Vivir sin miedo

Por Germán Payo Losa

Director de Educahumor

“A partir de hoy voy a bailar siempre que me dé la gana. Toda mi vida temiendo loque los demás iban a pensar de mí. Nomás”. Le salía de dentro a una mujer de 67 años como conclusión, puesta en común, de uno de mis talleres.

En este país tenemos interés en las vidas ajenas, tendencia a decir a los demás lo que han de hacer o criticarles si no siguen nuestras ideas. El cotilleo parece ser deporte nacional, y eso lo saben programas y publicaciones. La industria del armamento hace su agosto en muchos países promoviendo y explotando el miedo. También el temor a lo que juzguen los demás puede impedir comportarnos con más libertad, lanzarnos a una relación por temor al rubor, al no saber qué decir, no dar la talla o causar una impresión no deseada.

Una estrategia empresarial y de grupos humanos creativos es la lluvia de ideas(brainstorm). Se plantea un problema y se trata de producir la mayor cantidad de soluciones. La clave: no juzgar ideas y producir cuantas más mejor. “¿Cómo mejorar el trabajo?” Si alguien dice algo absurdo, y otro juzga, el miedo a la crítica coarta la creatividad. “Venir en bolas”. Opciones de respuesta: “Obseso” (aquí juzgo) / “Con adornos navideños” (acepto).

Un hombre de 72 años se enamoró de una mujer. No siguieron adelante en su compromiso por miedo a sus hijos, que se oponían. La Duquesa de Alba, que ya ha anunciado su boda, con un mozo más joven, es el ejemplo contrario. Las opiniones ajenas están ahí, pero hace, al final, loque le parece. ¿Vivimos constreñidos por los demás?, por frases como: “Pero hombre: ¿cómo vas a hacer eso a tu edad?”

En la película K-Pax un enfermo mental está obsesionado con la posibilidad de morir y toma todas las precauciones posibles, máscaras, guantes, no salir de la cama… En un momento otro enfermo tratade estrangularle. Cuando está a punto de quedarse ya sin aliento es cuando descubre claramente, que no tiene ningún control cuando venga la muerte. Aprende que el miedo es inútil y perjudicial. Es lo expresado en el dicho: “La sombra de la cruz es más alargada que la cruz misma”.

¿Cuál es su mayor miedo? -preguntaron en Estados Unidos en una amplia encuesta-. El resultado no fue a la muerte, enfermedad, pobreza… sino hablar en público.

“Tengo parkinson, pero en mi cuerpo siempre mandaré yo”, tenía escrito en su camiseta un hombre. En ocasiones tememos que los demás se den cuenta de nuestro nerviosismo, sudor, temblores. Se vencen estos tipos de miedo –ojo, que no ir a 200kms/h por miedo es sanísimo-, al aceptarlos y quererlos; en lugar de ocultarlos, descubrirlos: “Estoy un poco nervioso”, “No sé si lo haré bien”, “Me cuesta mucho decirte esto porque no sé cómo lo vas a tomar” … Con frases de este tipo no ocultamos nuestro temor y uno de los problemas, el que los demás nos noten nerviosos, desaparece.

Además, todos podemos hacer reír contando historias divertidas -en un juicio a prostitutas entra el juez y exclaman: “¡Andá! Si es el Antonio”-, y no tener miedo a que no se rían. Me lo dicen profesores. “Es que cuentas una cosa graciosa y no se ríen. No tienen sentido del humor”. Ayuda cambiar de objetivo: cuento historias como un aprendiz, para entrenarme hasta que lo haga bien. Puedes ser un experto en tu materia, pero en el humor no. Que se rían es secundario; que yo aprenda y practique, es lo que importa.

Rosana lo canta así: “Sin miedo sientes que la suerte está contigo / Jugando con los duendes abrigándote el camino /Haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido/ Mejor vivir sin miedo / Si somos como niños / Sin miedo a la locura, sin miedo a sonreír…”.

“Pues tienes razón. Ahora le voy a decir a mi jefe lo que no le he dicho por miedo en un montón de años”. Ojo. Que el sentido común vaya por delante. Yo, por si acaso, negaré haber escrito esto.

www.educahumor.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.