Los pacientes como “su razón de ser”, anteponiéndolos a todo, incluso a sí mismos. Ésta fue la proclama unánime de los médicos durante la toma de posesión del nuevo presidente del Colegio de Salamanca, el doctor Santiago Santa Cruz, que dedicó sus más profundas reflexiones a la defensa a ultranza de los ciudadanos más vulnerables, los enfermos, igual que hicieron el presidente del Consejo General, Serafín Romero, y el presidente saliente, Manuel Gómez Benito. No se olvidaron de las numerosas mejoras necesarias para ecuperar un sistema sanitario que siempre ha sido la envidia mundial.
Un acto con mucho contenido y cargado también de emociones, como corresponde al asumir la responsabilidad de representar a los médicos de Salamanca y al despedir a quien ha sido durante los últimos 16 años la cabeza visible del Colegio. Fue precisamente el doctor Manuel Gómez Benito quien cerró la ceremonia con una nota de humor que quedará para la historia: si él había recibido un regalo del nuevo presidente en reconocimiento a toda su labor, no quiso ser menos y también le ofreció un presente, que no era otro que las llaves de la sede colegial. Bromas al margen, la toma de posesión de la nueva Junta Directiva de la institución colegial salmantina, dejó patente que “los ciudadanos son la principal razón de los colegios”. Por eso, el doctor Santa Cruz aseguró que intentará “ser útil e imparcial defendiendo a los pacientes y a los médicos, buscando la equidad, la solidaridad y el bien común. Ahí tendemos la mano a Sacyl y sindicatos para trabajar en la solución de los problemas sanitarios de los ciudadadanos”.
Ralentización del hospital
Respecto a la situación de la Sanidad salmantina, el nuevo presidente criticó la ralentización de la construcción del nuevo hospital, pero expresó su confianza en que “se cumpla, sin más aplazamientos, su apertura completa a finales de 2019”, y lo dijo en presencia del gerente regional del Sacyl, que precisamente ha prometido ese plazo en varias ocasiones. Los retrasos en la renovación y adquisición de equipos tecnológicos e instrumental médico, tanto en los centros de salud como en el actual Hospital Universitario, centraron también sus críticas, así como la precariedad laboral, con un 30% de médicos eventuales, problema en el que Sacyl, sindicatos y colegios deben trabajar conjuntamente para lograr “un gran pacto”. Pero aparte de poner las condiciones necesarias para contar con los mejores profesionales, el también otorrinolaringólogo del hospital de Salamanca pide el compromiso de la Administración para dotar a los centros sanitarios de “jefes de servicio y coordinadores competentes” y apoyar “el talento de los investigadores con la suficiente financiación”.
Arropado por autoridades y compañeros
El acto, presidido por el doctor Serafín Romero, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), contó con la participación del presidente saliente, el doctor Manuel Gómez Benito, y el director gerente del Sacyl, Rafael López Iglesias.
Arroparon además a la nueva Junta el vicesecretario de la OMC, Dr. José María Rodríguez Vicente; el presidente del Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de Castilla y León, Dr. José Luis Díaz Villarig, y los presidentes de los colegios de Ávila, Manuel Muñoz García de la Pastora; de Burgos, Joaquín Fernández Valderrama; Segovia, Enrique Gilabert;Pontevedra, Luis María Campos, o Zamora, entre otros.
Asistieron también autoridades locales, como el subdelegado del Gobierno en Salamanca, Antonio Andrés Laso y el delegado de la Junta, Bienvenido Mena Merchán; además de representantes de la Administración sanitaria, como Manuela Plaza, gerente de Salud de Salamanca; Luis Javier González, gerente de Atención Primaria, y Roberto Rodríguez, director médico del Hospital de la Santísima Trinidad, así como los presidentes de los colectivos de Enfermería, Farmacia, Veterinaria y Odontología y representantes de CESM y AMA.
Por su parte, el doctor Manuel Gómez Benito, sin olvidar la importancia de la “buena praxis médica”, la lucha contra “el intrusismo” o a la “formación continuada, el aprender y el enseñar”, dedicó sus más vehementes palabras al “trato que debe darse al enfermo, porque ésta es nuestra mejor función, la forma de recibir a una persona asustada, atribulada… debe ser con respeto, proximidad y empatía; pronunciar su nombre, mirarle a la cara sin la pantalla del ordenador delante, no volverle la cara y mantener así la profesionalidad que el paciente ya nos ha otorgado”. El gerente de Sacyl, por su parte, aseguró haber tomado nota de todas las reivindicaciones, “un poco dramáticas en algunos casos, y unas más y otras menos lejos de la realidad”, pero siempre defendidas bajo la premisa del “importante papel de los colegios de médicos en el desarrollo profesional y la promoción de la buena praxis”.
Para cerrar los discursos, el presidente de la Organización Médica Colegial, el doctor Serafín Romero, recordó a la nueva junta directiva la responsabilidad que contrae al tomar posesión de su cargo para cumplir y hacer cumplir, especialmente, los deberes deontológicos.
“Anteponer los intereses del paciente a cualquier otra conveniencia” es la base del “compromiso que asumimos los médicos cuando accedemos a la profesión y que ahora, como responsables colegiales, es la máxima que debe guiar todas vuestras actuaciones”, aseguró.
El lema que escogimos para nuestro programa electoral fue por y para el médico, pues eso es lo que más deseamos, que el colegiado sienta que el Colegio es suyo y que su junta directiva y todo el personal del Colegio trabaja para dar la mejor respuesta que podamos a sus necesidades.
Son los ciudadanos la principal razón de ser de los Colegios, no lo olvidemos. La sociedad precisa de la existencia de los colegios de médicos, por la naturaleza decisiva y personalista de la atención sanitaria. Son necesarias unas mayores garantías de control profesional y de titulaciones, llevar un seguimiento periódico del estado de salud física y mental de los médicos; así como el cumplir unas normas éticas y deontológicas de alta exigencia, asentadas a lo largo de siglos de Medicina, para proteger al paciente enfermo de abusos de cualquier tipo, precisamente cuando este es más vulnerable por la enfermedad y se pone con total confianza en manos de un médico. Con el tiempo han surgido otras funciones no menos importantes de los Colegios, como el control del intrusismo y de los falsos medicamentos ‘milagro’, el de la necesaria formación médica continuada y la de colaborar con las administraciones sanitarias y otras administraciones para la resolución de los complejos problemas sanitarios del presente.
Por ello defendemos la necesidad de que todo médico que atienda a pacientes debe estar siempre colegiado. De lo contrario correríamos el peligro de rebajar los niveles de seguridad, de exigencia ética, deontológica y de competencia, conformándonos con una medicina de mínimos, cuando ésta debiera tratar de ser de máximos.
Además, un Colegio del siglo XXI aporta un conjunto amplio de servicios y actividades a los colegiados, adecuándose a las necesidades de éstos. Para que esto sea eficaz nos proponernos dar un mayor impulso a la difusión de los servicios colegiales a través de los actuales medios comunicativos, como son la creación de un aplicación móvil especifica del Colegio de Salamanca, avanzar en los servicios que la Web 5-0 nos ofrece, continuar ofertando las conferencias y cursos en ‘streaming’ (como veníamos haciendo con gran éxito) o la comunicación e información por redes sociales.
También queremos seguir mejorando los servicios de un ‘e-Colegio’ o secretaría electrónica, donde la mayor parte de trámites o necesidades del colegiado se puedan hacer de una forma cómoda, rápida, pero sin merma en la seguridad.
Uno de los valores que más nos enorgullecen a los Colegios de Médicos de España es la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias. Esta Fundación, tras un siglo de existencia, ha demostrado ser todo un ejemplo de cómo la solidaridad de los médicos nos permite dar asistencia y ayuda a más de 3.000 personas al año, entre huérfanos de médicos, médicos discapacitados, viudas, atención temprana a hijos discapacitados, así como el programa PAIME, de atención integral al médico enfermo, en trastornos mentales o drogodependencias. El médico también en ocasiones es paciente y vulnerable a dichas patologías, y cuando éstas pueden afectar su capacidad y competencia, debe evaluarse por su compromiso ético ante la sociedad y suspender su actividad profesional, para iniciar cuanto antes un tratamiento adecuado que le permita cuando sea posible la reincoporación a sus actividades asistenciales.
La formación médica postgraduada es un tema que siempre ha preocupado a los Colegios ante la necesidad que el médico tiene de constante actualización. En las últimas décadas es enorme el incremento de conocimientos en las distintas especialidades. Esta formación a menudo corre a cargo del propio médico, que debe hacer frente a la adquisición de libros , revistas científicas o a la financiación de cursos o estancias en hospitales de referencia en el extranjero. Las becas formativas en temas asistenciales son muy escasas en general: en la Administración sanitaria suelen ir orientadas a la investigación, en las Universidades igualmente a investigación y docencia, pero las formativas asistenciales quedan parcialmente sostenidas por la administración sanitaria para rotaciones formativas externas, manteniendo parte del salario, cuando la situación presupuestaria y asistencial concreta lo permite, pero que nunca alcanza del todo para cubrir los gastos generados. Sensibles ante esta problemática las sociedades científicas y colegios de médicos ofertan algunas becas y ayudas, pero siguen siendo escasas para las necesidades existentes.
Así que nos encontramos a menudo con una formación postgraduada no bien estructurada y con demasiada frecuencia soportada por empresas o laboratorios farmacéuticos. Creemos que una formación postgraduada de los médicos debería recaer en la Administración sanitaria (con sus coordinadores docentes y tutores), pero siempre apoyada por las Universidades, las Sociedades Científicas de cada especialidad y los Colegios Profesionales de Médicos.
Este aumento de la preocupación de los colegios por la formación postgraduada se ha traducido recientemente en la creación de la Vocalía de Médicos Tutores, tanto provincial como nacional, para dedicarse mas específicamente a esta tarea.
Esta inquietud por la re-actualización de los conocimientos médicos y la mejora en la seguridad para los pacientes es lo que propició la Directiva Europea de Cualificaciones Profesionales 2013/55/UE, motivo por el cual los Colegios de Médicos desde 2016 certifican a través del documento la Validación Periódica de la Colegiación (con una validez de 6 años), la buena praxis, la aptitud psicofísica idónea y el ejercicio asistencial activo, extendiéndose un certificado hasta ahora voluntario. Cuando entre en vigor la citada Directiva, será obligatorio para el ejercicio médico asistencial. Ello no debiera verse como una dificultad más para el médico, cuya obligación ética es la de estar en las condiciones necesarias para realizar su labor y esto debe ser examinado periódicamente.
En una segunda fase, no lejana, se exigirá la re-certificación, sobre unas competencias mínimas y específicas que cada especialidad exigirá. Ello conformará el desarrollo profesional continuo, que debe ser elaborado por las Sociedades Científicas y la OMC. Con ello, acreditamos ante la sociedad que el médico mantiene la suficiente competencia a lo largo de su vida profesional, mejorando con ello la calidad y la seguridad.
No olvidemos que la falta de seguridad en la asistencia sanitaria (y en ello se engloba a todos las profesiones que intervienen en el proceso asistencial) es causa de muchas muertes y secuelas que deberían evitarse. Reciente la Universidad John Jopkins de EEUU ha evaluado que al año se producen en su país 250.000 muertes por errores en la asistencia prestada o falta de atención.
Creemos imprescindible que este Colegio colabore con Sacyl y con las asociaciones de pacientes en la mejora de la seguridad asistencial, pues su falta supone un gran sufrimiento a las familias y un coste elevadísimo, estimado en unos 1.500 millones de euros al año para nuestra nación. Estamos convencidos de que la mejor medicina es la que previene.
“La formación postgraduada de los médicos debería recaer en la Administración sanitaria”
Otro aspecto que consideramos esencial cuidar es el humanismo del médico. Nuestro ‘objeto de interés’, válgame la expresión, es el ser humano. El hombre es el ser mas complejo del Universo. Está constituido por un cuerpo y un alma que lo sitúan a la cabeza de toda la creación en cuanto a complejidad. Cuantas veces el problema fundamental por el que el paciente acude al médico no tiene que ver con una patología orgánica, sino con problemas como la soledad en los ancianos, la incomprensión familiar, dificultades laborales o de cualquier tipo, el estrés, la insatisfacción y falta de sentido en la vida. Es también necesario que el médico cuide estos otros aspectos que nos hacen humanos.
En palabras del insigne bioético Diego Gracia, es necesario conocer y cuidar las humanidades clásicas (Bellas Artes, Dialéctica y Retórica) y las nuevas humanidades (Antropología, Sociología, Historia y Psicología). También el ilustre filósofo Ortega y Gasset avisaba de cómo el positivismo actual conlleva el grave peligro de lo que él denominaba “barbarie del especialismo”, donde nos olvidamos de la parte inmaterial de la persona, deshumanizando la Medicina. Cómo agradecemos que el médico nos trate con educación, comprensión, sabiendo escuchar, siendo paciente y cercano ante el dolor. Y esto no se suele enseñar en las facultades de medicina, y es algo que no podemos ni debemos descuidar.
Gozamos en nuestro país de un altísimo nivel en el sistema sanitario, del que debemos estar orgullosos. Recientemente, una publicación de la prestigiosa revista ‘Lancet’ sitúa a España como el 8º país con mejor atención sanitaria. Somos el primer país en trasplantes de órganos del mundo, tenemos un sistema sanitario publico de cobertura universal, que es la envidia de otros países.
“Nuestro sistema sanitario lleva años en riesgo de deterioro, como si una grave epidemia nos amenazara”
Cuando se visitan los centros sanitarios de los países más avanzados vemos el alto nivel sanitario del que gozamos. Esto no ha surgido por casualidad. Y en este logro mucho tiene que ver la educación recibida, el sistema de formación MIR y la entrega y esfuerzo del médico español en su profesión.
Pero nuestro sistema sanitario lleva años en situación de riesgo de deterioro, como si una grave epidemia nos amenazara. Es urgente la toma de medidas que eviten esto. Se ha dado gran importancia a la cuestión económica como principal responsable de este riesgo: el alto nivel de deuda que soporta nuestro país ha puesto su mirada en el recorte del presupuesto para sanidad:
La partida presupuestaria en 2009 fue del 6,9% del PIB, en 2015 se pasó al 6,1 y la previsión del Gobierno para 2018 es del 5,8%. A pesar de ello nuestra Comunidad, sensible a la importancia que la ciudadanía da a la salud, dedicará el 48% de su presupuesto para el 2018 al gasto sanitario.
Esta situación de recortes, no nos engañemos, durará lustros y pone en serio riesgo el poder mantener las actuales prestaciones sin una financiación suficiente. Mientras tanto, el avance de la medicina y sus costes no se detienen. Entonces, ¿cómo hacer más con menos?
Estos años de crisis el recorte del gasto ha ido esencialmente en la partida de personal: jubilaciones forzosas, reposición parcial de las vacantes, recorte en las nóminas, congelación de Carrera Profesional y Acción Social, etc. Todo ello ha supuesto un incremento en las listas de espera de consulta y quirúrgicas, una sobrecarga asistencial, en especial en la Atención Primaria, que genera protestas en la población, cuando no algunas agresiones al personal sanitario. Además, se han paralización las OPE, con una mayor precarización laboral (el 30% de los médicos del sistema público son eventuales), y en no pocos casos ha aumentado la desmotivación profesional (es doloroso, pero no infrecuente, oír en los centros sanitarios: “estoy quemado, en cuanto pueda me jubilo”). Esta cultura de la queja y del desánimo es un muy mal síntoma, en el que todos, según nuestras competencias y responsabilidades, deberemos trabajar para revertir.
Por otra parte está el elevado coste de los medicamentos que supone un 30% del presupuesto total, siendo una de las principales causas del desequilibrio del sistema sanitario. Los gobiernos regionales, nacionales y europeos deben encontrar el medio para que la industria sanitaria entre en un pacto para un coste adecuado de los medicamentos en base a su valor terapéutico. También en la formación del propio médico hay mucha labor que hacer, para que tomemos conciencia de que somos agentes de un gasto público considerable, y que las peticiones de pruebas y las prescripciones terapéuticas deben guiarse por las evidencias y eficiencia de las terapias y no hacer caso de “cantos de sirenas” de diversa índole. Esto debe hacerse sin recortar el derecho del médico a la libre prescripción.
La Sanidad salmantina, además, ha sufrido estos años:
– La ralentización en la construcción del nuevo hospital, ante la falta de partida presupuestaria, de decisión política y, en ocasiones, por la falta de entendimiento de las administraciones.
– La historia clínica electrónica, en la que hace años se apostó por su utilidad, sigue siendo incompleta, con frecuentes fallos del sistema ‘Medora’ para Atención Primaria, dejando al médico ‘vendido’. Asimismo, vamos ya por la cuarta versión del ‘Jimena’ para hospitales, y tenemos la mayor parte de la historia hospitalaria sin digitalizar. Esto también repercute en el trabajo de los médicos inspectores y forenses. Además, cada comunidad autónoma tiene su modelo de historia electrónica, cuya información no comparte, y ello supone que la necesaria unidad del Sistema Nacional de Salud cuando un ciudadano necesita ser atendido en otra comunidad diferente a donde reside se vea gravemente entorpecido.
– También en Salamanca hemos sufrido algunos años sin apenas renovación y adquisición de equipos tecnológicos e instrumental médico, tanto en los centros de salud, como en el actual Hospital Universitario. Nos alegramos que estos dos últimos años la situación vaya cambiado, la obra del hospital avanza, van llegando nuevos equipos y se va renovando parte del instrumental deteriorado y obsoleto: recientemente está instalándose una nueva RMN, nuevos mamógrafos digitales gracias a donaciones privadas que hay que aplaudir y apoyar o la próxima adquisición de un equipo de Cirugía robotizada ‘Da Vinci’. Confiamos que se cumpla, sin mas aplazamientos (que llevamos varios) la apertura completa del nuevo hospital para finales del 2019. Queda también por mejorar el equipamiento de los centros de Atención Primaria, pilar sobre el que debe recaer la mayor parte de la asistencia a la población.
Muchos y difíciles problemas a resolver.
A nivel regional, hemos de lograr un pacto contra la precariedad laboral, donde Sacyl, los sindicatos sanitarios y los Colegios profesionales sanitarios trabajemos en su solución.
“Debemos adelantarnos a los problemas de falta de personal, como ya existen en la Medicina rural”
Tenemos que adelantarnos a los problemas de falta de personal, como actualmente existen en la medicina rural, hay que convocar de forma regular oposiciones y traslados bien convocados para que no haya paralizaciones, deben existir unas Bolsas de Empleo Sanitario, no solo abiertas para poder introducir méritos, que ya es un logro, sino que deben actualizarse regularmente (máximo cada año), para que los demandantes de empleo tengan seguridad de equidad y eficacia y puedan planificar su vida.
Las plazas asistenciales de difícil cobertura deben tener una incentivación adicional. También creemos que hay que trabajar en que para los puestos más especializados de algunas unidades clínicas haya un perfil de competencias adecuado y necesario, que evite que unidades asistenciales de alto valor estratégico puedan descomponerse, pues es una realidad la existencia de una súper especialización de la Medicina, que en los actuales procesos de traslados y oposiciones no se contempla.
Para ello se deberá legislar un procedimiento justo y equitativo, que valore el mérito asistencial e investigador y no otro tipo de intereses personales.
Por todo ello les pido que no desprecien el valor de los Colegios. Este Colegio representa a mas de 2.500 médicos y esta Junta Directiva que hoy comienza su actividad está en contacto permanente con la asistencia sanitaria salmantina y sus médicos. Sabemos que la Ley no nos ha dado un papel negociador en temas laborales, ni es nuestra tarea la gestión sanitaria, pero este Colegio siempre intentará ser útil e imparcial defendiendo a los pacientes y a todos los médicos, buscando la equidad, la solidaridad y el bien común. Ahí tendemos la mano a Sacyl y sindicatos médicos para trabajar conjuntamente en la solución de los problemas sanitarios de los ciudadanos.
Esta Junta Directiva no va a participar de luchas partidistas o intereses políticos. Nuestro deber y obligación son los pacientes, los médicos y el trabajar por el mejor sistema sanitario posible.
No nos olvidamos de la atención médica privada. Forma parte del sistema sanitario y su contribución es muy necesaria. No podemos verla como contrapuesta al sistema publico. No podemos prescindir de su necesaria actividad. Las colaboraciones publico-privadas deben existir cuando sean necesarias, siempre desde la transparencia y para el beneficio del paciente, con un control riguroso que evite otros intereses. Desde este Colegio se trabajará por evitar intrusismos y actividades pseudo científicas que pueden dañar la salud del ciudadano. Y reivindicaremos una retribución justa a las compañías de seguro médico sobre la atención prestada, que lleva años siendo deficiente. Dentro de unos meses celebraremos el VIII Centenario de la fundación, por el rey Alfonso IX de León, de la Universidad de Salamanca, considerada como la más antigua de las universidades hispanas existentes. Y fueron cinco las facultades oficiales que comenzaron: Cánones, Leyes, Teología, Medicina y Artes-Filosofía. Desde entonces Salamanca ha ido forjando un nivel en la formación médica y en la asistencia sanitaria de primer orden en nuestra nación. Desde hace años asistimos a una profunda crisis de profesorado en la Facultad de Medicina de Salamanca y ello repercute en la formación que se está dando y en la elección de los MIR por nuestro hospital.
Desde este Colegio pedimos a las autoridades universitarias, en primer lugar, y a las Consejerías de Educación y Sanidad, así como a la ANECA, que trabajen unidos para dar una urgente solución. mos denunciando desde hace años y es frustrante ver el poco caso que se nos hace. Es inadmisible que una Facultad de Medicina de ocho siglos de antigüedad esté así.
Lo mismo hemos de decir de la asistencia sanitaria. El hospital de Salamanca es el de más alto nivel asistencial dentro del organigrama de Sacyl, el que tiene más unidades de referencia y el que cuenta con un IBSAL y unos centros de investigación sanitaria de primer orden. Sin embargo, son las personas las que hacen, en su mayor medida, esto posible. Hay que trabajar para tener los mejores profesionales, unos jefes de servicio y coordinadores competentes, que unan los esfuerzos de los profesionales en sus servicios, y apoyar el talento de los investigadores con la suficiente financiación, que seguro dará beneficios en pocos años.
Salamanca es una ciudad maravillosa por su cultura y su saber, pero carente de un tejido industrial y con algunos retrasos históricos en infraestructuras. Por ello, son las Universidades y los hospitales y centros de investigación el pulmón que más oxigena esta histórica provincia. Hace falta cuidarlos con mimo: con la adecuada financiación, buscando la motivación, cuidando la selección de los cargos de responsabilidad y con el apoyo y el compromiso firme por Salamanca de las instituciones locales, comunitarias y nacionales.
Ya para finalizar, es de justicia que sea agradecido con nuestro presidente saliente, Manuel Gómez Benito, que hace 16 años me involucró en las actividades colegiales y con quien tanto he compartido y aprendido y que tanto ha hecho por este Colegio. GRACIAS, Manolo. Has puesto un listón muy alto. Igualmente, doy las gracias a los compañeros de anteriores junta directivas con los que he compartido responsabilidad y amistad estos años. Y finalmente, dar las gracias a nuestras familias, que son las que nos dan apoyo y soportan todo el tiempo que les robamos en la realización de nuestras tareas. Hoy en especial doy gracias a Marisa, mi mujer, pues su amor y apoyo constante han hecho posible que muchos de los objetivos impensables para mí hace unos años, como es presidir este ilustre Colegio, se hayan hecho realidad. También todo mi cariño para mis hijos, Marta, Miguel y Cristina.
Y concluyo con las palabras del genial Miguel de Cervantes Saaavedra:
“Advierte, hija mía, que estás en Salamanca. Que es llamada en todo el mundo madre de las ciencias. Y que de ordinario cursan en ella y habitan diez o doce mil estudiantes. Gente moza, antojadiza, arrojada, libre, aficionada, gastadora, discreta, diabólica y de buen humor».
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