Atravesar la pasarela que todavía une el viejo Clínico de Salamanca con las instalaciones del nuevo hospital puede convertirse en la mejor metáfora de un traslado que ha supuesto un esperado e increíble viaje al futuro y a la innovación, pero que todavía deja pendientes ataduras con las que lidiar para seguir avanzando en la consolidación de este gran centro biosanitario de referencia nacional e internacional. Un traslado necesario y urgente, pero de enorme complejidad, que ha salido bien gracias a un minucioso plan de preparación y al sobresesfuerzo admirable de los profesionales sanitarios; además, en un escenario de pandemia que todavía condiciona la actividad asistencial.
El cambio no tiene discusión: un edificio moderno, con la última tecnología y todo el potencial necesario para unificar la actividad del Clínico y del Virgen de la Vega. Pero el principal escollo a día de hoy es que sigue siendo un traslado incompleto, porque falta por construir el edificio de consultas, que se ubicará en el solar del Clínico una vez derribado, y entonces sí, el gran Hospital Universitario de Salamanca será una realidad completa. Habrá que esperar al menos hasta 2025 para verlo. Mientras tanto, también habrá que ir lidiando con los ajustes propios de la adaptación, la puesta en marcha de servicios fundamentales, como el parking o la cafetería, o las revisiones de algunos planteamientos obsoletos dentro del plan inicial del traslado.
Así lo explican algunos de los profesionales con mayor responsabilidad en el hospital de Salamanca, desde el gerente del complejo hasta los jefes de Cardiología, Nefrología, Medicina Interna, Traumatología, Anestesiología, Urología o Ginecología.
Para el Dr. Pedro Luis Sánchez, jefe del servicio de Cardiología, el traslado, sobre todo en relación a los pacientes y gracias a los planes de contingencia y a la disponibilidad de los profesionales, resultó “más sencillo de lo esperado”, incluso emocionante, ya que hasta aplausos se escucharon el 7 de octubre por la tarde cuando se completó la nueva ubicación de todos los enfermos. “Nosotros hemos ganado muchísimo con el traslado; somos, en cuanto a especialidades y tecnología, el hospital mejor dotado, no de España, sino de Europa”, explica el cardiólogo. Pero es que, además, ahora tienen todas las unidades en la misma planta, cerca de Urgencias, algo “muy importante en el tratamiento de agudos”, y también cerca de Radiología. “Tenemos más camas en críticos con boxes individuales, mejor tecnología y el Hospital de Día del Corazón, que evita mayores ingresos”, añade. En el futuro, solo espera contar con más espacios en el nuevo edificio de consultas externas para potenciar la asistencia ambulatoria. “El hospital es una oportunidad única para la ciudad, es impresionante a nivel general, y para esta unidad en concreto, es el gran motor para avanzar como referentes a nivel internacional”, concluye.
Aunque reconoce que ha sido “una época dura” por lo que supone enfrentarse y adaptarse a una nueva situación, la Dra. Pilar Fraile, jefa del servicio de Nefrología, se muestra muy optimista con el cambio, sobre todo por el intenso trabajo en equipo que han desarrollado todos los profesionales implicados: enfermeras, auxiliares, médicos… han estado trabajando siempre juntos contra las adversidades.
“El nuevo hospital no tiene color con lo anterior, venimos de un edificio viejo y ahora estamos ante una oportunidad soñada en un servicio como Nefrología que tiene mucho potencial, y ganas e ilusión por parte del equipo”, asegura la doctora. Le faltan también algunos espacios, pero confía en la Dirección para solventar los pequeños ajustes y seguir “poniendo la semilla para avanzar como hospital de referencia con mayor implicación en la investigación”. “Es el momento de arrimar el hombro y no poner zancadillas”, añade.
Con los ajustes propios en la nueva dinámica del trabajo diario, el Dr. José Ángel Martín Oterino califica de “aceptable” el traslado al nuevo hospital, donde ve una mejoría importante en las instalaciones tras abandonar “las deficiencias estructurales y funcionales” que soportaban en el Clínico y Virgen de la Vega.
Ahora lo más relevante, a su juicio, pasa por un cambio en la mentalidad de los profesionales y por la introducción de cambios organizativos y el desarrollo de una metodología de procesos asistenciales (en hospitalización, consultas externas, urgencias, quirófanos, etc.) que modifique el modelo de trabajo. También echa en falta una mejor dotación de espacios docentes en el hospital, “ya que no hay que olvidar la orientación universitaria de nuestro centro”, asegura.
La Medicina Interna sigue sufriendo de manera especial el envite de la pandemia. Ya ha tenido que dedicar dos plantas a la hospitalización por covid-19, con el consiguiente incremento de pacientes ectópicos en otras ubicaciones y la dificultad asistencial que ello conlleva, además de otras actividades que deben compaginar en otros centros asistenciales: consulta externa (incluyendo Ciudad Rodrigo), consultas monográficas, hospitalización en Los Montalvos y reapertura de la hospitalización en el Hospital Virgen del Castañar de Béjar.
A pesar de todo, el especialista explica que el nuevo hospital “nos está permitiendo poner en marcha nuevas iniciativas, como es la potenciación del Hospital de Día médico Polivalente”, y, sin duda, “va a servir para desarrollar mejor la labor científica y asistencial a todos los niveles”. No obstante, deben ser los profesionales sanitarios quienes sepan “sacar mayor partido” de esta nueva heramienta para “aumentar el nivel y la calidad de todo nuestro trabajo, consiguiendo llegar a la excelencia que debe demostrar un centro sanitario de máximo nivel”.
“Perfecto no es nada, pero ahora tenemos un edificio acorde con los tiempos que vivimos; y como los profesionales somos los mismos, ahora se debería de notar el estar mejor dotados técnicamente”. Con estas palabras, el Dr. Juan Blanco, jefe del servicio de Traumatología, hace una valoración positiva de un traslado preparado hace tiempo, en consonancia con el volumen y la complejidad que conllevaba. Ahora, cree que lo más relevante para seguir mejorando es empezar cuanto antes el nuevo edificio de consultas y completar el proyecto para impulsar también en esas instalaciones la Cirugía Mayor Ambulatoria.
“Conseguir ser el Boston español es un proceso; de hecho, ya lo somos en parte, y ahora tener una infraestructura como el nuevo hospital permite seguir avanzando”, asegura. De momento, ya se ha logrado recuperar el nivel de actividad, se favorece la atención multidisciplinar al juntar todos los servicios en un mismo edificio, y ahora “hay que darle un empujón a la investigación clínica traslacional”.
“Es importante también que, aparte de los profesionales, la población defienda y se haga partícipe del presente y el futuro de este gran hospital”, concluye el doctor.
El Dr. Miguel Sánchez Hernández, jefe de Anestesiología, reconoce que “nunca imaginas lo complicado que es un traslado de hospital hasta que no lo vives”, de forma especial, en un servicio que ha vivido el cambio “de manera íntegra y en menos de 48 horas”, al ubicarse todos los quirófanos y la Reanimación del Clínico y el Virgen de la Vega en el nuevo hospital, a excepción de cirugías menores de Oftalmología o Maxilofacial.
Un proceso solo posible gracias “al gran esfuerzo que ha realizado y está realizando todo el personal que trabaja en el complejo asistencial, desde limpiadoras, técnicos de mantenimiento, celadores y auxiliares hasta enfermeras, informáticos y médicos para arreglar los problemas que han ido surgiendo día a día y que el paciente se encuentre bien tratado; un cambio muy importante en su manera previa de trabajar, así como un alto grado de implicación y sufrimiento”. Las ventajas del nuevo hospital resultan, a su juicio, innegables: desde los bloques diferenciados de hospitalización con entradas distintas que evitan las aglomeraciones, hasta la tecnología de última generación que existe en los 25 quirófanos, con 20 nuevas estaciones de anestesia, tres torres de vídeo-fibroscopias para intubación de pacientes o pantallas conectadas al sistema informático del hospital.
Avances que deben venir acompañados de nuevos espacios, por ejemplo, para el almacenaje del material que se utiliza en quirófano, o el aumento del personal sanitario en ciertos circuitos, tal y como explica el especialista, que concluye: “Poco a poco se va a ir mejorando en organización y planificación para que el nuevo hospital funcione de una manera ágil y se pueda alcanzar un alto grado de excelencia, que es lo que se merece y espera la población de Salamanca”.
Como “una auténtica necesidad” define la Dra. Fernanda Lorenzo este traslado, que ha salido bien gracias a la “planificación del gerente y al gran esfuerzo de todas las categorías profesionales”. Lamenta que el retraso acumulado en la puesta en marcha del nuevo hospital haya producido un desfase en cuanto a las necesidades previstas, que deberán ajustarse, así como en los soportes informáticos básicos, porque, en medio de una tecnología puntera, “todavía tenemos ordenadores sin capacidad de almacenamiento”. También espera completar procedimientos como el láser en próstata, que ya existe en Valladolid, León y Burgos –“aquí tenemos la formación y estamos preparados, pero falta el último paso”– y la litroticia para romper las piedras que se forman en los riñones
“He vivido un doble cambio, la jefatura y el hospital, pero se me ha hecho fácil por un soporte de Enfermería excepcional, en especial de la supervisora, que ha sido la persona crucial del servicio durante toda la pandemia”. Palabras que expresamente quiere referenciar la doctora, convencida de que, con el tiempo, la frialdad inical de un hospital blanco nuclear acabará tornando “por el calor de lo más importante, que son las personas”.
“El traslado físico del día concreto, 7 de octubre, transcurrió sin ningún tipo de incidencia, pero llegar a ese punto ha sido muy duro y, además, no se han tenido en cuenta los cambios de procedimientos e infraestructuras de estos últimos años”, explica la Dra. María José Doyague, jefa del servicio de Ginecología, quien también considera que “lo peor que hemos vivido y estamos sufriendo en estos momentos” es la separación en dos plantas: la segunda, con paritorios y Neonatología, y la tercera, con Ginecología, pero también con toda la Obstetricia y el alto riesgo. Esto, unido a la ubicación de las consultas, ahora todavía en el Clínico y luego en el Virgen de la Vega, “va a ser nuestro principal hándicap” para avanzar.
Con una dotación tecnológica “óptima”, la especialista cree que es el momento de que se ajusten las plantillas a las necesidades actuales y se avance en la estabilidad laboral para el desarrollo de proyectos que requieren superespecialización y no pueden asumir los vaivenes propios de contratos de tres meses o concursos de traslados.
En todo este proceso, el Colegio de Medicos “está a disposición de todos los profesionales para avanzar en la consolidación del nuevo hospital, como parte activa, lugar de encuentro y mediación con la Gerencia”; por ejemplo, respecto al espacio del comedor para las guardias, “que resulta completamente insuficiente”, o la necesidad de “una sala de espera adecuada en Urgencias”, tal y como afirma la vocal del Hospitales, la Dra. Pilar Sánhez Conde. A su juicio, el buque insignia de la Comunidad en el ámbito sanitario seguirá siéndolo con las mejoras tecnológicas que se han logrado y las sinergias con el Ibsal y la Universidad de Salamanca.
Consciente de que el traslado ha sido “un proceso de gran complejidad”, considera que ahora se necesita tiempo para irse adaptando a las nuevas circunstancias y resolviendo las necesidades que se siguen planteando cada día, y que son diferentes en cada servicio, sobre todo por el ajuste de los espacios.
“Algunos han ganado bastante en espacio, aunque también les está costando adaptar los recursos humanos, como en Urgencias, Pediatría, Obstetricia… Sin embargo, en otros, los profesionales se quejan de todo lo contrario. No sé si esto se podría arreglar de alguna manera; habría que pensarlo despacio y discutirlo sobre plano discutirlo y valorar si es viable realizar modificaciones”, asegura. Tiempo al tiempo.
√ Unánime es la necesidad de agilizar en la medida de lo posible la construcción del nuevo edificio de consultas, que se levantará en el solar del Clínico tras su derribo, y completar así realmente el traslado al nuevo Hospital Universitario de Salamanca, evitando las duplicidades de espacios y la división que todavía deberán soportar los servicios durante algunos años.
√ PLAZOS: Según la información facilitada por la Gerencia, en la actualidad se están llevando a cabo las obras de adaptación para consultas externas de los edificios Hospital Virgen de la Vega y antiguo Materno-Infantil, cuya finalización está prevista para finales de febrero o principios de marzo de 2022. Una vez culminadas, se procederá al traslado de las consultas que todavía permanecen en el Clínico. A continuación, se iniciará su demolición, que precisará un plazo de unos seis meses, y en su solar se construirá el nuevo edificio de consultas. Está previsto que su construcción tenga una duración aproximada de 29 meses. En el mejor de los escenarios, el traslado no será completo hasta 2025.
√ LISTAS DE ESPERA: Se prevé un Plan de Contingencia para el Abordaje de las Listas de Espera, además del ya existente Plan de Ordenación de las Listas de Espera (POLE), común a todos los hospitales de Sacyl. Se va a centrar principalmente en la gestión de la demanda o entradas en lista de espera quirúrgica, la optimización de todos los recursos existentes en todas las infraestructuras pertenecientes al CAUSA y la valoración, si fuese necesario, de la ampliación de jornada con recursos propios o concertación de recursos externos. Entre las medidas más importantes, destaca la priorización y protocolorización de la indicación de las intervenciones quirúrgicas programadas no urgentes más frecuentes, desarrollando principalmente las siguientes acciones: la elaboración de guías clínicas de indicación y priorización de las cirugías para disminuir la variabilidad de la práctica clínica y el establecimiento de programas de seguimiento de pacientes en lista de espera desde el centro hospitalario mediante teleconsulta o consulta no presencial. La planificación de la actividad global del servicio/unidad con los recursos disponibles durante la jornada ordinaria con actividad quirúrgica efectiva. Potenciar la Cirugía Mayor y Menor Ambulatoria mediante la elaboración de un catálogo de los procedimientos quirúrgicos susceptibles de ser realizados a través de programas de mejora en su gestión. Por último, favorecer la continuidad asistencial con Atención Primaria.
Un traslado al nuevo hospital complicado, pero que ha salido bien gracias a un enorme trabajo previo de planificación, como confirman los compañeros. ¿Cómo lo valora?
El traslado del nuevo hospital ha sido y está siendo uno de los proyectos más complejos, en cuanto a movimientos de infraestructuras sanitarias, que se ha llevado a cabo en nuestro país. Es necesario recordar, para entender la magnitud del trabajo realizado, que la superficie construida es de 87.343 m², con una zona de hospitalización de 28.618 m², para pruebas diagnósticas de 9.250 m², zona quirúrgica de 6.214 m² y 5.258 m² para Urgencias, a los que habrá que sumar el nuevo edificio de consultas que se edificará en el espacio del Clínico, una vez demolido, quedando otra parte como zona de expansión, pensando en las necesidades estructurales que vayan surgiendo. El desarrollo de todas las actuaciones previstas ha venido marcado por la pandemia. Las necesidades asistenciales, con la consiguiente demanda de recursos materiales y humanos, las limitaciones de movilidad y de aforo, las medidas restrictivas de acceso a las instalaciones y el parón de la actividad industrial, con el consiguiente déficit de suministros, han definido las distintas fases del traslado. Las dificultades por la variabilidad de los acontecimientos han sido enormes, pero en ningún momento han conseguido cambiar el cronograma previsto. Es cierto que tenemos pendiente la puesta en marcha de una parte del parking y la cafetería del hospital por circunstancias derivadas de la pandemia y de los enrevesados procedimientos administrativos, pero en la situación sanitaria que nos encontramos, ¿hubiese sido acertado retrasar la apertura de los servicios y unidades nucleares sanitarias para tener el parking completo y la cafetería abierta? Si la pandemia sigue evolucionando como hasta ahora, ¿sería asumible tener una infraestructura hospitalaria cerrada porque faltan plazas de parking y una cafetería?
¿Qué destacaría del proceso?
El traslado se ha desarrollado en dos fases bien diferenciadas. Si bien hubo una primera movilización limitada de unidades y servicios en diciembre del 2020 motivada por las necesidades asistenciales de la tercera ola de la pandemia, el grueso del traslado se llevó a cabo entre julio y la primera quincena de octubre del presente año, en total tres meses y medio. El número total de pacientes trasladados desde el Hospital Virgen de la Vega y el Hospital Clínico a las nuevas instalaciones fue de 330, sin olvidar que durante las fechas anteriormente mencionadas, se procedió a trasladar un total de 9.337 equipos. Estos hitos fueron alcanzados sin perjuicio alguno para los usuarios y garantizando en todo momento la calidad y seguridad de la asistencia sanitaria gracias al excepcional trabajo de todos los profesionales implicados y a la perfecta ejecución de la planificación establecida. Un traslado adecuado sin incidencias reseñables, por lo que podríamos asegurar que el traslado y puesta en funcionamiento del nuevo Hospital Universitario de Salamanca está siendo un éxito. No podemos negar que, dada la complejidad, han surgido y surgirán incidencias, que habrá que afrontar de forma rápida y eficiente, pero no es justo que debido a esas incidencias, menores en comparación con la envergadura de las tareas llevadas a cabo a lo largo de estos meses, se pueda poner en duda el trabajo desarrollado por cientos de profesionales que se han dedicado en cuerpo y alma a darle vida al nuevo hospital de Salamanca.
¿Cómo está siendo la adaptación?
Tengo que reconocer que dura y complicada; pero puedo decir también que en las distintas reuniones del Grupo de Trabajo del Traslado, tras el análisis del entorno y las circunstancias que han rodeado al proyecto de forma previa y a lo largo de su ejecución, era previsible que esta dificultad se diese. Todo cambio genera resistencias y, sobre todo, cuando los profesionales llevan casi dos años luchando contra una pandemia y los pacientes sufriéndola; todo el mundo está cansado, agotado física y psíquicamente, no es el entorno más adecuado para gestionar este cambio. Es muy difícil satisfacer todas las expectativas de los profesionales y usuarios alrededor de una infraestructura tanto tiempo deseada, pero la realidad es que todavía estamos inmersos en pleno cambio, pendientes de la demolición de un edificio y la construcción de otro. Este faseado del proyecto nos obliga a tener que adoptar planes de contingencia para paliar los déficits generados por la falta del nuevo edifico de consultas, que completará el total de la infraestructura sanitaria (vestuarios por construir, salas de espera por hacer, gabinetes y consultas ajustados, etc.). Siendo conscientes de esta situación, no puedo más que poner de manifiesto la colaboración de la mayoría de los profesionales y usuarios, demostrando, una vez más, por un lado, la profesionalidad y entrega de los primeros, así como la capacidad de adaptación y comprensión por parte de los segundos.
¿Qué necesidades más urgentes se están detectando?
La más importante, que podamos controlar la pandemia, pero hasta que esto se consiga ,completar los servicios del nuevo hospital y continuar sin incidencias las fases del traslado planeadas. Los planes de contingencia nos están obligando a establecer circuitos asistenciales complejos. En un futuro, una vez construido el nuevo edificio de consultas, estos circuitos cambiarán. La labor asistencial podrá ser más cómoda y eficiente tanto para los profesionales como para los pacientes. Las consultas y gabinetes estarán unidos a la estructura nuclear hospitalaria, las salas de docencia y formación, el salón de actos, los vestuarios, los dormitorios del personal de guardia, las salas de espera del bloque técnico y otros muchos espacios estarán a disposición de los pacientes y los profesionales en una misma infraestructura. El Plan de Movilidad que estamos elaborando, en el que se contemplan las nuevas plazas del parking, facilitará el acceso y la circulación por las instalaciones. También el comedor temporal y las máquinas de vending serán sustituidos por dos cafeterías amplias, con unas instalaciones cómodas y adaptadas a todas las necesidades, una para profesionales y otra para usuarios externos.
Hemos ganado mucho con este nuevo hospital, pero ¿qué destacaría como sus principales virtudes?
Las características más importantes de este nuevo centro asistencial desde el punto de vista estructural se podrían resumir en: espacios que favorecen la funcionalidad y comodidad, seguridad frente a agentes externos e internos, humanización de los circuitos asistenciales, flexibilidad de usos y capacidad de realizar cambios que conlleven la introducción de nuevos equipos, tecnologías o nuevos procesos, gestión transversal de las unidades y servicios, así como la infraestructura necesaria para potenciar los hospitales de día y la Cirugía Mayor Ambulatoria / Cirugía sin Ingreso.
Y con la última tecnología…
El avance tecnológico es excepcional. Pasamos a disponer de 25 quirófanos de última generación, con un modernizado sistema de integración quirúrgica que permite la grabación y distribución de imágenes, incluyendo copias de seguridad y almacenamiento. Se trata de una solución innovadora que convertirá al hospital de Salamanca en referente en la gestión y difusión de contenidos de las intervenciones quirúrgicas para un mayor desempeño y rendimiento médico, que abre infinitas posibilidades al sector sanitario. Además, entre los quirófanos específicos destaca el híbrido, con tecnología punta en la rama, siendo el último modelo de este tipo de los montados en España. En el servicio de Diagnóstico por Imagen, podríamos destacar la puesta en marcha de tres resonancias magnéticas y tres TAC de última generación, dos salas de radiología intervencionista con los sistemas técnicos más avanzados, una Unidad de la Mama y otra de Diagnóstico por Imagen Infantil perfectamente dotadas y totalmente independientes. En Medicina Nuclear, hay tres gammacámaras, un densiómetro y un dos PET-TAC; mientras que Oncología Radioterápica estará equipada con tres aceleradores lineales. Una de las zonas en la que se llevará a cabo una revolución tecnológica y asistencial será en el servicio de Cardiología, con la Unidad de Cardiología Invasiva, en la que destacan dos salas de hemodinámica y dos de electrofisiología de última generación; la Unidad de Imagen Cardiológica, con un TAC espectral, una RMN de 3 Teslas y la sala de ecocardiógrafos, así como la Unidad de Coronarias y de Hospitalización Cardiológica. Por último, destacar el laboratorio centralizado o laboratorio Core, con un sistema robotizado que ofrece la máxima automatización e integración existente en un laboratorio automatizado de estas características en nuestro país. La Central de Esterilización, con un equipamiento de última tecnología que la convierte en una de las más modernas toda Europa, o la automatización del servicio de Farmacia, sin olvidarnos de la cocina central de línea fría, que está en funcionamiento desde diciembre del año pasado. Ejemplos del gran equipamiento que se encuentra en el nuevo hospital de Salamanca, uno de los más modernos del país.
“Tenemos una gran oportunidad con este nuevo hospital si sabemos gestionar el cambio”
¿Cuáles son los retos a corto, medio y largo plazo para convertir al hospital en un gran centro de referencia en el área biosanitaria, “en el Boston español”, como lo denomina el Dr. Juan Blanco?
El Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, junto con el IBSAL, ya es un gran centro de referencia en el área biosanitaria, con reconocido prestigio tanto nacional como internacionalmente. Ahora, con la nueva infraestructura, la tecnología de última generación y una política adecuada de recursos humanos, se nos brinda una gran oportunidad si sabemos gestionar el cambio.
¿A qué se refiere con gestionar el cambio?
Principalmente, a la implantación de la gestión por procesos avanzados en los circuitos asistenciales, la digitalización de todos los sistemas de información para su aprovechamiento generando conocimiento que aporte valor a la salud de los pacientes y seguir creciendo en la labor docente e investigadora a través del trabajo conjunto con el IBSAL.
Una de las características principales del Boston Medical Center, al que hace referencia, se caracteriza por tener uno de los mejores programas de investigación hospitalaria de Estados Unidos, una asistencia sanitaria fundamentada en satisfacer las necesidades de los pacientes y ofrecer unos tratamientos avanzados multidisciplinares por profesionales punteros que desarrollan a la vez una actividad docente e investigadora en una de las mejores facultades de medicina del mundo (Harvard). Estos son los objetivos que tienen que guiar la gestión del cambio que antes apuntaba; tenemos que seguir creciendo en la actividad investigadora y la innovación junto con el IBSAL, en la que en algunos servicios, como Hematología, ya es referencia nacional e internacional; debemos trabajar de forma conjunta con la Universidad de Salamanca para potenciar y mejorar la labor docente en la Facultad de Medicina; por último, ofrecer a nuestros pacientes unos procesos asistenciales multidisciplinares que satisfagan sus necesidades aportando valor a su funcionalidad y calidad de vida. Grandes retos los que tenemos por delante. No podemos dejar pasar la oportunidad que el cambio a una nueva infraestructura nos ofrece. Debemos trabajar de forma conjunta con todos nuestros profesionales para facilitar ese cambio que nos lleve, paso a paso, a conseguir esos tres objetivos.
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