Nos visita en esta ocasión un hombre polifacético. Tras sus inicios en la ingeniería de sonido, llegó tarde a la Medicina. Lo hizo a los 30 para estudiar y a los 40para ejercer, y lo hizo para quedarse, motivado por el interés de acercarse al “conocimiento íntegro del hombre, tanto a nivel psíquico como somático”. Junto a su actividad asistencial, impartió la asignatura de Física para la Medicina en Salamanca durante las décadas de los 70, 80 y 90 del pasado siglo. La de alcalde de Linares de Riofrío, su pueblo natal, y diputado provincial son otras de las responsabilidades que ha ocupado este hombre, que define su forma de ser como “universal” por su afán de conocimientos.
¿Qué tal sientan los 80, recién cumplidos?
Bien. Por una parte, tengo la satisfacción de encontrarme bien. Por otra parte, están las limitaciones que uno ya va teniendo en la vida.
No se vive mal de jubilado, ¿verdad?
No me puedo quejar. Tengo plenas facultades todavía para ejecutarlas y eso hago. Por ejemplo, me gusta mucho el bricolaje, aplicado a la casa, y gracias a las máquinas que hay hoy día prácticamente hago todos los arreglos domésticos.
¿Cómo ocupa las 24 horas del día?
Me dedico a trabajar también en el pueblo, a leer y a mis otras aficiones, música, fotografía, informática, etc. Ahora estoy digitalizando todos mis trabajos.
Aunque supongo que no le estará afectando mucho, ¿cómo ve la crisis?
Cierto que la veo en los demás, no en mí, pero me preocupa que no se le encuentren las soluciones adecuadas, por la incompetencia de los gobernantes.
¿Alguna idea para salir de ella?
Las normales que dicen los buenos economistas. Cuando vienen malas circunstancias en una familia, hay que ahorrar, trabajar e invertir. Creo que ha habido falta de previsión de los gobernantes y también de muchas familias.
Ángel Redondo, hombre, ¿cómo se define? ¿Cuál ha sido su filosofía de vida?
Trabajar, trabajar y trabajar, en todos los aspectos. Como ingeniero de sonido ya hice trabajos importantes, por ejemplo, en las dos catedrales, donde llevé a cabo la instalación megafónica y el acondicionamiento acústico.
Y Ángel Redondo médico, ¿cómo fue?
Creo que ejercí con cariño y amor a los enfermos y ayuda a mis alumnos. Siempre estuve a disposición del alumno. A eso hay que añadir todos los cursos, conferencias y actividades realizadas en distintos centros e instituciones como, por ejemplo, en este Colegio de Médicos.
Su caso es un poco raro. Una vocación tardía que llega a la Medicina a partir de los 30. ¿Por qué tan tarde?
Porque no la pude estudiar al salir del seminario. Económicamente no podía. Había muerto mi padre y madre viuda… circunstancias que hay que considerar. En el seminario ya había estudiado biología y los problemas de sus avances en relación a las creencias religiosas.
¿Pensó que algún día ejercería la Medicina?
Pensaba estudiarla algún día, pero no pensaba que iba a ejercerla.
¿Por qué la medicina?
Porque me gustaba el conocimiento íntegro del hombre, tanto a nivel psíquico como somático.
¿Empezar más tarde tuvo dificultades añadidas?
No, no encontré grandes dificultades. Además, siempre he estado acostumbrado a soslayarlas.
¿Y por qué la radiología?
La radiología nace de la terapéutica física y mis conocimientos anteriores de física, electrónica, etc. me favorecían a la hora de realizar esa especialidad. Debido a esos conocimientos previos, pude explicar física médica, al principio a niveles muy altos de física, lo que demuestra que entonces los alumnos estaban mejor preparados. En este sentido, en mis últimos años de docencia noté que la base era peor, incluso en el lenguaje, lo que pone de manifiesto que con la evolución que ha habido, el boom de la informática, etc. se han perdido ganas de saber, de ser más humanista. Antes sabíamos más de todo. Para mí, sin duda, uno de los personajes más importantes en la historia es Leonardo da Vinci, por eso mismo.
“La edad y los conocimientos previos me facilitaron enormemente poder hace la carrera, la tesis y ser profesor”
¿Su principal maestro fue?
Dentro de la Facultad de Medicina, tengo buenos recuerdos de los profesores Querol y Balcells. Cuando empecé a ejercer, el profesor Talavera también me ayudó.
¿Pero maestro como tal no tuvo?
No, pero es cierto que cuando empecé a ejercer en la facultad estaba de catedrático Carlos Gil Gayarre, con el que comencé, pero desgraciadamente falleció a los dos años. Salamanca queda entonces unos años sin catedrático, aunque yo continué unido a la escuela de radiología de su padre y su hermano en Madrid.
¿Algún padrino que le echara una mano?
Sí, no puedo negar que Gil Gayarre y el departamento que dirigía su hermano en Madrid me echaran una mano en la adquisición de conocimientos en la especialidad. Entonces, la radiología estaba casi en mantillas y teníamos que salir mucho para formarnos.
¡Vaya suerte, llegar, tarde, y besar el santo!
Hombre, entré en la Facultad, pero como ayudante de clases prácticas. Es decir, comienzo por abajo y luego con el tiempo fui pasando a adjunto interino, agregado interino, encargado de curso y titular. Ya lo ha dicho. Era conocida su buena relación con el catedrático Gil Gayarre, ¿qué puede decir de esta figura? Tanto como amigo como como profesor, así como la escuela de radiología dirigida por su hermano en la Universidad Complutense, me ayudaron muchísimo en mi formación. Estuvo de director del hospital. Era un hombre con una capacidad de relaciones tremenda. Renovó el hospital provincial y promovió la construcción del actual Hospital Clínico.
Creo que defendió la tesis también ya bien entrado en años. Por lo que se ve lo de la edad nunca ha sido un obstáculo para usted, sino más bien un acicate. ¿Es así?
La edad y los conocimientos previos me han facilitado enormemente poder hacerlo, por esa base firme de la que he hablado. Tanto por la preparación que tenía como por la finalidad y aplicaciones que hice de esos conocimientos. Yo no estudiaba para aprobar, sino para conocer y esa es una diferencia importante.
Disculpe mi falta de datos al respecto, ¿fue buen radiólogo?
No puedo juzgarme a mí mismo. En ese aspecto, obligación mía era explicar no sólo a los alumnos sino a los demás compañeros, toda la tecnología nueva que salía. Había que explicar, para conocer sus aplicaciones, las bases físicas del TAC, la ecografía, la RMN o el PET.
¿Algo que crea que lo ha hecho particular o diferente a la hora de ejercer esta profesión?
Fundamentalmente me dediqué a digestivo, destacando también la pluralidad de tener que dedicarme un tiempo a radioterapia para hacer las simulaciones en los enfermos.
¿Qué balance hace de su vida profesional?
Bueno. Considero que he hecho todo lo que he podido y me siento satisfecho. Habré tenido mis defectos y mis fallos como todo el mundo, pero en general ha sido buena.
¿De lo que más satisfecho está?
Quizás de los cursos y conferencias que hemos dados en diferentes organismos y ciudades como Ávila o Zamora, ya que han sido cursos dados a profesionales, y por tanto, la ayuda y aplicación se ha hecho realidad. Han contribuido en definitiva a mejorar la radiología en esos lugares y qué mayor satisfacción que ayudar a los profesionales que van a tener una aplicación inmediata. Otra de las cosas que más me satisface es la metodología de mis clases y conferencias, por la utilización de los medios audiovisuales y la introducción de todas las tecnologías que iban apareciendo, tanto de imagen como de audio.
¿De lo que menos satisfecho está?
No sé, hay que adaptarse a los tiempos. La Universidad y el hospital han ido proporcionando los medios necesarios más tardíamente de lo deseable, pero se han tenido esos medios.
¿Arrepentido de algo?
Si hice algo mal, lo reconocí, y si lo pude corregir, lo corregí, y si no, tuve que lamentarlo.
¿Qué le ha dado esta profesión?
Mucha satisfacción. El conocimiento del hombre íntegro, corporal y espiritualmente, psíquica y somáticamente, dan mucha satisfacción y mejora tu conducta en el trato con los demás. ¿Le quitó algo la profesión? La caza y el mus. No se podía hacer todo a la vez.
Ángel Redondo García nació el 5 de febrero de 1930 en Linares de Riofrío, de donde eran originarios sus padres. Es el mediano de tres hermanos que se quedaron huérfanos de padre cuando él tenía 13 años.
Los estudios primarios los completa en su pueblo hasta los 10 años. A esa edad comienza a estudiar en el Seminario Menor de Salamanca, situado en el edificio Calatrava. Después pasa al Seminario Mayor, en la Universidad Pontificia, donde cursa dos años de Filosofía.
A los 18 abandona el seminario, y aunque una de sus primeras opciones es estudiar Medicina, no puede hacerlo porque “no tenía posibilidades económicas”, señala. Entonces sale del pueblo para irse a Madrid durante unos años. Allí, al margen de otras ocupaciones, se titula en Sonido por la Escuela Oficial de Cinematografía. Tras un tiempo en el pueblo, y ya con más posibilidades económicas, decide comenzar a estudiar Medicina en Salamanca con 30 años. Obtiene la Licenciatura en marzo de 1970 con la calificación de sobresaliente. Se doctora en el año 1982. En 1983 obtiene el Premio Extraordinario de Doctorado. En su tesis doctoral investigó las “Alteraciones ultraestructurales radioinducidas del tiroides de rata”.
Nada más concluir la carrera en 1970, comienza a trabajar en la Facultad de Medicina como profesor ayudante de clases prácticas. Continuará esta actividad docente hasta su jubilación en el año 2000. En esos treinta años impartió clases teórico-prácticas en las asignaturas de Radiología y Medicina Física, pero fundamentalmente de Física Médica, ocupando los puestos de encargado de curso, adjunto interino y agregado interino hasta conseguir la titularidad en el año 1986.
Compaginó la actividad docente con la asistencia en el Hospital Provincial y Clínico, primero, y después en el Hospital Clínico Universitario. Así, entre 1970 y 1975 trabajó como médico residente y médico de servicio en el Hospital Provincial y Clínico. Después pasa a trabajar como médico adjunto (en los 90 obtendría la jefatura de sección) en el Departamento de Radiología y Fisioterapia del Hospital Clínico Universitario, en las diversas secciones (huesos, tórax, digestivo…) del Servicio de Radiodiagnóstico y alguna breve etapa en el servicio de Radioterapia.
Permaneció en activo hasta los 70 años, que se jubila.
Entre los años 65 y 75 alternó sus ocupaciones profesionales con la Alcaldía de Linares de Riofrío, donde, señala, “hice mucho en el aspecto sanitario, también urbanístico e incluso en la organización de cursos de divulgación de todo tipo”. También dice haber sido el promotor del desarrollo de la fresa en esa localidad y de la fiesta dedicada a esta fruta. En esa etapa, a la que puso fin un infarto y no demasiado interés por la política, también ocupó el cargo de diputado provincial.
En la actualidad, sigue muy vinculado a su pueblo, donde mantiene propiedades, de forma que lo visita al menos un par de veces a la semana y durante el verano.
Antes de llegar a la Medicina, entre sus hobbies habituales se encontraban la caza, la electrónica y jugar al mus. Abandona estas aficiones al iniciar la carrera y actualmente ocupa el tiempo en actividades como la música, “de la cual también viví unos años en Madrid, como organista y director de un coro”. Asimismo, le gustan la informática, la fotografía y viajar. El último de sus destinos ha sido México.
Si volviera para atrás, ¿qué cambiaría en su vida?
Con los conocimientos que tengo actualmente, quizás haberme dedicado más tiempo a la Medicina, haber ampliado más mis conocimientos y haber hecho más investigación. Si me hubiera cogido más joven, habrían sido diez o doce años más de médico.
¿Cómo ve hoy la profesión de médico en general?
Personalmente la veo con un enorme cariño, veo al médico como un profesional imprescindible en la sociedad. Está mejor preparada que antes, pero por los medios que hay, no porque los profesionales de antes estuvieran mal preparados. Por otra parte, es cierto que al masificarse los hospitales el médico ya es uno más, no es como antes que al médico se le conocía, hoy día no es así. Antes era una medicina más individual, hoyes más colectiva.
¿Y la radiología cómo la ve?
En pleno desarrollo. Creo que es el área que más ha evolucionado. Desde que terminé la carrera siempre me tocó estudiar y estudiar, porque había que estar al día, no sólo por la docencia, sino también por lo asistencial. Y sigue en pleno desarrollo, es una especialidad imprescindible.
Supongo que los medios de hoy no tendrán nada que ver con los que se utilizaban en su época.
Con los de mi primera época no, pero después se fueron desarrollando todos. Es cierto que hoy los equipos han cambiado mucho, está todo informatizado, centralizado… incluso por red se comunican hospitales y centros de salud, la telerradiología, la telecardiografía. Y llegará un momento, no tardando mucho, que para los primeros diagnósticos no haga falta ir a un hospital.
A los jóvenes que se inician en esta profesión, ¿le da algún consejo?
El consejo general para cualquiera, que se formen bien y apliquen bien sus conocimientos, dentro de la ética y moral cristianas. Digo esto, porque pertenecemos a una cultura y creo que es la mejor del mundo.
En un plano ya más social, ¿qué sensaciones le causa la sociedad actual?
Creo que la política quiere meter sus narices en todos los sitios, y una de las cosas que tiene que estar más independiente es la sanidad, el médico. Por otra parte, estoy en desacuerdo con la formación de los jóvenes, es muy incompleta, en todos los aspectos. Cada uno es hijo del ambiente en el que nace. De acuerdo con eso se puede juzgar a unos o a otros.
Pero no me negará que se ha progresado muchísimo.
El progreso ha sido estupendo, lástima que no se aproveche bien. También hay gente muy buena, pero en general tendría que lanzar algunas críticas que no serían muy conformes. No quiero enjuiciarlo.
Por lo que veo, usted ha sabido subirse al tren de las nuevas tecnologías.
Estoy totalmente inmerso en las nuevas tecnologías, por mi especialidad y por mi forma de ser que es universal. Me interesa todo.
Aunque serrano de nacimiento y supongo que de corazón ¿Cómo ve a Salamanca?
Salamanca es una ciudad aparte de hermosa, de bella, con una historia magnífica, rica, y la veo con futuro, en lo que a la parte social e intelectual se refiere. La provincia y los pueblos son hijos de la ciudad. Yo que soy del mundo rural he visto cómo se ha ido mamando la cultura de la ciudad y los pueblos se han ido integrando en la ciudad. Ha caído esa separación que había antes. Yeso se nota hasta en la economía de los pueblos. Por ejemplo, los ahorros de los pueblos se han invertido mucho en pisos en la ciudad y el desarrollo de la agricultura ha permitido que el agricultor ya no precise vivir allí. Una gran mayoría está entre el pueblo y la ciudad.
Si se es de pueblo es difícil renunciar a los orígenes, ¿verdad?
Es difícil. El cariño y el afecto es lógico y natural al pueblo y yo siempre me preocuparé por su desarrollo y bienestar.
De política, ¿cómo andamos?
No pertenezco a ningún partido, porque considero que cada partido tiene sus ideas y la verdad no es exclusiva de ningún partido. Éticamente considero que los políticos actuales tienen mucho que desear.
Parece que el tema no va con usted, pero usted ha sido político.
Sí, fui alcalde y diputado provincial, pero eran otros tiempos y sin pertenecer a ninguna organización política.
¿Conservador? ¿Progresista?
Las dos cosas. Hay que ser selectivo, aprovechar lo bueno y proyectar lo mejor. Lo bueno que ha existido y lo mejor que puede venir. No se puede pensar que un partido solo sea depositario de la verdad y el otro no. ¿Católico practicante? Sí (silencio), lo dejamos ahí. ¿Cómo le gustaría que le recordaran? No me importa. No he pensado nunca en ello.
Para terminar, y cumpliendo la tradición, le pregunto por el Colegio de Médicos de Salamanca, ¿cómo lo ve?
Muy interesante sobre todo con el equipo que en la actualidad y desde hace algunos años se responsabiliza de ello. La prueba, el desarrollo de unos años para acá.
UN LIBRO
Un libro (piensa). Es el mejor amigo que puede tener el hombre.
UN DISCO
Cualquiera de las sinfonías de Beethoven. Mozart y Bach también me gustan mucho.
UNA PELÍCULA
Una que me agradó mucho fue “Fantasía” de Walt Disney.
UN PLATO
Los asados, tostón, cordero…
UN DEFECTO
Tengo muchos.
UNA VIRTUD
La del amor al prójimo, que además es un mandamiento.
UN AMIGO
Más de uno. Tengo tres grupos de amigos, antiguos compañeros, discípulos y un grupo de jóvenes informáticos que me han enseñado.
UN ENEMIGO
Mejor no contestarlo.
UNA RELIGIÓN
La cristiana.
UN CHISTE
Ahora no recuerdo. Me gustaba mucho Eugenio. Cualquiera de los de Eugenio.
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