Sobre la pancreatitis

Por Iluminado Oliva

Cirujano

Cuidar la dieta, abstenerse del alcohol, tratar los cálculos bilio-pancreáticos cuando existan y evitar el consumo excesivo de algunos medicamentos es fundamental para prevenir esta enfermedad

La palabra páncreas significa “todo carne”: es un órgano, una glándula, que tenemos detrás del estómago, muy escondido, en el retroperitoneo (detrás del peritoneo), delante del riñón. Consta de cabeza, cuerpo y cola. Es de aspecto lobulado, de color amarillo pálido, pesa en humanos unos 200 gramos. Está atravesado por el conducto pancreático, donde van a parar sus secreciones, que desembocan en el duodeno.

Publicación de la imagen autorizada por su autora: Terese Winslow.

Su función es doble: secreción exocrina y endocrina, es decir, produce jugos que realizan la digestión de los alimentos y hormonas, como la insulina y otras, que metabolizan los hidratos de carbono. De la endocrina no nos vamos a ocupar, aunque están íntimamente unidas.

Esos jugos favorecen la digestión de los alimentos, que ya comenzó en la boca y continuó en el estómago. Al llegar al duodeno, mediante el bicarbonato y las enzimas que produce el páncreas, se sigue el proceso: las amilasas actúan sobre los hidratos de carbono que comemos, las proteasas sobre las proteínas y las lipasas sobre las grasas.

Por tanto, es un órgano esencial, sin el cual la vida es muy difícil, aunque no imposible, porque hay, en farmacia, sustitutos de los jugos pancreáticos para los pacientes a los que se les extirpa toda la glándula, e insulina para metabolizar los hidratos de carbono. Este órgano nos permite vivir al transformar los alimentos en sustancias asimilables, pero, si lo sometemos a un exceso de función o lo intoxicamos con productos que le hacen daño, como el alcohol, las grasas tóxicas u otros tóxicos, también puede enfermar y producirse la pancreatitis.

Un “descarrilamiento” de las enzimas pancreáticas

La pancreatitis se puede presentar a cualquier edad. En la infancia es poco frecuente. Entre los 20 y 50 años la sufren más los varones por la ingesta de alcohol y las comilonas. En la edad avanzada (debido a la litiasis —piedras— biliares) la padecen más las mujeres. El mecanismo que la origina es un descarrilamiento (salida del carril) de esos jugos (enzimas) que produce el páncreas, que, en lugar de digerir el contenido alimentario, disuelven al propio órgano, el cual, para defenderse, trata de llevar la mayor cantidad posible de agua hacia esa zona, y así aumenta el tamaño de la glándula. Por tanto, la pancreatitis (-itis: inflamación), de entrada, no es exactamente una inflamación, sino una autodigestión.

Ese descarrilamiento se produce por: obstrucción del conducto pancreático, procedente de cálculos que vienen de las vías biliares, o por sustancias como las grasas tóxicas, el alcohol, las comidas excesivas y los atracones. También, aunque en menor medida, por el hiperparatiroidismo (función excesiva de la glándula paratiroides que tenemos en el cuello), medicamentos como el paracetamol tomado en exceso, enfermedades por virus, alteraciones genéticas, etc.

Síntomas

Dolor abdominal en barra a la altura del estómago, vómitos, deshidratación (sed intensa), malestar general, disnea (dificultad para respirar); a veces enrojecimiento de la cara, fiebre o ictericia, etc.

En la exploración se suelen apreciar los signos de deshidratación: sequedad de piel y mucosas, oliguria (orinar poco), hipotensión (shock), y también disnea, taquicardia, dolor a la palpación abdominal (impreciso, porque es un órgano muy profundo y posterior); a veces signos de irritación peritoneal (duele al soltar la mano repentinamente), distensión, sensación de bulto encima del ombligo, dureza, etc. En los casos de pancreatitis grave (necrohemorrágica), esos signos son más pronunciados. Pueden apreciarse manifestaciones de sangre extravasada en la pared abdominal y tetania (contracciones musculares en manos, cara…, debidas al consumo excesivo de calcio), alteraciones cardiorrespiratorias y renales, etc.

¿Cómo se diagnostica?

Por los síntomas, no suele ser demasiado difícil. Al consumirse el agua en esa zona, se produce la deshidratación. Para confirmarlo, hay varios análisis de sangre y orina: elevación de enzimas como amilasas, lipasas y otras; elevación de la glucosa, alteraciones de los iones, bajadas del calcio, elevación de células de defensa como los leucocitos, anemia, etc. En la ecografía se puede apreciar aumento del tamaño del páncreas. La prueba radiográfica más eficaz es la TAC.

¿Cuál es la evolución?

Las formas leves, que son mayoría, con el tratamiento médico se solucionan habitualmente en pocos días. Las formas graves, que a veces son la primera presentación, pueden producir necrosis (necrohemorragia), formación de abscesos… y, más tarde, pseudoquistes o calcificaciones de la glándula. Estos cuadros suelen ser evolutivos.

Los pseudoquistes (parecidos a los quistes) no son más que formaciones con contenido líquido, que es jugo pancreático, y sus paredes las forma el propio órgano.

¿Cómo tratar la pancreatitis?

La hidratación es lo fundamental, y se debe hacer lo más pronto posible para evitar las complicaciones: sueros por vía venosa, dejar en reposo digestivo (sin comer ni beber), calmar los dolores… Antes, se colocaba una sonda nasogástrica para vaciar el estómago y evitar los vómitos. La mayoría de los cuadros leves se solucionan así; no necesitan ingreso, basta con una vigilancia domiciliaria.

La pancreatitis no es, en principio, una enfermedad infecciosa, sino irritativa. Por tanto, en la primera fase no están indicados los antibióticos, porque no son bacterias las causantes.

Si el origen son los cálculos biliares, puede ser necesario extraerlos en el momento oportuno, lo que se hace cada vez más por vía endoscópica (CPRE: Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica). Al hacer esa exploración, se pueden solucionar las estrecheces y extraer las piedras sin tener que operar.

Cuando evoluciona mal, a veces hay que ingresar al paciente en la UVI para terapias de soporte e intervenir para quitar el tejido pancreático muerto, infectado, necrosado o hemorrágico, usando técnicas más agresivas. Las endoscópicas, a través de la boca, cada vez se usan más, ya que son menos lesivas que la cirugía abierta y también dan buenos resultados; a veces se combinan con cirugía laparoscópica o punciones. En esos casos, son necesarios los antibióticos, otros múltiples tratamientos y la nutrición artificial (parenteral o enteral).

¿Cuál es el pronóstico de la pancreatitis?

Hay cuadros leves que se solucionan fácilmente, pero otros suponen fallos multiorgánicos (fallan muchos órganos), largos ingresos, múltiples intervenciones e incluso la muerte.

¿Con qué se puede confundir?

Hay casos de dolor abdominal grave que pueden inducir a error: infarto mesentérico, infarto de miocardio, perforaciones viscerales, colecistitis, aneurismas de aorta abdominal rotos, oclusiones intestinales, etc. Esta enfermedad, si es bien tratada y de manera precoz, en muchas ocasiones se puede mejorar y curar. Sin embargo, si vuelven a darse circunstancias similares, puede producirse la denominada pancreatitis crónica. Esas células inflamadas, tras varios episodios repetidos, pueden mutar, transformarse en malignas y dar lugar al temido cáncer de páncreas (de esto no nos ocupamos aquí).

Tras las formas graves, a veces desaparece gran cantidad de tejido pancreático, lo que favorece la producción de diabetes tipo 2, aunque no siempre, porque con poca cantidad de este órgano funcionando puede ser suficiente para vivir.

De todo lo referido, se deduce que lo fundamental para no padecer pancreatitis es: cuidar la dieta, evitar las grasas tóxicas y los atracones, abstenerse del alcohol, tratar los cálculos bilio-pancreáticos cuando existan y evitar algunos medicamentos que, tomados abusivamente, dañan este órgano, como el paracetamol, las estatinas y las sulfamidas, entre otros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.