Más suicidios que accidentes de tráfico. ¿El humor puede hacer algo?

Por Germán Payo Losa

Director de Educahumor

Nadie que es feliz se suicida

La mujer que, antes de sufrir el desalojo de su vivienda ha saltado por el balcón, ha traído el tema del suicidio a la actualidad. Al regresar un día a casa vi varios coches de policía en un edificio cercano. Una mujer había saltado desde el piso sexto. Nadie sabía más detalles y yo tenía prisa. “Me enteraré por la prensa”. Ni mención del hecho. Un vecino policía al que pregunté me lo explicó. “Hay un acuerdo en no dar estas noticias por el efecto contagio”. La cifra de suicidios del 2010 es de 3.145, y en los años anteriores más, frente a los 2.327 muertos en accidentes de tráfico.

Las causas son muy diversas, desde rupturas de pareja, enfermedades crónicas sufridas con dolor, problemas económicos, accidentes, trastornos de personalidad, conductas aditivas al alcohol y drogas, enfermedades mentales, acoso laboral o acoso escolar, como en el caso de Jokin, de 14 años, o de esta muchacha de Ciudad Real de 16. El 90-95% están ligados a la depresión y el aislamiento social que Joaquín Sabina expresa en su canción Calle Melancolía:

 Vivo en el número siete, calle Melancolía./

Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.

La cuestión es que por la causa que sea, para algunas personas vivir se convierte en un sufrimiento tal que la muerte aparece como única salida.

¿Qué puedo hacer yo desde el humor?

1.- Romper el tabú del silencio es el primer paso. Un país que tiene este problema y mira para otro lado, lo tapa como una vergüenza obliga a una angustia añadida de los familiares, según declaran ellos. Así lo considera la Organización Mundial de la Salud que ha establecido ya el día Mundial para la Prevención del Suicidio en el 10 de Septiembre.

2.- Tener cuidado. A veces una persona con una depresión severa se hunde más si la intentas animar o hacer reír. Si la depresión es suave, no. Tu sentido común te ayuda a percibirlo. Un amigo me decía: Es como si te quitasen toda la energía, te hundes y no tienes fuerzas para nada. Pero arriesgarse a veces merece la pena: Tras un taller de risoterapia de seis horas una mujer, de unos sesenta años me dijo: “Hace 16 años se me murió un hijo. Desde entonces no me había reído. Gracias”. La risa es como un desfibrilador del ánimo: lo pone en marcha de nuevo. Aunque vimos en la película “Mar Adentro” que Ramón Sampedro dice: “He aprendido a llorar riendo”

3.- Ante un suicida, se puede plantear un enfoque no lógico y razonable -las ideas no suele funcionar: ya las saben-, sino uno fantástico, absurdo, sorprendente. Hace años una mujer policía de Madrid vio como un hombre subía en la barandilla del viaducto, para saltar y matarse. Le gritó. “¡Eh oiga!” / “No se acerque o me tiro”./ “Que se tire me da igual –respondió-, pero tiene la bragueta abierta y va a causar mala impresión”. Así inició una conversación que logró disuadirle. Esta estrategia la presentan en la película Full Monty, tras haber impedido que el pelirrojo se suicidase, le animan a que lo intente con un método mejor. El afecto rompe el aislamiento social:

– Podrías pegarte un tiro…

– Lo mejor es que se tire de un buen puente…

– Tengo vértigo

– Ahogarse es una buena manera de palmarla …

– No sé nadar

– Te pones en medio de la carretera y le pides a un amigo que lance el coche contra ti…

– No tengo amigos

– Te hemos salvado la vida, somos tus amigos.

– Si. Yo te atropellaría sin dudarlo.

4.- Hacer algo por los demás da sentido a la vida. Christofher Reeve, el actor que encarnó en el cine a Supermán, tetrapléjico, luchó los diez años que vivió tras su accidente para recaudar fondos para la investigación en células madre y luchar por la accesibilidad en todo el país. Pero el luchó por lo que le merecía la pena. Pasar del éxito a la silla de ruedas es duro y si no hay una razón por la que luchar, no la hay para vivir.

En la Película Qué bello es vivir de Frank Cappa , para impedir que protagonista se tire por el puente para suicidarse, su ángel se tira antes al agua, y pide socorro. Sabe que no le dejará ahogarse, y funciona.

5.- Hacer pequeñas cosas: Dicen que Obama ha ganado las elecciones porque ha habido miles de voluntarios que han hecho algo simple: llamar a un amigo, a un vecino.

Y como no contamos con que algunos políticos y tertulianos cierren la manguera de chapapote emocional con la que nos riegan y deprimen constantemente, para lograr una mejor calidad de vida personal y de nuestra sociedad.

Podemos contribuir a que a la gente no le suiciden el ánimo con pequeñas cosas: saludar amablemente, sonreír, dar besos, abrazos, ver lo positivo o divertido y comentarlo, dar las gracias, recordar que, sobre todo, la risa es contagiosa.

Como hemos soñado muy alto toca aterrizaje: ¿Qué se puede esperar de un país cuyo rey tiene un yate llamado “Bribón”, el mayor banquero se llama “Botín” y la ministra de sanidad: “Mato”? Apaga y vámonos. Tenemos mucha tarea por delante.

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