Cada año, más de 300 profesionales recurren al Programa de Atención Integral del Médico Enfermo para buscar una salida a un problema de salud mental o adicción. Basta una llamada y el proceso se inicia con plena confidencialidad
Los médicos, como seres humanos que son, a veces enferman. Y esto es así a pesar de esa especie de creencia del ‘imaginario colectivo’ que lleva a pensar —incluso dentro de la profesión— que los galenos, por su condición de garantes de la salud, quedan inmunizados de por vida, no solo frente a virus y bacterias, sino también frente a otros procesos que pueden comprometer su bienestar físico, psicológico y emocional, como ocurre con las enfermedades mentales o las adicciones.
Esta realidad, de hecho, es más frecuentes de lo que se cree, ya que se estima que entre un 10 y un 12% de los médicos en ejercicio pueden sufrir a lo largo de su vida profesional un trastorno mental o un problema de drogodependencia. Así lo puso de manifiesto la OMC el pasado mes de abril durante la presentación del balance del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), desde el que se atendió el pasado año a 357 profesionales, y a más de 3.800 desde su creación.
El PAIME es un programa pionero en Europa y el único en el que un colectivo profesional atiende a sus miembros cuando sufren un trastorno psiquiátrico o adicción. Actualmente está implantado en todas las comunidades autónomas bajo el paragüas del CGCOM y de los colegios de médicos —incluido el de Salamanca—, y cuenta con el apoyo de las administraciones públicas. Partiendo del hecho de que cuando un médico enferma por un trastorno psíquico o una conducta adictiva puede incurrir en errores y negligencias con mucha facilidad, este programa facilita el acceso a una atención sanitaria especializada y de calidad prestada a través de una subvención para la asistencia específica de este colectivo.
Confidencialidad y discreción
Un coordinador y un director técnico designados por el CGCOM —en Castilla y León, los doctores Joaquín Fernandez de Valderrama y Juan José Aliende, respectivamente— están al frente del programa, al que pueden acceder todos los médicos colegiados y en activo. Para ello, solo es necesario llamar al número 628 793 793, que dispone de un buzón de uso exclusivo por el director técnico, que ofrecerá al afectado toda la información necesaria y, si lo cree necesario, le pondrá en contacto con un terapeuta del PAIME. La confidencialidad y la discreción están garantizadas en todo el proceso, para lo cual se asigna al paciente un nombre ficticio que contribuye a preservar identidad del médico y mantener la intervención en la intimidad.
¿Por qué decidió acceder al PAIME?
Porque resultaba el sistema más objetivo y de garantía de confidencialidad y objetividad en la asistencia a mis problemas de salud mental como parte integrante del colectivo médico, asegurando, además, la profesionalidad y excelencia en la atención.
¿Tenía conocimiento de la existencia del programa?
Sí, había acudido hace unos años a una charla de presentación en el Colegio de Médicos sobre el mismo.
¿Su problema de salud llegó a afectar a su vida profesional?
Sí, claro. Los problemas de salud mental, si no son abordados en tiempo y forma, inevitablemente afectan al rendimiento de cualquier profesional. Nuestra labor a cargo de otros pacientes nos hace especialmente vulnerables a estas situaciones, además de poner en riesgo en cierta manera a nuestros pacientes.
¿Cuáles fueron sus principales dudas o temores a la hora de acogerse al PAIME?
Quizá el mayor temor fue el que no se mantuviese la confidencialidad. Afortunadamente, los terapeutas del programa han sabido respetarla escrupulosamente, haciéndome sentir cómoda y protegida en todo momento.
¿Cuál fue el procedimiento que siguió?
Me inicié en el programa con el ingreso en el centro Galatea, derivada por el responsable del PAIME en Salamanca tras conocer mi situación, y posterior derivación al alta para seguimiento ambulatorio en Salamanca, mi ciudad de residencia y ocupación.
¿De qué manera el PAIME le ha ayudado a hacer frente a su problema de salud?
El recurso de internamiento en el centro Galatea es de extremado valor terapéutico, con profesionales de la salud de gran valía y con una atención personal excelente. Además, el hecho de que todo el personal internado fuera de origen sanitario hacía que muchos de los problemas vitales a los que hacíamos frente fueran similares, con el consiguiente refuerzo por parte de los propios compañeros. Al final, los estresantes a los que nos enfrentamos tienen a menudo bastante relación con nuestra profesión y con las características personales comunes de quienes optamos en la vida por la asistencia a otras personas. En Galatea te encuentras con muchos compañeros que han sufrido descompensaciones anímicas y de ansiedad muy relacionadas con el perfil del sanitario asistencial. Por otro lado, la muy cuidada asistencia en la propia Salamanca, en un centro ajeno a los centros públicos en los que todos trabajamos y/o conocemos a compañeros, facilita el proceso terapéutico y la confidencialidad en una patología delicada, como es la salud mental.
¿Qué diría a los médicos que sufren un problema de salud y no piden ayuda?
Un problema de salud mental debe ser tratado por especialistas del área, diferentes a nosotros mismos o nuestros conocidos, que puedan mantener criterios profesionales y objetivos. No pedir ayuda por creer que podemos tratar nuestros síntomas o por miedo al que dirán los compañeros sólo puede ser motivo de empeoramiento progresivo, que acaba desbordándonos y generando serios problemas a nivel personal, relacional y profesional. Disponer de este recurso ofertado por el Colegio de Médicos es una ventaja de enorme valor que debemos tener en cuenta antes de perder el control de la situación, o incluso tras haberlo perdido, como medio de restauración de un nivel de salud que nos permita vivir y trabajar de forma adaptativa.
¿Por qué les recomendaría que acudieran al PAIME?
Por su enorme valor desde el punto de vista asistencial y de protección integral de la salud del profesional sanitario, protección entre, otras cosas, ante los estresantes a los que nos enfrentamos a diario a consecuencia de las circunstancias que rodean a la profesión médica, entre otras cosas.
En general, ¿cómo definiría su experiencia con este programa?
Una experiencia enriquecedora y de superación personal con el apoyo de personal especializado de gran valía profesional y personal, recurso al que por desgracia no tiene acceso la población general y que resulta de extremado valor. Mi más sincero agradecimiento a las personas que lo han hecho posible, incluido el Colegio de Salamanca, sin cuyo concurso no habría sido posible.
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