por Concha Ledesma
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Salamanca
Hasta que se inventó la imprenta, en el siglo XV, los libros eran manuscritos, había un solo ejemplar o unos pocos y se guardaban en bibliotecas que muy pocas personas podían visitar.
La imprenta extendió y democratizó el acceso a la cultura que salió del ámbito privilegiado en el que se encontraba. Muchos consideraron entonces, que aquel invento era un peligro que acababa con los repartos de poder y los valores establecidos.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) son a la imprenta lo que ésta fue a los manuscritos en su momento y seguramente resulte un cambio igual de imparable.
Sus aplicaciones en el campo de la medicina son de enorme interés y las posibilidades que ofrece tienen un trasfondo que puede hacer tambalear para bien o para mal, según se mire, la forma en que ejercemos la profesión actualmente. Existe resistencia entre los médicos a la extensión del uso de las NTIC en su práctica habitual, la nuestra es una profesión de largo recorrido, se desconfía de cambios de práctica cuando lo anterior lleva funcionando años o incluso siglos, el principio de la prudencia lo tenemos grabado a fuego; pero, a la vez, la medicina es una materia de evolución constante y rápida y no es posible quedarse al margen, hay que adaptarse o quedarse obsoleto y la sociedad no admite obsolescencia en este terreno. Actualmente, las reformas de los sistemas sanitarios que se plantean en cualquier lugar están vinculadas a los cambios tecnológicos.
Entre las posibilidades que nos ofrecen las TIC cabe destacar:
✒ La historia clínica electrónica permite una historia única por paciente en la que cada profesional que le atiende va dejando el registro de su actividad. Permite el acceso a la información sanitaria generada por la actividad asistencial tanto con fines propiamente asistenciales como con fines de investigación, de gestión de recursos o de formación continuada.
✒ La receta electrónica evita visitas administrativas a la consulta del médico y añade comodidad al paciente, facilita datos para la gestión del gasto farmacéutico e involucra a las farmacias en el sistema sanitario.
✒ Correo electrónico como forma de comunicación entre pacientes, administrativos, personal sanitario y gestores.
✒ Soluciones basadas en las aplicaciones tecnología web y que permite acceder a información médica específica, formación continuada, consulta virtual con pacientes, servicios en línea para profesionales y usuarios, educación personalizada para usuarios, información médica de calidad a través de la red, etc.
✒ La telemedicina: En este momento es posible adaptar numerosos instrumentos médicos a un sistema de telemedicina basándose en la captura y transmisión de imágenes y en la video teleconferencia. La telemedicina puede proporcionar beneficios tanto a los profesionales, como a los pacientes y a la propia organización. Para conocer más sobre todas estas posibilidades, me permito ofrecer un enlace a un informe que hemos elaborado mi compañero José Luis Garavís y yo misma: http://www.interreg-eet.info/documentos.html
Cualquiera de ellas, necesita como condición previa tener informatizadas las consultas y tener conexión a la red con una velocidad suficientemente rápida según los casos. Todas ellas modifican la responsabilidad del secreto profesional, por cuanto el acceso a la información médica de los pacientes está fuera del control del médico y exige sistemas de seguridad que son responsabilidad del sistema sanitario
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