120 aniversario – Conferencia de clausura

“Sin un interés profundo por las Humanidades no parece posible un ejercicio efectivo de la Medicina”

El doctor Fernando Navarro, traductor científico de reconocido prestigio, ofreció una magistral ponencia sobre la comprensión de la enfermedad a través del arte para ‘coronar’ el 120 aniversario del Colegio de Médicos

Su prestigio internacional anticipaba que la intervención de Fernando Navarro no iba a decepcionar en el último gran acto programado por el Colegio Oficial de Médicos de Salamanca para conmemorar su 120 aniversario. El reconocido traductor científico iba a pronunciar una conferencia titulada ‘Medicina y pintura: la comprensión de la enfermedad a partir del arte’, y la exposición no defraudó a los asistentes, entre los que se encontraban el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín; el director general de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, José Ramón Alonso; María Ángeles Serrano, vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Salamanca, y María José Fresnadillo, concejala de Salud Pública de Salamanca.

El doctor Fernando Navarro, un “médico atípico” que hace dos décadas colgó “la bata y el fonendoscopio” para dedicarse a la palabra y a la traducción científica, ofreció una ponencia cargada de ejemplos visuales que reforzaron un repaso por multitud de ejemplos que demuestran que un vínculo especial une la Medicina a las artes y hace que el médico “lea novelas de una forma especial, vaya al cine de una forma especial, contemple un cuadro de una forma especial”, quizás porque la Medicina es “una forma de ver y entender el mundo”.

El traductor recordó al doctor Luis Sánchez Granjel, “el primer médico exclusiva e intrínsecamente humanista que conocimos en las aulas”, recientemente fallecido, y explicó que su intervención pretendía ser “un canto a las Humanidades”.

Frida Kahlo y su existencia marcada por el dolor, las evocaciones patológicas de ‘El grito de Munch’, pintor “que fue también paciente psiquiátrico”, la idea de la muerte que expresa Simone de Beauvoir en la obra en la que describe los días previos al fallecimiento de su madre, o los autorretratos con los que el pintor estadounidense William Utermohlen trató de entender el alzheimer que padecía, y que muestran de forma desgarradora los íntimos sentimientos del artista en su lucha contra la demencia.

Todos ellos, y muchos más, formaron parte de la magistral exposición del doctor Navarro, que dedicó una parte especial de su intervención al pintor suizo Ferdinand Hodler (1853-1918), quien dedicó a su amante y madre de su hija, Valentine Godé-Darel, más de 200 obras durante el año que transcurrió desde que supieron que padecía un cáncer de útero hasta su muerte, a finales de enero de 1915. “Estos cuadros constituyen un diario pictórico de la enfermedad, quizá la más estremecedora de la Historia del Arte”, porque “obliga a enfrentarse al proceso de muerte”, señalaba, mientras iba mostrando piezas en las que el rostro y el cuerpo de Valentine hablan, desde la mirada del pintor de esperanza inicial, “de sufrimiento y dolor”, de “extenuación” y tensión, “de sosiego y calma” cuando todo ha terminado, “de trascendencia, incluso”.

El traductor médico finalizó su intervención manifestando su convencimiento de que “sin un interés profundo por las Humanidades no parece posible un ejercicio efectivo de la Medicina”, por lo que advirtió del peligro “de la excesiva superespecialización y tecnificación a ultranza”. La “esencia de la Medicina”, concluyó, “no puede ser el análisis de sangre, la resonancia magnética, el talonario de recetas… Es un ser humano que sufre, el paciente, y pide ayuda a otro ser humano, el médico. Por tanto, una Medicina deshumanizada no es Medicina”. En el mismo sentido se pronunció el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Salamanca, Manuel Gómez Benito, quien recordó, durante la clausura del acto, que el programa diseñado para conmemorar el 120 aniversario de la institución “habla bien a las claras de que nos mueve el afán cultural”, porque “Medicina y Cultura, Medicina y Humanismo, son cualidades inseparables” y permiten “apartarnos de tanta vulgaridad, tanto déficit de valores, tanta crítica absurda y sin fundamento”.

El evento se había iniciado con un reconocimiento a la Agrupación Mutual Aseguradora (AMA) y a su presidente, el doctor Diego Murillo, que fue nombrado Colegiado de Honor con Medalla de Oro, una distinción que la institución colegial otorga a quien desarrolla “una labor relevante y meritoria en relación a la profesión médica”. El doctor Murillo resaltó los más de 600.000 asegurados que registra actualmente una compañía que fue la primera en implantar, hace 20 años, el seguro de responsabilidad civil profesional, una cobertura que permite a los profesionales “dejar de practicar esa Medicina defensiva que tanto perjudica a los pacientes” y desde la que AMA ha atendido ya “más de 17.000 reclamaciones”.

En la última parte del acto, el director general de Políticas Culturales de la Junta alabó la decisión del Colegio de “elegir un programa cultural” para celebrar su aniversario, mientras que la vicerrectora de la USAL recordó “la estrecha relación” que mantiene la institución colegial con la Universidad de Salamanca. Por su parte, el presidente de la OMC aplaudió la “magnífica” ponencia del doctor Navarro, al tiempo que recordó que los colegios “nos adaptamos permanentemente a los cambios sociales e intentamos equilibrar las sensaciones e inquietudes de 240.000 médicos que tienen la ‘manía’ de pensar todos los días”, con el fin último de dar respuesta “a las necesidades de los ciudadanos”.

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