Por M. Puertas
La ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, ha aceptado gustosamente el estreno de esta sección de entrevistas de Salamanca Médica. En ella, además de recordar su paso esta ciudad en la que se licenció como médico, detalla para los facultativos salmantinos las últimas reformas legales impulsadas por su Ministerio. Cambios, que según declara reforzarán el protagonismo de los profesionales en el SNS.
Su llegada al Ministerio fue muy bien recibida por ser la primera titular de Sanidad de la democracia que cuenta con la carrera de Medicina, ¿ha sido esto una ventaja para su labor?
Es indudable que ser médico y haber trabajado anteriormente en tareas de gestión y planificación sanitaria constituye una buena base de partida para una labor tan compleja como la que requiere el Ministerio de Sanidad. A mí me permitió llegar con una visión de conjunto sobre los problemas acuciantes de nuestra sanidad y las reformas que necesitaba el sistema nacional de salud para asegurar su cohesión y su sostenibilidad financiera. Esa visión de conjunto iba acompañada por un conocimiento detallado de los problemas de salud de la población. No sé si esto puede considerarse una ventaja, porque ese conocimiento profundo de la sanidad, como punto de partida, nos ha obligado a todo el equipo del Ministerio a trabajar con una intensidad enorme.
¿Se considera política o técnica?
Me considero una persona con una gran vocación política y con muchos años de formación tanto en el campo de la salud y de la gestión sanitaria, como en el de la Administración. Desde hace quince años, he venido ejerciendo tareas de responsabilidad en gestión y planificación sanitaria. Además, el hecho de haber desempeñado diferentes cargos en Ministerios como el de Educación y Cultura o el de Interior, colaborando estrechamente con Mariano Rajoy, me ha permitido tener una visión muy amplia del funcionamiento de la Administración y de los problemas del país. Creo que ese es un bagaje que no tiene precio para una persona con vocación de servicio público, como es mi caso.
¿Qué balance hace de su etapa al frente del Ministerio?
El balance de este corto pero intenso periodo es bastante positivo. Hemos logrado uno de los grandes objetivos estratégicos que me propuse cuando llegué al Ministerio: cohesionar el Sistema Nacional de Salud, a través de la aprobación de la Ley de Cohesión y Calidad del SNS, con el apoyo unánime de todos los grupos parlamentarios. Otros objetivos estratégicos, como El Estatuto Marco y la LOPS, cuya importancia conocen bien los profesionales sanitarios, se encuentran en el Senado, en la recta final del trámite parlamentario y estoy convencida de que ambas se aprobarán con amplia mayoría.
Por otro lado, hemos logrado impulsar la coordinación del Ministerio con los diferentes Servicios Autonómicos de Salud y su implicación en el diseño de la política sanitaria del SNS, a través del Consejo Interterritorial, que ahora es más operativo. Y hemos convertido la lucha contra el tabaquismo y las enfermedades de mayor prevalencia en el país, como las cardiovasculares y las oncológicas, en un objetivo prioritario de la política de salud. Aun así, todavía queda mucho por hacer.
Hay quien piensa que llegó usted al Ministerio en el momento más fácil, con la Sanidad transferida a todas las Comunidades Autónomas, ¿qué opina?
Sinceramente, creo que era uno de los momentos más difíciles para los ciudadanos y para todos los actores implicados en el SNS, por los riesgos de disgregación implícitos en el escenario posterior a las transferencias. Tras las transferencias, se corría el riesgo de que nuestro sistema se dividiera en 17 servicios de salud autonómicos, con diferentes prestaciones sanitarias y con la pérdida consiguiente del principio de equidad. De ahí, la importancia de leyes como la Ley de Cohesión y Calidad.
Esta ley despeja ese riesgo, puesto que garantiza a todos los ciudadanos su derecho a recibir atención sanitaria en términos de igualdad y equidad y con la misma calidad, independientemente de donde vivan. Fíjese, además, que con la Ley de Cohesión y Calidad, los profesionales sanitarios pueden moverse de una región a otra con total libertad, un derecho que hasta la aprobación de la Ley estaba en entredicho.
¿Cómo fue su etapa universitaria en la ciudad de Salamanca?
Tengo los mejores recuerdos de aquella etapa, porque aquí pasé esos años de la vida que quedan grabados para siempre, como son los años de Universidad. Es una época de ilusiones, en la que forjas grandes amistades, de esas que perduran toda la vida, con tiempo para todo y en la que se van perfilando las inquietudes que después formarán parte de tu vida. Era muy joven cuando llegué a Salamanca y fue un lujo poder estudiar en su Facultad de Medicina, porque cuenta con magníficos profesores, algunos de los cuáles gozan de gran prestigio internacional en la actualidad.
¿Qué conserva de aquella época de su vida?
Conservo algo tan importante como los amigos de la época universitaria.
¿Algún profesor de Medicina que aún tenga en la memoria?
Recuerdo a muchos de mis profesores, como el profesor Mecías, Sisinio de Castro, Ángel Sánchez, J. Rodríguez, etc. Para mí es una enorme satisfacción poder seguir aprendiendo de alguno de ellos, cuando he tenido la oportunidad de volverlos a ver.
Desde su visión global de la sanidad española, ¿qué opinión tiene de los profesionales que ejercen la Medicina en esta provincia? ¿Destacaría a algún grupo?
La formación y la cualificación de los médicos españoles es muy buena en términos generales y así se reconoce en el ámbito internacional. Pero dentro de ese elevado nivel en todo el Sistema Nacional de Salud, Salamanca cuenta con excelentes profesionales, que se han ganado a pulso el prestigio internacional del que gozan grupos como el de Microbiología, el de Cuidados Paliativos y Tratamiento del Dolor, el de Cirugía o el de Oncología, por citar algunos ejemplos. El hecho de que Salamanca sea una de las ciudades con mayor solera universitaria tanto en el ámbito de las Humanidades como en el de la Medicina y la Ciencia, ha dejado un poso de rigor, seriedad y curiosidad intelectual entre los profesionales que aquí se han formado, que ha elevado enormemente el nivel y las exigencias del conjunto. Los profesores de la Facultad de Medicina de Salamanca siempre han sido magníficos y eso se nota.
Federico Trillo, Ángel Acebes y usted, tres ministros formados en Salamanca, ¿qué le dice esto?
No deja de ser una coincidencia, afortunada en cualquier caso, porque nos ha hecho recordar a los tres algunas anécdotas de nuestra etapa universitaria y de nuestra vida en Salamanca. La Universidad de Salamanca tiene un sello especial que atrae a estudiantes no sólo de Castilla y León o del resto de España, sino de todo el mundo. Ese ambiente internacional que se respira es una de las cosas que más me gusta de la ciudad.
Se ha hablado mucho de su procedencia, ¿gallega o castellana? ¿con cuál se queda?
Con ambas. Como sabe, soy zamorana de nacimiento y gallega de adopción. Pienso que nadie debe renunciar a sus raíces y las mías son una mezcla del sentir castellano y del gallego. Creo que esta mezcla es sumamente enriquecedora.
¿En qué punto se encuentra su desarrollo normativo de la Ley de Cohesión y Calidad?
Está en vigor desde el pasado 28 de marzo y desde esa fecha, ya iniciamos los trabajos para lograr que su desarrollo normativo esté concluido cuanto antes. Sin embargo, en la Administración hay una serie de trámites previos que deben cumplirse y nosotros teníamos que esperar a que el Gobierno aprobara la remodelación del Ministerio de Sanidad, en aplicación de la Ley de Cohesión y Calidad. Esta remodelación se aprobó el pasado29 de agosto. Esto ha supuesto, en primer lugar, la creación de dos nuevas direcciones generales, la de Cohesión del Sistema Nacional de Salud y Alta Inspección, y la de la Agencia de Calidad del SNS, que son las encargadas de desarrollar todos los aspectos contemplados en la ley.
Por ejemplo, la Dirección General de Cohesión del SNS y de Alta Inspección ya está elaborando la cartera de servicios común para todo el SNS y la Dirección General de Calidad, por su parte, está trabajando en los parámetros y estándares de calidad que deben cumplir los diferentes centros e instituciones sanitarias. En poco tiempo, los ciudadanos podrán ver las ventajas que supone la aplicación de esta ley.
¿Qué repercusiones tendrá para los médicos?
La Ley de Cohesión y Calidad refuerza el protagonismo de los profesionales en el SNS, reconoce su esfuerzo como uno de los elementos clave que han contribuido a los buenos resultados de nuestro sistema sanitario y establece su derecho a la carrera profesional, cuyo desarrollo será válido para todo el SNS. Este reconocimiento explícito de su derecho al desarrollo profesional, en el que se prime la dedicación y la formación continuada, es a mi juicio, uno de los aspectos más importantes de la ley en lo que se refiere a los profesionales. En este sentido, la ley recoge la creación de la Comisión de Recursos Humanos, como instrumento para cooperar y coordinar las actuaciones en materia formativa, no sólo en el SNS, sino también en las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Educación y Ciencia. Con ello, se persigue impulsar la mejora constante de la competencia profesional, puesto que la calidad de los profesionales determina la calidad de la atención sanitaria que se presta.
¿Y en lo relativo a la investigación?
La investigación es otra de las grandes apuestas de la ley. Los sistemas sanitarios públicos necesitan de la innovación y de los avances científicos para mejorar sus resultados globales en salud. Con esta premisa y desde el convencimiento de que los grandes avances médicos siempre surgen de la mano de la investigación y de la experiencia clínica, la ley dedica un capítulo a esta materia. En la ley se establece la estrategia global de todos los sectores de la investigación biomédica del SNS, con recursos que serán gestionados por el Instituto de Salud Carlos III y con el establecimiento de las redes temáticas de investigación cooperativa, que por cierto, están teniendo una gran aceptación entre los investigadores. En 2003 hemos hechos un importante esfuerzo por incrementar el presupuesto destinado a la investigación, que ha aumentado en un 65% respecto a 2002.
También está en camino la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, ¿qué cambios va a introducir para el médico?
En esencia, va a mejorar de forma sustancial la calidad de los sistemas de formación, tanto en el pre como en el post-grado, modernizándolos y adaptándolos a los avances científicos y a las necesidades de la sociedad actual. También reconoce por primera vez en nuestro país, la formación continuada como un derecho y un deber de los profesionales. Introduce la carrera profesional, como un sistema de incentivos útil durante toda la vida laboral y homologable en todo el SNS. Agrandes rasgos, estas son las principales novedades de la LOPS. No podemos olvidar que su objetivo es garantizar la calidad de los servicios y la mejora de la calidad, inevitablemente requiere el esfuerzo y compromiso de los profesionales, compromiso que debe llevar aparejado un reconocimiento.
¿Podría detallar las novedades que la ley introduce respecto al sistema MIR y a la formación continuada?
El sistema MIR se actualiza e introduce un concepto importante como es la troncalidad y la posibilidad de una nueva especialización dentro de la troncalidad. Asimismo, se cambia la prueba general de acceso al MIR, que será más flexible y se introduce una evaluación anual para los residentes en formación y otra al finalizar la especialidad. Una vez finalizada la especialidad, aquellos especialistas que lo deseen podrán optar por un ciclo superior, que se establece a modo de especialista de segundo nivel o segundo grado, a través de Diplomas de Áreas de Competencia Específica.
Por otro lado, la LOPS establece el marco laboral de los residentes en formación postgraduada, ahora inexistente.
En cuanto a la formación continuada, la ley pone toda la estructura asistencial a su servicio, ya que establece que todos los centros sanitarios tendrán asimismo la consideración de Centros de Formación e Investigación. Y sus contenidos serán sometidos a revisiones permanentes. Por otro lado, la LOPS establece la creación de la Comisión de Formación Continuada del SNS, en la que participarán las Comunidades Autónomas, a través del Consejo Interterritorial. Esta Comisión determinará los criterios comunes para la acreditación de actividades, centros y profesiones.
¿Y en cuanto a la carrera profesional?
Este nuevo sistema de carrera profesional, que va en consonancia con la Ley de Cohesión y Calidad, se articula en cuatro grados para los médicos y se aplicará tanto en el sistema público como en el privado. En él se reconocen actividades que muchos médicos vienen realizando, como es su implicación en tareas de gestión organizativa o clínica, sin obtener por ello ningún tipo de reconocimiento formal o retributivo. Las aportaciones que estos profesionales realizan son de alto valor añadido para los centros y servicios de salud y por tanto, creo que deben reconocerse y premiarse. Por otro lado, esta norma también fomenta la participación de los profesionales en todas aquellas actividades que garantizan la calidad asistencial, como son las tutorías de formación, los comités de farmacovigilancia, de ética o de humanización de la asistencia.
Además, la LOPS introduce la evaluación periódica de competencias a la que se accederá de forma voluntaria. Este sistema de evaluación de competencias regular y voluntario se determina como instrumento para demostrar la calidad profesional.
¿Cómo explica el hecho de que otros países europeos estén planteando también reformas encaminadas a incentivar a sus profesionales?
Los profesionales sanitarios son el mejor patrimonio de los sistemas de salud y por tanto, los responsables sanitarios tenemos la obligación de incentivar a los mejores y a los que más se esfuerzan, garantizar ante los ciudadanos su competencia profesional e introducir elementos que permitan adaptar sus sistemas de formación a los avances científicos. El hecho de que en este momento, otros países de nuestro entorno, como Holanda, Reino Unido o Francia están tramitando reformas similares a la que se plantea en la LOPS española, pone de manifiesto que los sistemas sanitarios europeos tienen problemas similares, a los que necesariamente debemos enfrentarnos si de verdad queremos lograr modernizar nuestros sistemas sanitarios y garantizar su futuro.
Hay dudas y temores sobre la función que la LOPS va a otorgar a los médicos, ¿cuál será la función de estos profesionales con la nueva ley?
Los médicos tienen que tener claro que son, junto con los pacientes, ejes fundamentales del SNS y que con esta ley van a seguir siéndolo. La LOPS viene a sumar, no a restar ni a detraer competencias a nadie. Lo que hace es modernizar la definición de las profesiones, introduciendo conceptos como el conocimiento, la formación, la exigencia y evaluación de resultados. En este aspecto, regula las profesiones de forma diferenciada y delimita las funciones de cada una de ellas. En el ámbito asistencial, lo que hace es promover las relaciones interprofesionales, el trabajo en equipo, la continuidad asistencial y la coordinación entre niveles y centros, de cuya necesidad tanto hablamos los profesionales de la medicina. También incluye la integración de los dispositivos asistenciales con la investigación y contempla la creación del Post-MIR de investigación junto con el establecimiento de plazas vinculadas de investigador en hospitales y centros. En lo que se refiere a las relaciones con otros profesionales sanitarios, me gustaría destacar que la Ley crea la Comisión Profesional Consultiva, como un foro legal de comunicación estable y permanente entre las distintas profesiones sanitarias, capaz de encontrar los puntos de encuentro que existen, que son muchos, y de limar asperezas o dirimir conflictos en caso de que éstos surjan. Con este foro, nuestro objetivo es impulsar un sistema de relaciones interprofesionales más abierto y cooperativo. Estoy convencida de que cuando los médicos conozcan a fondo el contenido de la ley, esos temores a los que usted aludía sobre sus funciones van a quedar completamente despejados.
El Estatuto Marco también ha despertado algunos recelos, ¿en qué punto se encuentra y cuáles serán sus ejes?
El Estatuto Marco, al igual que la LOPS, se encuentra en este momento en la recta final de su trámite parlamentario. Tras su aprobación en el Congreso de los Diputados, ha pasado al Senado, donde trataremos de alcanzar el máximo consenso. Esta norma sienta las bases para modernizar la política de recursos humanos del SNS. En ella se regulan las relaciones básicas de más de medio millón de trabajadores y para ello establece una base legal que aglutina y ordena las normas laborales vigentes hasta ahora, que estaban dispersas y que además, en el caso de los profesionales de la medicina son preconstitucionales así como sus derechos y deberes.
La aprobación del Estatuto Marco, que lleva ya 17 años de retraso, puesto que se contemplaba en la Ley General de Sanidad de 1986, supondrá dotar de mayor seguridad jurídica a todos los trabajadores sanitarios. Es un texto básico, que respeta las competencias de las Comunidades Autónomas en todo momento. En él se regula la carrera profesional, gestionada por cada Servicio Autonómico de Salud y adaptada a sus necesidades, establece el régimen básico de retribuciones y determina los criterios que deben establecerse en la provisión de plazas, en los procesos de selección y en los mecanismos de promoción interna. También garantiza el derecho a la movilidad geográfica por todo el SNS. Precisamente, para facilitar la movilidad, la Ley prevé homologar las categorías profesionales y coordinar las convocatorias de plazas entre las diferentes CCAA. Los méritos también se valorarán por igual, independientemente de la CCAA de origen.
En este sentido, La ley crea la Comisión de Recursos Humanos del SNS, dependiente del Consejo Interterritorial, que se encargaré de establecer los criterios generales de homologación de los sistemas de carrera profesional de los distintos Servicios de Salud.
En cuanto a retribuciones, ¿qué cambios introduce esta norma?
Al tratarse de una Ley de Bases, el Estatuto Marco lo que hace es establecer un régimen básico de retribuciones para cada categoría profesional, homologable en todo el SNS y otro complementario, cuya cuantía, concepto y estructura tendrán que fijar las Comunidades Autónomas, de acuerdo con las organizaciones sindicales.
¿Contempla el Estatuto Marco la aplicación de la jornada de 48 horas?
El Estatuto Marco también regula la jornada de trabajo y los descansos, hecho especialmente importante en un sector como el sanitario, que lleva implícito la atención continuada durante las 24 horas del día los 365 al año. Fija la duración máxima de la jornada ordinaria y complementaria en 48 horas semanales y establece el desempeño obligatorio de la jornada complementaria siempre que el centro sanitario así lo determine, con el fin de atender el funcionamiento de los servicios sanitarios. Esta nueva reglamentación transpone en la práctica las directivas europeas 93/104/CE y 2000/34/CE, que hacen referencia a la protección de la seguridad y salud de los trabajadores, mediante la regulación de los tiempos de trabajo y del régimen de descanso.
En alguna ocasión usted ha señalado que “es la hora de profesionales de calidad para un sistema de calidad”. ¿Significa que ahora no se está dando toda la calidad posible?
Nuestro SNS cuenta con magníficos profesionales, de una formación excelente, como así está reconocido en todo el mundo. De hecho, los buenos indicadores del sistema sanitario español se deben en gran medida a la labor que éstos desempeñan, cuyo esfuerzo y dedicación queremos que se reconozca legalmente. Sin embargo, estos resultados no están reñidos con el objetivo de tratar de mejorar la calidad de la asistencia que se presta en el conjunto del SNS y que perciben los ciudadanos. Tanto la Ley de Cohesión y Calidad como la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, que actualiza los sistemas de formación, tienen entre sus principales objetivos la mejora constante de la calidad asistencial. Creo que la mejora de nuestro sistema sanitario es un objetivo que todos los profesionales de la medicina tenemos en nuestro horizonte.
Por último, ¿cuál cree que debe ser el papel del médico en la lucha contra la violencia doméstica?
Los médicos, especialmente los que trabajan en Primaria, pueden tener un mayor protagonismo en la detección precoz de la violencia doméstica, en su abordaje integral y en la ayuda a las personas que sufren malos tratos. Precisamente por ello, vamos a firmar un acuerdo con SEMFYC para mejorar la formación de los médicos de primaria en este ámbito y concienciarlos de que se trata de un problema que nos atañe a todos. Este acuerdo incluye la edición de una guía destinada a médicos de cabecera, que está ya en fase muy avanzada, en la que se analizan los diferentes factores que intervienen en la violencia doméstica. Los datos que tenemos revelan que la casi totalidad de las víctimas visitaron a su médico de cabecera tras sufrir la primera agresión e incrementaron al año siguiente la frecuentación de la consulta al médico. Tampoco debemos olvidarnos del maltrato a los ancianos, que está aumentando. Los médicos de Primaria pueden hacer una gran labor en este campo y así lo refleja la OMS en su Informe Mundial sobre Violencia y Salud 2.002, en el que señala la necesidad de que los servicios de salud de todo el mundo asuman como objetivo prioritario la batalla contra los malos tratos y la violencia de género.
Nacida en Cubillos del Pan (Zamora) en 1957.
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca.
Funcionaria del Cuerpo Superior de Salud Pública y Administración Sanitaria.
Jefe del Servicio de Planificación Sanitaria de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales en Pontevedra. Gerente de Atención Primaria en Pontevedra y directora provincial del Servicio Gallego de Salud en Pontevedra.
Directora General de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE)
En enero de 1999 fue nombrada subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, y posteriormente, Subsecretaria del Ministerio de la Presidencia.
Desde marzo de 2001 era subsecretaria de Interior.
Desde el 10 de julio de 2002 es ministra de Sanidad y Consumo.
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