ALFONSO LEDESMA JIMENO: Catedrático jubilado de Psiquiatría

Por M. Puertas

“La agresividad es el problema más importante del hombre contemporáneo”

 A los 83 años, Alfonso Ledesma Jimeno conserva la “imponente sed de conocimientos ante la enorme fascinación del mundo de la locura”, la misma actitud que recién licenciado le llevó a abrirse paso firme en la Psiquiatría provincial y nacional. Lúcido, vibrante, con risa generosa, de intelectualidad inquieta, pensando incluso en nuevas investigaciones, ambiguo en ocasiones… nos recibe a pie de diván (no lo utiliza) para abrir su mente. Lo hace quien por experiencia conoce como pocos los recovecos propios y extraños de esa compleja estructura que nos diferencia de los animales.

¿A quién se enfrenta el lector?

De modo radical, ante todo a un ser humano.

Alfonso Ledesma hombre, ¿cómo se define?

Como un octogenario que dispone de gran experiencia vital.

Alfonso Ledesma psiquiatra, ¿cómo es?

Un médico psiquiatra con auténtica vocación como médico y como psiquiatra, que ha vivido en su propia carne la relación con el enfermo mental desde hace más de medio siglo.

¿Por qué sigue viendo enfermos a su edad?

Se trata de una irresistible vocación que me lleva a “morir con las botas puestas”, ayudando a los enfermos.

¿Comparte aquello del estigma del psiquiatra, según lo cual éste acaba igual o peor que los enfermos?

La Psiquiatría quizás sea la especialidad médica que exija necesariamente más decidida vocación. El enfermo mental desgraciadamente es el más estigmatizado y el estigma es una marca negativa que discrimina al enfermo, a sus familiares y al propio psiquiatra. Estudios realizados recientemente han demostrado que dentro de las especialidades médicas no son los psiquiatras los que estadísticamente sufren más trastornos mentales. Es más, parece ser que el riesgo mental de los psiquiatras es similar al de la población general. Lo que sí está comprobado es que el psiquiatra es muy peculiar, pero también lo son otros especialistas.

Un poco raro el psiquiatra sí es.

Muy peculiar, probablemente porque ha sentido más problemas psíquicos en sí mismo y uno de los motivos es conocerse mejor a sí mismo.

“La vocación de psiquiatra tiene relación con la fascinación que produce la locura y el conocer los recovecos de la mente propia y de las personas”

¿La psiquiatría es una profesión de riesgo para quien la ejerce?

Se ha exagerado la agresividad del enfermo mental. Se sabe que estudiando el conjunto de una población normal comparada con un conjunto de enfermos mentales, hay más peligro de agresión en el conjunto normal. Lo que ocurre es que sí hay situaciones clínicas muy peligrosas en determinados pacientes. Esto ya lo sabemos los psiquiatras, pero existen tratamientos para poner remedio. Hay pacientes que exigen un tacto extremado para evitar agresiones. Por desgracia, esto hoy día no afecta únicamente al psiquiatra. La sociedad ha cambiado mucho, el personal sanitario de todo tipo en relación con las listas de espera y la gran demanda de asistencia médica está sufriendo muchas agresiones, cosa que también sucede con los profesores de enseñanza media.

¿Tratar enfermos mentales tiene riesgo para la mente del psiquiatra?

Creo que en general no. Incluso lo contrario. Puede ser una forma de autoayuda para evitar trastornos psiquiátricos.

¿Qué impacto ha tenido su profesión en su personalidad?

Me ha ayudado a conocerme mucho mejor a mí mismo y a los demás.

¿El caso que más le ha impactado?

Un paciente ingresado desde muy joven en el antiguo Psiquiátrico de la Vega es el mayor misterio que he encontrado. Estaba diagnosticado de grave retraso mental, aunque pienso que era una forma muy severa de esquizofrenia. Se encontraba alojado solo en una habitación, tenía un mutismo absoluto. Lo extraordinario es que al cabo de un tiempo desaparecía todo lo que había en su habitación y al final quedaba sólo con un calzoncillo y un montón de paja donde reposaba. El resto de la habitación desaparecía, incluso hasta los rodapiés. Se le reponía todo y al cabo de unos meses volvía a la misma situación. La monja que le cuidaba, una persona muy equilibrada, pensaba que poco a poco “lo comía” todo. Al instalar una cámara para estudiarlo, dejó esta conducta. Después me tuve que trasladar a Sevilla y no se pudo continuar aclarando este misterio.

¿La mente humana es tan retorcida cómo dicen?

La mente humana es más que el cerebro, pero el cerebro es la estructura material más compleja que existe en el universo conocido, y dentro de los cerebros de los seres vivos, el cerebro humano.

¿La locura es positiva en alguna circunstancia? Existen controversias, pero yo acepto que a veces la locura conduce a la genialidad en el arte y en la ciencia. También se ha hablado de la belleza de la locura, como se habló de la belleza tísica. En ocasiones no hay nada más bello que una hermosa perla y la perla es una enfermedad de la ostra.

¿Dónde está la frontera entre un “cometarros” y un psiquiatra?

 Siempre he considerado la Psiquiatría como una rama de la Medicina.

¿Siempre tuvo claro que quería ser psiquiatra? ¿Por qué?

La vocación de médico tiene muchas relaciones con la vocación religiosa, aunque hay diferencias esenciales. Dentro de la Medicina, la vocación de psiquiatra es específica, tiene relación con la fascinación que produce la locura y el conocer los recovecos de la mente propia y de las personas. Al terminar el bachiller, mi vocación era ser piloto de aviación. Mi padre tenía una gran ilusión por tener un hijo médico, yo era el pequeño y mis otros dos hermanos habían elegido otras carreras. Él sobre todo quería que fuera cirujano y cuando después de obtener en casi todas las asignaturas matrículas de honor y sobresalientes, y sobre todo al conseguir el Premio Extraordinario de Licenciatura en Medicina, que publicó en la prensa, se llevó una gran decepción cuando elegí la Psiquiatría. A los 70 años falleció de coma diabético. Y si Freud afirma que el acontecimiento más importante en la vida del varón es la muerte del padre, así lo viví yo también. Uno de los sentimientos que más me han impactado en mi vida ha sido que no viviera tiempo después mi padre para conocer mis éxitos como psiquiatra. Creo que él pensó que iba a fracasar.

“Acepto que a veces la locura conduce a la genialidad en el arte y en la ciencia”

Si no hubiera sido psiquiatra, ¿a qué se habría dedicado?

No lo sé, ni me lo imagino, quizás psicólogo, médico internista. Si no hubiera podido ser médico, algo relacionado con la investigación científica, física, química, biología.

La Medicina le transformó en un alumno aplicado y de buenas notas, ¿por qué?

Efectivamente, fue sorprendente el cambio de un alumno mediocre en el Bachillerato. Cuando inicié la carrera obtuve matrículas de honor en Física, Química y Biología, sinceramente estudiando muy poco, como estaba habituado a hacerlo en bachillerato. Ahora pienso que coincidió con una importante crisis puberal que me impulsó hacia una enorme lucidez. En Histología obtuve solamente aprobado y me hubieran suspendido posiblemente, si no hubiera sido porque mostré al profesor las tres matrículas de honor de las demás asignaturas.

¿Algún profesor que le dejara huella?

Fernando Galán, que no era de Medicina.

Y en el ámbito de la Psiquiatría, ¿quién le ha marcado más?

En España estimo que el psiquiatra más importante a nivel nacional e internacional ha sido el profesor Juan José López Ibor padre. Había recibido su formación de las fuentes más encumbradas de la Psiquiatría mundial, alemana y francesa. Nadie como él había estudiado el problema de la angustia y a mi juicio su libro más importante ha sido Las neurosis como enfermedades del ánimo. Su vida científica fue en gran parte una acerada lucha con Freud. Su figura tuvo un gran impacto en mi carrera y alguna vez me llevó a su cátedra a dar conferencias. Siempre dijo que yo debía haber sido catedrático antes y contribuyó después a que lo fuera. He continuado la amistad y la relación con su hijo Juan José López-Ibor Aliño y su nieta María Inés López-Ibor. Considero al profesor López-Ibor junior, que me precedió en la Cátedra de Psiquiatría de Salamanca, uno de los psiquiatras más destacados.

Sus planes al terminar la carrera, ¿se parecían en algo a lo que luego ha sido su trayectoria?

Al terminar la carrera hago el servicio militar como alférez de milicias universitarias en Málaga y comienzo a asistir como asistente voluntario al viejo manicomio que estaba en el Paseo de Canalejas 113, cuyo director era Ángel Domínguez Borreguero. Esto fue a comienzos de 1950 y en octubre fallece mi padre. Yo vivía con mi madre y no teníamos ingresos económicos. Había hecho la carrera con becas. A pesar de mi brillante expediente académico, pienso en marchar a un pueblo a ejercer como médico rural, pero no puedo hacerlo por un defecto importante de habilidad manual. Tenía verdadero pánico, por ejemplo, a asistir un parto o a otras actividades manuales. Por fin consigo una plaza de médico ayudante en el manicomio con un modesto salario. Me invade después una imponente sed de conocimientos ante la enorme fascinación del mundo de la locura.

SU VIDA, en corto

De piloto de aviación a psiquiatra

Matías Alfonso Ledesma Jimeno (lo de Matías no le gusta nada) nació en Salamanca el 23 de septiembre de 1923. Es el pequeño de tres hermanos, uno fallecido y el otro, Manuel Ledesma Jimeno, considerado uno de los mejores meteorólogos a nivel mundial. Gestado en Soria, pero nacido en Salamanca, es hijo de Domingo y Simona, naturales de Soria.

Su padre, que había tenido un banco en El Burgo de Osma, decide, tras un revés en los negocios, venir a Salamanca, donde acabaría de apoderado del Banco Coca, para dar carrera a sus hijos. Su madre, ama de casa profundamente religiosa, procedía de una familia de campesinos con bastante patrimonio. La muerte de ésta en 1964 fue “el mayor palo afectivo de mi vida, por su fallecimiento en accidente de tráfico, llevando yo el coche”, señala Alfonso.

De su infancia en Salamanca, recuerda que vivía en la plaza de La Fuente y que fue alumno del instituto situado en el Convento de los Jesuitas. Siempre quiso ser piloto de aviación, pero su padre tenía mucha ilusión porque fuera médico, en concreto cirujano. Aprueba la reválida y en 1941 inicia la carrera de Medicina. Concluye en 1948 con premio extraordinario de Licenciatura, prueba de que la Medicina consiguió convertirlo en un alumno aplicado.

Hizo la milicia universitaria como alférez en Málaga. Al volver comienza a trabajar como asistente voluntario, es decir, sin sueldo, en el antiguo manicomio del Paseo Canalejas 113, que dirigía D. Ángel Domínguez Borreguero. En enero de 1951 le nombran médico ayudante, con nómina de la Diputación. En el 54 cursa el Doctorado en Madrid. Le dirige la tesis (un estudio sobre la conciencia humana) Antonio Vallejo Nájera padre, único catedrático de Psiquiatría que había en España.

Por esa misma época entra en la Facultad como profesor ayudante y sigue trabajando en el manicomio. Entre 1956 y 1959 permanece varias temporadas en Alemania. A su vuelta, concurre a la plaza de profesor adjunto de Psiquiatría, pero no la consiguió, “creo que injustamente, porque estaba preparada para otro”, asegura. En el 58 ya se había presentado a las primeras oposiciones a la Cátedra de Salamanca (a las mismas concurrían, entre otros, el escritor Luis Martín Santos y Castilla del Pino). La Cátedra la ganó Llavero.

Tras varios intentos, en 1974 consigue la Cátedra de Sevilla, Universidad en la que entra como agregado. En 1975 pasa de catedrático a Granada. En 1977 queda vacante la Cátedra de Salamanca, por la marcha de López-Ibor juniora Madrid, y regresa a su ciudad como catedrático. Permanece en la Facultad y en el Clínico Universitario hasta su jubilación en 1988.En la actualidad es miembro emérito del Royal College of Psychiatrists del Reino Unido y del Colegio de Psiquiatras Eméritos de la Sociedad Española de Psiquiatría. Dirige la colección Delirema (Colección de Fenomenología Psiquiátrica y Psicoterapia). Continúa ejerciendo la Psiquiatría en su consulta privada, interviene en algunos cursos de doctorado y sigue investigando. Está casado desde 1963 con María Pilar Herrera Elena. Tiene dos hijos y tres nietos.

Su maestro?

Mi maestro y como un segundo buen padre fue el director del manicomio, don Ángel Domínguez Borreguero. Era una persona exquisita en su trato, muy introvertido, de una moral y honestidad irreprochable y un profesional extraordinario. Se había formado en Alemania. En medio de enorme competencia y por oposición, en los primeros años de la década de 1930, antes de la Guerra Civil, obtuvo el cargo de director. Había hecho unas publicaciones extraordinarias sobre el uso del electrochoque. Con la introducción de las asignaturas de Psiquiatría y Psicología en las facultades, en Salamanca es nombrado encargado de la Cátedra de Psiquiatría. Una vez convocadas las oposiciones a Cátedra, se presentan las figuras más relevantes y él, aunque opositó, creo que dos veces, no pudo superar ni el primer ejercicio. Era considerado el mejor psiquiatra del área de Salamanca ya nivel de publicaciones científicas y de formación en el extranjero era una figura internacional, pero no eran lo suyo las aceradas luchas que existían para obtener una Cátedra universitaria en las facultades de Medicina.

Asistencia, docencia e investigación, ¿qué orden de prioridad han tenido para usted?

Lo más prioritario por igual, asistencia e investigación, quizás ligeramente más esta última. Después, docencia.

Sin embargo, la Cátedra siempre fue un objetivo para usted.

Al principio me parecía un objetivo inalcanzable. Después de mi formación en Alemania lo vi muy difícil pero posible.

¿Por qué la docencia no era su preferida?

En docencia hay que establecer matices. Hay una enseñanza a los estudiantes de Medicina que tienen que aprobar la asignatura de Psiquiatría. Esta no me gustaba especialmente. Se ha observado que de cien alumnos que estudian Medicina, sólo uno quiere ser psiquiatra. La mayor parte del resto de los alumnos estaban principalmente interesados en aprobar. No obstante, procurábamos dar enseñanzas teóricas con numerosas prácticas. Además, teníamos que tener en cuenta no explicar sólo para la formación en Psiquiatría del futuro médico general o especialista no psiquiatra, sino también para responder a las preguntas de Psiquiatría en los exámenes de tipo MIR que tendrían que realizar después. Me gustaba mucho más la docencia de los MIR. Estos ya habían terminado la carrera y habían elegido ser psiquiatras y optaban por Salamanca pues habíamos firmado un convenio con la Universidad de Illinois (Chicago) y habíamos seleccionado los programas de residentes de las principales universidades de Estados Unidos.

En 1975 entré por concurso de acceso con el número uno como catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Granada y a partir de noviembre de 1977 entré por concurso de traslado como catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca, puesto que mantuve hasta el 30 de septiembre de 1988 que fui jubilado por edad.

Muy bien, pero ¿su queja dónde está?

En resumen, serví a la Universidad de Salamanca durante catorce años como profesor ayudante y once años como catedrático, en total 25 años. Después de ser jubilado, opté a ser nombrado profesor emérito, pero aunque fui propuesto por unanimidad por el Departamento docente y por la Junta de Facultad no obtuve los votos necesarios por la Junta de Gobierno, a pesar de que mi petición estaba avalada por cartas de numerosas figuras de toda la Psiquiatría mundial, de las que tomo como ejemplo al gran psiquiatra británico Hamilton de reconocido prestigio por sus escalas de medida de la ansiedad y de la depresión.

¿Por qué no se le concedió?

En aquella época era muy difícil ser nombrado emérito, pues existía un reglamento según el cual se requerían los dos tercios de los votos de los miembros de la Junta de Gobierno, no de los presentes, y en una primera votación no pudimos salir ninguno de los que nos presentamos, teniendo que repetirse la votación después. Ahora es más factible, pues se ha cambiado el reglamento. Por entonces era rector Julio Fermoso, magnífico gestor como lo demuestra en su cargo actual, que como compañero, médico y catedrático me conocía, pero era sólo un voto, como era también un voto el decano de Medicina; el resto eran personas no expertas en el campo de la Medicina y menos en Psiquiatría.

“He sentido señales de doble sentido por parte de la Universidad de Salamanca, aunque siga siendo para mí el alma mater”

¿Cómo valora esto hoy?

Hay una escuela psicoanalítica que creó el concepto de “madres esquizofrenógenas”, según la cual, las madres, si no provocaban, al menos favorecían la esquizofrenia en los hijos, aunque fuera inconscientemente, al darles señales de doble sentido a lo largo del desarrollo infanto-juvenil, y aunque esta doctrina psicoanalítica actualmente está rechazada y ha provocado oleadas de culpabilidad en las madres, sí se acepta que las señales de doble sentido pueden provocar afectación psicológica, y sinceramente, yo he sentido señales de doble sentido por parte de la Universidad de Salamanca. No obstante, para mí la Universidad de Salamanca siempre ha sido y será mi alma mater a la que quiero y adoro.

Sí tiene usted el título de emérito del Royal College of Psychiatrists del Reino Unido.

La verdad es que después recibí este nombramiento y actualmente también soy miembro destacado del Colegio de Psiquiatras Eméritos que pertenece a la Sociedad Española de Psiquiatría, de la que fui presidente.

¿En otra ciudad le habría pasado lo mismo?

No lo sé.

¿Salamanca siempre fue su primera opción? ¿Por qué?

Cuando conseguí la Cátedra, recibí ofertas para trabajar en otras universidades españolas y extranjeras, pero Salamanca no era la primera opción, era la única opción, por amar a la ciudad y a la Universidad, hecho que compartía además mi esposa, María Pilar Herrera Elena.

 En el plano asistencial, ¿cuál ha sido su estilo a la hora de ejercer la psiquiatría?

Combinar los tratamientos psicofarmacológicos con los psicoterápicos.

¿Ha utilizado el diván?

No he practicado el psicoanálisis que exige rigurosamente el diván. He hecho siempre psicoterapia cara a cara y sólo he utilizado el diván para la aplicación del entrenamiento autógeno de Schultz que es un método de relajación y antiestrés.

¿Sus aportaciones en el plano profesional?

Los dos grandes pivotes de mi relación médico-enfermo han sido conocimiento y amor.

¿Sus aportaciones en el ámbito de la docencia?

Haber creado una escuela de enfermería psiquiátrica y un programa de formación de médicos residentes en Psiquiatría, basado en los programas de las más importantes universidades norteamericanas.

¿Sus aportaciones en investigación?

Profundizar en el conocimiento de la agresividad humana como el problema más importante del hombre contemporáneo. Estudios sobre el mecanismo de acción de los antipsicóticos en colaboración con el profesor Amat y el profesor Blázquez Arroyo. Relación entre los niveles en sangre de psicofármacos y la respuesta clínica, en colaboración con el profesor Domínguez-Gil Hurlé.

“Los dos grandes pivotes de mi relación médico-enfermo han sido conocimiento y amor”

“El cerebro es la estructura material más compleja que existe en el universo conocido”

 La agresividad humana parece estar de moda: violencia de género, ataques a profesores, incluso a médicos… ¿qué explicación tiene todo esto?

El problema principal de la agresividad es que va unida al progreso. A medida que aumenta el progreso, que es imparable, aumenta la capacidad de agresión y es previsible que pueda llegar un momento que el desarrollo tecnológico haga imposible el poder controlar la agresión y se pueda producir una autodestrucción. Después de la primera Guerra Mundial ya se cruzaron cartas entre Freud y Einstein advirtiendo este grandísimo problema. Recientemente el terrorismo es quizás el problema más importante que se plantea la humanidad y si se extiende a un terrorismo atómico podría implicar el final de nuestra especie.

De cuestiones más domésticas como la violencia de género o contra los profesores de enseñanza media, ¿qué opina?

Son dos aspectos muy interesantes que pienso estudiar. Es muy importante saber por qué ocurre y no hay apenas estudios intentando averiguar el por qué. Soy miembro de la Asociación Internacional para la Investigación de la Agresividad. En su revista oficial continuamente se recogen trabajos de agresión en la segunda enseñanza. Esto parece demostrar que es un fenómeno actualmente bastante universal, al menos en occidente. Me llama la atención sin embargo que no hay estudios, no se presentan trabajos, sobre la violencia de género y parece como si fuera bastante específico de nuestro país. Referente a la violencia en la segunda enseñanza es muy curioso que ahora este fenómeno no se observa en la enseñanza universitaria, donde era muy acusada hace años (recordemos el mayo francés de 1968). Entonces encontramos una explicación del porqué y esto desapareció. Pero ahora ha surgido en la segunda enseñanza, en los adolescentes preuniversitarios, y no se sabe bien por qué. Es necesario hacer estudios.

¿Y la violencia de género?

El problema es más complejo. Creo que con decretos y leyes sólo no se va a resolver y es necesario hacer estudios científicos controlados. Me parece que una de las causas ha sido la profunda revolución de la mujer, que a mi juicio quizás sea lo más importante que ha ocurrido en la sociedad. Y en España vamos retrasados. La mujer se rebela reivindicando su posición y el hombre no está preparado suficientemente. De cualquier forma, la mente de la mujer no se conoce bien. Ya Freud lo decía, era y es la grandes conocida. Es muy complejo.

¿Qué discípulos destacaría?

Ginés Llorca Ramón, actual catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Salamanca; Ángel Luis Montejo, destacado investigador a nivel internacional sobre los efectos de los psicofármacos en la vida sexual; y Antonio Pérez Urdaniz, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca.

Continúa investigando, ¿sobre qué anda ahora mismo?

Estudiando la agresividad y el mecanismo de acción de los antipsicóticos. Esto último con el profesor Blázquez Arroyo.

¿Considera cumplido todo lo que se había propuesto?

Nunca considero cumplido todo lo que me había propuesto.

¿Alguna espina clavada?

Nada, ninguna.

¿La mayor satisfacción de su vida?

Aparte del trabajo, la profesión, la actividad científica, está la familia y las relaciones de amistad. Es obvio expresar que para mí lo más importante son mi esposa, mis hijos, mis nietos y mis amigos, incluidos familiares. Las personas más importantes en mi corazón han sido mi esposa y mi madre. Mi esposa siempre ha tenido celos de la Psiquiatría y aunque he pensado que van a la par ella y la vocación psiquiátrica, si en último extremo, en una situación radicalmente límite, hubiera que elegir, estaría siempre ella, no la Psiquiatría.

Como hombre y psiquiatra con solera, ¿qué sensaciones le causa la sociedad actual?

Parece demostrado que cada vez hay más enfermos mentales y se han hecho estudios científicamente controlados de este hecho, especialmente en depresiones. El problema más radical a mi juicio es la relación entre el progreso, que es imparable, y el aumento de la capacidad humana para la agresión que va paralela con el aumento del progreso.

¿Volvería a implantar los psiquiátricos?

No como eran entonces los que yo viví, pero sí es fundamental crear unidades de media y larga estancia e intentar acabar con el estigma y la marginación del enfermo mental, sus familiares, sanitarios, psiquiatras y todo lo que le rodea.

¿La Psiquiatría siempre ha sido la cenicienta de la sanidad?

Sí, en gran parte por el estigma que lleva implícito.

“Es fundamental crear unidades de media y larga estancia e intentar acabar con el estigma y la marginación del enfermo mental y quienes le rodean”

¿Qué cambiaría en la atención psiquiátrica actual?

Cuando aparecieron los psicofármacos se pensó que iba a ocurrir lo que se consiguió con la curación de las infecciones con los antibióticos, pero aunque el descubrimiento de los psicofármacos ha sido una auténtica revolución de la Psiquiatría, es necesario completar los tratamientos con psicoterapia e intervenciones psicosociales que integren a los enfermos en la comunidad. Estimo que la asignatura pendiente de la asistencia psiquiátrica en todo el mundo, especialmente en España, es la creación de unidades para los enfermos crónicos severos.

Su vida en el plano religioso, ¿cómo la define?

Esta es la pregunta más transcendente. A mí siempre me ha fascinado el pensamiento de Unamuno. Su libro Del sentimiento trágico de la vida en mi juventud fue el que más me impactó. Creo que en este libro recoge la siguiente frase: “Si la conciencia humana sólo fuera un relámpago entre dos eternidades de tinieblas, no habría nada más execrable que la conciencia humana”. Execrar es condenar y maldecir la autoridad religiosa a una persona o cosa y execración implica la perdida de carácter sagrado de un lugar por profanación. Estimo que jamás Nietzsche ni Voltaire ni nadie, aunque parece de modo encubierto, ha pronunciado mayor blasfemia, que radicalmente contrasta y contradice de modo absoluto el sublime y bellísimo epitafio unamuniano: “Acógeme Padre Eterno en tu seno, misterioso hogar…”. Heidegger en su filosofía existencial separa el SEIN del DASEIN, éste sería el “ser ahí”, el ser conciencia humana. Heidegger establece los tres hechos radicales del DASEIN, uno, haber sido arrojado en el mundo sin haber decidido su existencia; dos, el estar aprisionado en una forma de existencia (cuerpo y mente) y tres, el estar inexorablemente abocado a la muerte, a la finitud y a la nada. Heidegger ni es ateo ni niega radicalmente lo que puede ocurrir más allá de la muerte. Mi posición en un supremo acto de humildad intelectual ante el tremendo misterio en una situación límite, me resulta irremediable tener que volver a una vía monoteísta que sería la cristiana, incluso católica, como nos enseñó nuestra madre cuando éramos niños.

Por encima de todo justicia social, libertad y desarrollo económico, pues la pobreza no es compatible con la justicia social ni con la libertad. La derecha ha implicado históricamente la tendencia a la conservación y ha pecado de conservar cosas no necesarias ni convenientes; la izquierda siempre ha buscado el cambio, pero el cambio no es siempre necesariamente bueno. Hegel sostuvo la idea de que siempre había que conservar superando. Respecto a la igualdad, el cristianismo creó la igualdad ante Dios, el marxismo en una utopía final mantenía la igualdad al exigir a cada uno según sus capacidades y darles según sus necesidades. El pensamiento moderno del cual yo participó presupone la igualdad de oportunidades y la igualdad ante la ley (Revolución Francesa). Siempre hay un conflicto entre la igualdad y la diversidad. En sentido absoluto no existe la igualdad, no existe nada exactamente igual, todo es diverso y aquí reside la grandeza del universo.

¿A qué político le gustaría tratar para hacerle ver que va por mal camino?

No se debe ni se puede psicologizar ni psiquiatrizar la política, pero sí es cierto que el poder puede trastornar e incluso enloquecer al ser humano y el poder está en mano de los políticos. Shakespeare en Hamlet enfatiza el gravísimo peligro de la locura en las mentes de los grandes y poderosos y sobre todo ahora en la era nuclear.

Un libro

En la juventud, Del sentimiento trágico de la vida; después, El proceso y sobre todo El castillo, de Kafka.

Un disco

Novena Sinfonía de Beethoven

Una película

Hable con ella, de Pedro Almodóvar

Un plato

Bacalao a la sanabresa.

Un defecto

En ocasiones, contradictorio, ambiguo, paradójico.

Una virtud

Tenacidad.

Un amigo

Tres, José Angoso Marina, José Madrigal Tena y José María Barahona Hortelano

Un enemigo

No lo sé.

Una religión

Cristiana, católica.

Un chiste

Un chiste psiquiátrico. Un psiquiatra que se encuentra con un amigo que no era muy culto, del pueblo llano, y al que le cuenta como curiosidad psiquiátrica, que tenía un paciente al que todas las noches cuando se acostaba se le aparecía un cocodrilo que le iba a devorar y luego se marchaba. Al cabo de un tiempo se encuentran de nuevo y el amigo le pregunta: ¿Qué pasa con el del cocodrilo? Y el psiquiatra contesta: “Se lo comió el cocodrilo”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.