Alternativas a la hospitalización convencional médica

Por Aurelio FUERTES MARTÍN

Adjunto de Medicina Interna II. Coordinador de la UCAI

Los años finales del siglo pasado y los del comienzo del presente, se caracterizan por una gran rapidez y profundidad en los cambios sociales y sanitarios que se producen en todos los países desarrollados y que no tienen parangón en la historia de la humanidad. Entre ellos, cabe destacar por su importancia el cambio demográfico, que se manifiesta por un importante y progresivo envejecimiento de la población; también modificaciones en los patrones de enfermedad, con una primacía actual de los procesos crónicos; cambios en las expectativas de salud de la población, relacionadas con la mejora de las condiciones económicas y de educación; y finalmente cambios tecnológicos y en el conocimiento clínico, que han posibilitado los cambios antes citados. Estas transiciones sanitarias, como las denomina Albert Jovell, son la causa del gran avance y la complejidad que hoy tiene la medicina.

Los sistemas sanitarios han reaccionado con miedo y con retraso a esta situación de enorme dinamismo social y no acaban de adaptarse al nuevo perfil de los pacientes que deben atender. Las dos primeras iniciativas en este sentido fueron la Cirugía Mayor Ambulatoria y la Hospitalización Domiciliaria. Más tarde, han surgido propuestas que tratan básicamente de reducir las estancias hospitalarias inadecuadas, mejorando así la calidad de vida de los pacientes y los gastos generados. Una premisa básica es potenciar la continuidad asistencial entre la atención primaria, la atención especializada y la atención sociosanitaria, ofertando una atención sanitaria integral, compartida por estos niveles asistenciales. Este sistema de colaboración es especialmente eficaz en aquellas formas de enfermar que más recursos consumen y que son más frecuentes en los servicios médicos, especialmente en medicina interna: pacientes que se encuentran en fase diagnóstica, pacientes crónicos pluripatológicos o pacientes que precisan asistencia especializada transitoria de escasa complejidad.

Para que este cambio se produzca, es obligado en primer lugar modificar el modelo de atención, que debe pivotar alrededor del paciente y no del servicio asistencial y en segundo lugar modificar la estructura, el espacio físico donde se presta el servicio, utilizando dispositivos más cómodos, más dinámicos y menos costosos que la cama hospitalaria. En este sentido se han creado diferentes modelos asistenciales que, rompiendo la estructura tradicional de provisión de camas por sala de especialidad, han buscado nuevas opciones, encaminadas a conseguir que cada paciente fuera atendido con unos recursos asistenciales acordes con sus verdaderas necesidades. En nuestro país han sido pioneros los servicios de Medicina Interna del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, del Hospital 12 de Octubre de Madrid o del Hospital Valle Hebrón en Barcelona. Los modelos organizativos son diferentes y se encuentran en diferente grado de desarrollo, pero los objetivos con los que se han planteado son los mismos: ser un recurso eficaz para reducir los tiempos de espera para procesos que no admiten demora en su diagnóstico, reducirlos ingresos hospitalarios inadecuados y reducir la demanda a los servicios de Urgencia y la reiteración de ingresos en los pacientes pluripatológicos. La Unidad y Consulta de Atención Inmediata (UCAI) de reciente creación en el Servicio de Medicina Interna II del Hospital Universitario, supone un nuevo intento en esta dirección.

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