Más recursos y mejor distribuidos y, sobre todo, mayor respeto hacia la profesión médica, amenazada por el intrusismo, las pseudoterapias y la precariedad laboral, por no hablar de decisiones “erróneas” de la Administración para paliar la falta de médicos. Así resume en esta entrevista las necesidades y los problemas actuales del sistema sanitario el doctor Santiago Santa Cruz, una realidad que intenta mejorar desde el Colegio de Médicos de Salamanca, pero también desde “ese milagro”, como él lo llama, en el que trabaja cada día: los implantes cocleares. Una revolución en el mundo de la Medicina que devuelve la posibilidad de escuchar a personas con sordera profunda, niños o mayores; ciertamente un milagro en una época donde lo que nos falta es precisamente eso: escuchar, dialogar y pactar.
Va a cumplir dos años al frente del Colegio de Médicos, y la primera pregunta es obligada: ¿qué balance hace de este periodo y cuáles son sus nuevos retos?
El balance es positivo. Respecto a los compromisos que nos planteábamos al inicio, ya hemos cumplido algunos de ellos. Hicimos el nuevo salón de actos, que era necesario, tanto por el obsoleto sistema de ventilación y aire acondicionado que existía como por las butacas, y también para darle mejor visibilidad. Próximamente, también realizaremos obras en los despachos y en la escalera de acceso. En cuanto a las infraestructuras, estamos contentos, al igual que con el funcionamiento del servicio de cafetería, porque favorece la confraternidad entre colegiados y permite disfrutar de un espacio de tertulia, albergar muestras de pintura, comidas de hermandad… También han tenido mucho éxito los programas de lectura para niños los fines de semana. En otro orden de cosas, uno de nuestros objetivos es mejorar las relaciones institucionales, que no eran malas, aunque había algunas facetas en las que queríamos trabajar. Respecto a Sacyl, queríamos avanzar en la relación con las gerencias de Primaria y Hospital para intentar hacer labores conjuntamente. Con elequipo directivo de Primaria, la realación ha ido muy bien desde el primer momento, y eso nos ha ayudado a solucionar algunos problemas, porque hay muchos y van a llegar más. La dos partes hemos colaborado para ir buscando soluciones, y esto es algo muy positivo.
Una relación, además, lógica…
Sí, porque al Colegio llegan muchas preocupaciones que nosotros trasladamos a la Gerencia y así podemos darles una solución más o menos acorde. En cuanto a la dirección del hospital, ahí estábamos un poquito más ‘abandonados’, porque la anterior gerente no estuvo abierta a encuentros. Con el nuevo responsable hemos mantenido una entrevista, y vamos a trabajar de manera conjunta en formación para los profesionales del hospital y también en campañas sobre distintos aspectos de índole sanitaria. Desde el punto de vista institucional, hemos mantenido reuniones tanto con el anterior alcalde como con el actual y también con el presidente de la Diputación, porque pretendemos que el Colegio se implique en sus planes de salud pública. Además, queremos aumentar la relación con las asociaciones de pacientes, porque desempeñan un papel importantísimo. Ahora se les prestan las instalaciones del Colegio, se les ofrece apoyo, se ponen a su disposición profesionales, e incluso los financiamos, y queremos mejorar esta colaboración.
Tanto en su discurso de toma de posesión como en otras comparecencias públicas, usted habla de un Colegio por y para los médicos y de una clara razón de ser: los pacientes. ¿Cómo se puede avanzar en este sentido para que todos los médicos sientan que éste es su Colegio?
Este es uno de los aspectos que más nos preocupan, y aquí tenemos todavía mucha labor que hacer, sobre todo con los médicos más jóvenes, porque no conseguimos que conozcan y utilicen todos los servicios que presta el Colegio. Parece mentira, y eso que nos dedicamos cada año a proporcionar toda la informacióna los nuevos MIR en el acto de bienvenida y a través de la web y de los boletines informativos, pero todavía sorprende que haya médicos que no saben que tenemos unas prestaciones desde hace mucho tiempo, mientras ellos las están costeando por su cuenta; desde servicios jurídicos hasta la financiación de pósteres o comunicaciones para congresos. De hecho, también nos comprometimos a crear una aplicación móvil para que tengan más a mano toda la información y los servicios que ofrecemos y puedan realizar varios trámites.
Aunque fue el primer médico de la familia, este burgalés tuvo una vocación temprana, y su desarrollo profesional le ha dado la razón. Casado, también con una burgalesa, con tres hijos, una también médica, vive ahora con pasión “el milagro” de los implantes cocleares como jefe de la Unidad de Otología del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Salamanca. Lo tuvo claro desde el principio, porque ya cuando estudiaba Medicina en Salamanca (graduado en 1989 y doctorado en Medicina y Cirugía en 1996) le apasionó la asignatura de ‘Otorrino’ y la motivación que entonces le ofreció el profesor Agustín del Cañizo Fernández-Roldán, del mismo modo que otros maestros de referencia, como Juan Antonio González González y Sisinio de Castro, durante la formación de la licenciatura y en el Servicio de ORL del Hospital Clínico durante la especialización. Su sobresaliente posición en el MIR le permitió elegir la especiailidad en el Hospital Clínico, donde, a pesar de sufrir un año de paro, volvió para aligerar las listas de espera quirúrgica contratado por el entonces Insalud. Cuando quedó una vacante, logró imponerse a otros 70 candidatos, y desde entonces su dedicación a los implantes cocleares ha sido una constante.
Su saber hacer está avalado también por varias estancias en el extranjero, desde Los Angeles (USA), donde destaca las aportaciones de los los profesores De la Cruz y Brackmann, hasta Manhattan (USA), con el profesor Thomas Roland; Piacenza (Italia), con el profesor Mario Sanna, y Dresden (Alemania), con el profesor Thomas Zahnert, “todos ellos grandes especialistas en implantes cocleares y neurinomas del acústico”. Su labor asistencial diaria se complementa con varios proyectos de investigación y ensayos clínicos para la mejora de estos pacientes.
En esta labor de defensa de los médicos, hay amenazas frente a las que usted es especialmente beligerante: el intrusismo y las pseudoterapias. ¿Se ha producido algún avance en este terreno?
Hemos desarrollado varias actuaciones, por ejemplo con algunas ópticas que realizaban retinografías, cuando no está claro que puedan hacer esta prueba, y menos interpretarla, ya que el ámbito diagnóstico es del oftalmólogo. También en la Medicina estética y plástica, un campo todavía nebuloso donde hay profesionales que se aprovechan de una regulación que aún no está clara, incluso en centros de depilación láser. El láser es un procedimiento quirúrgico no exento de complicaciones, y es necesario que haya un médico por si se producen quemaduras u otro tipo de complicaciones, como también es necesario que se advierta al usuario de que el procedimiento puede ser incompatible con ciertas patologías y determinados medicamentos. Observamos que muchos de estos centros no disponen de médico, o acude una vez al mes o cuando se le llama. También nos han solicitado algunas conferencias sobre pseudoterapias, pero este Colegio las niega todas.
El Ministerio de Sanidad sí parece que dio un paso importante con su Plan Nacional contra las Pseudoterapias…
Ha sido una buena medida, pero es una ley que no recoge sanciones, y lo que no se sanciona… Han establecido una serie de campañas informativas, lo que está muy bien, pero los colegios exigimos que haya actuaciones sancionadoras. No se puede permitir que estos falsos médicos o pseudoterapeutas estén tratando enfermedades graves, como el cáncer, por ejemplo, con soluciones a base de lejía. Nosotros seguiremos trabajando desde este Colegio y desde la OMC, donde existe un Observatorio especíco contra las pseudoterapias, para intentar que la Administración regule y garantice los derechos de los ciudadanos.
“Es increíble que no exista un registro fiable del número de médicos que trabajan en el SNS”
Una amenaza más grave aún es la precariedad laboral y la falta de médicos. Esta preocupación dio lugar a un exhaustivo estudio por parte del Colegio en el que se revelan datos inquietantes, como que la mitad de los médicos de Urgencias no tiene contrato estable o que 7 de cada 10 médicos superan los 55 años en la mayoría de los centros de salud. Y la OMC lleva años diciéndolo. ¿En qué punto estamos? ¿Qué piden de forma más urgente a las administraciones?
Por parte del Ministerio, ya sabemos que en la próxima convocatoria MIR habrá un incremento de plazas, sobre todo en Medicina de Familia, para intentar hacer frente a un problema ante el que se han dormido en los laureles. Ha habido una gran dejación de funciones tanto del Ministerio como de las CCAA. Es increíble que, por parte de la administración, no existan registros fiables del número de médicos especialistas que están trabajando en el sistema de salud, y si no lo saben, mal van a planificar. Hasta hace diez años ha habido médicos de sobra, pero se han ‘dormido’ y ahora no tenemos médicos suficientes para cubrir todos los puestos libres ni los que van a venir por las jubilaciones. El problema es que, aunque aumenten las plazas MIR, un médico especialista no se forma hasta pasados cuatro o cinco años, ¿y qué se está haciendo? En mi criterio, decisiones muy erróneas. Por ejemplo, y sin entrar en conflictos de intereses con otras profesiones, no se pueden dar competencias médicas a personal de Enfermería, eso es un engaño para el paciente. No puede ser que cuando no hay repuesto para una plaza, los pacientes sean atendidos por personal de Enfermería, muy competente dentro de su ámbito, pero el diagnóstico y el tratamiento son exclusivos del médico. Otra medida que tampoco compartimos es la llegada de médicos extracomunitarios sin título homologado. Yo pertenezco a la comisión de convalidación de tí-tulos del Ministerio de Sanida, donde llegan todos los que quieren convalidar, y es curiosa la cantidad de médicos que están trabajando en el sistema público y privado sin homologación; están ‘ilegales’, pero están trabajando.
Son ‘parches’: “Como no tengo médicos, voy cogiendo de aquí y de allá”…
Los gerentes, en este sentido, no están actuando de acuerdo a la ley, lo que quizá sería hasta denunciable por prevaricación, porque están incumpliendo los requisitos para que estos médicos puedan trabajar. En el sistema público no puede trabajar ningún médico que no sea especialista….
Al parecer, también se está contratando a médicos que no han acabado la especialidad…
Sí, pero en este aspecto los colegios profesionales somos más benévolos. Es decir, si ahora tenemos un problema de plazas asistenciales –sobre todo en Primaria– sin atender por un médico especialista, como dice la ley, al menos que las atienda un médico del que conocemos su formación.
¿Un MIR de cuarto año?
O un médico en paro. Porque hay que saber que no todos los egresados consiguen plazas para hacer el MIR, por lo que ya se está creando una bolsa de médicos no especialistas en paro y que encima no tienen acceso al sistema sanitario público, no pueden trabajar. Por eso, defendemos su contratación en circunstancias muy concretas, muy determinadas y bajo control, pero sin crear la figura del MESTO, y que eso luego se perpetúe.
¿Estamos a tiempo de solucionar este grave problemas? ¿Qué tenemos que hacer? ¿Se puede mantener un médico en un pueblo con 100 cartillas o es necesario reorganizar los recursos?
Claramente. De hecho, cuando presentamos el estudio demográfico ante las Cortes de Castilla y León, la conclusión final fue que senecesita un pacto sanitario para reorganizar la Atención Primaria, sobre todo en el ámbito rural, en el que participen todos los partidos políticos y se impliquen para aportar una solución, contando también con todos los sindicatos, asociaciones de pacientes y colegios profesionales. Se trata de pactar entre todos de qué manera se reestructura un sistema que se creó en una etapa anterior, donde las poblaciones rurales, el nivel de la Medicina y los equipos asistenciales eran de una manera y ahora han cambiado totalmente. ¿De qué sirve tener consultorios si no tenemos un médico y los medios necesarios para poder atender a los pacientes?
Se necesitará también una campaña de concienciación social y de educación para decirle a la población que es mejor desplazarse 30 kilómetros a un centro de salud equipado con médico, enfermera, ecógrafo, etc. que recibir atención en tu pueblo para que el médico te acabe derivando…
O te haga las recetas, porque es básicamente lo que se está haciendo. Y encima de que tenemos pocos, estos médicos rurales tienen que dedicar el 30, el 40 y hasta el 50% de su jornada laboral a trasladarse de un sitio a otro, en lugar de atender a pacientes. Esto no puede ser; los médicos están para atender, no para estar en la carretera…
Pero políticamente esto se utiliza un día sí y otro también. De hecho, la consejera de Sanidad ya ha dado el primer aviso y el PSOE le ha contestado que con estas medidas quieren acabar con los pueblos…
Exacto. Por eso hace falta un pacto en el que nadie se quiera poner la medalla, sino en el que todos, de una manera sensata, piensen cómo podemos dar mejores servicios sanitarios a los ciudadanos.
En ese informe también se habla de una progresiva feminización de la profesión, lo que sin duda es algo bueno, pero debe ser tenido en cuenta. Explique por qué para que se acaben los malos entendidos, porque ese análisis fue malinterpretado en algunos ámbitos.
El hecho de que la presencia de la mujer sea dominante tanto en las facultades de Medicina como en las nuevas generaciones de médicos, sobre todo en algunas especialidades, es una realidad que no supone ningún cambio a nivel de competencias, por supuesto, pero que sí introduce algunas variables a tener en cuenta a la hora de organizar los recursos humanos y dotar de más plazas aquellos servicios o unidades que estén más feminizados. En ciertos servicios donde la mayoría de la plantilla está formada por mujeres hay que contemplar las bajas por maternidad, además de las bajas habituales; de hecho, lo estamos observando ya en el hospital en algunos casos. Por ejemplo, en el servicio de Anestesia, que ya de por sí es precario y necesita más personal; en cuanto hay una baja de larga duración por embarazo, hay que suspender quirófanos.
Situación distinta se da en los órganos directivos, por ejemplo en los colegios, donde sólo seis de los 52 provinciales están presididos por mujeres. En Salamana, la junta directiva tiene cinco mujeres y diez hombres. ¿Tendremos pronto una mujer presidenta?
El día que alguna mujer se presente, porque no existe ninguna cortapisa. A las elecciones se pueden presentar todos los colegiados, no hacen falta avales; pero ¿qué problema estamos viendo? Yo puedo decir que, cuando conformo mi junta directiva, tengo muchos más rechazos de compañeras médicas que de médicos, muchas veces por el ámbito familiar. En la labor colegial es necesario implicarse fuera de horario laboral, y hoy en día la carga familiar todavía recae en mayor medida en las mujeres, algo que ocurre tanto a nivel de este colegio como en el conjunto de la OMC. En el Consejo General ya hay una mujer, que es la vicesecretaria; también en la Comisión Deontológica Central hay seis mujeres, cuando antes no había…. Esto se irá normalizando, sobre todo porque la realidad es que cada vez hay más mujeres médicos.
“La Fundación es lo mejor que tenemos y, curiosamente, muchos médicos jóvenes no se adhieren”
Otra clave de sus discursos es la defensa a ultranza de la FPSOMC, que invirtió 12.507.007 euros en ayudas a médicos y sus familias durante 2018, repartidos en un total de 2.646 prestaciones. En Salamanca, 190.000 euros para 40 beneficiarios…. Un lujo. ¿Cree usted que se puede o se debería exportar a otros colegios profesionales?
Totalmente. Creo que es lo mejor que tenemos los colegios de médicos. ¿Qué profesión cuenta con un seguro de estas características, financiado íntegramente por los colegiados y que ofrezca una cobertura tan importante como la que se está dando por el Patronato Social? Esto hay que cuidarlo. Desde que cambió la normativa general de las cuotas colegiales, se estableció que la aportación a FPSOMC no era obligatoria, y aunque el coste de la Fundación es irrisorio y, además, es un seguro solidario, muchos médicos jóvenes no se adhieren al Patronato. En Salamanca, curiosamente, menos del 50%, a pesar de que me he ofrecido a pagar de mi bolsillo la Fundación el primer año; poquísimos se han adherido, prefieren no tener acceso a estas prestaciones a que les salga gratis la aportación el primer año. No lo ven tan cercano…
Otra iniciativa importante ha sido poner en marcha el primer Observatorio de un colegio de médicos para prevenir el alcoholismo entre los jóvenes. ¿Por qué surge esa necesidad? ¿Qué balance hace de estos primeros meses?
Está todavía en sus inicios, y no estamos obteniendo mucha colaboración de las administraciones, a pesar de que sí nos apoyaron en el lanzamiento. Nosotros queremos intervenir en el ámbito escolar y, fundamentalmente, con los padres, que son los que más pueden hacer para controlar el consumo de alcohol en sus hijos. Estamos esperando una reunión con la consejera de Educaciónpara plantearle la necesidad de que pongan medios para acceder a padres y profesores, porque hasta ahora nos han dicho que sí nos apoyan, pero fuera del ámbito escolar. Necesitamos que los directores se impliquen e incluyan nuestras charlas dentro del ámbito formativo del profesorado y de los padres como parte del proyecto educativo. Además, hay precedente, porque la educación sexual ya se ofrece en los colegios.
En noviembre de 2017, usted ya criticaba la ralentización en la construcción del nuevo hospital, pero confiaba en ver su apertura a finales de 2019, como habían prometido tanto el entonces consejero como el gerente regional de Sacyl, Rafael López, que estuvo presente en su toma de posesión. Pero no ha sido así. La población piensa que nos están tomando el pelo… ¿Cómo lo viven los profesionales?
Desde el punto de vista de los profesionales, lo que percibo es un pesimismo y una desazón enormes. Entiendo que ha habido dos problemas importantes en la construcción: una, la crisis económica, que fue muy fuerte, y otra, la normativa de contratación de equipos que cambió a nivel estatal, y esa labor administrativa de concursos ha complicado los procesos. Pero también ha habido una dejación de funciones clara por parte de la Consejería de Sanidad para terminar este hospital. Además, no entiendo la razón por la cual se determinó que debía construirse donde se ha construido; estoy convencido –y muchos profesionales también lo dicen– de que si se hubiese edificado en otro espacio, posiblemente ya estaría terminado hace años. La actual es una zona muy compleja, e incluso ahora, cuando tengan que derribar el Clínico, que está pegando al nuevo hospital, va a ser muy complicado.
Además, no puede ‘crecer’…
Es que yo no sé quién tomo la decisión y con qué estudios, pero semetió en un problema gordísimo, y a medida que se va avanzando, se van viendo más y más retrasos. Hay que recordar que esto nace en un plan director del año 2000, y estamos en el 2020. Un hospital tiene una vida media de 30 o 40 años, y ya hemos ‘nacido’ con un hospital corto, en base a la realidad de aquellos años, sobre todo en quirófanos. Hoy el número de intervenciones quirúrgicas no tiene nada que ver con el de hace 20 años y, sin embargo, vamos a tener el mismo número de quirófanos; que estarán mejor dotados y con mejor tecnología, pero necesitamos más… o más horas. No sé cómo lo van hacer, si van a aumentar las jornadas, si van a implantar jornadas de tarde, en festivos…. Yo en su día transmití al consejero la idea de que hicieran una planta más en el bloque quirúrgico, aunque de momento no la dotaran con equipos, porque es muy costoso; al menos tener el espacio físico para ir dotándolo con los años. Aquella propuesta no cuajo, y si ya nacemos ‘cojos’ y no hemos previsto el futuro…
Nacemos tarde y nacemos mal… Y, además, tenemos que convivir con el hospital actual hasta 2020 o 2021, luego las consultas estarán en el Virgen de la Vega y, posteriormente, el derribo del Clínico. ¿Aguantaremos con lo que tenemos?
Nos esperan unos años complicados. Pero los ciudadanos pueden estar tranquilos, porque la asistencia sanitaria va a seguir siendo de calidad. Tenemos un hospital que es incómodo, el más viejo de la Comunidad, con habitaciones dobles y triples, que son insufribles, con falta de aire acondicionado en algunas plantas… Cualquier paciente que viene de fuera se sorprende de estas condiciones; sin embargo, luego la prestación de servicios que reciben, les compensa. Hay que agradecerle a la dirección el esfuerzo que ha hecho en la renovación de equipos, porque durante la crisis los teníamos totalmente abandonados; se estropeaba uno y no se reponía, y mucho menos se actualizaban. En esto sí se ha hecho un esfuerzo.
Y eso, siendo como es un hospital referente en muchos servicios, por ejemplo, en implantes auditivos, y entramos en su especialidad…
En el ámbito de la sordera profunda, cuando el audífono no alcanza, porque ya se ha producido mucho daño auditivo, realmente los implantes cocleares son un milagro que ha surgido en las últimas décadas. Antes era una desesperación decirle a un paciente que se quedaba sordo profundo bilateral que no se podía hacer nada, y ahora es rarísimo, casi excepcional, el paciente que se queda sin audición. También estamos contentos en la Unidad de Otología, la más importante de Castilla y León, en cuanto a la atención por parte de Sacyl y de la dirección del hospital, porque nunca hemos tenido restricciones en implantes ni en equipamiento, a pesar de que, comparativamente con Valladolid, ellos tienen los implantes de última generación, siendo una unidad mucho más pequeña y que no llega al 15% de los que hacemos aquí.
“Los implantes cocleares son un milagro, y ahora es excepcional el paciente que se queda sin audición”
Y el hospital de Salamanca fue el primero de España en este campo…
Sí, estamos muy satisfechos. Lo único que sí pedimos es que se resuelva el problema de los foniatras y los logopedas. Tenemos una Unidad de Programación y Rehabilitación de Pacientes Implantados, porque el implante coclear no es solamente colocarlo, hay que activarlo, ajustarlo –y varias veces– y rehabilitar. Hasta ahora esta labor la teníamos resuelta con médicos foniatras y logopedas, pero el futuro es incierto.
Ahora con médico foniatra, porque hay uno solo desde hace años…
Sí, y además está cerca de la jubilación y no da abasto con todos los implantes que se realizan. Ya tenemos una compañera otorrino que se ha estado formando en este ámbito, pero necesitamos más y, sobre todo, logopedas que pertenezcan al servicio de Otorrinolaringología, y no al de Rehabilitación. No tiene nadaque ver la rehabilitación de un paciente de Neurología con un problema de afasia, por ejemplo, con el problema específico de un implante coclear, que presenta una dinámica muy específica para las programaciones. Lo lógico es que haya logopedas dedicados a la audiología específicamente, para los implantes y para otro problema, como es la disfagia, que requiere una rehabilitación muy específica; ahora estamos contando con una persona, Jorge Chamorro, de la UPSA, que lleva años haciendo una labor altruista fundamental y excelente en este ámbito, pero no está contratado…
Es una pena que Salamanca tuviera una unidad completa, pionera en implantes y con un equipo de foniatras, logopedas y psicólogos y que ahora se deje ‘escapar’…
Sí, y además es una unidad reconocida, que está en la cartera de servicios del hospital con fondos públicos. Necesitamos seguir disponiendo de medios humanos y materiales para mantener esta unidad específica y referente nacional, porque esta falta de foniatras y logopedas está repercutiendo claramente en la calidad de la atención a los pacientes con implante coclear. Hay muy pocos centros en España que tengan un equipo completo dentro de la Unidad de Implantes, que no puede estar desmembrada en trozos, y, sobre todo, que una parte muy importante se ceda a la actividad privada, porque esto provoca un detrimento muy grande en el resultado final.
Para éste y otros muchos problemas que amenazan la calidad asistencial, parece que la coyuntura política en Castilla y León podría ser favorable, con una consejera médica, considerada “la mejor del mundo”, un vicepresidente médico y un presidente de Salamanca…
Esto hay que aprovecharlo, y me consta que son sensibles, que el presidente es sensible y va a actuar. Tenemos una oportunidad de oro para mejorar la Sanidad de Castilla y León, con una médica al frente, a la que le pido que no se olvide de la historia clínica electrónica, porque debe ser una herramienta fundamental de la asistencia sanitaria, y yo creo que el sistema que hay no sirve. Hay que empezar de nuevo, aunque se haya ‘tirado’ mucho dinero pú-blico, pero si una casa nace con malos cimientos, ya puedes hacer luego una reforma estructural…
De momento, lo que se ha empezado a remover desde la nueva Consejería de Sanidad son las listas de espera… Un caos, según, parece, porque cada hospital las mide y las contabiliza de una forma distinta.
Listas de espera va a haber siempre, es algo inherente a nuestro sistema sanitario, porque cada vez ofrecemos más prestaciones, más tecnologías, más servicios… Pero lo que no puede ser es un arma arrojadiza para los partidos políticos; hay que aportar transparencia, concienciar a la gente de la maravillosa Sanidad que tenemos y que hay que cuidar y de que a veces hay que esperar, como se espera para otras cosas. Es necesario priorizar aquellas intervenciones, pruebas o consultas que no pueden esperar. Pero la lucha política, con la lucha periodística y los grandes titulares genéricos, lleva a que a veces la administración esconda cosas que no debería nunca esconder. Esa lucha política hace un ¨aco favor a la Sanidad y crea en los ciudadanos la conciencia de que todo es trapicheo y todo va fatal, cuando tenemos una Sanidad de lujo, que ojalá nos dure. Que la gente hable con sus padres o con sus abuelos y compare lo que tenemos ahora con lo de antes.
Un libro. La Biblia.
Un disco. ‘Edy’, de Mike Oldfield.
Una película. ‘Ben-Hur’, de William Wyler.
Un plato. Canelones de bonito.
Un defecto. Muchos. La impulsividad.
Una virtud. La amistad.
Una cualidad de los amigos. La sinceridad.
Qué detestaría en los enemigos. La falsedad.
Una religión. Católica.
Un chiste. Están dos amigos y uno dice:
– Me he comprado el detector de radares mas barato del
mercado y no da tiempo a frenar.
– ¿Y cómo es eso?
El gracioso de él dice:
– “Sonríe y di patata”.
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