Por Germán Payo Losa
Director de Educahumor
Dicen que un psicólogo es aquel que cuando está en un bar y entra una mujer despampanante, que atrae todas las miradas, se fija en las caras y las expresiones de los clientes. Estamos viviendo, queramos o no, un acontecimiento mundial: el campeonato de fútbol en Qatar y podemos seguirlo a través de las reacciones que suscita.
Si buscas lo divertido en medio de este torbellino de información, te encuentras, junto a aspectos serios, un toque de humor, con algunos memes increíblemente certeros.
Antes del partido España-Marruecos. Diálogo entre nuestro presidente y el rey de Marruecos:
—Mohamed, soy yo. Que gane el mejor.
—Siete mil ti lanzo a la vaia si ganáis, Pidro.
—Pero si te di el Sáhara y luego lo del gas con Arge…
—Ochi mil.
—Es que Marruecos no es equipo par…
—Novi mil.
—Bueno, España 0-3 Marruecos.
—Grasias, amego Pidro.
Salió el resultado 0-3. Y ves las reacciones de traca, para psicólogo o mecánico aprieta tornillos: gente que echó la culpa a Pedro Sánchez, aliado de filoetarrascomunistasseparatistas, y hasta hay uno, famosete, que proclama, siempre desde la superioridad absoluta, que si critican al entrenador porque es asturianovascocatalanseparatista, como ignorando olímpicamente que cada aficionado al fútbol tiene su punto de vista distinto al de los otros, el derecho a criticar y el derecho a berrear si estás en el estadio y a vomitar tu cólera y frustración. “Vamos a eso. Te quedas como nuevo tras un partido”, me confesaba alguien a quien preguntaba cómo se portaban tan a lo bestia en el estadio personas pacíficas y sensatas en la vida real.
No ha estado el rey en este partido. Tendría que haber ido allí a ver si los animaba en la derrota. Pobres. Lágrimas españolas. Una pasta gansísima que dejan de ingresar. Las penas con dinero son menos.
Después de ser eliminados. Ahora están cenando en la selección. Morata pide que le pasen la sal. Pedri se la da a Rodri, éste a Alba, Alba a Pedri y éste a Gavi, que le da la sal a Rodri, se la pasa a Ferrán, que la devuelve a Pedri. Total, Morata se toma la sopa sosa y fría.
Reconozco que hace años, muchísimos, que no aguanto un partido. Cuando empiezan con el tiki taka, me pongo de los nervios. Parecen tener licencia para aburrir. ¿No entenderán que matan todo el interés y se declaran totalmente inútiles para hacer otra cosa, como atacar y tratar de meter goles? Sé que eso de la furia española es algo antiguo en fútbol, pero no quiero ni aburrirme ni sufrir.
Tras el fallo de nuestra tanda de penaltis, apareció este deseo en un meme:
Van a fusilar a un hombre. “¿Su última voluntad?”, le preguntan.
“Que disparen los de la selección”, responde.
Manda la pasta. Boicot a un país que no respeta los derechos humanos. Corrupción y acusaciones a la vicepresidenta del Parlamento Europeo y a muchos directivos. Blanqueamos un país donde no se respetan los derechos humanos si apoyamos este mundial; han lanzado muchas voces, y con gente famosa apoyando esa postura y negándose a participar en los festejos, a pesar de haber sido invitada. Qatar tiene pasta. Hace lo que quiere. Han multado en Inglaterra a una multinacional de minería a pagar 313 millones de euros por siete casos de soborno, relacionados con sus operaciones petroleras en el continente africano. La compañía ganó 21.300 millones en 2021, un 83% más que en 2020. Comparando las ganancias y la multa, parece algo irrisorio. ¿Ha habido corrupción para conseguir la sede? Recuerdo al constructor gallego al que el juez le pregunta: “¿Reconoce usted haber pagado sobornos para obtener contratos?”. A lo que responde: “Sí. ¿Y cómo cree usted que se obtienen los contratos?”. El juez quedó atónito. No lo sabía. ¿Y aquí? Yo tampoco lo sé.
De todos modos, esto no sucede sólo en el fútbol. Cuando el hombre más rico dice que compra Twitter para salvar al mundo y reabre la cuenta a Trump, es para pensar y ponerse a temblar. Empieza echando gente y proponiendo pagar por una cuenta. Ganar más pasta es el lema.
Chulería. A mí me encantaron los que iban de chulos proclamando que Holanda tiene un equipo mucho mejor que Croacia. Vamos, es que ni comparación. Y recibieron zurra. También recordaba en una final: “El Bayern es el Bayern, pero el Barcelona es el mejor equipo del mundo”. 2-9 encajaron. No sé si lo echaron por esa profecía o porque tocaba. Los profetas de la superioridad me encantan, sobre todo cuando acaban así.
Los problemas, con fútbol, son menos. Hay guerra, crisis energética, el planeta está con gripe… y todo el mundo hablando del fútbol. En la guerra del Líbano, recuerdo ver una foto de los soldados al lado de un tanque escuchando un partido del fútbol. Había alto al fuego pactado para esos momentos. También niños jugando al fútbol, al lado de los soldados. Mientras hay fútbol, no se matan. ¿No podría ser una sesión continua?
Distraído el personal, el Gobierno, aprovechando que la atención está en Qatar, aprueba un montón de leyes por vía de urgencia. Mira qué coincidencia. Las razones de la urgencia no se las creen ni ellos. Pero ¿y si nos cuentan la verdad? ¡Venga ya! Por ahora, cuela eso de repetir una mentira tantas veces como sea necesario hasta que se convierta en verdad. Tienen buen humor.
¡Ay, qué pena, qué pena! Ver a nuestros ídolos de rodillas en el césped, llorando inconsolablemente, nos lanza dos imágenes: los ricos también lloran y en el fútbol hay que estar preparados para las derrotas con deportividad, entereza y buena cara.
Nuestra cultura ensalza a los triunfadores. Pero de 32 equipos, se tendría que enseñar a perder con deportividad a 31, que son los que utilizarían esas enseñanzas. Lecciones de humildad, como la de nuestro entrenador, asumiendo él toda la responsabilidad y no dimitiendo. El capitán del barco es el responsable siempre. Noble gesto que algunos apreciamos.
Y la mezcla de culturas es curiosa: los hinchas de Japón, al acabar el partido, limpian toda la zona que ellos han ocupado. Aprenden desde niños, en la escuela, que han de dejar limpios los espacios que ocupan. Tras un grupo de policías montados a caballo en Doha, desfila otro grupo de mejicanos con un caballito de carnaval, sus gorros inmensos y un trote animado.
Y de esta tierra: el mundial de Qatar va a ser mi tercer mundial en la facultad, escribe un buen estudiante.
Eso sí, como cronista del mundial, no tengo precio.
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