este detalle nos da a conocer que en Salamanca había hospitales masculinos, para mujeres y mixtos.

También había algunos que trataban enfermedades concretas: lepra, demencias, enfermedades infecciosas, enfermedades venéreas, fuego infernal, y oros generalistas, a este grupo pertenecía el de Santa Ana del albergue.

Una ermita situada en la calle Pizarral estuvo dedicada a la veneración de Santa Ana

Por último, había otro hospital cuya titularidad estaba consagrada a la santa de marras, el “Antiguo de Santa Ana”. Había sido fundado a mediados del siglo XIII por los moradores de la Puebla de Sancti-Spíritus, estaba situado cerca de la puerta de Toro, no lejos del otro dedicado a la madre de la Virgen. Fue suprimido también, en 1851.

Con este artículo pretendo aclarar que, al hablar de Santa Ana en Salamanca, no podemos reducir su presencia a una sola institución religiosa, más bien estamos hablando de cuatro.

Finalmente, las monjas benedictinas se refugiaron en la comunidad de Alba de Tormes.

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