Por Germán Payo Losa
Director de Educahumor
Me preocupó cuando J. Bezos, dueño del Washington Post, censuró un chiste gráfico porque podía ofender a Don Donaldo, recién elegido. Era una rueda con Don Donaldo, los pantalones bajados y los mayores magnates estadounidenses preparados para lamerle el trasero. Yo pensé que era un poco fuerte, hasta que Don Donaldo anunció los aranceles y declaró a los pocos días: “Hay una lista grandísima de países que ya hacen cola para lamerme el culo (lick my ass)” ¿Quién no hace chistes de eso? (los osos de Canadá o los pingüinos de Groenlandia, a picotazos, primero).
Lo que sucede se puede conocer a través de chistes gráficos. Vi estos en internet, en el portal ToonSatire:
Donald Trump anuncia con un cartel, todo sonriente: “Mi plan rápido para la paz en Ucrania:
Fase 1: invadir Canadá
Fase 2: invadir Groenlandia
Fase 3: invadir Marte
Fase 4: paz en Ucrania
Otro dibuja a Moisés, que baja del Monte Sinaí con las Tablas de la Ley y dice: “Quinto: NO MATARÁS”. Y le gritan: “¡Antisemita!” (y conecta con otro en el que Netanyahu proclama: “Acabamos de bombardear el último hospital en Gaza. Misión cumplida”).
La secretaria entra y dice: “Todos los expertos en vacunas han sido finalmente despedidos, Sr Kennedy”. Él tiene el rótulo en la mesa: “USA. Departamento de Salud”, y en la pared, un cartel: “Lo que no te mata te hace más fuerte”.
Tenemos ahora, para regocijo de los humoristas —y personas que manejan la inteligencia artificial y hacen personajes reales en situaciones disparatadas, como un desfile de modelos femeninos con las caras de los dirigentes mundiales—, a Don Donaldo, que rige los destinos de su país y de parte del mundo, proporcionando un ingente material de humor con su cambios de opinión continuos, su pasión por el protagonismo diario, su estilo de superioridad, chulería y su lenguaje, a veces soez (como cuando presumía de que podía matar a alguien en la Quinta Avenida o “tocar el coño” de una mujer sin que le pasase nada), que hacen el humor fácil.
Han empezado a perseguir a gente que fue a manifestaciones a favor de Palestina o tenía en su móvil u ordenador opiniones contrarias al gobierno, además de forzar a universidades, periódicos y televisiones a obedecer, o les retiraba las subvenciones.
Hay quienes confiesan: “Tenemos miedo”. Obviamente, la batalla por el control, también del poder judicial, seguirá, pero por ahora el humor resiste. ¿Hasta cuándo? Yo creo que es un país fuerte. Ya pasó la época oscura del senador McCarthy, con su creación de listas negras en los años cincuenta, reflejada en la película Buenos días, buena suerte, de G. Clooney, y que acabó, antes de dimitir, con la pregunta de un juez: “¿No tiene usted decencia?”.
También le estoy agradecido porque, con su estilo, parece haber dado un patadón a todas las máscaras que su país ponía a sus acciones, como libertad, democracia, derechos humanos, generosidad… y muestra de un modo descarnado todo lo que siempre ha perseguido: poder, riqueza para el país y sus multinacionales, control y países súbditos, no aliados, como describe La historia silenciada de Estados Unidos, de O. Stone y P. Kuznick. Desde la voladura del Maine en la Habana, de la que culparon a España como excusa para declararle la guerra, pasando por golpes de estado en todo el mundo —la película Missing, de Costa Gravas, narra la desaparición de un joven norteamericano de izquierda, asesinado por los de Pinochet, con el permiso de la embajada de EEUU—, quitando a gobernantes no sumisos y mintiendo descaradamente, como con las armas de destrucción masiva de Irak.
Don Donaldo habla de dinero. Apoya a Ucrania, pero a cambio de que le paguen con tierras raras. Tiene un plan para Gaza: sacar a los palestinos y hacer una Riviera allí. Claro, con tajada para Don Donaldo. Siempre ha sido así, pero yo hablo claro, parece decirnos. También tiene un manual de Resolución de conflictos. Egoísmo, insensibilidad y codicia que se resume: “O hacéis lo que yo digo o ¡ay de vosotros!”. Para Colombia, que no quería acoger a 200 deportados y no le quedó más remedio. Para palestinos, y ahora iraníes, lo dijo claro: ojo con lo que hacéis con Israel, que la respuesta puede ser peor. Traducción: Dejaos matar y estad calladitos.
He vivido en su país y he conocido a gente maravillosa, Creo que recuperarán sus valores. Ahora bien, tiene cosas sangrantes. Gasta el 7% de su presupuesto en armas. Y pide a Europa que haga igual. Claro, ellos no tienen sanidad gratuita, y es carísima, pero no pueden tenerla, porque hay que gastárselo en armamento. Y luego, la propaganda. Elon Musk declaró, enfadado, que gracias a él Don Donaldo era presidente, pues había invertido mucho dinero en su campaña. Y esa propaganda ha funcionado desde siempre.
EEUU tiene “cosas sangrantes; gasta el 7% de su presupuesto en armas,y pide a Europa que haga igual”
“La consciente e inteligente manipulación de los hábitos organizados y opiniones de las masas es un elemento importante en la sociedad democrática. Quienes manipulan este desconocido mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder en nuestro país… La inteligente minoría necesita hacer uso continuo y sistemático de la propaganda”. Citado en Tiempos recios, de M. Vargas Llosa, sobre uno de los golpes de estado en Guatemala. Por eso nos creímos que los indios eran los malos y los del 7º de Caballería los buenos, que las películas bélicas siempre las ganaban los buenos, los aliados, y nos quieren hacer creer que aumentar al 5% nuestro presupuesto para armas es bueno. Estamos manipulados, y es bueno ser críticos. Los humoristas ayudan, y Don Donaldo, sin filtros, lo pone fácil.
Don Donaldo solicitó a su aliado Israel que no atacase las instalaciones nucleares de Irán, lo cual era una mentira más, de las 30.000 que dijo en su primer mandato, según verificadores de hechos del Washington Post. Ser capaz de mirar detrás del escenario donde proyectan la película de la vida puede ser divertido. Pero como don Donaldo y Putin se entusiasmen con las bombas nucleares, no sé si podremos reír mucho. Gracias por abrirnos los ojos un poquito más en este circo que montan todos los días.
“Estamos manipulados, y es bueno ser críticos. Los humoristas ayudan, y Don Donaldo, sin filtros, lo pone fácil”
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