“La Validación Periódica de la Colegiación es un compromiso que va a fortalecer nuestra situación frente a la sociedad”

José Luis Almudí Alegre, secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, uno de los que ha liderado la puesta en marcha del proyecto, ha explicado en Salamanca las características de este modelo de re-certificación profesional y los sencillos trámites que hay que seguir para lograr la credencial, válida por periodos de seis años

El pasado 31 de enero, la Asamblea General de la Organización Médica Colegial (OMC) aprobaba el carácter “universal y exigible” de la Validación Periódica de la Colegiación (VPC), un programa con el que los colegios se adelantan a la Directiva Europea de Cualificaciones Profesionales, aprobada en noviembre de 2014 y que hará obligatoria en 2016 la re-certificación de los profesionales de la salud.

Para la Corporación, la VPC garantiza a los ciudadanos “un modelo de asistencia de calidad contrastada, realizada por profesionales competentes”, partiendo de la consideración de que el acto médico “ha de ofrecer la mejor atención al paciente y a la ciudadanía en cada lugar y situación”. Así, la Validación Periódica de la Colegiación, un proceso que ya ha puesto en marcha la institución colegial salmantina, certifica, por periodos de seis años, que la preparación y formación del colegiado supera los requisitos previamente definidos para ejercer como médico. En concreto, la buena praxis, es decir, que el médico no tiene abierto un expediente deontológico y una aptitud psicofísica idónea para atender a los pacientes, además de certificar la vida laboral en la empresa en la que trabaja y acreditar su Formación Médica Continuada y su Desarrollo Profesional Continuo.

Sin carácter punitivo

Esta evaluación, de carácter periódico, no tiene carácter punitivo, y en el caso de que un profesional no alcanzase las competencias y requisitos definidos en la VPC, entraría en un programa de mejora.

Los asistentes a la sesión informativa de la VPC, en el espacio multiusos de la calle Sol Oriente

Aunque la directiva europea fija una ‘carencia’ de un año para su entrada en vigor, la OMC ya ha puesto en marcha el sistema y, de hecho, el Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, que ha pilotado este proyecto junto a Soria y Granada, acogió el pasado abril el acto de entrega de las primeras 65 certificaciones. El secretario general de la institución vallisoletana, José Luis Almudí Alegre, visitó el pasado 20 de mayo el Colegio Oficial de Médicos de Salamanca para explicar el procedimiento establecido para la VPC. Durante su intervención, José Luis Almudí indicó que, aunque este tipo de certificaciones pueden sonar extrañas en nuestro país, en el ámbito anglosajón está fuertemente arraigada una filosofía detrás de la cual se encuentra “la obligación de rendir cuentas a la sociedad por parte de quienes trabajamos en el ámbito de la salud”. En su opinión, se trata de un “compromiso expresado a través de los colegios que va a fortalecer nuestra situación frente a la sociedad, para que sepa que los profesionales que la atienden están perfectamente cualificados en todos los aspectos, desde la salud a la formación”.

Como explicó el secretario general del Colegio de Médicos de Valladolid, la VPC es “un tipo de re-acreditación en la que los colegios analizan, evalúan y reconocen la salud y el desarrollo profesional continuo” de los facultativos en base a unos “estándares” que les acreditan para ejercer en el ámbito público o privado. En el proceso, señaló, será esencial la implicación de las sociedades científicas, que tendrán un papel fundamental en la certificación del Desarrollo Profesional Continuo, un aspecto que todavía está “en fase de desarrollo” y en el que “todavía queda mucho por hacer”, aunque sociedades como la SEPAR y la SEC ya tienen muy avanzado el proyecto.

Según aclaró José Luis Almudí, en el procedimiento, que se ha simplificado gracias a una aplicación informática a la que se podrá acceder desde el portal de la OMC -donde ya está disponible- o a través de los colegios médicos que decidan integrar la plataforma de la VPC en sus respectivas webs —el de Salamanca ya lo ha hecho—, hay una parte que tendrán que hacer los propios colegiados y otra para cuya realización pueden delegar en los colegios. Una vez identificado, el colegiado con un nombre de usuario y una clave se accede a un formulario que incluye los cuatro apartados de los que consta la validación, los tres primeros, obligatorios, y el cuarto —el relativo a la Formación Médica Continuada y el Desarrollo Profesional Continuo— opcional por el momento. Son los siguientes:

a) Buena praxis:

Este certificado lo expide el colegio correspondiente en base al expediente del médico y según los principios del Código Deontológico y los estatutos generales de la OMC. Este paso se activa directamente, una vez que el colegiado solicita la VPC, y una vez que se comprueba que el profesional no tiene abierto ningún expediente sancionador, tiene lugar la expedición del documento.

b) Aptitud psicofísica, compromiso de salud y certificado médico:

Según explicó José Luis Almudí, se trata de “un compromiso de salud” que en estos momentos se refleja en un cuestionario —aunque se ha solicitado la supresión de este paso— que el solicitante debe rellenar y enviar por vía telemática. La información facilitada es totalmente confidencial, sólo visible en el colegio “para el secretario y el vicesecretario”. Además, hay que adjuntar una certificación médica oficial expedida por un facultativo o por una Unidad de Salud Laboral que recoja que el profesional tiene la capacidad psico-física idónea para ejercer su especialidad médica.

José Luis Almudí, durante la sesión informativa en el Colegio de Médicos de Salamanca, en la que explicó el procedimiento de una forma práctica.

c) Vida laboral:

Desde la aplicación informática es posible adjuntar el certificado de vida laboral. El sistema permite generar una autorización del solicitante para que sea el colegio profesional el que pida el certificado al empleador. Además, se han habilitado alternativas para los colegiados que no trabajen en una institución o empresa sanitaria.

e) Registro de actividades de Formación Médica Continuada y de Desarrollo Profesional Continuo:

El secretario general del Colegio de Médicos de Valladolid explicó que esta fase está actualmente en desarrollo en colaboración con las sociedades científicas y, por ello, tiene carácter voluntario, si bien a su juicio es “la parte más importante de la certificación”. La aplicación diseñada para la Validación Periódica de la Colegiación permite al profesional ir incorporando documentos que demuestren su desempeño profesional continuo, como “estancias clínicas, actividades formativas y científicas y diversos méritos”, información que quedaría “como un repositorio” que garantiza la formación médica continuada.

Una vez que el Colegio correspondiente ha recibido todos los datos, el secretario o el vicesecretario realizan las comprobaciones pertinentes, lleva la solicitud a la junta directiva para su aprobación y se expide el certificado, “una credencial de carácter público, firmada por el presidente y el secretario del Colegio Médico” y que se incorpora a la información disponible para la consulta pública de colegiados.

Según aseguró José Luis Almudí Alegre, gracias a la aplicación informática “se tardan cinco o diez minutos en completar los trámites” necesarios para una re-certificación que en solo dos años va a tener “carácter universal y obligatorio” para todos los profesionales de la salud. “Con el paso que se ha dado desde la OMC se trata de ir avanzando para que vayamos adquiriendo una cultura de re-certificación. Además, de esta forma, el procedimiento es mucho más sencillo que si nos lo impone el Ministerio de Sanidad, consiguiendo que los colegios y las sociedades científicas tengan un peso específico en el proceso”, expuso.

Además, el representante del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid aclaró que, si la evaluación para la VPC no resultara positiva, el solicitante tendría un periodo de tiempo para mejorar o corregir los aspectos necesarios, actuaciones que no serían de carácter público. Es lo que sucedería, por ejemplo, en el caso de que sobre el profesional exista una sanción por parte de la Comisión Deontológica que le mantenga inhabilitado para el ejercicio profesional.

Para el Consejo General de Colegios de Médicos, la VPC es “una garantía, para los médicos que ejercen como tal y se comprometen con el proceso de validación, de que sus actos están avalados por las estructuras profesionales y que los organismos correguladores de la profesión, las entidades profesionales y las administraciones sanitarias puedan, en todo momento, rendir cuentas a la sociedad de la calidad de los actos médicos”.

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