GUILLERMO SIERRA: Presidente del Consejo General de Colegios de Médicos

Por M. Puertas

“La colegiación es un beneficio para los pacientes, no un privilegio de las organizaciones”

El presidente de la OMC critica el desfase entre el alto nivel de los profesionales y el trato que reciben de la Administración

Tras las versiones de la ministra y el consejero de Sanidad, recogemos en Salamanca Médica las opiniones de Guillermo Sierra, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, que ofrece la visión de un hombre íntegro, comprometido al máximo en la defensa de la profesión y contrario a cualquier tipo de medalla por su gestión al frente de la OMC. Sin tapujos y con las ideas muy claras, Sierra aborda las principales preocupaciones del sector. Critica el desfase entre el alto nivel profesional del médico español y el deficiente trato que reciben de la Administración. Defiende la colegiación como compromiso con la sociedad para garantizar la adecuada atención sanitaria y advierte de las promesas sanitarias –casi nunca cumplidas- que se oirán en boca de los políticos en los próximos meses.

Empecemos por su paso por Salamanca. ¿Cómo recuerda aquella etapa?

Estuve allí un año, en 1978, y la verdad es que los recuerdos de la ciudad y de las personas son extraordinarios. Era un momento muy importante, cuando se empezaba a hacer funcionar un Servicio de Traumatología y me encontré con gente joven con muchas ganas, con mucha ilusión y con un equipo de Enfermería también muy bueno. Eso facilitó mucho el trabajo.

Entrando en materia. Acaba de concluir un año de importantes novedades para el médico: puesta en marcha de procesos de consolidación, leyes nuevas… ¿Cómo se presenta 2004?

En el primer trimestre vamos a oír un gran cúmulo de promesas. La mayoría de ellas novan a ser cumplidas como ha pasado en otras ocasiones. La sanidad volverá a tomar protagonismo para ser olvidada dentro de poco tiempo, porque lo que es habitual en elecciones es que se saque del baúl de los recuerdos la sanidad, que se hagan promesas que luego no se cumplen y que nuestros representantes políticos lean, porque no aprenden, las demandas de la sociedad.

Dada la proximidad de la cita electoral, ¿qué debería incluir un buen programa político para los médicos?

Hemos hecho una serie de propuestas. En primer lugar, creemos importante que exista un foro profesional en el que los temas profesionales se debatan fuera de las mesas sectoriales laborales. Son muy importantes los temas laborales para el médico, pero también es muy importante para la sociedad un debate de profesionales y administradores sobre los temas profesionales que van a repercutir en beneficio de la sociedad. En segundo lugar, pedimos que se desarrolle la recién aprobada Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), para que no sea una ley que quede ahí como un cúmulo de buenas intenciones. Por otra parte, a ver si ya de una vez por todas se aborda el tema de la colegiación, entendiendo que la colegiación es un beneficio para los pacientes, no un privilegio de las organizaciones, porque es bueno que el médico tenga un control de la ética, en beneficio de los pacientes, y eso sólo se va a poder hacer a través de unos colegios profesionales, que si no existieran habría que inventarlos, como en toda democracia existen las organizaciones intermedias, entre el Estado y la sociedad. Precisamente son los gobiernos totalitarios los que hacen desaparecer las organizaciones intermedias.

En este sentido, ¿qué reto tienen los Colegios de Médicos con la sociedad?

Seguimos apostando por el profesionalismo, por profesionales cada vez mejor formados, más competentes, con un comportamiento ético cada vez más exigente y por un compromiso social. Somos una profesión donde eminentemente hay un componente vocacional, pero también un componente de servicio. Eso no lo podemos ni lo vamos a olvidar nunca, y precisamente ese componente de servicio nos exige una complicidad con los ciudadanos, un compromiso social. Cada vez tenemos que ir potenciando y ganando más la confianza de esa sociedad, porque ella es la razón de ser de la profesión.

Colegiación, foro profesional, desarrollo de la LOPS… ¿qué otras medidas deberían incluir un buen programa político?

La limitación o baremos de los procesos adversos. Se deberían marcar unos límites y una baremación de daños para que cuando un ciudadano sufre un proceso adverso, las compañías de seguros conozcan cuál es la cantidad que tienen que asumir y evitar que esto sea una espiral y lleguemos a un punto en el que las compañías no aseguren a los médicos y entonces o se disparen las pólizas o se queden sin cobertura.

En estos momentos, ¿usted cree que el nivel profesional del médico español es parejo a las condiciones laborales?

No. Es muy superior la cualificación de los médicos a lo que reciben económicamente. El médico está muy mal pagado, de acuerdo a sus responsabilidades y conocimientos. Ocupamos el último lugar de Europa en retribuciones y somos de los países que menos destina a la sanidad. Esta situación no se puede mantener. Los profesionales de la medicina de un país que ocupa los primeros lugares en calidad, no pueden ser retribuidos en último lugar, no, y tampoco ser retribuidos en desacuerdo con sus responsabilidades y sus conocimientos. Esta situación puede llevar a un grado de desmotivación importante y puede repercutir en la calidad asistencial. Lo peor de todo, lo que pasa siempre, es que los políticos son aves de paso y nadie les responsabiliza después.

Al margen de los sueldos, ¿cómo están el resto de condiciones?

Un país donde existen contratos basura, donde hay precariedad laboral, donde las consultas médicas están masificadas, donde no se está respetando la ley de los pacientes, yo creo que no es el mejor escenario para hablar de condiciones idóneas. A pesar de esto, gracias a la profesionalidad y al alto nivel de autoexigencia de los médicos, se está dando un buen servicio sanitario, pero no por lo que nos ayudan.

Se desprende de sus palabras que el médico español no vive tan bien como parece.

No. Nada más hay que ver los sueldos. Me gustaría ver en otras profesiones, si se dedicasen las horas que los médicos, cuánto se retribuiría. No sólo son las nóminas, sino que, en un país mercantil y capitalista, somos la única profesión socializada y estamos pagando las consecuencias.

¿Qué se está haciendo desde la OMC para cambiar esa situación?

Intentar a toda costa sensibilizar a nuestros representantes políticos de los problemas, concienciar a la sociedad de cuál es la situación y dar las gracias a los médicos por su nivel de profesionalidad.

¿Qué valoración hace de las leyes aprobadas por Sanidad en el último año?

Para nosotros ha sido muy positiva y tengo que agradecer a la ministra el haber abordado la LOPS, que va a ser una buena herramienta de futuro para mejorar esas condiciones. El escenario actual, si sabemos hacerlo bien y los que vengan en un futuro entienden y abordan la LOPS como se ha planteado, se puede mejorar. Soy optimista.

En cuanto al Estatuto Marco, ¿qué opina?

El Estatuto Marco ha sido negociado por los sindicatos. A la comisión de vocales de la OMC no le parece el estatuto más oportuno. Seguimos insistiendo en que el médico debe tener un estatuto específico, ya que específicas son sus responsabilidades y conocimientos. ¿Qué esto pueda conseguirse en un futuro? Pudiera ser, pero lo que ha salido ahora pensamos que podría haber salido mucho mejor.

 “Las voces en contra de la colegiación son un salpullido que ya pasó a la historia”

Respecto a la carrera profesional.

No nos parece correcto que una carrera profesional sea a nivel de centros. Cuando un centro de trabajo o una Autonomía marca su propia carrera, eso no es más que promoción interna. Nosotros hablamos de carrera profesional no sólo a nivel estatal, sino incluso a nivel de la UE, donde un médico pone encima de la mesa su esfuerzo, sus conocimientos, su bagaje, sus estudios, sus publicaciones, etc., y una comisión determina el nivel de ese profesional. Lo otro es más promoción interna que carrera profesional.

Pasando al plano colegial, ¿qué logros destacaría de su gestión al frente de la OMC?

No soy la persona que lo tiene que decir. Son muy poquitos, porque soy bastante rígido y creo que siempre se puede conseguir más. Si no conseguimos que los profesionales estén mejor, más motivados, más satisfechos, mejor retribuidos… También hay que buscar que la sociedad esté mejor atendida. Es la gran labor que tenemos. El gran reto que tenemos es la complicidad con los ciudadanos. En ese camino estamos. Lo hecho para mí siempre es poco.

¿Cuál es la importancia de mantener la OMC tras el traspaso de las competencias?

La profesión es solo una. Así como podemos entender que las condiciones laborales pueden variar de una Autonomía a otra, la profesión no varía. El buen médico, de compromiso social, comprometido con los pacientes, responsable, autoexigente, de comportamiento ético, tiene que ser igual de una Autonomía a otra, de un Estado a otro de Europa, y, por lo tanto, el Consejo General seguirá siendo tanto o más imprescindible, porque ahora se corre el riesgo de hacer 17 o 19 profesiones sanitarias y eso sería una monstruosidad. Para armonizar que la profesión sea igual para los ciudadanos, es necesario una organización estatal que marque los parámetros de la profesión.

En este sentido, ¿qué les dice a aquellas voces que se oponen a la colegiación?

Es un salpullido que ya pasó a la historia. Se intentó en su momento utilizar la colegiación para dar sensación de modernistas y progresistas y yo creo que es un discurso del siglo XIX y lo único que demuestran son unos planteamientos un poco cavernícolas, ya que de lo que estamos hablando precisamente es de lo contrario, que la colegiación mantenga unos comportamientos éticos en beneficio de la sociedad y yo creo que todo lo que beneficie a la sociedad es progresismo, y todo aquello que sea cercenar, disminuir o querer hacer depender la calidad de la asistencia sanitaria de criterios económicos, creo que no se entiende en el siglo XXI. Igual que tampoco se entiende que gente que se llame liberal permita que esté socializada una parcela. Si somos liberales, tenemos que serlo para todo. Entonces, que me expliquen por qué se habla de liberalismo para el tema de la colegiación y no se hablade liberalismo para el tema de la asistencia sanitaria, por ejemplo. Soy un gran defensor del sector público, pero creo que el pagador, en este caso la Administración, no debe serla que marque los comportamientos éticos ni los parámetros de ética. La ética exige que los profesionales sean independientes del poder y del capital y esa independencia de los médicos es un derecho de los ciudadanos, más que un privilegio del médico.

¿Cómo está funcionando la Fundación para la Formación de la OMC?

Muy bien. Se están llevando muchos proyectos adelante y las expectativas han sido superadas. Hay un dato, cada vez son más los grupos, organizaciones, otras fundaciones, etc. que quieren colaborar con nosotros. Significa que está dando buenos resultados.

¿Cómo se encuentra el proyecto de la Escuela de MIR?

Sigue en marcha. El primer paso ha sido darlo a conocer y el segundo es ver qué respuesta hay por parte de los Colegios para saber si les interesa hacerlo. Si el número de Colegios es el adecuado, lo haremos.

Antes se refería a los resultados adversos en el ejercicio profesional, ¿tiene ahora mismo suficiente cobertura el médico ante estas circunstancias?

Ahora la está teniendo, pero nos da miedo cómo se están desarrollando los acontecimientos porque las compañías de seguros no saben en cuánto tienen que tasar los efectos adversos, y puede llegar un momento que las compañías abandonen el sector sanitario. Se pueden quedar sin cobertura no sólo el médico, sino también la propia sociedad. Habría que buscar el punto medio, el equilibrio, para que se indemnice al ciudadano de la forma correcta, pero que no se judicialice la profesión médica, porque a la larga esa judicialización a la única que va a perjudicar va a ser a la propia sociedad.

¿Y frente a las agresiones cómo está cubierto el médico?

Ha habido un interés por parte de muchas personas y por parte de muchas administraciones de desprestigiar al médico como pasó en Inglaterra en la época de Margaret Thatcher. Aquí, en cierto modo también ha habido un intento de desprestigio a la profesión médica y ahora se está empezando a pagar, y una de las consecuencias son precisamente las agresiones. Si algunos se han dedicado a desprestigiar al médico, para el ciudadano parece que el culpable de todo es el médico, y de lo que se tiene que dar cuenta el ciudadano es que si hay listas de espera, si hay masificación y una gran burocratización en las consultas no es culpa del médico, sino de la Administración.

¿Cómo están las relaciones con los farmacéuticos, que continúan hablando de la atención farmacéutica?

Son cosas diferentes. Una es la relación con los farmacéuticos y otra la atención farmacéutica. Creo que la relación con los farmacéuticos es y tiene que ser buena. Son dos profesiones necesarias en la atención sanitaria. Otro tema es que se desvirtúen las funciones. Pensamos que en la atención farmacéutica no ha habido un consenso previo y en eso que los farmacéuticos llaman atención farmacéutica se puede entrar en un terreno que puede desvirtuar las funciones de ambas profesiones. Igual que creemos que no es correcto que el médico dispense, porque es prescriptor, también decimos que no tiene porqué prescribir quien sólo dispensa.

En relación a otros problemas. Nos consta que desde el Colegio de Salamanca se está promoviendo un movimiento autonómico para acabar con el agravio comparativo del complemento específico o ‘falsa exclusividad’, ¿qué opina de este tema?

Al profesional hay que pagarle por lo que hace, no por estar y no por fidelidades. Estoy convencido que a la mayoría de los médicos nos gustaría ir sólo a un sitio de trabajo. Eso sería lo ideal, pero para eso tendríamos que estar bien retribuidos, pero tal y como estamos retribuidos, los médicos tenemos que ganarnos el sueldo trabajando en otros sitios. Estoy convencido de que si la Administración pagara de acuerdo con las responsabilidades y con los conocimientos, el médico no trabajaría más que en un sitio. Ahora bien, el que estando las mismas horas y haciendo el mismo trabajo, solamente por fidelidad a un sistema, se pague más, no lo entendemos. Se debe pagar más por más trabajo, por el logro de mayores objetivos, por mayor esfuerzo, etc. Siempre hemos sido contrarios a que se pague igual la horade cafetería que la hora de quirófano o la hora de consulta. El complemento específico hoy día no dice más que porque un señor no va a trabajar a otro sitio se le paga más y eso no nos parece correcto. Por desgracia se trabaja en varios sitios porque se paga muy mal en el sector público.

En el plano político, ¿qué opinión tiene de la gestión de las ministras de Sanidad que ha conocido en su etapa al frente de la OMC?

He conocido a dos y he tenido la suerte de que las dos sean mujeres, porque en Sanidad la mujer está cobrando un gran protagonismo, por suerte para la propia profesión. Le estoy agradecido a las dos. Tengo que decir que Celia Villalobos tuvo una gran sensibilidad con todas las cosas que pusimos encima de su mesa, es más, ella fue la artífice de un tema del que hoy estamos orgullosos y por el que incluso estamos siendo reconocidos a nivel europeo, como es la encomienda de gestión en los temas de acreditación a través del Ministerio de Sanidad y de Educación.

Con la ministra Ana Pastor igual. Hemos sido escuchados. Se ha sacado adelante una Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y tengo que decir que en cualquier momento del día o de la noche que descolgamos el teléfono para llamarla responde inmediatamente a nuestras llamadas. No así, algunos otros de su Ministerio.

Fruto de esas relaciones, ¿se ve en algún equipo de Gobierno? No, no. Yo el único carné que he tenido en mi vida ha sido el del Racing Club de Fútbol y hoy por hoy no tengo ningún carné político. Soy independiente y posiblemente esa independencia sería difícil de encuadrar en un partido político, donde hay que ser sumiso en muchos temas y a mí en los temas personales no me importa serlo, pero creo que en los temas de representación y de profesión no se puede ser sumiso, hay que ser reivindicativo.

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