Por M. Puertas
El decano de la Facultad de Medicina de Salamanca (once años en el cargo en dos etapas) y presidente de la Comisión Nacional de Decanos, José Ignacio Paz Bouza (Larage (La Coruña),1942) avanza en esta entrevista concedida a Salamanca Médica algunos de los cambios que se esperan a corto plazo en los estudios de Medicina. Una docencia más centrada en el trabajo de los alumnos, mayor tutorización y más concreción en las materias para el desarrollo de habilidades clínicas, serán algunas de las novedades con motivo de la adaptación europea. Paz Bouza también habla de cuestiones como el límite de alumnos, que seguirá siendo actualidad, y el elevado número de jubilaciones en la provincia a corto plazo.
Tantos años al frente de la Facultad y dado el apoyo que ha vuelto a recibir recientemente, ¿significa que lo hace muy bien?
No soy el más indicado para decir eso. Puedo decir que lo hago con interés y con mucha dedicación, creo yo, y sobre todo con la disposición de llegar al acuerdo con la gente. Creo que por imposición nunca se puede hacer nada, tiene que ser siempre con el diálogo, con el acuerdo y creo que esto es lo que me ha caracterizado en el Decanato.
Como perfecto conocedor del panorama académico nacional, ¿mantiene Salamanca la tradición de ciudad de Medicina de la que ha gozado siempre?
Sí, sin duda. Uno de los referentes en Medicina es Salamanca por la tradición de tantos años, por la relación profesores-alumnos, por los profesionales que hay en esta ciudad dedicados a la docencia e incluso por los resultados que obtienen nuestros alumnos cuando salen de Salamanca. Es una Facultad de tamaño medio en alumnos, pero con muchos recursos humanos y materiales, que debemos mantener.
“La docencia de Medicina se centrará más en el alumno y en la tutorización por parte del profesor”
Por tanto, ¿la proliferación de Facultades no ha restado peso a Salamanca?
No, nosotros seguimos teniendo unas cifras enormes de solicitud de plazas. Admitimos a 147 alumnos, pero tenemos más de 1.500 solicitudes. Estamos en un número prácticamente ideal y así debemos de seguir.
A la titulación le esperan importantes cambios. ¿Nos podría resumir los más importantes?
En base al espíritu de Bolonia y a la incorporación al Espacio Europeo de Enseñanza Superior, las titulaciones de Medicina y Odontología se deben adaptar a los créditos europeos. Va a cambiar la orientación de la docencia. Ésta deberá centrarse más en el trabajo de los alumnos y en la tutorización por parte de los profesores, modificaciones que requieren un cambio de mentalidad para trabajar de distinta manera.
El sistema de enseñanza en general variará porque se van a fijar los objetivos, habilidades, conocimientos y destrezas en el ejercicio de la profesión que deben tener los alumnos cuando se incorporen al mercado laboral. Esto ahora está definido de una forma muy etérea, mediante grandes principios, y se quiere concretar para que a la hora de la movilización de profesionales en toda Europa tengan un perfil similar.
¿Cuándo será un hecho esa adaptación europea?
Está señalado que tendría que estar en 2010, pero la idea es tenerlo en el 2007.
¿España ya lo tiene definido?
Se nos ha pedido a las Facultades, como organismo técnico y consultivo, que hagamos una propuesta a la Agencia Nacional de Evaluación (ANECA), que la transmitirá al Ministerio. Si hay un consenso de todas las Facultades, como así esperemos que sea, desde el Ministerio no creo que se hagan cosas distintas a lo que propongamos, salvo algún matiz o alguna impronta que quiera dejar el equipo ministerial de turno.
¿Para cuándo estará esa propuesta?
Está muy avanzada y la queremos entregara finales de junio.
¿Por dónde van las líneas marcadas por las Facultades?
Por tratar de establecer unos objetivos claros y unas aptitudes para que cuando los alumnos lleguen al mercado laboral estén preparados o bien para seguir la formación especializada o para comenzar a trabajar, según los casos. Se pretende que la formación especializada sea, de verdad, una continuación del pregrado, igual que después tiene que serlo la formación continuada.
¿En la práctica en qué se va a notar esa modificación de los estudios?
Todos los alumnos tendrán que cubrir unos mínimos, con independencia de que cada Universidad quiera mantener su pequeña impronta. Por ejemplo, y como este caso hay muchísimos, si todos los alumnos tienen que saber interpretar un electrocardiograma, pues todos tienen que tener esa habilidad cuando terminen. Esto será así por materias, objetivos, habilidades y destrezas.
¿Quiere decir que ahora no se están cumpliendo esos mínimos?
Sí se están cumpliendo, pero de otra manera. Ahora hay unas directrices generales establecidas como por ejemplo “Conocimiento del cuerpo humano en estado de salud” o “Conocimiento del cuerpo humano en estado de enfermedad”. Lógicamente los contenidos seguirán siendo los mismos, pero se trata de establecer dentro de eso qué es lo que tiene que saber un alumno de anatomía, de fisiología, etc… El cambio significa pasar de ese título genérico a parcelarlo. Ahora todo es más diáfano. Se imparte el programa establecido, se les examina y tienen que aprobar. Lo que queremos es que no sea sólo el examen, sino que adquieran una serie de conocimientos, de aptitudes y habilidades, referidas no sólo a la destreza en el ejercicio de la profesión, sino también a aspectos como la comunicación con los demás, con el enfermo, etc., que ahora no están expresamente entre los objetivos y que se dan por supuestas.
¿Qué puntos débiles no se deberían volver a repetir?
Creo que no debemos volver a la masificación que hubo hace unos años, ni a que los títulos capaciten casi exclusivamente para los conocimientos teóricos y se haga menos hincapié en los prácticos, algo que ya viene cambiando. Tampoco debemos de caer en el extremo contrario. La de médico no sólo es una carrera profesional, sino que además es una carrera universitaria. No sólo hay que saber hacer, sino también saber por qué se hace y en función de qué se hace, qué fundamentos científicos tiene eso que se hace.
“Hace falta un estudio exhaustivo y serio sobre las necesidades reales de médicos en el país”
La limitación del número de alumnos de Medicina ¿seguirá estando en la palestra?
Creo que no. De unos años hacia acá ya están saliendo más plazas de formación de especialistas que alumnos terminan cada año. En la última reunión con los responsables del anterior equipo de Gobierno del Ministerio de Sanidad ya nos pidieron que seamos cautos con el número de alumnos que se inscriben en Medicina, porque hay que hacer un estudio exhaustivo y serio de las necesidades verdaderas que existen. Hay que analizar las verdaderas necesidades del país, no vaya a ser que de pronto nos encontremos, como está pasando en algunos países de la UE, que no tenemos médicos suficientes para atender el servicio nacional de salud y tenemos que importarlos de otros sitios. No creo que esto nos ocurra, porque así como en algunos países no hay demasiado interés en estudiar Medicina, en España sigue siendo una carrera donde un porcentaje muy grande quiere hacerla. De ahí, el numerus clausus, las notas de corte altas y que se quede mucha gente fuera.
Pero sigue habiendo críticas de los sindicatos, que consideran aún muy elevado el número de alumnos que entran.
Muchas cosas se hacen y se dicen por desconocimiento de cómo está la situación, porque no hay estadísticas serias sobre lo que tenemos. Si partimos de cosas que no son reales, podemos llegar a situaciones curiosísimas. Otra cosa diferente, que sí es cierta, es que hay empleo precario, pero no porque no haya demanda, sino porque no se están gestionando adecuadamente los recursos. Temas como las interinidades olas coberturas de guardias, nos parecen una barbaridad, pero su solución no es competencia de las Facultades de Medicina.
¿La oleada de jubilaciones va a ser tan elevada como se dice?
La verdad es que sí. Aquí mismo en Salamanca, hay estudios hechos ya por las distintas Gerencias y es un número preocupante de personas las que se jubilan en los próximos siete u ocho años. Estamos hablando de cifras de que un 40% de los médicos de la provincia se jubilan en un plazo de diez años. Es decir, que en diez años prácticamente se jubilarán todos aquellos que tengan ahora más de 55 años. Es un número serio e importante.
¿Qué efectos van a traer esas jubilaciones?
Pues yo creo que esas plazas se tienen que cubrir y tendrán que hacerse mediante los concursos correspondientes. La gente dejará de tener interinidades, trabajos precarios y tendrá el empleo necesario y lógico: su plaza para desarrollar su actividad.
¿La jubilación a los 65 se está aplicando ya?
Depende un poco de las Consejerías. En Salamanca ya se han producido algunas y otras se producirán en breve. Lo que ocurre es que la ley prevé que al llegar a los 65 años se puede solicitar el permanecer en ejercicio hasta los 70, y se está aplicando según cada Administración. (El Bocyl publicó el 11 de mayo el procedimiento a seguir para aquellos que quieran continuar en ejercicio).
El efecto de las jubilaciones, ¿será una vuelta a las puertas abiertas para todos los alumnos en las Facultades?
No, no creo. Puede ser que si se hace un estudio y se observa que por alguna circunstancia pudieran necesitarse más médicos en el país, se podría reconsiderar el número de plazas de acceso, pero puertas abiertas seguro que no. Desde luego yo dudo mucho que se aumente el número de alumnos de entrada y si se aumenta (lo digo de forma completamente condicional) sería un porcentaje mínimo, muy controlado. Que desaparezca el límite de alumnos en un horizonte próximo no parece posible.
A punto de concluir este curso, ¿qué balance hace del mismo y qué novedades puede adelantar para el próximo?
Estamos pendientes de que salgan los decretos de Grado y Postgrado, que se han paralizado con motivo del proceso electoral. A la espera de ello, la principal novedad en la Facultad será la puesta en marcha de la Clínica Odontológica. Las obras van a buen ritmo y esperamos que a finales de año estén listas. A la vez queremos ir concluyendo el equipamiento, para comenzar ya en el segundo cuatrimestre a utilizarlas paralas prácticas de Odontología. A corto plazo, la Facultad también tendrá que hacer frente a una nueva distribución de los espacios, debido al nuevo modelo de enseñanza.
¿Cómo es el alumno de Medicina hoy?
Es un chico o una chica, casi mejor diríamos una chica, porque más del 70% son chicas. Esto ya supone un cambio. Además, como norma general el estudiante de Medicina es una persona que llega a la Facultad con un buen expediente académico, enormemente motivado, muy responsable en su trabajo, y que desde el primer momento se está preparando a fondo para su futura profesión. En ese aspecto tengo que decir que nuestros alumnos tienen en general un comportamiento magnífico, ejemplar en algunos aspectos. En un alto porcentaje son muy vocacionales y son alumnos que en un 90% terminan su carrera en los seis años. El abandono es prácticamente testimonial.
¿Y no les asusta el paro?
No. Ellos están preocupados fundamentalmente por el examen del MIR. La obsesión de los alumnos de Medicina es saber que al terminar tienen que hacer un examen MIR y poder hacer la especialidad que quieren. Ese es el gran problema, que muchos quisieran hacer una especialidad y luego al final tienen que terminar haciendo otra. Es lo único negativo que podemos tener ahora, aunque tal y como van las cosas, hacia un MIR más distributivo, cada vez le será más fácil a cada uno poder hacer lo que quiere.
“Los que llevamos muchos años no entendemos la profesión sin el Colegio de Médicos”
Como médico y decano de Medicina, ¿qué importancia le concede a los Colegios de médicos?
En nuestra profesión los colegios profesionales están enormemente enraizados. Los que llevamos ya muchos años, no entendemos la profesión sin que tener el Colegio de Médicos ahí. Los colegios tienen una labor y una función propias y creo que ese papel lo deben seguir manteniendo. Hubo un determinado momento en el que se habló mucho de la no obligatoriedad de la colegiación, pero ese es un tema yo creo prácticamente residual. En el reparto de papeles que debemos tener todos, las facultades tienen uno, los sindicatos otro y los colegios otro. Todos con la misma gente, pero cada uno con el papel que le corresponde, tanto en beneficio de la profesión como de la sociedad.
Se sigue insistiendo en la falta de continuidad en la formación de los médicos, ¿qué pueden hacer ahí las facultades?
La estructura actual, a través del convenio firmado para constituir SEAFORMEC, con la encomienda de gestión que los Ministerios han hecho a la OMC y el convenio que se ha firmado con sociedades científicas, facultades de Medicina y Comisión Nacional de Especialidades, se está llevando a cabo un control exhaustivo de la formación continuada, de forma muy rigurosa y seria, como demuestran los convenios firmados con importantes organizaciones internacionales. Si a eso añadimos que la LOPS establece como un criterio para la carrera profesional la valoración de la formación continuada, como obligatoria, creo que el proceso de la formación continuada vive su mejor momento. Tenía que ser así, porque el seguir formándose o no, no puede quedar al albur y a la decisión personal de cada uno.
¿Qué balance hace de SEAFORMEC?
Debemos seguir todos de la mano como estamos yendo ahora. Hace casi tres años que se firmó el convenio y SEAFORMEC está teniendo una solicitud enorme de acreditación de cursos. Sólo este año, ya van cercade 200 solicitudes de cursos de formación continuada, acreditados ya por la comisión correspondiente. El hacerlo como se está haciendo, con seriedad y con mucha rigidez en la aplicación de los criterios, es lo que permite el éxito de este organismo, para que siga adelante y cada vez con más fuerza. Espero que en las demás profesiones, ocurra lo mismo.
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