La receta electrónica, un nuevo reto paramédicos y farmacéuticos

El centro de salud de Cantalapiedra fue el primero de la provincia de Salamanca en dar paso hacia la prescripción y dispensación de medicamentos a través de un sistema informático que, según los expertos, es más seguro y agiliza la asistencia a los pacientes en las consultas de Atención Primaria

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Salamanca organizó hace unas semanas una jornada bajo el título ‘Dos colectivos, un reto: receta electrónica’, centrado en la implantación de la misma en la provincia de Salamanca y que contó, entre otros expertos, con los dos profesionales que prescribieron y dispensaron la primera receta digital, el pasado 18 de noviembre. En concreto, el doctor de Medicina de Familia Ildefonso Esteban, que en aquel momento pasaba consulta en el centro de salud de Cantalapiedra –actualmente lo hace en el de San Juan, en la capital salmantina–, y el farmacéutico de ese municipio, Ángel Julio Flores.

Siente meses después de su arranque en Cantalapiedra, la ‘e-receta’ se ha ido extendiendo a otras localidades para llegar, a lo largo de este mes de junio, a las diferente zonas básicas de salud (ZBS) de la capital. El doctor Ildefonso Esteban señala como una de las ventajas de este sistema el hecho de que disminuya la frecuentación de los pacientes, que “no tienen que ir tan a menudo a por las recetas”. Y aunque en Atención Primaria no deberían existir listas de espera, es cierto que en ocasiones los usuarios no consiguen su cita para el día que solicitan y deben aguardar. “Es verdad que disminuye la frecuentación, pero también aumenta el tiempo medio por consulta, porque al principio, al hacer la receta electrónica, tienes que repasar toda la patología del paciente y si la posología es la adecuada, además de otras comprobaciones”, añade el médico.

Antes de la llegada de la receta digital, los ciudadanos acudían a consulta por un proceso o solo a por recetas. “Ahora vienen por procesos, por lo que se tarda más en atender a cada paciente”, indica este especialista, que advierte que el tiempo total que se dedica a las consultas no va a disminuir, sino que “va a cambiar a lo que se dedica ese tiempo”.

Otro pilar de este nuevo sistema de receta es la seguridad, como también destaca el doctor Esteban, “porque hay dos profesionales (médico y farmacéutico) controlando el procedimiento”. En este sentido, el médico de Familia apunta que uno de los problemas de los pacientes es la falta de cumplimiento de los tratamientos. “A veces se les olvida tomar la pastilla; con la receta electrónica, tienen que ir a la farmacia, el farmacéutico va a conocer el listado de medicamentos que tienen que tomar, así que puede recordarle al paciente lo que debe llevarse y tomarse”. A este respecto, el doctor Ildefonso Esteban elogia la excelente colaboración que estableció en Cantalapiedra con el farmacéutico, “que siempre es en beneficio de los pacientes”. Así, considera que esa coordinación permite que dos profesionales vigilen que el enfermo haga bien el tratamiento y que, por ejemplo, “no existan errores de repetición”.

Un cambio para mejor

Pese a todo, este profesional de Atención Primaria conrma que algunos usuarios echan de menos la visita al médico, “aunque yo les decía que el hecho de no tener que renovar recetas no signica que no puedan ir a hablar con el médico”. Además, cree que benecia a los ciudadanos el hecho de tener solo una “cola” –la espera para procesos–, en lugar de dos –para adquirir un medicamento–. Como facultativo, considera que la implantación de la receta electrónica es un buen momento para revisar el tratamiento completo de los pacientes, “ver que las dosis están ajustadas y que cada medicamento está atribuido al proceso por el que se ha prescrito, y eso lleva tiempo”. Eso es algo “que deberíamos de hacer todos los días, pero no lo hacemos siempre”. En denitiva, para el doctor Esteban, el cambio es para mejor.

Por su parte, el farmacéutico que dispensó la primera receta digital en su oficina de Cantalapiedra, Ángel Julio Flores, hace balance de estos casi siete meses de andadura. “La valoración en general es muy positiva; estamos en un porcentaje de dispensación electrónica frente a la de papel de entre el 80 y el 82%”, señala. Respecto a la dispensación, Flores explica que, al reducirse la frecuencia de visitas a las consultas médicas, ha apreciado que se incrementan las visitas a la farmacia, y que el farmacéutico tiene que dedicar más tiempo a determinados pacientes. “No es por la receta electrónica en sí, sino por la idiosincrasia del paciente, ya que muchas veces tienes que puntear no solo lo que está para dispensar, sino lo que no, e informar a la persona de cuándo tiene que venir a por ese medicamento que todavía no le corresponde llevar”, apunta.

Su experiencia le dice que es clave la comunicación médico-farmacéutico, “sobre todo a la hora de solucionar las incidencias que puedan surgir”. Para este profesional, la receta digital es muy sencilla y segura, “ya que no te permite una equivocación”. Y por destacar algunos cambios, Flores admite que la dispensación es más lenta y hay que dedicarle más tiempo a determinados pacientes, aunque no a todos, pero entre las ventajas para los farmacéuticos, “en el tema de la facturación me ahorro tres o cuatro días de dormir tranquilo, porque queda registrado en el momento en el que lo vas haciendo, y luego basta con dar a una tecla; mientras que antes se iban acumulando”.

También dio su visión sobre la receta electrónica la directora técnica del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Salamanca, María Jesús Matos Rodríguez, para quien este sistema de dispensación es más seguro, ya que permite la identicación “inequívoca” de la prescripción, además de proporcionar todos los datos de consignación obligatoria. En este sentido, no permite la dispensación de medicamentos incorrectos y hará posible, cuando esté implementado, “un canal de comunicación entre médico y farmacéutico”.