“Mi hospital no ha sido posible porque en Salamanca es difícil romper lo establecido por los poderosos”

JUAN ABARCA CAMPAL

Cirujano salmantino / Presidente y Consejero Delegado del Grupo Hospital de Madrid

Juan Abarca Campal ha sentado cátedra en la gestión hospitalaria española. Este cirujano salmantino está al frente de uno de los grupos sanitarios más importantes del país. Y lo está por sacrificio, tesón y defensa a muerte de un modelo de asistencia centrado en el médico y el paciente. Todo un ejemplo de pasión por una profesión. Un hombre hecho a sí mismo que repasa sus constantes vitales en esta entrevista y ofrece sus ideas sobre la Medicina y la Sanidad actual. Deseamos que el lector celebre con nosotros este reencuentro tan entrañable con la tierra que le vio nacer y que no le ha podido ver ejercer, ni como médico ni como empresario.

Esta entrevista supone un nuevo encuentro con su tierra, Salamanca. ¿Muy querida?

Nunca me olvido de ella.

Profesionalmente para usted Salamanca nunca pudo ser, ¿por qué?

Pensé que tenía poco espacio para conseguir todas mis aspiraciones.

¿Nunca estuvo a punto de volver?

Como profesional de la cirugía nunca fue mi intención.

Pero me consta que sí salvó alguna vida en la provincia de Salamanca, ¿cierto?¿lo puede recordar?

Por una corazonada, como otras muchas que relato en mi libro de título Cinco litros de sangre, me encontraba el 28 del 8 de 1975 en el pueblo de mi madre Villavieja de Yeltes que estaba enfiestas. Durante el encierro un toro corneó a un sacerdote que era hermano del cura párroco. Y le produjo tales lesiones quedadas la gran distancia a Salamanca, 90km, y el mal estado de las carreteras, decidí operarlo en la buhardilla de la casa parroquial, con ayuda de una enfermera, Francisca García “Chisca”. La intervención duró tres horas, empleamos anestesia local y el médico del pueblo, D. Alfredo, colaboró con su instrumental que por cierto era el adecuado. Me quedé en el pueblo ocho días hasta darle el alta al herido.

¿Qué referencias tiene de la Medicina que se hace en Salamanca?

Muy buena en investigación, modernizándose en la sanidad pública y estancada en la sanidad privada y por lo tanto poco eficaz. Aunque existe interés por parte de los médicos y de la población de hacer un hospital competitivo en esta ciudad.

¿Su proyecto de hospital en la tierra que le vio nacer, ya es historia?

Un buen hospital privado en un lugar como Salamanca que tenga la máxima calidad y sea completo, al estilo de los hospitales de Madrid y pueda cubrir además ciudades cercanas incluida Portugal, por su necesidad, nunca puede pasar a la historia.

¿Por qué no ha sido posible?

Porque en las ciudades pequeñas como Salamanca es difícil romper lo establecido por los poderosos, impidiendo cualquier tipo de competencia.

¿Dolido con algo o alguien por este tema?

En absoluto. Y es más, agradezco a las personas que se opusieron a que se hiciera, ya que en aquel momento las condiciones no eran tan favorables como lo son ahora.

Aunque hay antecedentes que dicen lo contrario, ¿sigue creyendo que habría funcionado este hospital?

Insisto. Sin duda alguna. Un hospital completo, moderno y eficaz además de salvar muchas vidas, engrandece aún más a una ciudad como Salamanca, que es el referente de la cultura y el turismo. Por lógica, si no lo hace Salamanca otros de fuera lo harán.

Decálogo de un hospital

10 El accionariado y la administración velarán para que sea libre, autónomo y transparente, para que pueda publicar resultados médicos y estadísticas anuales. Los centros monográficos se apoyarán siempre en un hospital general.

Al margen de este capítulo obligado, lo que nos proponemos en esta entrevista es conocer a Juan Abarca Campal. ¿A quién se enfrenta el lector en esta entrevista?

Me considero un idealista con los pies en la tierra, que ha sido dotado de un conjunto de facultades normales todas en su calidad, y eso me ha dado la oportunidad de contribuir a salvar muchas vidas.

CURRICULUM VITAE

Juan Abarca hombre, ¿cómo se define? ¿Cuál ha sido su filosofía de vida?

Considero al paciente el centro de mis reflexiones dada su trascendencia para los demás.

Quienes le conocen dicen que su concepto de la amistad y la fidelidad a los amigos es ejemplar. ¿Lo corrobora?

Es parte de la filosofía de mi vida. Además a mí también me han ayudado mucho.

Y Juan Abarca médico cirujano, ¿cómo ha sido?

En mi actuación profesional como cirujano, he intentado aprender a no operar, y cuando lo hacía tenía la capacidad de guardar el equilibrio entre la audacia y el miedo, lo cual me impedía el aventurismo quirúrgico o la omisión.

¿Y el empresario?

He antepuesto el bien del enfermo a la rentabilidad. ¿Por qué cuánto daríamos los cirujanos por evitar que un paciente fuera injustificadamente mal?

¿Cómo surge su opción por la Medicina? ¿Tenía algún antecedente familiar?

Desde muy joven acompañé a un primo mío cirujano, lo cual agradaba mucho a mi madre, que quería que fuera médico, mientras que mi padre deseaba que fuera militar. Zanje la cuestión haciéndome médico y luego militar de la sanidad del aire.

¿Y por qué la Medicina y no otra cosa?

Jamás me planteé ser otra cosa.

¿Y la cirugía?

Ha sido mi pasión en la vida. He tenido tanto respeto a la sangre que podría decir exageradamente que no aprendí a suturar los vasos para no romperlos. De ahí viene el título del libro Cinco litros de sangre.

Además, cirujano militar, ¿le ha marcado esto en su vida después?

He sido cirujano en la sanidad civil y médico al servicio de los pilotos en la sanidad del aire, estando destinado durante veinte años en la base aérea de Torrejón de Ardoz. Allí conocí el compañerismo, la generosidad, el altruismo, en personas normales, que en el fondo tenían madera de héroes, los pilotos.

¿Cree que ha sido buen cirujano?

Creo humildemente que sí. Por tener la oportunidad de hacer la residencia en Cirugía General y Aparato Digestivo y luego ejercer como profesional adjunto durante siete años en el servicio del profesor Fernández de Lis en la residencia de la Paz que en aquella época era sin duda, el mejor hospital de urgencias de España. Completé mi formación como asistente voluntario en el servicio del Dr. Carlos Moreno, en la Clínica de la Concepción durante seis años.

¿Algo que crea que lo hiciera particular a la hora de ejercer esta profesión?

Mi entrega, al estar siempre pendiente de la evolución de mis pacientes y máxime en las vacaciones que es cuando se marchan en general los médicos con más experiencia, y quedan en las ciudades los enfermos más graves.

¿Alguna aportación a la especialidad? 

La gran cantidad de enfermos que trataba en la sanidad privada, me permitió ser uno de los pioneros de las intervenciones de páncreas, hígado y vías biliares, realizando mi primera extirpación total de páncreas en el año1978, con resultados alentadores.

¿Por qué el paso de médico a empresario? ¿Cómo surge el gusanillo de la gestión? 

Porque cuando ya había operado procesos de todo tipo dentro de mi especialidad y había analizado las condiciones y el funcionamiento de los hospitales privados, así como la responsabilidad médica, consideré que sería más útil dedicarme a mejorarlas, para lo cual era imprescindible gestionarlos mejor, en beneficio del enfermo, del médico y por ende de la medicina.

¿En qué faceta se siente más cómodo, médico o empresario?

Como médico cuando se complica un enfermo leve o benigno, más de una noche no te quieres despertar, es una situación aniquilante. Mientras que como empresario si surge algún problema estás deseando levantarte para solucionarlo.

Emprendedor pionero en el campo de la medicina y la empresa en España, adalid de la innovación… son algunas de las referencias que se hacen habitualmente sobre usted, ¿es para tanto?

La sociedad ha sido muy generosa conmigo.

¿Qué balance hace de su vida tanto como médico como empresario?

Sobra con ver los resultados.

¿Satisfecho?

Sí.

¿De lo que más satisfecho está?

De mi esposa Carmen Cidón, también médico, y de nuestros hijos, que han sido preparados para seguir la misma senda.

¿Alguna espina clavada?

Sí, porque para que un enfermo viva, otros tenemos que morir un poco.

¿Arrepentido de algo?

De mis errores.

¿Qué le ha dado esta profesión?

Muchas más satisfacciones, que han compensado las múltiples preocupaciones.

¿Le ha quitado algo?

He disfrutado muy poco de mi familia.

Si volviera para atrás, ¿qué cambiaría en su vida?

Nada.

¿Volvería a ser médico y empresario?

Sin dudarlo.

Sus planes al terminar la carrera, ¿se parecían en algo a lo que luego ha sido su trayectoria?

Como médico siempre puse el listón muy alto. Como empresario he tenido personas entregadas para los que este proyecto ha representado una gran ilusión y la certeza de que sería muy útil si alguna vez lo necesitaran.

¿Su principal maestro ha sido?

En principio yo mismo analizando con una actitud crítica mis propios errores, para no repetirlos y aprendiendo de los errores de los demás.

¿Algún discípulo?

Cirujanos honrados y sabios que me han acompañado para realizar unas diez mil intervenciones antes de retirarme de la actividad quirúrgica.

Con la visión que permiten los años y la experiencia, ¿cómo ve a la medicina actual y al médico de hoy?

Creo que la sanidad justa está por llegar, pero antes que nada debe ocupar cada componente el lugar que le corresponde en ella.

¿Qué cambiaría?

El modelo de sanidad, que debería ser participativo en la propiedad de los hospitales, para que fuera justo, moderno y eficiente.

¿Los médicos de hoy lo tienen más fácil?

Lo tienen más difícil, sobre todo los cirujanos porque además del aprendizaje normal, tienen que adaptarse a la cirugía robótica y a cualquier otra evolución tecnológica.

A los jóvenes que se inician en esta profesión, ¿le da algún consejo?

Que tengan autocrítica para aprender de los errores y humildad para reconocerlo.

Su concepto de hospital es en cierta medida revolucionario, ¿por qué? Resuma su decálogo.

Por ser participativos de la propiedad de los hospitales los diferentes grupos que componen la sanidad, médicos, aseguradoras, inversores, etc., los cuales al defender sus propios intereses, desdelos órganos de la Administración garantizan para los demás la ética, la calidad asistencial y la rentabilidad.

¿Cómo se logra mantener cinco hospitales de alto nivel con lo que esto supone?

Por estar rodeado de un equipo de profesionales y gestores excelentes con una entrega absoluta reconocida por una gran consideración y dirigidos por gente capaz como mi familia.

¿La sanidad privada es tan rentable como parece?

En la sanidad privada que nosotros conocemos hay que ganarse al enfermo día a día porque la rentabilidad no es muy alta debido a la desigual competencia.

¿Cree en la convivencia de la sanidad pública y privada? ¿Por qué y cómo debe ser?

Es imprescindible porque ambas deben ser complementarias.

¿Y por qué ese carácter tabú, fundamentalmente desde el ámbito político, hacia la sanidad privada?

Porque se ha hecho de la sanidad una de las mejores herramientas políticas.

Lo que está claro es que la sanidad, pública o privada, es un saco sin fondo, sobre todo desde el punto de vista tecnológico. ¿Podrá seguir en pie el modelo actual o tanto la pública como la privada tendrán que cambiar de fórmula?

Creo que en la sanidad privada nada es un saco sin fondo, porque si no los hospitales tendrían que cerrar al no estar protegidos por el “papá” Estado.

En un plano ya más social, ¿qué sensaciones le causa la sociedad actual?

De injusticia.

Pero no me negará que se ha progresado muchísimo.

Creo que indiscriminadamente.

¿Cómo ve a Salamanca?

Muy bonita y entrañable, y además de ser capital de la cultura podría ser por sus características capital de la salud, sobre todo construyendo ese hospital privado que es indispensable.

De política, ¿cómo andamos?

No ando en política, pero la recorren los enfermos.

¿Conservador? ¿Progresista?

Liberal en el auténtico sentido de la palabra.

¿Y en el plano religioso?

Católico educado felizmente en los Salesianos.

¿Su concepto de la familia?

Pieza básica y fundamental, el pilar de la sociedad.

¿Cuál ha sido el papel de su mujer y sus hijos en su trayectoria?

Han compartido conmigo las tristezas y las alegrías, sobre todo mi mujer.

Supongo que será una satisfacción que sus hijos estén ahora al frente del modelo propugnado por usted. ¿Confía en que se mantendrá ese espíritu?

Para ello han sido preparados y formados.

¿Cómo le gustaría ser recordado?

Como alguien que aportó algo importante a la sociedad.

Juan Abarca Campal pasará a la historia de la sanidad española como un hombre que…

Abrió caminos y a su nivel cambio el concepto de la medicina.

Para terminar, y cumpliendo la tradición, le pregunto por el Colegio de Médicos de Salamanca, presidido por un amigo de la infancia y una entidad muy agradecida por la reciente colaboración de varios miembros de su equipo de diagnóstico por imagen en un curso, ¿cómo ve al Colegio?

Por la calidad humana, preparación y vocación de su presidente, es difícil encontrar un Colegio tan vivo socialmente. Ha demostrado su capacidad gerencial.

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