¡ESPAAAAAAAAÑA! ¿Es Del Bosque español?

Por Germán Payo Losa

Director de Educahumor

“Sólo hemos ganado un mundial” -oí a Vicente del Bosque, entrenador de la Selección española campeona del mundial 2010 de fútbol en Sudáfrica (lo digo para los lectores de Marte) desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca, al saludar a la gente, en una Plaza Mayor llena de banderas, parte de la marea roja y gualda que se había extendido por casi todo el país al grito de: ¡Espaaaaaaaaaaña!

Unos meses antes en la radio, un padre de la zona de Levante, contaba que, entre los amigos de su hijo de 9 años, había la moda de camisetas con pequeñas banderas de países diversos. Compró a su hijo una con la bandera de España. El niño volvió a casa llorando. Los niños le habían llamado facha.

Esta bandera pulsa en los mayores recuerdos y valores de un pasado, o añorado, o afortunadamente pasado, indiferencia o rechazo. Para los más jóvenes, es el orgullo de nuestra selección, tan sentido, como si todos nosotros fuésemos Iniesta o Casillas.

“Sois un país desarrollado, con problemas, como todos, pero entre vosotros estáis a navajazos, sembrando rencor y desencuentro”, me comentaba una sudamericana. “¿Por qué será? El cardo siempre chillando y la flor siempre callá” (Lole y Manuel)

He vivido varios años en Madrid. Eso me da una perspectiva al vivir en Salamanca. Disfruto más. Tras varios años fuera de España y aprecio ciertas cosas. ¿Qué veo yo?

Una sociedad que ha alcanzado, y lucha por mejorar, cotas de libertad, respeto y convivencia, con importantes inversiones en ancianos, y desfavorecidos, que no condena a nadie por ser o no católico, de otra raza u orientación sexual.

Una gente amable, solidaria, alegre, acogedora; gente harta de ver y oír a tantos que vomitan “la Berdad” continuamente, o venden basura personal. Del Bosque ha supuesto una brisa de aire fresco, sensatez, modestia y sentido común, transmitido a sus jugadores, ojo, junto con un saber hacer bien su trabajo, que ha hecho sentirnos orgullosos. Este hombre, ha dado una imagen mundial. Los españoles somos así también. Escomo una punta del iceberg de millones de personas como él, que trabajan para que esta sociedad progrese.

No sé si baila flamenco, le gustan los toros o toca la guitarra, pero no parece español. Leí que está adornado de todas las virtudes que se pagan millones por adquirir en las más prestigiosas universidades anglosajonas. Y la relación con su hijo Álvaro, con síndrome de Down, ha logrado emocionarnos a todos. Esa humanidad es también visible en la aplicación humana de normas y leyes. Esto me encanta, y lo he visto en este país. A veces, fuera, no.

La bandera nos protege -los secuestrados lo han vivido-, y, además, representa una gente que sabe hacer fiesta y tiene un humor genial, en chirigotas, fallas o prensa diaria, con el que disfruto de vivir aquí. “Hay que hacer la huelga general ya. Si no, luego ganamos el mundial y con la euforia a la gente se le pasa la idea” – oí decir. “Venimos de una conferencia sobre la corrupción. Nos ha decepcionado. Ya sabíamos que hay. Queríamos aprender trucos para que no te pillen”.

Un país que se ríe de sí mismo y que desnuda con humor a todos los poderes. “Nuestro nivel de vida es incompatible con nuestro nivel de codicia”, El Roto, costumbres y tradiciones. “Jamás hubiera sospechado que el camino de Santiago tuviera un ramal neozelandés”. “Es que los madrileños creéis que lo sabéis todo”, Forges.

Eso sí, tenemos el caos, que dicen es un mecanismo de defensa. Si no lo tuviéramos, nos invadiría todo el mundo. Y la chapuza que, aunque a veces nos enfade –abren la misma calle cinco veces-, otras nos alegran, como cuando el atracador del supermercado se lleva la báscula de pesar fruta, en lugar de la caja registradora con el dinero. Pensamos que es típica española. En Estados Unidos pasé un año llamando al departamento de inmigración: “Le atendemos de 9 a cinco de lunes a viernes”, respondía una grabación fuera de ese horario. Entre esas horas siempre comunicaba. Y podría poner ejemplos semejantes en Francia, Alemania, Dinamarca. Algunos trenes de metro en Copenhague no llevan conductor. ¡Qué progreso! Llegué a mi destino y la puerta no abría. ¿Nos copian?

“Mira a ver si lo enchufas pa funcionario, que si no va a tener que trabajar toda su vida” le pidieron a un alto cargo, hace años. He participado en una jornada de calidad del Ayuntamiento, y he visto el esfuerzo continuo en mejorar los servicios al ciudadano, patente en las encuestas de satisfacción. Trabajo callado, inteligente y eficaz: Del Bosque.

Telefoneo a un centro oficial: “Ha llamado al… Le atenderemos en breves momentos…” Y cuelga, automáticamente. ¡Menos mal! Un poco de caos me tranquiliza. Estoy aún en ¡Espaaaaaaaaaaña!

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