La Medicina de Familia en el espacio europeo de educación superior

por Luis García Ortiz

Médico de Familia, Prof. asociado de la Facultad de Medicina

A principios de los años 80, cuando se iniciaba la reforma del Sistema Nacional de Salud, especialmente la transformación de la asistencia primaria ambulatoria en atención primaria de salud basada en el médico de familia y se intentaba reorientar la atención sanitaria de un modelo hospitalocentrista a un modelo basado en la Atención Primaria de salud, se hizo famosa la frase de Martín Zurro “también existe vida inteligente fuera de los hospitales”. En esos momentos era necesario demostrar que el nuevo modelo de atención primaria era capaz de prestar una atención sanitaria de alta calidad, así como de realizar actividades de investigación y formación en un nivel, al menos, similar al que se venía realizando en el nivel hospitalario.

Afortunadamente esta frase ha desaparecido hace ya muchos años, pues el entorno sanitario y la sociedad en general reconoce la calidad con la que realiza la prestación de servicios de salud y las actividades de formación e investigación, el médico de familia y el resto de los profesionales que trabajan en atención primaria.

Sin embargo, la organización de la enseñanza en las facultades de Medicina, no ha asumido todavía el papel que desempeña el médico de familia en el Sistema Nacional de Salud y el entorno de aprendizaje que se puede ofrecer en los centros de salud al estudiante de Medicina.

La enseñanza de la medicina en nuestro país, sigue basada en clases magistrales y escasas prácticas, en un entorno básicamente hospitalario. Esto acompañado de la orientación del aprendizaje hacia la prueba MIR y la utilización de apuntes como herramienta principal de estudio, ha ido abriendo una brecha importante entre el producto de las facultades de Medicina y las necesidades de formación del futuro médico.

No se está teniendo en cuenta que, entre el 40 y 50% de los estudiantes de Medicina van a desempeñar su labor profesional como médicos de familia en un centro de salud. Tampoco que en este entorno se solucionan el 90% de los problemas de salud de la población y es donde se toma contacto con las personas en todos los estadios de la salud/enfermedad. Este es el lugar donde se puede aprender a valorar la interacción social y familiar y su influencia con las diferentes formas de enfermar, tanto físicas como psíquicas.

Estas son algunas de las múltiples razones, por las que es necesario reorientar el papel que juega el médico de familia y la atención primaria en general, en la formación del estudiante de Medicina. Los entornos de aprendizaje del Hospital y de la Atención Primaria son complementarios en la formación básica del futuro médico, para que ésta sea lo más amplia y pluripotencial posible. Sea cual sea el ámbito en el que vaya a especializarse y desarrollar su futuro profesional es necesario que el médico Conozca el lugar donde el ciudadano toma contacto habitualmente con el sistema sanitario y se resuelven la mayoría de sus problemas de salud. La prevalencia y gravedad de los problemas de salud de la población es diferente desde la perspectiva de un hospital terciario que desde un centro de salud. La formación solo en uno de estos entornos ofrece una visión sesgada del funcionamiento del Sistema Nacional de Salud y del proceso salud/enfermedad en todas sus fases.

El abanico de actividades asistenciales que el médico de familia puede ofrecer en la formación del estudiante es muy amplio, desde la atención al adolescente, adulto sano y enfermo, problemas específicos de la mujer, atención al anciano, atención al paciente terminal, cirugía menor, atención a la familia y comunidad, etc. Por lo general, las personas que se atienden en este ámbito pueden mantener su vida habitual, sin que la enfermedad la distorsione, como suele pasar en el ámbito hospitalario. Además de estas actividades asistenciales, el estudiante de Medicina puede participar en una amplia gama de actividades de formación e investigación que se desarrollan en los centros de salud. En las jornadas sobre Medicina de Familia y Universidad celebradas en febrero en Salamanca, se abordó con profundidad la situación de la enseñanza de la Medicina de Familia en la Universidad española y se llegó a la conclusión de que debe aumentar de forma significativa su presencia en las facultades a corto plazo, para adaptarse las recomendaciones del espacio europeo de educación superior.

El Dr. Vicente Pedraza se atrevió a hacer una previsión para esta adaptación con una asignatura de Medicina de Familia, como área de conocimiento especifica, con un peso aproximado de 6créditos europeos, lo que supondría de unas 180 horas lectivas y una distribución aproximada de 1/3 de ellas de docencia teórica,1/3 de docencia práctica y 1/3 de trabajo individual del alumno. La universidad española, a corto y medio plazo, va a tener que realizar importantes cambios para adaptarse a los criterios que impone la Unión Europea en el entorno de la educación superior. No se puede dejar pasar esta oportunidad de incluir en las facultades de Medicina, la enseñanza de la Medicina de Familia de una forma adecuada, es decir, como área de conocimiento especifica, pues de no hacerse así, se dejaría pasar un tren que sería muy difícil alcanzar más adelante.

Por último, no parece razonable desperdiciar la acreditada experiencia docente e investigadora de las unidades de formación de Medicina de Familia, la amplia red de centros de salud docentes repartidos por todo el país, con miles de médicos de familia profesores y tutores, un cuerpo de conocimientos propio, un área de investigación pegada a la realidad de la sociedad. Todos estos elementos están infrautilizados hoy por la Universidad y en un futuro no muy lejano, los ciudadanos, que son los que financian la Universidad, podrán pedir cuentas a los responsables si esto no cambia en el mismo sentido que lo hace el resto de la comunidad europea en la que estamos inmersos.