Calipigio / ‘Spa’ / Osasuna

Por Fernando A. Navarro

Traductor médico, Cabrerizos (Salamanca)

Textos seleccionados por el autor a partir de su Laboratorio del lenguaje; reproducidos con autorización de ‘Diario Médico’

VOCABLOS OLVIDADOS

Calipigio

El contacto habitual con los tecnicismos compuestos de origen griego, formados por aglutinación o combinación de formantes de significado bien conocido, nos aporta a los médicos dos grandes ventajas: la posibilidad de entender a la primera palabras que nunca en nuestra vida habíamos oído y la de inventar o acuñar otras que nuestros colegas comprenderán sin dificultad. Ambas son fáciles de comprobar. No creo queninguno de mislectores haya oído jamás hablar de una técnica llamada «tetradactilectomía podálica» , pero ¿verdad quetodos entendemos que consiste en la extirpación quirúrgica de cuatro dedos del pie?

O, en una sala atestada de gente, un médico podría hablar de « macromastia constitucional» en referencia a una mujer de pechos exuberantes, podría calificar de « dolicorrino» a un hombre de largas napias o mencionar la « megalobicipitomanía» de un adolescente vigoréxico adicto a los bíceps de gimnasio, con la certeza de que únicamente sus colegas de profesión entenderían lo que está diciendo.

Ello es así porque los médicos, gracias a nuestro lenguaje especializado, manejamos con soltura, y de forma poco menos que inconsciente, muchas decenas de formantes griegos y latinos: -algia, braqui-, cefal-, -cele, cito, cripto-, dacrio-, -emia, hidro-, iatra, -ostomía, paqui-, poli-, rin( o)-, yatro-, etcétera.

Manejamos con soltura un buen puñado de ellos, sí, pero otros muchos los hemos olvidado ya. ¿Cómo diríamos hoy , en pura jerga médica, que alguien — mujer u hombre, tanto da— posee un trasero de insólita belleza? A partir del griego kalós (bello o hermoso) y pygé (nalgas o rabadilla), la cosa es obvia: calipigia ella, y calipigio él. Los antiguos griegos, de hecho, usaron ese calificativo, y sabemos incluso que en Siracusa y otros lugares se rindió culto religioso a Afrodita calipigia; en griego antiguo, Aphrodí te Kallí pygos; literalmente, algo así como «Afrodita de las bellas nalgas»).

Se conservan numerosas estatuas que representan a esta Afrodita calipigia y que se cuentan, sin ningún género de dudas, entre las más poderosamente erógenas de la historia universal del arte. La Venus de Médici, completamente desnuda, es en verdad hermosa — ¿ quién podría dudarlo? — , pero precisamente su completa desnudez la hace mucho menos erotizante que cualquiera de estas Venus o Afroditas calipigias q ue han llegado hasta nosotros desde la época helenística.

Las estatuas de Afrodita calipigia representan siempre a una mujer vestida, pero que alza con delicadeza su liviano peplo para dejar al descubierto caderas, nalgas y piernas, al tiempo q ue voltea su rostro sobre el hombro derecho para contemplar y deleitarse en la hermosura turbadora de su cuerpo. ¡Pero qué cuerpo! Un cuerpo, desde luego, de divina y calipigia, ciertamente calipigia, perfección.


¿DE DÓNDE VIENE?

‘Spa’

Oigo a menudo aseverar que el nombre spa es en su origen una antigua sigla latina: de salus per aquam o salutem per aquam; esto es, « a la salud por el agua» , que supuestamente fue un concepto muy arraigado en la cultura romana. Lo cierto, no obstante, es que no existe ninguna prueba de ello, ni hay registro alguno de que tal sigla se usara alguna vez en tiempos de los antiguos romanos. Tiene toda la pinta de ser, pues, una falsa etimología popular.

En opinión de los entendidos, parece más probable que guarde relación con la ciudad belga de Spa, en la provincia de Lieja, conocida por sus baños de aguas termales desde la época romana y mencionada ya por Plinio el Viejo en su Naturalis historia (años 77-79). Durante el siglo XVIII, el balneario de Spa fue uno de los destinos de moda para la aristocracia de las grandes cortes europeas (con el zar Pedro I el Grande a la cabez a) y a partir de 176 2 albergó el primer casino moderno del mundo: La Redoute. Con las sacudidas revolucionarias de finales del siglo XVIII y principios del XIX, el brillo de Spa como destino elegante perdió gran parte de su atractivo, pero para entonces y a la palabra spa, referida a cualquier establecimiento balneario, estaba bien asentada en inglés, y de ahí pasó modernamente a otras lenguas.

Al español nos ha llegado en tiempos muy recientes para designar el establecimiento de ocio y salud donde se aplican diversas técnicas hidroterápicas: piscina, jacuzzi, hidromasaje, chorros, sauna… Es decir, algo muy muy parecido a lo q ue tradicionalmente habíam os venido llamando balneario; pero con la diferencia, si acaso, de que en el spa no usan aguas minero-medicinales, sino agua corriente del grifo. Tan reciente es entre nosotros la palabra, que la RAE no la recogió en su diccionario normativo hasta el año 2014, y únicamente como extranjerismo de escritura obligada en cursiva: spa (podríamos castellanizarlo sin problemas a espá, pero, claro, en español la cosa suena mucho menos fashion, cool y trendy que dicha en inglés).


¿SABÍA QUE…?

Osasuna

¿ Sabía usted q ue el nombre de un equipo de fútbol de la liga española hace mención directa a la salud?Solo uno de los veinte equipos de fútbol españoles que militan en el Campeonato Nacional de Liga de Primera División tiene nombre vasco: el Club Atlético Osasuna. Tal vez por eso sean muchos los aficionados al fútbol ignorantes de que Osasuna en vasco significa «la salud».

Y es q ue el equipo pamplonica lleva bien evidente en su nombre el vocablo vasco osasun (salud, vigor, fuerza), bien conocido para todo médico español que sepa, por ejemplo, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se llam a Munduko Osasun Erak undea (MOE) en lengua vasca. Entre quienes hablan vasco suele estar mal visto decir « el Osasuna venció al Real Madrid» ; pero no porque les parezca mal el resultado del partido, sino porque la a final de la palabra Osasuna corresponde al artículo determinado de la gramática vasca, y consideran errónea la repetición del artículo.

Es un error, desde luego, si uno habla en vasco; pero cuando lo hacemos en castellano no veo y o más grave anteponer el artículo para decir « el Osasuna» que hacerlo ante arabismos y a castellanizados que incorporan el artículo determinado árabe al, como cuando decimos «el alcohol» o «la alquimia».

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